Disclaimer: Naruto solo le pertenece al gran mangaka Masashi Kishimoto, yo solo lo tomo prestado un rato sin fines de lucro para que hagan mis perversiones.
Clasificación: short fic de dos partes... para mayores de 18 años y para los pervertidos. (lenguaje y sexo bastante explícito, así que si no les llama la atención mejor aléjense!)
Pareja: Sakura & Sasuke... interviniendo con Itachi, también un Sasuke & Karin... ¡y quién sabe que más!
Summary: Bajé la bragueta de mi pantalón y tomé su mano derecha para guiarla a mi pene que aun dormía, sus manos estaban calientes y eran extremadamente suaves, por lo que solo su tacto con mi piel hacía que mi miembro aún dormido comenzara a despertar. *Itachi pov*
Notas de la autora: Este es mi 2º fan fic que escribo, (el tercero es el de Jugo de calabaza), no es que alguno tenga trama literaria... es solo que tengo muchas cosas en la cabeza y necesito plasmarlas... jajajaja
Espero que alguien disfrute este short fic, lo había diseñado para un solo capitulo, pero me salió demasiado largo, así que decidí hacerlo en dos partes... así si quieren parar lo pueden hacer.
Perversión en la mansión Uchiha.
Parte I
*Sasuke Pov*
-Así... Así... Joven Sasuke... Ahhhh, más por favor... Más- Suplicaba mientras gemía la asistente pelirroja de mi hermano y de quien yo me aprovechaba cada vez que podía, total si ella se ofrecía ¿Por qué tenía que despreciarla?
Estábamos en mi oficina, yo sentado en el sillón detrás de mi gran escritorio y ella en mis piernas dándome la espalda mientras introducía una y otra vez toda mi dimensión en su culo, era un fetiche muy particular.
Saqué de una de mis gavetas (que por cierto mantenía siempre bajo llave) un vibrador casi del tamaño de mi propio pene, solo que un poco más delgado. Lo introduje de un solo en su vagina logrando que ella gimiera aun más fuerte.
-Calla Karin, ¿o quieres que todos se den cuenta que eres la puta de Sasuke Uchiha?-
-Lo...siento joven Sasuke... pero... lo haces tan bien... que no pue...do evitarlo- Me aceptó elevando aún más mi hombría. De pronto mi teléfono privado empezó a sonar, como me molestaba eso, quería concentrarme para poder eyacular de una buena vez y sacar a esa perra de mi oficina.
-No hables, ni gimas...- Sentencié mientras tomé el auricular -¿Si?-
-Te confirmo que el día de mañana será la fiesta que ofrece Madara dos veces al año, así que empieza a preparar tu disfraz por si no lo has hecho aún- Mi hermano siempre se encargaba que yo cumpliera con todas las obligaciones de la familia, aunque yo no quisiera.
-De acuerdo- Acepté sin poner ninguna resistencia, mi pene estaba aun más ensanchado que antes y ahora era la misma Karin la que introducía en su vagina el vibrador, no lo podía negar, movía tan bien su culo que parecía estar en el cielo.
-Pasaré por ti a las 8, se puntual Sasuke- Dijo casi en tono de reclamo ya que detestaba esperar –Y por cierto, dile a Karin que aún están esperando los documentos en Recursos Humanos, ya te lo he dicho, si tantas ganas tienes de cogértela, hazlo en tu casa en horas no laborales- Me regañó una vez más colgando el teléfono.
Aceleré mi embiste mientras tiré el auricular, ella gimió más fuerte gritando una y otra vez "ya casi... ya casi... me voy..." Tiré toda mi blanca esperma adentro de ella, no habría ningún problema de dejarla embarazada, total no era el lugar indicado para que mis espermas se fuesen a sus óvulos.
Subí mi pantalón mientras ella estaba tirada en el suelo aún recuperándose. Saqué el vibrador y lo guardé en su bolsa para colocarlo de nuevo en la gaveta correspondiente. Arreglé mi sillón y tomé unos papeles para ver luego mi computador.
