Disclaimer: Todos los derechosreservados para mi escritora británica favorita: J.K Rowling.Warner Bross & Salamandra. La historia es de mi completo terreno.
"Soy Cobarde, Harry"
Capitulo Primero.
Mi sueño de siempre había sido estar con Harry, sí, con el valiente héroe Harry Potter, el niño que vivió, el niño con una cicatriz en la frente, el niño inmune a los horribles poderes de Voldemort, pero para mí sólo Harry. Por eso, cuando nos graduamos de Hogwarts el siguió su vida, al igual que Ron, cada uno de nosotros por su lado. Siempre nos veíamos… mentira, con el paso de los años casi ni hablábamos. ¿Qué nos había pasado? Yo, ingenuamente creí que siempre estaríamos juntos, los Weasley, los Potter y la sabelotodo de Granger, ósea yo. Pero no, no había sido así.
Como era de suponerse… haber me explico. Durante la batalla de Hogwarts, hubo un momento en el que me confundí mucho con Ronald, respecto a mis sentimientos. Ya que yo tenía una obsesión con los Derechos de los Elfos (la sigo y siempre la tendré) En fin, Ron había sugerido que le avisáramos a los elfos, para que no corrieran peligro y yo, bueno yo simplemente me abalance sobre él y le di un ¿tierno beso? Como sea, Harry se inmuto durante unos segundos o… no lo sé. Estaba demasiado preocupado porque sabía que iba a morir y yo lo estaba aun más que él.
Pero bueno, cuando la guerra termino, como todos esperaban, Ronald y yo nos hicimos novios, y Harry y Ginny regresaron otra vez. Aunque esta vez se les veía más felices que antes. Al principio me sentí muy feliz y dichosa junto a Ron… pero luego las cosas cambiaron. Cada día teníamos más diferencias que antes, al grado que nos gritábamos y nos enojábamos hasta una semana entera. Recuerdo que yo fui a consultarlo con Harry y este me dijo que no estaba de parte de ninguno de los dos, porque sabía como éramos. Simplemente me dijo que yo escuchara a mi corazón, me abrazo y me consoló, y yo desesperadamente llore en su pecho.
Luego decidí lo que Harry, como después, me había comentado que "ya sabía". Terminé mi relación con Ronald, y me dedique al cien por ciento en mi carrera muggle. Sí, había decido darle el gusto a mis padres, estudiaría Ciencias en la Comunicación, obtendría mi licenciatura y conseguiría uno de los trabajos más codiciados en toda Europa, porque así era yo, me encantaba lo difícil…
Aunque, a los Weasley no les sentara bien la noticia, el rompimiento de Ron y yo, era algo necesario, casi como respirar… en realidad no fue difícil terminar con Ron, se porto bastante amable y maduro, me sorprendió, lo admito. Ginny entendía perfectamente nuestro rompimiento, ya que Harry le había contado algo de lo sucedido, no todo pero algo sabía. George… el no opino, estaba demasiado triste aun por la muerte de su gemelo, como todos. Y el Sr. y Sra. Weasley estaban un poco decepcionados, intentaron hablar con Ron y conmigo para ver si tenía arreglo pero no lo había. Ron no era para mí ni yo para él.
Pasaron cuatro años, yo tenía 22 cuando me titule. Ya no tenía contacto casi con nadie de mis antiguos amigos. Aunque un día me entere que Harry estaba trabajando en la empresa a la que yo entraría y muchas emociones surgieron en mí, yo pensé que era la emoción de ver a un hermano mayor, pero estaba demasiado equivocada… bueno, yo aun no sabía que estaba enamorada de Harry Potter.
Me lleve una tremenda decepción cuando hable con Harry por primera vez en muchos años, ya no sabíamos cómo tratarnos y los silencios que antes eran para que nuestras almas se comunicaran, ahora eran silencios incómodos que resultaban embarazosos. Intercambiamos pocas palabras, eso sí, ambos sonreíamos abiertamente, recuerdo que ese día me dolían demasiado las mejillas por tanto sonreír. Me dijo que aún seguía con Ginny "Vaya, esto va enserio" había pensado.
