I
Cita doble
Junio, 2001
Hermione observó a su alrededor con curiosidad. Era la primera vez que entraba en la casa de Johnny desde que comenzaron a salir, unas semanas atrás. Observó los sillones, la alfombra y las paredes e inconscientemente arrugó la nariz. Todo el lugar gritaba que vivía un hombre solamente.
Se volvió aún con la nariz arrugada encontrándose con su novio observándola mientras seguramente esperaba que hablara del lugar. Inmediatamente sonrió como si de verdad le gustara la decoración.
-Me gusta, es muy…- buscó una palabra lo suficientemente cortés para describirlo -… masculino- Johnny sonrió en respuesta, obviamente orgulloso del cumplido que la chica acababa de hacerle.
-Gracias, aunque no tengo mucho tiempo para decorar y esas cosas, me gusta mantenerlo todo ordenado- Hermione no podía decir nada al respecto, el que fuera ordenador ya era un punto a favor.
-oh, entiendo. Los hombres nunca tienen tiempo para decorar- bromeó –recuerdo como Harry me tuvo que pedir ayuda para decor...-
La voz de Hermione se fue desvaneciendo cuando observó la expresión en la cara de Johnny. Intentó ocultar su irritación; cada vez que nombraba a Harry el muchacho ponía cara de pocos amigos. Hermione se preguntó como será ahora que tendrían una cita doble con Harry y su novia, Mary Sinclair.
-¿Hay algo que te molesta, Johnny?- preguntó, como si no tuviera la mínima idea de lo que le sucedía. Johnny se encogió de hombros y se limitó a mirar el suelo con suma concentración -¿nada que quieras confesarme? Muy bien, entonces nos deberíamos ir, Harry y su novia deben de estar esperándonos.
Johnny asintió y juntos salieron del departamento en el centro de Londres del muchacho dirigidos al restaurant donde se encontrarían con Harry y Mary.
-Debe de estar por llegar- murmuró Harry Potter observando a su alrededor. Mary, a su lado, soltó un suspiro cansino.
-Por lo que me has dicho, ella nunca llega tarde- murmuró más para sí misma que para él –Según tú, es perfecta
-¿Qué has dicho?- Harry se volvió hacia ella y Mary negó rápidamente la cabeza.
-Solo que tu siempre dices que ella nunca llega tarde- contestó con rapidez y Harry volvió a mirar a su alrededor, sin una pista de lo que acababa de decir su novia. El pie del pelinegro golpeaba rápidamente el suelo mientras observaba el reloj con impaciencia. Sintió la mano de Mary tomar la suya y levantó los ojos.
-Ya llegarán, ¿ok?- El pelinegro sonrió sin que la sonrisa le llegara a sus ojos verdes. Se sentó recto y observó a su novia que le sonrió abiertamente.
-Y… ¿cómo estuvo tu día?- La sonrisa de Mary desapareció casi inmediatamente haciendo que el muchacho se preguntara que había hecho mal.
-Me has preguntado lo mismo desde que me fuiste a buscar- dijo la chica en un susurro, obviamente intentando ocultar su enojo. Harry tragó saliva. Había muchas cosas que Harry hacía por nerviosismo que luego no se daba cuenta que había hecho.
Estaba a punto de hablar cuando una cabellera castaña rizada le llamó la atención desde la puerta del restaurant. Se quedó mirando fijamente e inmediatamente una sonrisa que sí llegaba a sus ojos apareció en sus facciones cuando los ojos de Harry se encontraron con los castaños color miel de Hermione Granger, su mejor amiga en todo el mundo.
La chica le sonrió y se apresuró a tomar el brazo de un hombre pelinegro, alto y delgado con ojos casi iguales a los de Hermione, sólo que, según Harry, no tenían el brillo que Hermione poseía en sus ojos. El ojiverde se levantó y lo mismo hizo Mary, claro que ésta con más lentitud que su novio.
-No hemos llegado tarde, ¿cierto?- preguntó Hermione mientras se soltaba del agarre del hombre que la acompañaba y extendía sus brazos hacia Harry. El muchacho se apresuró a darle un gran y fuerte abrazo que duró unos cuantos segundos.
-No, por supuesto que no- contestó Harry al separarse. Sus ojos pasaron de Hermione a su acompañante y luego de nuevo a Hermione, que entendió lo que quería decirle y se acercó a Johnny de nuevo.
-Harry, él es Johnny Boot- musitó la castaña y Harry se apresuró a sonreír con amabilidad y a estrecharle la mano al muchacho –Él es hermano mayor de Terry, ¿recuerdas?
-Oh, ¡por supuesto! No te reconozco de Hogwarts- contestó Harry centrando su atención en Johnny, que mostró su sonrisa más fingida que Harry se tuvo que morder el interior de su mejilla para no reír.