-Limpia ese desastre y vete Karin- Sentencié refiriéndome a todo lo que habíamos derramado en el suelo -Mi hermano Itachi está esperando la respuesta de los documentos que llevas a Recursos Humanos-
-Claro joven Sasuke...- Aceptó sin poner ninguna objeción mientras se levantaba y empezaba a vestirse para luego limpiar como le había ordenado –Estaba pensando, tal vez este domingo podríamos salir y luego...-
-Te lo he dicho miles de veces Karin, no eres mi novia, solamente eres mi desahogo cuando tengo ganas de cogerme a alguien- Ella asintió saliendo de inmediato de mi oficina aún con sus mejillas rojas.
No me sentía mal por eso, ya que desde el primer momento en que empezamos a tener sexo dejaba en claro ese punto, odiaba su forma de ser, es cierto que la mujer tiene que ser servicial con el hombre, pero no al punto de convertirse en su perro y desechar su propio orgullo como ella siempre lo hacía conmigo, era algo que siempre me exasperaba y a pesar que un "Uchiha" siempre debía de tener a una mujer digna como esposa, pero esos y otros puntos eran los que me hastiaban de lo engreídos que teníamos que ser todos los Uchiha.
Después de 6 años desde que perdía mi virginidad en la fiesta que siempre ofrecía mi tío Madara y cabeza de la familia, no tenía idea como mi hermano Itachi, quien es 4 años mayor que yo, soportaba tanto espectáculo.
Ese sábado sería la famosa fiesta que brindaba Tobi, el perro faldero de mi tío Madara y a quien de una u otra manera teníamos que obedecer casi ciegamente.
En esa fiesta la mayoría de nosotros (por no decir todos) perdíamos nuestra virginidad a los 15 años, con el fin que nos pudieran enseñar trucos para mejorar en el arte del sexo y así que la buena reputación de los hombres de la familia siempre quedara en alto, además que a varios les gustaba satisfacer sus fantasías sexuales que no podían lograr en su vida cotidiana.
Muchas mujeres, contratadas y aseguradas por Tobi para nuestra propia protección en todo sentido, se disfrazaban y se adecuaban en habitaciones interpretando diferentes roles como sirvientas, secretarias, piratas, prostitutas del viejo oeste, aparatos adecuados para utilizar en caso de preferencias sado o masoquistas, en fin, aquello era explotación sexual en todas sus anchas.
Al cumplir los 18 años y pudiendo tener por lo menos legalmente decisiones, decidí rechazar la invitación. Mi padre fue enfático más de cinco veces que era imposible poderme negar a una celebración realizada por Madara, aquello se podía interpretar como un rechazo a él y por lo tanto a la familia entera.
-Flash Back-
Estaba en el estudio terminando unos informes antes de irme a dormir, cuando mi único hermano mayor Itachi entraba a la habitación.
-¿Por qué no vas a descansar?-
-Todavía me hacen falta dos informes para presentarlos antes de la fiesta y que Madara pueda revisarlos- Dije sin levantar la mirada del computador.
-mmm... si.. Madara...- Repitió mientras tomaba asiento en uno de los sillones del estudio.
-¿Sucede algo?- Pregunté cerrando mi laptop, sabía como mi hermano odiaba que alguien hablara con él sin prestarle toda su atención.
-¿Sabes en realidad quien es Madara?-
-Si, es el hijo mayor de nuestros abuelos, por lo tanto el hermano mayor de nuestros padres. Nuestros abuelos le entregaron el 65% de la dirección de la familia y el otro 35% fue repartido en partes iguales a sus 3 hijos restantes, incluyendo a nuestros padres-
-Así es...- Aseguró mientras que por medio de gestos me llamaba a sentarme junto a él. Hice exactamente lo que me pedía y en la mesa del centro tiró unos papeles que me llamaron la atención.
-¿Qué es eso?-
-Examínalos y luego me das tu respuesta- Dijo sin más para luego salir de la habitación.
Tomé todo lo que dejaba en la mesa, bonos, acciones, cuentas de ahorro, testamentos, contratos. Luego de casi dos horas de examinarlos y revisarlos fui a la habitación de mi hermano quien aún se encontraba despierto.
-Listo hermano, lo revisé todo- Acepté orgulloso entregándole el folder cuidadosamente cerrado.