— ¿Por qué un trabajo muggle?—pregunté frunciendo el ceño, el solo sonrió y respondió una sola palabra.
—Ginny. —dio un largo suspiro y nos encaminamos nuevamente hacia su oficina, que por cierto era bastaste moderna y lujosa. Por lo visto, a él le había ido mejor que a mí.
—Pero, pensé que querías ser Auror. —lo critique. Y él solo se encogió de hombros, como cuando no quería hablar al respecto—No me digas que tampoco conservas tu varita, Harry. —me crucé de brazos. ¿Era enserio? Uno de los magos más poderos… ¿sin varita? Pero no respondió, simplemente rebusco en uno de sus bolsillos de su chaqueta y saco su varita, me guiño un ojo.
En los siguientes meses, Harry y yo casi no nos veíamos porque él estaba en la última planta del edificio, con los ejecutivos, los más importantes y yo… bueno yo aun estaba de suplente como periodista, aunque no me rendí. Cada vez que podía le pedía una oportunidad al Sr. Carroll de que me dejara publicar algo en su famoso periódico pero se negaba diciendo que aun era una novata.
Pero, un día, Elisa renuncio sin más a su puesto como periodista profesional, dejando muchas cosas por hacer en la empresa y yo, obviamente aproveche el asuntillo y el Sr. Carroll no tuvo otra que darme la oportunidad y así me acerque un poco más a Harry, ya que el vigilaba lo que se tenía que publicar, que teníamos que buscar, o cosas por el estilo, me subieron a su piso. Y ahí descubrí que Luna Lovegood y Neville Longbottom trabajaban ahí y la recepcionista de aquel piso era Lavender Brown. Todos me recibieron abiertamente, muy amables y simpáticos.
— ¿Desde hace cuanto estas aquí, Hermione? —preguntó con timidez Neville, como siempre.
—Tres meses y medio. —respondí con una sonrisa, mientras acomodaba mis cosas en la pequeña oficina que me habían asignado. Luna igual era periodista, publicaba los espectáculos. Y Neville los deportes.
—Subiste muy rápido, Granger. —decía Lavender, con un pique de envidia. Simplemente le guiñe el ojo.
— ¿Qué esperabas, Lavendi? ¡Es Hermione Granger! —decía con voz soñadora Luna. La mire agradecida y una ola de paz me embargo por completo.
— ¡Y tu eres Luna Lovegood! —dijo Neville, mientras que se le acercaba y le daba un tierno beso en la nariz. Lavender puso los ojos en blanco murmurando algo como esto: "Oh, ya van a empezar".
— ¡Están juntos! —los acuse, mientras los señalaba a ambos—Oh, eso es… ¡magnifico!
Me acomodé perfectamente con mi nuevo trabajo. Y el Sr. Carroll estaba más que satisfecho con mi trabajo, al igual que Harry. Los dos siempre estaban diciendo cosas como "Ha sido un milagro encontrarla" "Eres brillante, Hermione" "Espectacular trabajo, chica" y yo estaba realmente encantada, aunque un poco agotada. Mis temas eran acerca de todo, a veces chismes, económicos, deportes, espectáculos, pero mis favoritos eran los políticos. Poco a poco, como maniobra del destino, nos fuimos juntando todos de nuevo. Draco Malfoy (ex mortífago) había heredado la gran fortuna de Lucius Malfoy al morir este, y hacia negocios por doquier con cualquiera y por eso siempre ganaba más y más fortuna, aunque también a veces perdía. Sorpresivamente Ronald había regresado con Lavender y se les veía tranquilos, mucho más apasionados que antes. Lo recuerdo porque ese día tuve un encuentro muy peculiar con Harry.