-oh, ustedes acababan de terminar quinto curso cuando yo había terminado mi séptimo curso- Harry arqueó las cejas. Nunca pensó que Hermione saldría con alguien dos años mayor. Por supuesto que no tenía nada malo en ello, era sólo…
-Hermione, ella es mi novia Mary- El ojiverde se había recordado de pronto que Hermione no había conocido a Mary todavía, puesto que él se había negado a pesar de que la castaña le pidió muchas veces hacerlo. Finalmente y luego de salir con la muchacha rubia de ojos café por alrededor de dos meses, Hermione tendría la oportunidad de conocerla. La castaña sonrió abiertamente mientras se acercaba a la rubia y le estrechó la mano. Harry observó a Mary y tragó saliva.
Los ojos de Hermione demostraban la misma amabilidad con la que se dirigía a todos. Por otro lado, Mary se notaba irritada y sus ojos estaban casi imperceptiblemente entrecerrados mientras sonreía con lo que Harry podría jurar que era una sonrisa falsa, tan falsa como la que Johnny mostró momentos atrás al saludarlo.
-Tú debes de ser la famosa Herms- contestó Mary. Harry se quedó paralizado. La llamó Herms. Mala señal. Muy mala señal. Hermione se tensó pero en su cara no se inmutó la sonrisa.
-Hermione- musitó la castaña, visiblemente irritada por la confianza de la muchacha, que tragó saliva y dio un paso atrás, completamente intimidada.
Harry suspiró. Genial, y así comenzamos.
-No sé como fue que salió todo mal- murmuró Hermione mientras se sentaba cuidadosamente en el largo sofá color café del departamento de Harry, Ron, Luna y ella con dos grandes tazas de té y le tendía una de ellas a su mejor amigo que la tomó suspirando con sufrimiento –Llegamos al restaurant siendo novio y novia de alguien y salimos solteros
-Sip- contestó el muchacho dando un sorbo del té –Hacer una cita doble no ha sido nuestra más brillante idea- continuó y Hermione rió por lo bajo –Pero supongo que… por lo menos para mí, era cuestión de tiempo para que terminara con Mary. Nosotros no… conectamos ¿entiendes?- Hermione asintió –Yo sólo… tal vez fue por lo mejor
-Por supuesto que es lo mejor, Harry… ¡La chica te abofeteó en frente de todos!- Harry rió y su mano instintivamente pasó a su mejilla.
-Sí, mostró su lado salvaje justo en el momento indicado- contestó negando con la cabeza –Pero Johnny… oh, Johnny fue mejor, ¡creí que el muchacho lloraría cuando le dijiste que terminaban!- Hermione soltó una carcajada.
Luego de que Mary cometiera ese error tan grande de llamar a Hermione por el apodo que solamente Harry y Ron tenía permitido usar, los cuatros se dispusieron a comer; todo comenzó normal, entre chistes, anécdotas, etc. Luego de un tiempo, Hermione y Harry comenzaron a hablar entre sí y a dirigirse miradas cada diez segundos. Mary por supuesto estaba harta, por lo que decidió que la mejor forma de "marcar territorio" era besar a Harry en frente de todos sin ninguna razón aparente.
Esto tomó al pelinegro por sorpresa, por lo que cuando dio un respingo, la mesa se movió e inmediatamente la copa de vino de Johnny se cayó sobre él muchacho, que aunque estaba enojado con Harry y Hermione, había soportado mostrando la sonrisa más falsa que Harry había visto jamás… hasta ese punto.
Johnny se volvió loco, insultando tanto a Mary como a Harry por tal estupidez; Hermione se enfureció al ver que su novio le gritaba de una forma brusca a su mejor amigo y lo defendió, alegando que no tenía ningún derecho de reclamarle nada a Harry pues había sido sólo un accidente; ahí apareció de nuevo Mary
-Oh, así que eres la abogada de los pobres- dijo con sorna. Hermione se volvió hacia ella con los ojos muy abiertos y Harry frunció el ceño.
-Mary, no tienes por qué ser tan grosera con Hermione. Ella sólo…- Pero Harry no pudo continuar porque la chica se levantó lanzando la servilleta al otro lado de la mesa.
-¡Estoy harta de Hermione! Cada vez que estamos juntos comienzas a hablar de Hermione sin parar- gritó atrayendo la atención de todos en el lugar –"oh, Hermione me dijo esto", "Hermione me dijo aquello" "Hermione piensa esto" "Hermione no cree en esto", ¡ya estoy harta de que Hermione esté más en nuestra relación que tú mismo!
El restaurant se quedó en completo silencio y el ambiente se había tornado tenso. Por un lado, Harry estaba con la boca abierta, por otro lado estaba Hermione con el ceño fruncido y los brazos cruzados y finalmente estaba Johnny que parecía arder de furia todavía por el accidente.
-Mary, creo que, como es obvio para todo el restaurant, lo nuestro no va a funcionar- murmuró Harry intentando que solamente ella escuchase –Así que…
-¿Estás rompiendo conmigo?
-¿Y todavía te sorprendes? Obsérvate, haciendo el ridículo por unos celos que no tienen ni pies ni cabeza. Muy bien sabías tú que entre Hermione y yo no hay nada- Harry comenzaba a perder la paciencia, pero se negaba a ser tan estúpido como para crear una escena más en ese restaurant donde ya estaba bastante humillado.