-¿Y qué encontraste?-
-Toda nuestra fortuna, tanto tuya, mía como la de nuestros padres-
-¿Qué más?-
-¿A qué te refieres?-
-¿Pudiste darte cuenta que todo eso está restringido por la última decisión de la cabeza de la familia?- Quedé mudo, ¿en donde se encontraba una regla tan absurda? -¿Pudiste darte cuenta que si la cabeza de la familia decide no darle participación a la nuestra podría quitarnos todo por lo que hemos luchado durante años?– Volví a negar -¿Pudiste darte cuenta que si alguna vez rechazamos una invitación de Madara sin justificación alguna, aunque ello se trate de algún capricho de él, él pudiera repudiarnos y quedarnos sin nada de la noche a la mañana?-
-¡¿En donde decía eso?- Pregunté desesperado revolviendo los documentos una vez más para encontrar una cláusula tan estúpida como esa.
-Eres todavía un niño Sasuke, ¿No te das cuenta que aún personas como nuestros demás tíos, nuestros mismos padres e inclusive nuestros abuelos obedecen las órdenes más absurdas de Madara?- Bajé mi cabeza, en esos momento entendí el poder que podía tener –Cuando seas tan grande que pudieses destronar a Madara de su posición, podrás darte el lujo de no seguir sus órdenes, mientras tanto lo único que te queda es aceptar a sus caprichos aunque éstos no sean de tu agrado-
Salí de su habitación pensando en lo sucedido, hasta en ese momento entendí que los Uchiha no éramos como las otras familias cualquiera, éramos peones de Madara para ensalzar la grandeza del nombre de la familia, unos simples peones en un tablero de ajedrez y mientras no me convirtiera en algo mejor de lo que era él, mi palabra no tendría derecho, solo responsabilidades. Mientras tanto no tenía ninguna "voz" para negarme e ir a sus fiestas de sexo.
-Fin del Flash Back-
Los sábados casi nunca trabajábamos, especialmente este día que sería la fiesta ofrecida a Madara. Eran las 8 en punto cuando mi hermano Itachi pasaba en su limosina por mi penthouse.
-¿Después que terminaste con Ino decidiste disfrazarte de ninja, eh?- Preguntó mi hermano al ver mi disfraz de ninja de la era Tokugawa, inclusive un sable falso acompañaba mi ajuar.
-En realidad no, éste era un disfraz que teníamos preparados para el próximo festival de la ciudad, ella iría con un kimono que la esposa del tío Madara consiguió en una vieja ciudad de Hong Kong- Había estado saliendo con Ino Yamanaka los últimos nueves meses, pero sus celos se convirtieron en una maldición logrando que Madara finalmente perdiera los estribos en la última cena de negocios en donde atendíamos a diferentes mujeres rusas y ella se aparecía haciendo una escenita avergonzándonos por completo, la "sugerencia" de mi tío era que tenía terminar con ella, cosa que finalmente hice.
Itachi iba vestido de saco y corbata con guantes negros, una máscara de un espíritu maligno era lo que cubriría su rostro, yo simplemente llevaba un antifaz color morado que cubría mis ojos. Solo nosotros dos íbamos en la limosina además del chofer de confianza de mi hermano.
Volvía a ver el reloj del vehículo. ¡A penas las 8.30 de la noche! Pensé un poco desesperado, aquellas fiestas que Tobi organizaba siempre terminaban alrededor de las 5 de la mañana.
Finalmente llegábamos. La mansión era un viejo castillo remodelado al gusto de Madara, era lo que todos denominábamos como "La Mansión Uchiha".
*Sakura Povs*
No tenía idea de la hora que era. Una limosina pasaba por mi casa a las 4 pm vendándome los ojos, me parecía un poco morboso, pero no tenía como negarme luego de aceptarle a Tobi Uchiha todas las condiciones y firmarle un contrato.
Estaba en una especie de cuarto que más bien parecía un sótano, calculaba que por lo menos unas 5 horas habían pasado pero inclusive podían ser en realidad 45 minutos, ¡pero solo Kami sama lo sabía! Al principio estábamos alrededor de 15 chicas con diferentes atuendos, todas llevábamos maquillaje excesivo con antifaz de diferentes modelos y colores, era difícil que pudiésemos distinguirnos fuera de allí. Mi atuendo era de sirvienta, traje negro con encajes blancos y mi cabello rosa suelto, la falda era bastante corta tanto que mis nalgas podían verse con claridad, medias negras hasta arriba de la rodilla con guantes blancos que pasaban mis codos, un antifaz de color verde y rosa que resaltaban mis ojos color jade. Todas las chicas se veían bastante entusiasmadas como si de ganar la lotería se tratara, pero todas sabíamos a lo que íbamos, serviríamos de prostitutas para los hombres de la familia más poderosa del planeta: Los Uchiha.