— ¡Ven, Won-won! —decía melosamente Lavender.
—Alguien podría vernos, Vandi-vandi. —respondía entre risillas excitadas el pelirrojo. Estaban en el pasillo de papelería, solos, y ellos creían que nadie los vería ni escucharía porque era muy temprano. —De acuerdo, hagámoslo. —se rendía fácilmente ante un beso apasionado por parte de la menuda chica que tenía ante sí.
Yo quería decirles algo, que no faltaran al respeto a una empresa tan importante como era aquella, quería gritarles y bajarles muchos puntos. "Tonta, Hermione, ya no estás en Hogwarts" Gruñí por lo bajo, pero era la jefa de Lavander, así que algo tenía que hacer. Apreté los puños y me encaminé hacia ellos, frunciendo mucho las cejas cuando alguien me tomo por la cintura y me jalo hacia atrás, luego me apoyo en una pared y me tapo la boca con una mano para que no gritara. Era Harry, tenerlo cerca había hecho que el pulso se me descontrolara.
—Shhh, Hermione. No hables. —me miraba fijamente. —He esperado este momento desde hace mucho. —decía entre susurros, ¿Cómo que lo esperaba? ¿Se había vuelto un enfermo sexual? Fruncí aun más el ceño. — ¡No es lo que tú piensas! Si te suelto, prometes que no harás nada. —asentí, pero no me soltó, solo quito su mano de mi boca.
— ¿Cómo que lo has estado esperando desde hace mucho? —pregunte aterrorizada y con una expresión de profundo asco. Harry rio en silencio por mi expresión y tomo un mechón de mi cabello suelto y lo puso detrás de mi oreja, una extraña sensación de deseo recorrió todo mi ser. Harry dejó su mano en mi mejilla y respondió mi pregunta con otra:
— ¿Tienes una cámara? —al ver que ponía cara de perplejidad siguió: —Prometo explicarte todo después, Hermione. Ahora necesito una maldita cámara. —gruño desesperado.
—Bien, esta en mi bolsillo trasero, tómalo si quieres, pervertido. —lo desafié, no me había gustado nada el tono con el que me había hablado. El puso los ojos en blanco.
—Hermione, no te pongas así, ¡dame tu la maldita cámara! Necesito evidencia, ¿Qué no entiendes? —decía furioso.
— ¡Suéltame entonces! —grite despacio. Me miro un instante y luego cedió. Yo por mi parte me lleve una mano a mi bolsillo trasero y saque mi celular, se lo di y él lo acepto al vuelo, para luego salir corriendo hacia donde nos entrabamos hasta hace unos minutos, lo seguí… como siempre.
Nos pusimos detrás de unas plantas de decoración. Escuche que chasquera la boca, para luego decirme:
—No te acerques más, Hermione. Esto es bastante perturbador. Quédate donde estas, confía en mí. —decía entre susurros. Y le hice caso porque confiaba en él y porque no quería ver a Ron y Lavender haciendo… haciendo "eso". Así que me dirigí al pasillo en el que estábamos y lo espere. Llego en menos de un minuto con los ojos refulgiendo puro triunfo. Me sonrió, me tomo de la mano y me llevo a su oficina, sin decir nada.
— ¿Qué pasa, Harry? —exigí mientras me zafaba violentamente de su agarre. Obviamente seguía escandalizada por cómo me había hablado. El abría la puerta de su oficina y fruncía el ceño, ya no sonreía, y el brillo de triunfo que hace rato se adueñaban de sus ojos verdes letales había desaparecido, algo lo había molestado, inquietado. Me mordí el labio inferior mientras esperaba su respuesta.
—Es que…—dudó unos segundos, se paso una mano por su rebelde cabello azabache. Me miro. —Lavender dice que somos amantes. —lo dijo tan rápido que me pareció que yo lo imagine todo. Pero al ver que no decía nada más, que me miraba desesperado esperando una reacción, una palabra, me di cuenta que era verdad lo que había escuchado. Sin embargo, no le creía a Harry una infidelidad, menos con Lavender. — ¡Di algo, Hermione! —me grito.
