Un ángel caído del cielo.

Sakura Haruno, una de las supermodelos mejor pagadas y más cotizadas de todo el mundo, su físico es imponente, al verla cualquier hombre, e incluso mujer, se queda literalmente sin habla, y es que no solo su altura de 1.78 m. la hacían sobresalir del resto de las mujeres, si no que parecía tener el físico perfecto, un rostro angelical del cual sobresalían unos grandes y expresivos ojos color verde jade, que eran su sello distintivo, una nariz fina y respingada y unos labios carnosos, que según varias revistas de moda eran de los más sensuales de entre las famosas, además de poseer uno de los cuerpos más sexies , con medidas perfectas y con todos los músculos bien marcados y tonificados, ya que su trabajo así lo requería.

Ella tenía sin duda una arrebatadora combinación de sensualidad y belleza, tal vez por eso era una de las mujeres más deseadas a sus escasos 23 años.


Desde pequeña había llamado la atención de las personas con el rostro tan fino que la genética le había dado, además de que su madre la había inscrito a clases de gimnasia cuando tan solo tenía 6 años lo cual le sirvió para que su cuerpo fuera tomando una esbelta silueta y firmeza, con forme fue creciendo fue complementando el ejercicio que hacía con otros deportes, como el patinaje e incluso le gustaba mucho jugar voleibol, era muy buena.

A la edad de 14 años su cuerpo comenzó a ser uno de los mejores formados de su escuela, y sumando su belleza facial, no tardo en tener la absoluta atención de la mayor parte del cuerpo estudiantil masculino, además de que era la capitana del equipo de basquetbol y volibol de su escuela, lo cual solo la volvió más interesante a los ojos de los chicos, y ayudo a que su cuerpo creciera más que el del resto de las chicas de su escuela.

Cuando recién cumplió 15 años, fue descubierta por un representante de una importante agencia de modelos de Tokio, mientras estaba de compras con su madre en el centro comercial. Le dio mucho trabajo convencerla, más a su madre que a ella, de convertirse en una modelo, su madre era una persona muy desconfiada con esas cosas, pues había visto en varias películas y series de televisión como los tratantes de personas engañan a las chicas prometiéndoles convertirlas en grandes modelos, pero accedió con la condición de que ella estuviera presente en todas sus actividades.

Así dio el salto a la fama como modelo, rápidamente comenzó a patrocinar diferentes marcas y a aparecer en pasarelas, primero solo en la ciudad, después en todo el país.

A los 18 años, ya era una top model reconocida en todo el continente, pero ella quiso intentar ampliar sus horizontes, por eso tan solo espero a terminar la preparatoria se fue a Europa, para seguir con su carrera.

Chanel, Dolce & Gabbana, Dior, Versace, Balenciaga, Alexander McQueen, son algunas de las marcas que la habían contratado, lo cual le dio aún más fama de la que ya tenía, volviéndola más cotizada entre los diseñadores, e innumerables pasarelas por las cuales había desfilado la hicieron más experimentada, la semana de la moda en Milán, en París, en Londres. Ella era la modelo del momento, su rostro se encontraba en todas las portadas de las revistas de moda.

Tenía una vida perfecta, las actrices y cantantes más famosas eran sus amigas, era invitada a las mejores fiestas, viajaba en jets privados, tenía millones de dólares en sus cuentas bancarias, era el ídolo de todas las adolescentes que querían ser modelos, y que decir de sus pretendientes. Actores, cantantes, directores de cine, deportistas, empresarios, modelos, hijos de políticos e incluso los mismísimos políticos la pretendían, tenía una larga lista de pretendientes, a diario llegaban a su lujoso departamento, joyas valuadas en miles e incluso millones, costos bolsos y prendas finas de diseñador como las que ella modelaba, ella era toda una diva.

Sin embargo, y pese a la vida de ensueño que llevaba y que muchos quisieran tener, siempre sentía que le faltaba algo, y ella sabía muy bien que era… amor. Ella sabía que tenía miles de pretendientes que se morían por salir con ella, sin embargo, solo se fijaban en su físico, y ella necesitaba a alguien que la amara de verdad.


Cuando tenía 20 años, conoció a un fotógrafo y pintor francés llamado Sai, de 29 años, fue contratado para realizar una sesión de fotos de una prestigiosa marca que iba a promocionar su línea de zapatos para una nueva temporada, de la cual Sakura era el rostro. Terminado el agotador trabajo, fueron a un bar y comenzaron a platicar animadamente, Sai era muy intelectual y eso atrajo mucho a Sakura, pasaron 5 meses de amistad y comenzaron una relación amorosa, que pronto atrajo la atención de los medios más que nada por la diferencia de edad de casi 10 años.

Se enamoró rápidamente de él, y el de ella, siempre la llamaba ma muse, ma jolie fille, y demás cariñosas palabras en francés que a ella la hacían derretirse de amor.

Todo iba de maravilla, cuando llevaban 7 meses de relación Sai logró abrir su propia galería, con todas la fotos y pinturas que había creado a lo largo de toda su carrera, pero al llegar a una sección, todo mundo observó que a lado de la puerta, estaba escrito, en francés, sobre una placa de platino la leyenda "para mi eterna musa, la mujer más hermosa que mis ojos han tenido la dicha de ver" al entrar, todo mundo se quedó anonadado, la habitación contenía fotografías en incluso algunas pinturas de Sakura, en todas sobresalía su bello físico, fotografías de perfil, en blanco y negro, de cuerpo completo, y muchas más, pero la que llamo la atención de todos fue la que se encontraba al fondo de la habitación y que daba de frente a la entrada de la sección.

Era una fotografía que solo enfocaba el rostro de Sakura, desde un ángulo lateral en donde se podía apreciar el perfecto perfil de la chica, pero lo que más llamaba la atención eran sus grandes y hermosos ojos, y al ser tomada la fotografía con una cámara de alta definición, se podían observar a detalle y muy de cerca los ojos que parecían dos jades con un gran brillo.

Sakura se sentía inmensamente feliz a lado de él, pero a pesar de que todas las fotografías y pinturas tenían títulos claramente cargados de cariño y alabando su hermosura, ella no vio en ninguna la palabra amor, lo cual la puso un poco melancólica, pero lo disimuló muy bien.

Cuando cumplió 21 años su manager le comunicó que una de las principales marcas de lencería a nivel mundial quería que ella formara parte de su grupo de modelos, conocidas como Ángeles, le dijo que obtendría aún más fama de la que ya tenía y además le pagarían muy bien, pero que para eso tendría que mudarse por un tiempo a la ciudad de Nueva York.

A partir de ese momento la relación con Sai comenzó a deteriorarse, los primeros meses mantenían contacto a diario, pero con forme Sakura fue obteniendo más fama con la marca, más la utilizaban para campañas y apariciones en público, por lo cual estaba cada vez más ocupada y tenía menos tiempo libre, y al año siguiente…. Sucedió lo que más temía.