-¡Hola!- Se acercó a mi una chica vestida de pirata, con un pequeño short y una camisa blanca la cual se hacía un nudo en su busto dejándolo ver por completo, era bastante excesivo, sus pezones casi se salían de su escote, miré los míos y pensé que nunca tendrían comparación, aunque no me gustaba aceptarlo, era tan plana como una tabla.
-Hola...- Respondí, mi voz se quebraba al ver como poco a poco las chicas iban siendo llamadas, al final solamente quedábamos tres, mi corazón no podía latir más fuerte ni más rápido.
-No tengas miedo- Trató de calmarme mientras se sentaba a un lado –Este ya es mi 3er año que vengo aquí y nunca he tenido una mala experiencia, todos ellos son muy buenos, en todo el sentido de la palabra- Sonrió de manera pícara, lo cual me daba a indicar que así como comentaban los rumores, los Uchiha debían ser muy buenos en la cama –¿Cómo te llamas?- Dudé en decirle mi verdadero nombre, después de todo si estábamos disfrazadas era también por nuestra propia seguridad, tampoco era que iba a andar presumiendo que yo era una de las prostitutas de la familia Uchiha.
-Me... llamo... Jade...- Inventé lo primero que se venía a la mente, ella sonrió llevándose su mano derecha para tapar su boca -¿Qué es tan gracioso?- Pregunté con algo de preocupación.
-Nada... simplemente que pensaba que podemos hacer una joyería- No entendí el comentario y creo que lo reflejé en lo que mi rostro podía verse –Me llamo Gema y ella se llama Perla- Me indicó señalando a la que podía decir que era su amiga –Antes estaba una Rubí y una Zafiro y aunque no lo creas dicen que en otro lado hay una que se llama Swarovski- Sonrió de lo más divertida, no pude evitar sonreírme también, era una buena manera de desestresarme.
-Creo que todas nos inventamos ese tipo de nombre, ¿no?-
-Si, es mejor de esa manera, además a ellos les gusta, así que creo que has escogido uno muy bueno Jade- Volvimos a sonreír -¿Tú serás la virgen de esta noche?- Preguntó dejándome con un signo de interrogación en mi rostro –¿No te lo explicó Tobi?- Lo negué –Entonces, definitivamente no lo eres... lo que sucede es que todos los Uchiha se inician como hombres en esta mansión, es decir, su primera relación sexual es con una virgen que Tobi contrata, pero entre nosotras generalmente nunca sabemos quien es sino hasta después-
-¿Por qué hacen esto?-
-Ellos se creen los Todo Poderosos del mundo, son los mejores en cualquier actividad que se propongan, lo que significan que se cansan en el proceso, así que dos veces al año Tobi contrata a casi 75 y 100 mujeres seleccionadas exhaustivamente para que todos los hombres pertenecientes a la familia puedan disfrutar a sus anchas en sus diferentes fantasías, es por eso que si ves todas llevamos trajes diferentes y nos colocan en habitaciones de acuerdo a nuestra interpretación-
-¡¿75 a 100... mujeres?- Pregunté alarmada, Gema asintió -¿Y a dónde están todas? Aquí solamente pude contar que habíamos 17-
-¡Oh! ¡Así que eres buena para las matemáticas!- Sonrió, imagino que todas las que estaban allí con nosotros eran unas cabezas huecas -En realidad hay diferentes habitaciones y al parecer no colocan a mas de 20 en cada una de esa manera nadie más que él sabe en realidad que cantidad de mujeres somos las que estamos en esta fiesta- Explicó, todavía no entendía muy bien lo que sucedería o si esa noche me tocaría estar con más de un hombre, pero había aceptado aquello, con esa suma de dinero podría completar para pagar mis deudas y no sufrir como lo había estado haciendo desde hace semanas atrás.
No me lamentaré ni un día más de mi vida, esa era la promesa que me había hecho un año después que murieran mis padres cuando yo tenía 16. A pesar de todas las dificultades económicas y de haber dejado el estudio siempre tenía algo de comer en mi mesa, y el restaurante en el que trabajaba, a pesar que la paga en si era mala, las propinas me hacían sobrevivir bien.