— ¡No me grites, Harry! —le grité yo igual y el abrió mucho los ojos debajo de sus redondas gafas. Agacho la cabeza y susurro un "lo siento, Hermione". — ¿Para qué rayos querrías una foto de Ron y ella haciendo… ya sabes que, Harry? —dije después de unos segundos, más tranquila pero mi mirada seguía siendo severa y cautelosa. Él me miro de nuevo y dio un largo suspiro, se sentó y comenzó hablar:
—Lavender esta "enamorada" de mi. Yo no le creo, solo quiere estar conmigo por mi dinero. Y no, Hermione. Jamás le fui infiel a Ginny, no soy así. Pero ya me harte de las amenazas de esa Lavender, siempre me está acosando y trata de besarme cada que tiene oportunidad… y bueno, está prohibido tener relaciones sexuales en esta empresa porque el Sr. Carroll es muy religioso y tiene una moral muy alta… como sea, el que no cumpla esa regla esta despedido y yo…
—Quieres a Lavender tan lejos de ti como sea posible. —lo interrumpí. Él sonrió amargamente.
—Es la prometida de Ron. Aun así la tengo que ver. Es trágico, al menos para mí lo es. Pero al menos ya no la tendré aquí. Y eso será mucho alivio y menos estrés.
—Y no querías que nadie te viera para que Ron no se la agarre contra ti, ¿cierto? Ni ella. Porque si le dices algo a Ron… bueno, ambos lo conocemos, es demasiado hueco para ver más allá de su nariz, en este caso de su boca partida por los besos de Vandi-vandi. —dije lo último en un tono bromista. A pesar de todo, odiaba ver a Harry tan triste. Me regalo una de sus más sonoras carcajadas y yo me uní a él. —Y también hoy decidiste venir a tomar las fotos porque descansas, ¿no?
—Sigues siendo igual o más brillante que antes, Hermione. —me sonrió de oreja a oreja.
—Y tú tan valiente y amistoso, como siempre. Yo soy solo libros, ya los sabes, Harry. —baje el rostro, lo escuche pararse de su cómoda silla de oficina y vino hasta a mí, se apoyo en su mesa y me miro.
—No creo que seas solo eso, Hermione. —me tomo de las manos. — ¿Por qué desapareciste? —me pregunto muy triste. Yo levante el rostro y lo mire fijamente. — ¿Por Ron? Es un poco injusto que por culpa de ese aracnifobico te hayas alejado de todos. —me recrimino.
—No existe tal palabra, Harry. —me reí. Sin soltarme de sus manos ya que para mí era un contacto demasiado cálido y placentero. —Soy cobarde.
—Lo fuiste, pero ahora ya no lo eres. Y hoy, hace unos momentos y vas hacer la persona más valiente, porque mira… ¡entrar donde están dos personas haciendo el…!
—Cállate, Harry. —lo calle porque no quería imaginarme a esos dos otra vez, pero el interpreto otra cosa.
— ¡Oh! Lo siento, Hermione. Yo… yo pensé que ya habías olvidado a Ron y… bueno
—Ya lo supere. —dije segura y feliz. —Pero no es agradable imaginárselos. Así que te pido que olvidemos lo que sucedió hoy. Vete a disfrutar de tu día de descanso, salúdame a Ginny. Yo tengo mucho trabajo que hacer.
— ¿Te estorbo ahora mismo? —pregunto en tono burlón, tranquilo y con una ceja incrédula, sosteniendo mis manos.
—Un poco, sí. —respondí en su mismo tono, desafiante.
—Bien, en ese caso, será mejor que me vaya. —me soltó las manos y se fue.