Y como si Mary hubiese leído sus pensamientos y quisiera exactamente lo contrario, la rubia se levantó y le dio una bofetada con fuerza, volteándole la cara. Cuando se recompuso de la bofetada, Mary se había ido.
Allí empeoraron las cosas entre Hermione y Johnny.
Hermione se abalanzó sobre Harry para ver si se encontraba bien, lo que inmediatamente hizo saltar de su asiento a Johnny que la tomó de la muñeca con fuerza mientras le pedía que se fueran de ese lugar; Hermione se negó diciendo que tenía que estar con Harry ahora, y Johnny comenzó a decir cosas como:
-¿Por qué siempre él? Vives con él, estás todo el maldito día con él, cada vez que quiero estar contigo estás con él… Y no me vengan con el cuento de que son mejores amigos porque no me lo creo
-¿tú también padeces de esos estúpidos celos, Johnny? Por Merlín, compórtate como el hombre de veintitrés años que eres- comentó Hermione sin prestarle mucha atención al muchacho pues observaba la mejilla de Harry marcada con la mano de Mary. Unos segundos después Hermione lo miró con ojos entrecerrados -¿sabes qué? Creo que tú y yo tampoco vamos a funcionar, los celos no están en mi vocabulario
Tanto Harry como Johnny se quedaron paralizados, y el ojiverde podría jurar que vio lágrimas en los ojos del ahora ex novio de su mejor amiga.
Y así Johnny se fue dando patadas a todo lo que se le presentaba, mientras Harry y Hermione se dirigieron a la calle para aparecerse en el departamento que compartían con Ron y Luna.
Y allí se encontraban ahora, riendo de lo que acababa de sucederles.
-Ahora que lo pienso, no sé ni como es posible que me haya gustado Johnny
-Créeme que luego de vi sus lagrimitas, también me pregunté lo mismo- contestó Harry .
-Si, y además celoso por ti- musitó Hermione, negando con la cabeza. Harry bufó.
-Pues no es la primera vez que dejado a una chica porque no se acostumbra a estar a tu alrededor, eso lo sabes muy bien
-Lo sé, todas se sienten incómodas porque tienes una amiga mujer
-Herms, amiga no, mejor amiga… y sí, es a veces frustrante que no lo entiendan, ¿sabes?
-Que te hagan escoger- Esta vez fue Hermione la que bufó. Harry recostó su espalda en el apoya-brazos del sofá alargando más la manta que cubría a los dos.
-Pues ella es la que perderá. La que se case conmigo tendrá que lidiar contigo metida en mi casa las veinticuatro horas al día, siete días a la semana- La castaña rió dejando la taza vacía en la mesa de centro.
-No las veinticuatro horas al día pero sí mucho tiempo- comentó la ojimiel –Y lo mismo tendrá que aceptar la persona con quién me case, esos celos no van conmigo
-Ni conmigo- acordó el ojiverde y observó a su mejor amiga, que en ese momento soltaba un suspiro y se cruzaba de brazos –Ok, ya puedes decirme que te ocurre
Hermione se volvió a mirarlo -¿De qué hablas?
-Te conozco más que a mí mismo. Dime que te ocurre- contestó Harry acercándose más a ella y pasándole un brazo por la cintura. Hermione soltó otro suspiro.
-Es que… cada vez me sucede esto, parece que nadie puede aceptar el nivel de nuestra amistad. No lo entiendo, es ridículo. Y eso me hace pensar…- la voz de su mejor amiga se fue desvaneciendo.
-¿Qué, Herms?
-Que tal vez nunca encuentre una persona que acepte nuestra amistad y esté bien con ello- contestó la muchacha. Harry apretó su agarre y le dio un suave beso en la frente.
-Pues eso no es cierto, por supuesto que conseguirás a alguien, Herms, no seas tonta- contestó con voz dulce –Lo que sucede es que todavía no lo has conocido, pero ya verás. No te preocupes por ello, ya llegará cuando menos te lo esperes- Harry se sintió realizado cuando Hermione finalmente le sonrió mientras le daba un abrazo.
-Gracias, Harry- murmuró y luego se separó de él un poco.
-Pero si no lo encuentras no es que me dejarás, ¿cierto? Sabes que no sé que haría sin ti- Hermione rió y lo golpeó con suavidad.
-Por supuesto que no te dejaría, Harry, ni aunque deba terminar solterona por ello- Sin más, Hermione se levantó no sin antes plantarle un beso en la mejilla donde Mary lo había golpeado y susurrarle –Para que te sientas mejor
-¡Eh, Hermione!- la llamó el ojiverde cuando ésta ya había entrado a su habitación -¿Dónde está Ron?
-No lo sé, debe estar afuera con Luna- contestó la muchacha.
-Muy bien, Herms, buenas noches- Harry pasó por la puerta de la habitación de Hermione y la golpeó dos veces en forma de despedida antes de entrar a su habitación.
-¡Buenas noches, Harry!
¡Feliz Navidad a todos, nos veremos en el siguiente capítulo!