-Flash Back-
-¿Vas a venir esta noche al karaoke, Sakura?- Me preguntaba mi amiga Ten-Ten, eran alrededor de las 5 de la tarde y aunque los comensales no llegaban aún, por ser viernes estaba segura que pronto abarrotarían el restaurante en el que trabajábamos.
-No Ten-Ten, esta noche tengo turno, así que estoy segura que saldré alrededor de las 2, vayan ustedes- Respondía tristemente mientras me colocaba mi pantalón negro y mi camisa manga larga blanca, uniforme dado por el restaurante.
-Oh... Bueno, te extrañaremos amiga-
Justo como pensaba la noche estaba movida, pero era especial porque había un tipo enmascarado, ya lo había visto noches atrás, tomando solo la mejor botella de champagne y un par de entradas, dejaba buenas propinas a las mujeres y cuando lo atendía alguno de mis compañeros siempre pedía cambio.
-Buena noche Sr. Tobi- Saludé mientras colocaba un vaso de agua frente a él.
-Oh! Señorita Sakura, no pensé que usted me atendiese esta noche, creo que es mi día de suerte- No pude distinguir si sonreía o no ya que su máscara lo tapaba por completo, era difícil saber si la ocupaba para tapar alguna monstruosa cicatriz o solo la utilizaba por excentricidad. Decían que era uno de los fieles perros sirvientes de la familia Uchiha, otros decían que era parte de ella, pero era difícil saberlo especialmente cuando solo pagaba en efectivo.
-¿Le puedo ofrecer algo de tomar?-
-Claro, tráeme una botella del whisky más caro y añejado-
-Esa botella cuesta casi $500, ¿no hay problema con eso?- Pregunté con cortesía haciendo una pequeña reverencia llevando la charola a mi pecho.
-mmm... Eso creo que representaría un problema- Aseguró mientras abría la solapa de su traje y sacaba varios billetes de $100 –Así que tráeme también un filot mignon para acompañarlo, de lo contrario me será imposible tomarme la segunda botella-
Asentí en señal de aprobación. A los pocos minutos le llevaba la botella y casi 35 minutos después la comida. Le ofrecí de todo mientras él solo aceptaba. Casi llegando a las 12 me pidió sentarme con él.
-Lo siento Sr. Tobi, pero por política del restaurante no puedo sentarme, además hay otras mesas que debo de atender-
-¿Podrías llamar al gerente o al dueño?-
-¿Hay algún problema?- Pregunté preocupada a que fuese a colocar alguna queja de mi persona.
-Oh no querida, es al contrario- No pude negarme ante la petición por lo que el mismo dueño del local llegaba a hablar con él colocándome detrás de él para saber de que se trataría.
-Buena noche Sr. Tobi, mi nombre es Jiraiya Mikaze y soy el dueño de este restaurante, me decía Sakura que necesita hablar conmigo, ¿Hay algún problema con el servicio o la comida?-
-Un gusto Sr. Jiraiya, pero no, con eso no tengo problema excepto con cierta política que me acaban de comentar- Jiraiya frunció su ceño, era obvio que no entendía a lo que se refería -Como podrá ver estoy solo desde horas atrás consumiendo solo mejor de su restaurante y le pedí a la señorita Sakura que me acompañara un rato, pero ella se negó rotundamente indicándome que por política del restaurante no lo puede hacer-
-Así es, lamentablemente en ese aspecto no puedo hacer nada que viole mis propias reglas-
-Si entiendo, un mundo sin reglas es uno envuelto en caos- Jiraiya asintió haciendo una pequeña reverencia dispuesto a retirarse creyendo que el problema se resolvía -Pero...- Interrumpió Tobi deteniendo la acción de mi jefe -En algunas ocasiones es bueno reconsiderarlo- Aseguró mientras extendía su mano con un fajo de billetes y una tarjeta de presentación encima de ellos. Jiraiya la tomó sin tocar el dinero, luego me miró.
-Sakura, si gustas puedes tomarte el resto de la noche, hay suficiente personal así que no te preocupes por ello- Aceptó para luego retirarse y tomar el dinero, miré confundida la situación, era difícil poder comprender lo que sucedía a mi alrededor, luego él me daría parte de aquel dinero la cual era un indicación del mismo Tobi escrita en la tarjeta de presentación.
-Ahora bien, creo que ya nadie podrá interrumpirnos- Aseguró el misterioso hombre al momento de levantarse y jalar la silla como si yo fuese una dama de alta sociedad.