Y así, pasaron los meses, hasta que llego diciembre y todos nos reunimos. Fue encantador, nunca lo olvidare, ese mes cambio mi vida a partir de ahora. Habían cambiado muchas cosas, tanto en mi vida personal como en la laboral. Ya estaba decidido, me iba ir de Londres y no volvería en mucho tiempo. Durante los meses que había pasado con Harry me había enamorado como una loca de él, porque en realidad el no había cambiado nada. Seguía siendo el mismo Harry noble, valiente y generoso que había conocido en Hogwarts. Y no era mío. Había decidido decirle lo que sentía un día llegando al trabajo, pero él se adelanto diciendo que pronto se casaría con Ginny, o eso es lo que la Sra. Molly quería. Mi mundo se hizo trizas y él no dejaba de hablar sobre lo que Ginny querría o no para su boda. Era insoportable. Por eso, hoy en la noche les diría a mis amigos, mi segunda familia que me iría de Londres.
—Chicos, —los llamé a todos, era año nuevo. Ya todos habían dejado de felicitarse y abrazarse. —les tengo una importante noticia, y espero que les sea bastante buena como lo fue para mí. —les sonreí.
— ¿De qué trata, Hermione? —preguntó Neville, que estaba a un lado de mi. Sin embargo yo solo sonreía.
— ¡Vamos, Hermione! ¿De que trata? —insistía Luna.
— ¿Por qué tanto misterio? —decía casi al mismo tiempo Ron, después de Luna. Él nunca se había enterado que por culpa de Harry y mía, habían despedido a Lavender, a su ahora esposa. Seguí sonriendo.
—Hermione, ¿Qué pasa? —me preguntó Harry. Y mi pulso se acelero mucho con tal solo oír su voz diciendo mi nombre. Ahora que tenía la atención de todos… mentira, ahora que sabía que tenía la atención de Harry, les dije:
—Hoy tuve una reunión con el Sr. Carroll—comencé y ellos me escuchaban muy atentos. —Y me presento a ¡Olivander Lewis! —casi grite y ellos abrieron los ojos como platos mientras sonreían. —Al parecer, mi reporte del mes de Noviembre y Diciembre le pareció muy interesante, le llamo mucho la atención a ambos. Y… ¡Olivander Lewis me ofreció trabajo en su compañía! —solté por fin. Y todos corrieron –los que estaban lejos- a felicitarme y abrazarme. —Pero…—dijo mientras me abrazaba otra vez Draco.
— ¡Por Merlín! Siempre hay peros. —refunfuñaba Ron de manera graciosa y todos reímos, inclusive Ginny que se le veía un poco seria desde que había llegado con Harry al restaurante.
—No, Ron. Esto es bueno, o eso creo. Me tengo que ir a Los Ángeles. —sonreí.
— ¡¿QUÉ? —gritaron todos.
—No es verdad. —dijo Ron, un poco decepcionado.
—Humm, ¿mi mejor amiga en Los Ángeles? ¿Sin mi? —decía horrorizada Luna. Era verdad, yo tampoco me veía sin ella, con el tiempo, nos hicimos inseparables y muy cercanas, aunque éramos completamente distintas, supimos llevar nuestras diferencias. Definitivamente, ella también era mi mejor amiga.
—No les hagas caso, cariño. —decía Draco, al lado de mi. —Yo sé lo mucho que deseabas este puesto. Ve, aunque claro te extrañaremos mucho—Era verdad, Draco sabía lo mucho que quería este viaje, con el tiempo nos habíamos vuelto muy cercanos.
—Pero, regresaras. ¿Verdad? —decía alarmado Neville, tomando de la mano a Luna, ya que yo no estaría para orientarlo en algunas cosas.
— ¡Claro! —asegure. —En vacaciones—y todos me miraron muy tristes. — ¿Tan especial soy para ustedes? —pregunte divertida.
—No te imaginad cuanto. —susurro Draco a mi lado.
—Extrañare tus preguntas bobas. —me dijo Luna. —Por favor cuídate y no te olvides de nosotros.
