Hace años que se había enfrentado a Sasuke, pero aun así todavía no podía aceptar que hubiera tenido que matarlo a el,a su amigo-rival, a ese chico que siempre fue frio y molesto, pero aun así no podía evitar sentirse culpable por haberle arrebatado la vida el no poder cumplir la promesa que le hiso a cierta chica peli-rosa. Eso era lo que pensaba cierto chico rubio mientras se alejaba del lugar al que llamaba hogar hacia poco que había vuelto, pero no quería quedarse mucho tiempo le resultaba bastante doloroso, el recordar a cada momento los momentos que paso junto al azabache, ese el que una vez, aunque ninguno de los dos lo aceptara, fue su mejor amigo.

Ya habían pasado un par de meses desde la ultima vez que se supo de Naruto, nadie sabia donde se encontraba, se había ido sin decirle nada a nadie, parecía que la tierra se lo hubiera comido. Mientras una chica de larga cabellera –Con un peculiar color de cabello- rosada y ojos esmeralda, estaba intranquila por no saber de su rubio e hiperactivo amigo, y aunque no lo demostrara abiertamente sentía mucha preocupación por el,-Sin duda muchos creían que era por que eran muy unidos pero la verdad es que la chica se había dado cuenta en esos dos meses que amaba al ajiazul-. Sabia que el estaba muy confundido por lo que había tenido que hacer, que se sentía débil, que nada ya valía la pena, por eso al enterarse que pronto habría un evento de poesía se puso a escribir uno para el chico que amaba, sabia que era imposible que el la escuchara, pero por lo menos podría desquitar un poco el dolor que sentía.

Sabia que todos sus amigos lo estaban buscando por cielo y tierra, pero el no quería que lo encontraran, lo único que quería era desaparecer, pero al enterrarse de que Sakura, la chica que seguía amando, se presentaría en un evento de poesía no pudo con la tentación de ir a verla un que fuera la ultima vez.

El día había llegado, Sakura, sentía que el aire le faltaba pero le importo poco al recordar que lo hacia por el, por el chico que siempre la amo, pero ella hasta ahora pudo retribuir el sentimiento.

-Este es un poema para ti Naruto donde quiera que estés-.

Fueron las palabras de una joven de cabello rosado en cuanto subió al pequeño escenario que se encontraba en la plaza de Konoha. Había escrito ese poema para aquel chico de cabello rubio y ojos azules que repentinamente desapareció de la villa, alegando que ya nada tenia sentido para el.

-Déjame estar junto a ti,
no me resignare aun que digas que es el fin,
acaso no decías que nunca retrocederías a tu palabra,
pues mírate ahora,
ahí abatido, perdido y sin ilusión,
acaso ya perdiste tu sueño,
que defendías con pasión,
por favor no me pidas que te deje,
sabes que no lo hare,
entiende, jamás te abandonare,
acaso no sabes lo que siento por ti,
por favor levántate y vuelve hacer feliz,
hazlo por ti,
por que no te abandonare.-

Lentamente desde el público que se había juntado alrededor del escenario vio como un chico de camisa anaranjada se alejaba del lugar con lágrimas en los ojos.

-¡¡¡Naruto!!!-Grito la chica de ojos color esmeralda, al darse cuenta de quien se trataba, bajo lo más rápido que pudo del escenario, tratando de alcanzar al chico que corría para evitar que lo alcanzara pero, no se dio cuenta de que había entrado en un callejo sin salida, y antes de poder huir la chica de cabello rosado lo alcanzo…