Comenzó a interrogarme de muchas maneras, aparentemente aquel misterioso hombre conocía más de mi vida que yo misma. Pidió a una de mis compañeras unas "medias de seda" para mí, me parecía increíble que inclusive conociera mi bebida favorita, o ¿podría haber sido una casualidad?
-Dentro de un mes tus padres cumplirán 4 años de muertos, ¿no es así?- Asentí -Lamento mucho lo que pasó con ellos- Su tono de voz era de alguien que en realidad no lo sentía, pero no podía juzgarlo sin conocerlo, no aún -Un empresario famoso que se ve envuelto en actos fraudulentos llevando a la quiebra su negocio y su vida, toma a su hija adolescente de 16 años y a su joven esposa y emprende un viaje suicida logrando tirar en un barranco el auto que manejaba, sin embargo antes de conseguir su vil acto su esposa se revela ante él y como puede saca a su hija del auto mientras esta ve como estalla al llegar al fondo del precipicio- Estaba sorprendida, ¿Cómo demonios podía saber lo que había pasado con mi familia? Según la policía y lo que recordaba nada de eso podía salir en los tabloides, entonces ¿Cuál podría ser su explicación? –Aún con el dolor de su duelo y recibiendo reproches de parte de todos los acreedores se da cuenta de la verdad, su padre está en quiebra y al suicidarse no se considera una muerte natural, por lo que la deuda pasa a su pariente más cercano, en este caso, su hija de 16 años-
-Per...done... Sr... To...bi...- Intenté detenerlo, pero mi voz se quebraba y mis ojos se llenaban de lágrimas, me prometía olvidar el pasado aunque éste siguiese atormentándome, ¿Por qué un extraño como él venía a recordármelo? No entendía que era lo que pasaba.
-La hija tiene que dejar el instituto y buscar un trabajo, gracias a sus buenas aptitudes los encuentra, pero ninguno dura ni paga lo suficiente. 4 años después de ese incidente, todavía sigue pasando penurias para cubrir las altas cuotas que le imponen los bancos para pagarle a los acreedores que dejó su padre...-
-De...ténga...se por... favor...-
-Ahora esa chica paga por la culpa de su padre y no será fácil poderla redimir, a veces tiene para comer a veces no, pero a lo que nunca falta es a su responsabilidad financiera...-
-Ya...no... por favor...-
-Y a este día, tiene problemas para reunir la cuota que tenía que haber pagado dos meses atrás...-
-¡BASTA!- Grité sin darme cuenta levantándome de un solo golpe golpeando la mesa con ambas manos, todos volvieron a verme ocasionando que Jiraiya llegara inmediatamente.
-Perdone, Sr. Jiraiya, creo... que he perdido mi toque con las mujeres- Se excusó tontamente dejando escapar una pequeña carcajada.
-¿Sakura, estás bien?- Preguntó mi jefe preocupado, no pude responder.
-No se preocupe Sr. Jiraiya, pronto lo estará...- Aseguró, ¿Cómo podría decir algo así? Ni siquiera una disculpa podría borrar el que me recordara los instantes más amargos y triste de mi vida. ¡Si! Mi padre había sido un cobarde, pero para no dejarnos en las dificultades por las que estaba pasando actualmente nos llevaba a mi madre y a mí a ese paseo mortal, muertos los tres, ninguno sufriría, ¿¡Cómo se le ocurría pensar algo así! Mis lágrimas no dejaban de salir, a mi jefe no le quedó más remedio que retirarse al ver las acciones del gran cliente de aquella noche –Si, Sakura... yo se que esa niña eres tú, se que aún tienes una deuda enorme por culpa de él, no puedo ofrecerte a pagarla en su totalidad, ni siquiera una parte, pero si puedo ayudarte para que obtengas el dinero para que puedas pagar esas dos cuotas atrasadas que tienes y si es posible para que pagues un par de meses más-
-¿A qué... se refiere?- Estaba desconcertada, ¿Por qué yo? Tomé un pañuelo que él me ofrecía y con cuidado sequé mis lágrimas.