—Claro que no. —contestaba, mientras nos sentábamos de nuevo en la mesa en la que estábamos.
— ¿Cuándo te vas? —pregunto Draco, algo distraído.
—Mañana mismo—dije automáticamente.
— ¡No puedes! —gruño Harry irritado, frunciendo las cejas, mirándome fijamente y haciendo las manos un puño. —Es decir… es demasiado pronto—se apresuro a decir, cuando vio su reacción impulsiva y todos lo miraban consternados. —y hay demasiado trabajo aquí, no puedes dejarm… dejarlo.
—Por supuesto que no…
— ¿Acaso solo te importa tu maldito trabajo? —pregunto Ginny, interrumpiéndome, se veía irritada.
—No, pero hay que ser responsables ante todo y…—se defendía Harry, ignorando el tono de su prometida.
—Neville se quedara en mi lugar, Harry. —lo interrumpí, algo dolida con él.
—No, espera ¡¿Qué? —dijo alarmado Neville, abriendo mucho los ojos y la boca.
—El Sr. Carroll te cedió mi lugar, felicidades—le sonreí.
—Pero es muy torpe, te necesito… es decir, la empresa te necesita, Hermione. No puedes ser tan egoísta.
—Ella no está siendo egoísta, Potter. —me defendió Malfoy. —Ella está luchando por sus sueños, no seas egoísta tu. Si no puedes hacer tu trabajo sin ella, ya es problema tuyo. —todos se quedaron estupefactos. Harry abría la boca para protestar pero vio algo en mi rostro que no le permitió decirlo, ¿Qué había visto?
—Bueno, chicos, será mejor que me vaya. —dije luego de un rato.
— ¡La noche aun es muy joven, hermosura! —decía Draco, mientras me tomaba de la mano.
—Para ti aun lo es, ¡eres rico y sin obligaciones! —fingí quejarme. —Aparte, aun tengo que ir a visitar a una persona, y luego me iré con mi madre lo que resta de enero. Serán mis vacaciones.
—Ósea, que en febrero ya te hacemos en Los Ángeles, ¿eh? —dijo Luna y solo asentí.
Me despedí de todos… menos de Harry, porque él estaba un poco resentido por el… trabajo. Me trague una mueca de dolor y le sonreí.
—Vamos, Harry, no seas tan duro con Hermione. Ella no tiene la culpa de que Neville sea torpe. —bromeaba mi amigo Ron, y Luna le envió una mirada asesina.
—Espero que cumplas lo que te propones. —dijo secamente, tendiéndome la mano, sin apenas mirarme. Yo sonreí ante su cálido contacto y luego, sorpresivamente alguien más me jalo para abalanzarse a mis labios. Era Draco, me besaba deliberadamente, sin miramientos, solo escuche risas y virotes y… ¿un chasquido de boca? Yo, por mi parte, le devolví el beso por pura inercia, y tomo eso como un sí, y pasó sus manos por mi espalda, sujetándome fuerte pero delicadamente contra su atlético cuerpo, y yo solo estaba ahí sin hacer nada.
—Así, sí me recordaras, ¿cierto, Granger? —dijo Draco, después del beso, yo asentí en estado de shock. Luna estallo en risas por mi expresión, al igual que todos menos Harry y Ginny. — ¿Te ha gustado tanto mi beso que no puedes hablar? —pregunto cínicamente Draco, y todos esperaban mi respuesta.
N/A: Hola, ¿cómo están? Aquí les dejo una nueva historia, espero que les guste. Y, para que sepan y no me reclamen? En un rato subo un nuevo capítulo de "Un Amor Casi Imposible" Fred esta impasible para deslumbrarlas, extraño tanto estar por aquí. Pero he estado ocupada. Este es una manera de decir lo siento, para vacaciones de Semana Santa, ¡habrá diversión! Cuídense y no sean tan crueles, recibo tomatazos y cebollazos.
LunaHHr-
