¡Primer vicio! Espero les guste.
Límite.
Siempre he pensado en mí como aquella persona inquebrantable que puede llevar a cabo cualquier tipo de reto o desafío sin algún obstáculo de por medio que me impida cumplir con mi misión; soy lo suficientemente terco como para no rendirme y tan extremadamente orgulloso que no me permito dejar vencer ante nada y ante nadie, sencillamente no existe ni en la más remota dimensión alguna clase de dilema al que no pueda hacerle frente por más difícil o imposible que parezca…o al menos eso pensaba…
Y ahora me encuentro aquí, sentado en mi habitación, reprochándome a mí mismo como he sido capaz de negarme ante este sentimiento que día a día me consume más y más, siendo sólo hasta el final de la jornada cuando me doy cuenta de lo cobarde que soy; puedo luchar contra grandes monstruos, combatir contra villanos psicópatas y salvar vidas ajenas arriesgando la propia pero me es tan complicado decir lo que siento frente a los demás, sobre todo frente a ella.
Escucho que tocan a mi puerta, dejo a un lado todos esos pensamientos que han rondado en mi cabeza tan persistentemente y me levanto con un leve cansancio debido a la rutina, abro la puerta esperando que sea un asunto trivial que no exija de mi plena concentración porque sinceramente en este instante no la tengo. Cual va siendo mi sorpresa que me voy encontrando con la última persona que hubiera pensado; es mas para que engañarse, Starfire siempre ha sido mi primer pensamiento al despertar y el último al… ¡No!, no es el último, ella siempre ha estado presente. Tal vez el idealizarla tanto hasta en sueños, sí lo sé no tengo remedio, ha hecho que inconscientemente la llame.
Cuando me mantengo ocupado durante el día mi cerebro se encuentra activo y lúcido pero es al final de la jornada cuando ella vuelve a ocupar cada idea proveniente de mí, mi cabeza se atrofia con tanta ansiedad y tan poco espacio, es como una especie de droga de la cual ya me hice adicto y aunque la adicción puede ser controlada la verdad es que no quiero hacerlo, pero sí necesito aceptarlo, aceptarlo frente a Starfire, únicamente eso me dejará más tranquilo; permitirme confesarle la razón de mi ser y saber si es recíproca.
-Robin, ¿Te encuentras bien? Te he notado muy extraño últimamente.-
Y sí, por más que no pueda expresarle mis sentimientos ella tiene esa sorprendente habilidad para notar cualquier cambio repentino en mí, ojalá que también pudiera saber lo que siento sobre ella así las cosas serían mucho más sencillas y no me sentiría tan nervioso y acomplejado como ahora.
-No te preocupes Starfire, todo está bien.-
Starfire me miraba fijamente a los ojos, como queriendo examinarme para cerciorarse de lo que le había dicho pero mi máscara le hacía complicado el trabajo.
-Robin yo…-
-"Quiero decirte algo"- Hablamos los dos al mismo tiempo.
Podía ver como Starfire se apenaba y sus mejillas adquirían un leve rubor.
-¿Qué sucede Robin?-
Fue cuando me tomó desprevenido, tenía planeado cederle la palabra a ella, pero esto solo me confirma la falta de valentía que tengo en este tipo de asuntos. En esta situación es cuando mis dotes de "buen conversador" salen a la luz.
-Pues…yo…quería decirte que…-
Me sudan las manos, me tiemblan las piernas y mi corazón late con fuerza, ¡Nunca he sido bueno para estas cosas!, ¿Por qué tendría que serlo milagrosamente ahora? Siento como la sangre sube de golpe a mis mejillas y mi garganta se cierra impidiéndome articular palabra o frase coherente, mientras ella me observa fijamente.
Es cuando me cuestiono el porqué de mi masoquismo, soy yo el único culpable de no hacer lo que hace mucho debí, desafortunadamente cuando tu mente y tu corazón te traicionan y deciden tomar rumbos distintos hay un afectado, y ese eres tú. Y si justo ahora mi mente no me responde, ¡Al menos lo hará mi cuerpo!, solo espero no arrepentirme…
Salgo del umbral de la puerta lentamente acercándome cautelosamente a Starfire que muestra una mirada de duda y curiosidad, mis músculos me han respondido mejor de lo que creí. La tomo de los hombros y veo como sus orbes verdes se abren con sorpresa, dirijo mi mano derecha a su mejilla y corto suavemente la distancia entre nuestros rostros, estamos a solo escasos centímetros y puedo sentir su tibio aliento rozando mi piel provocando que se erice por la sensación tan agradable.
La emoción y la excitación son tan desbordantes y fuertes que hacen que despierte de mi ensoñación, pues eso es lo que fue: Un dulce e inquietante sueño como los que he tenido con anterioridad; es tan frustrante idealizarte como un ser de voluntad propia cuando en realidad le pertenezco tan solo a ella, y eso no me desagrada en absoluto. Mas mi presente amerita borrar cualquier deseo y convertirlo en suceso para que la ilusión se torne efímera y mi gozo se vuelva eterno, ¡Eso es lo que más anhelo!
Opto por salir a despejarme a la terraza, para sentir el aire fresco y húmedo en mi cara, ¡Para que se lleve mis preocupaciones y temores! Dejando cual plumón de tinta indeleble los sentimientos y emociones que forman parte de mi identidad, los que me hacen ser como soy y los que le dan sentido a mi existencia.
Alguien se sienta a mi lado, volteo y me doy cuenta que es ella, Starfire, pues al parecer el viento también me la ha traído para tatuarme su presencia en lo más profundo del alma; es una especie de pacto irrompible e imborrable.
Esta vez estoy seguro que no es producto de mi imaginación, pues por más duro que parezca no hay ficción que supere a lo real.
No puedo evitar perderme en sus ojos y notar lo que es evidente: Lo que nos separa. Es como un muro de grueso espesor que está construido entre nosotros dos, a la espera de que tarde o temprano lo sobrepase para llegar al otro lado; una barrera tan clara y transparente pero a la vez tan densa e infranqueable siendo la única opción enfrentarla y traspasarla, y es que el límite entre la realidad y la fantasía está a tan solo un paso…
Próximo Vicio...
Violencia.
"Sabía que ésta era una pelea en la que no sólo enfrentaría al enemigo... si no también a la persona que amo, y ése era mi más grande tormento."
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