-Eres hermosa y tienes unos ojos que podrían envolver a cualquiera en una prisión de flores y perdición, eres justo lo que ando buscando para una... mmm... "fiesta" muy especial que se hace en honor a todos los Uchiha-
De esa manera comenzaba todo. Tobi me explicaba que en esa seudo fiesta, todos los hombres Uchiha sacaban toda la lujuria que existía en su cuerpo, acostándose con todas las mujeres que él les llevara, pero no podía ser cualquiera, sino que las más hermosas que Tobi escogiera y yo era una de las elegidas. Al principio fue obvio que me molesté solo por pensar que yo podría servir de prostituta de esos hombres, pero antes que pudiese enojarme dejaba pagada la cuenta además de mi propina incluida, $2,000 cuando la cuenta había sido por $1,478.98, el resto era mi propina. Se despedía diciéndome al oído "multiplica tu propina por 4 y eso recibirás por ir esa noche"
Ciertamente aquello llamaba la atención.
Después de pensarlo casi 4 días, acepté la propuesta. Me llevó un contrato en donde aceptaba todo tipo de cosas, me sometería a exámenes exhaustivo para comprobar mi salud (entiéndase no tener ninguna enfermedad venérea, ni terminal) antes y después de la fiesta. Los médicos pondrían inyecciones anticonceptivas antes y después para evitar un embarazo, lo cual me parecía bien, no podría soportar traer a un niño a este mundo en donde ni siquiera yo podía sostenerme sola. No hablaría de eso con nadie, no podría emprender alguna demanda de ningún tipo contra ellos, no llevaría celular o ningún otro tipo de aparato que pudiese servirme para grabar y dejar alguna evidencia. Aceptaría que me llegaran a recoger y a dejarme a mi apartamento con los ojos vendados para evitar conocer la locación exacta. Llevaría un antifaz para ocultar mi identidad así como un disfraz para satisfacer sus fantasías. También los invitados llevarían disfraces y máscaras o antifaces, por lo tanto tampoco podría pedirles que se las quitaran para conocer sus rostros y así una ensarta de condiciones a las cuales aceptaba. Me pagarían lo suficiente para pagar mi deuda de dos meses atrasados y al día siguiente de la fiesta me entregarían el resto.
-Fin del Flash Back-
-Buena suerte Jade...- Se despedía de mí Gema y Perla quienes eran llamadas dejándome sola en la habitación.
Si pudiese conseguir que cualquiera de los dos hombres más poderes de la familia Uchiha me escogiesen, tal vez me podría salvar de estar con varios más, Madara o Itachi Uchiha... Suspiré derrotada, ¡como si los conociese en persona y encima de todo tendría que adivinar quien era quien llevando un disfraz!
Tobi entraba a la habitación indicándome que ya era la hora de aparecer en "escena".
Fui llevada a través de varios pasillos hasta una nueva habitación, era un "café maid" en donde serviríamos té y dulces, aquello se volvía de lo más extraño cada vez más.
*Sasuke pov*
Al llegar a la mansión, mi hermano Itachi desaparecía como si de humo se tratara, total, no era que necesitara niñera a mis 21 años luego de haber estado en esas fiestas desde los 15.
Por doquier era solo sexo, cuartos sadistas, masoquitas, orgías, exhibisionismo; aunque nada me llamaba la atención pero empezaba a experimentar una pequeña y molesta erección. Aquella noche me prometía que no me cogería a nadie, aunque era una promesa demasiado difícil de cumplir, cuando durante las siguientes 8 horas lo único que se veía y escuchaban eran gemidos de placer.
*Sakura pov*
Tobi me llevaba por los oscuros pasillos de la mansión, los inmensos ventanales daban entrada a la luz de luna que se colaba entre ellos dando más bien un toque de misterio y romanticismo en lugar de uno tétrico.
-Oh, señorita Sakura se me olvidaba- Detuvo su paso dándose la media vuelta para verme directamente siempre a través de su máscara -Le recomiendo que utilice esta peluca negra, estoy seguro que resaltará el precioso color de sus ojos además que le servirá de una protección extra para que no sea reconocida por nadie-
Me entregó una bolsa con la peluca y me indicó el tocador más cercano para podérmela poner y acomodar con mi antifaz. Ciertamente era imposible reconocerme, inclusive para mí misma era difícil aceptar que la que estaba enfrente al gran espejo de ese tocador era yo.
