En la habitación se escuchaba aquel ruido casi ensordecedor del despertador el cual marcaba exactamente las 6:30 am. Kyuhyun no tuvo otra opción más que levantarse a regañadientes apagando esa molesta alarma que parecía querer hacerle sangrar los oídos, de sus labios se escapó un largo suspiro antes de levantarse completamente de la cama encaminándose directo al baño para darse una buena ducha caliente.
Cho Kyuhyun estudiante de literatura de la prestigiada universidad de Seoul, vivía solo en un departamento cerca de la universidad, con el pretexto de volverse más independiente. Precisamente ese día era el primer día de clases de su quinto semestre de carrera y habría un montonal de 'niños' de nuevo ingreso rondando por los pasillos de la universidad.
Había terminado de arreglar su cabello y dándose un último vistazo en el espejo
antes de salir de su departamento con su mochila al hombro para caminar a la universidad.
Como era de esperarse el lugar estaba lleno de rostros nuevos, de alumnos de nuevo ingreso completamente perdidos en los alrededores del campus, lo que le hizo recordar sus días de recién ingresado a la universidad.
- Cho Kyuhyun ¿Qué acaso ya no recuerdas a tu mejor amigo?.-
Esa voz le sacó de sus pensamientos haciéndole girar su rostro encontrándose con esa inolvidable persona, su amigo de toda la vida, un chico de cabello teñido en un chillante color anaranjado. Lee Donghae.
-No lo sé, ese bastardo me dejó sólo las vacaciones de verano.-
El pelirrojo simplemente soltó una carcajada acercándose a su mejor amigo para darle un fuerte abrazo. Y así pasaron alrededor de unos 20 minutos mientras seguían su camino hacia los salones de clases, riendo por las anécdotas de verano que le contaba Donghae. Al parecer se había divertido bastante en Grecia con su familia y lo mucho que le extrañó. La verdad era que había sido invitado a ese viaje por la familia de Donghae pero el dinero le había hecho la misma jugada de siempre, por lo que simplemente no pudo ir, y por nada del mundo se acercaría a su padre a pedir dinero.
Su querido amigo Hae seguía parloteando sobre su viaje y sinceramente no estaba poniendo mucha atención gracias a una delgada y pequeña figura, algo perdida por cierto, que caminaba completamente pegada a la pared de los pasillos. Dejando a su mejor amigo con la palabra en la boca, se fue acercando a esa silueta de cabellos rubios.
-¿Estás bien?.- Habló de manera suave al chico de cabellos rubios, una vez que estuvo lo suficientemente cerca de él, mirándole de espaldas.
-El se llevó mi mochila…no sé, no sé dónde está…-Murmuró el chico de voz angelical en un tono de voz angustiado y algo desesperado. Todo parecía indicar que el chico era de nuevo ingreso por lo que decidió acercarse un poco más para lograr verlo y poder ayudarle un poco. No pudo siquiera mencionar palabra alguna, lo que tenía al frente suyo debía ser algo completamente divino, la palabra "Hermoso" no alcanzaba para describir la belleza del chico que tenía frente a sus ojos, ese rostro de facciones finas muy bien delineadas, una piel blanca como porcelana, un hermoso cabello dorado que hacía juego con esos hermosos ojos oscuros, ligeramente rasgados con una mirada un tanto perdida, pero aquello que resaltaba completamente y hacía la perfección de su rostro aún más perfecto de lo que ya era, eran esos labios, delgados y suaves, del color de una fresa, en una forma hermosamente acorazonada.
No pudo mencionar nada, ni siquiera pudo hablar simplemente se quedó frente al chico tratando de asimilar lo que sus ojos acababan de ver cuando algo chocar con su pecho le hizo salir de su pequeño trance.
-Lo siento, no me fijaba por donde iba.- Musitó aquel hermoso chico con esa dulce y angelical voz "¿No se fijó por dónde iba? Si estaba al frente suyo" Pensó un tanto extrañado por lo sucedido.- Eres nuevo aquí ¿No es así? Soy Cho Kyuhyun ¿Cómo te llamas?.- Cuestionó a ese hermoso ser que se asemejaba a un ángel, tan frágil, tan dulce. –A..así es… Mi nombre es Lee Sungmin… esa… persona se llevó mi mochila y mi bastón…- El chico de los cabellos dorados se tornó un tanto nervioso a medida que hablaba. –N..no recuerdo su rostro..- Antes de que el Kyu pudiera contestar, una voz robusta detrás de él le impidió aquello. –¿La nena no recuerda éste sensual rostro?.- Kyu giró dando un largo suspiro, para encarase con el dueño de esa conocida voz, un bravucón desde que tenía memoria. –Kangin ¿No crees que ya eres lo suficiente mente grande como para seguir molestando a las personas menores que tú?.- Reprendió a aquel alto y corpulento chico mientras arrebataba de sus manos la mochila del chico con rostro de ángel y su bastón...¿Un bastón? Quedó mirando a este objeto por unos segundos algo desconcertado antes de que el mayor hablara. –Eishh Kyuhyun. Rescatando niños desde jardín de niños, eres tan aburrido.- Sin más Kangin sólo se giró retomando su camino. Sin más, acercó las pertenencias del rubio mirándole con una suave sonrisa mientras éste las tomaba con un suspiró y una sonrisa de alivio. –Gracias en verdad muchas gracias.- El rubio hizo una reverencia a la pared lo cual provocó que Kyu ladeara un poco su rostro, acercando con lentitud su mano al rostro del chico moviéndola con suavidad, sorprendiéndose de sobre manera al notar que no había reacción alguna ¿Podía ser real? ¿Era…era ciego? Alejó su mano con la misma lentitud con la que la acercó mirando ese hermosos rostro, el cual mantenía una dulce sonrisa en esos acorazonados labios.