Llegamos finalmente a la habitación que se ambientaba como un "café maid". Poco a poco los hombres empezaban a entrar, unos vestidos de militares, marineros y otros simplemente de traje y corbata, pero todos llevaban su antifaz o una máscara cualquiera, decían que en otros cuartos las máscaras representaban a demonios con cuernos y cicatrices, era una fortuna que yo estuviese en un lugar tan tranquilo (aparentemente).
Comencé a atender a los que llegaban ofreciéndoles de todo el licor a la disposición. Varios levantaban mi falda acariciándome las nalgas, como si de probar "mercadería" se tratara, algunos inclusive rozaban mi clítoris con sus dedos, gracias a que llevaba un pequeño hilo que apenas cubría mi zona íntima por delante y solo pasando un hilo extremadamente delgado por detrás.
No lo podía negar, aquello comenzaba a excitarme y lo demostraba empezando a humedecerme poco a poco.
*Itachi pov*
El lugar no cambiaba durante los últimos 10 años que lo visitaba, luego de una tradición de 40, lo que me hacía preguntarme, ¿Cuántos años tenían Tobi y Madara? Pregunta estúpida y sin relación para mis planes.
Exploré diferentes habitaciones las cuales ninguna fue de mi agrado, inclusive en esta ocasión abrían dos nuevas, la primera era la simulación de un convento, en donde algunos vestidos de "sacerdotes" seducían a las novicias y la segunda una exhibición de "sirenas", cada día me sorprendía de lo retorcida que era la mente de toda la familia, pero yo no era nadie para juzgarlo, por lo menos, no por el momento.
Llegué hasta donde siempre me había acomodado durante los últimos 5 años, el "maid café". Este año aparentaba que Tobi se esforzaba por conseguir mujeres muy bien formadas y excesivamente dotadas, a algunos inclusive se les salían los pezones de sus uniformes invitándonos a que nos deleitáramos con ellos, pero hubo una que llamo mi atención. Buen cuerpo, delgada, parecía ser fuerte, engreída, orgullosa y sobretodo plana como una mesa, era la que pasaba desapercibida de todos los idiotas, pero para mis ojos era un templo que necesitaba ser profanado.
Ordené un coñac con unos dangos, mis dulces favoritos, la peor combinación para otros. Pedí que fuese ella quien me atendiese, la chica de cabello negro y ojos color jade que parecía que si alguien la tocaba lo mataría con sus propios puños, me intrigaba el saber que haría al momento de hacerla mi mujer.
-¿Llamaba amo?- Preguntó con la obediencia que cualquier sirvienta debería de tener.
-¿Ya te cogió alguien?- Pregunté sin mas rodeo, odiaba tener que gastar saliva por gusto.
-¿Per...done amo...?- Preguntó con voz cortada, con eso pude entender que esa era su primera vez en ese lugar.
-Me escuchaste bien, Tobi nunca trae a sordas a este lugar- A pesar que su antifaz cubría casi todo su rostro pude ver como un leve sonrojo apareció en sus mejillas.
-N...no... amo- Respondió finalmente.
-Vamos entonces al cuarto VIP, no me gusta ser exhibicionista y siendo tu primera vez aquí dudo mucho que te agrade también-
-¿Co...mo lo sabe?-
-Como te lo dije anteriormente, Tobi siempre trae lo mejor y dudo mucho que también seas tartamuda, así que lo mas probable es que tu voz se corte por los nervios, por consiguiente ésta es tu primera vez aquí-
Abrió sus bellos ojos jade como dos platos asumí que pude acertar, no era que quisiera impresionarla, pero aparentemente empezaba a conseguirlo.
Salí de la habitación mientras ella me seguía como un perro fiel siguiendo mis pasos. Llegamos a una nueva en donde introduje una llave especial que Tobi me entregaba al llegar a la mansión. La habitación era amplia, con una cama con barrotes, techo y cortina, un pequeño juego de sillones en color rojo y música para ambientar el lugar, podía darme cuenta como siempre, que Madara no escatimaba en gastos para la lujuria que contenía su cuerpo.
-Chúpamela- Ordené al momento en que me senté en uno de los sillones individuales, ella no sabía ni que hacer, parecía una estatua de hielo.
Bajé la bragueta de mi pantalón y tomé su mano derecha para guiarla a mi pene que aun dormía, sus manos estaban calientes y eran extremadamente suaves, por lo que solo su tacto con mi piel hacía que mi miembro aún dormido comenzara a despertar.
-Espero no seas virgen, odiaría tener que parar-
