Moverse
Resumen: |ItaSasu| El movimiento. El movimiento incansable es la única forma que se presta a ser causa y consecuencia. Está en tus manos detenerte como lo está detener los cauces –por más liberales que sean– entre tus compuertas. Hasta está en tus manos continuarlos. Continuarlos si así lo deseas.
Disclaimer: Sasuke e Itachi pertenecen a Masashi Kishimoto. Y Orochimaru también (¡qué lástima! ^^)
Notas: Hoy tenía el día libre entonces me puse a mirar una serie que estaba muy bonita, y, aún así, que me alteraba un tanto la paciencia que algunos de los personajes fueran tan (con todo respeto) cobardes de acatar lo que les dictaba el corazón. Y, a veces, esa actitud se la atribuyo un poco a (con todos mis respetos otra vez) Itachi-Nii.
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"Digamos que tengo una meta. Si tuviera que decirlo con palabras…Me gusta ver moverse las cosas." Orochimaru
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No quieres arrimarte al muro, no quieres siquiera rozarlo, pretendes que te empuje, pretendes que te rodee contra él. Tus labios tan apetitosos, tus caricias ávidas y persuasivas. Te arrincono y ya no hay escapatoria.
¿Es éste el atajo que me pides? Con urgencia me desatas de la cumbre de la razón para perecer a las encumbradas lenguas de fuego que son tus presiones y tus pasiones para mí. No te gusta que me repita, tan sólo ansías que te aprisione contra mí.
Las aguas fluyen, temperamentales, impasibles, calmas, erosionando las rocas de la superficie, carcomiendo las playas, aventajando y zanjándose sus propios territorios con sus condiciones y sus límites. Me pretendes sin aleccionarte de reglas y esquivando sermones. En el reflejo cristalino del espejo de agua nada puede parecer más irreal. Harto inverosímil.
Pensar cómo la geografía de este lugar adónde pertenecemos haya podido cambiar tanto. Pensar como las catástrofes orográficas, como revoluciones, han desconfigurado estos paraísos habituales tan paulatina como morrocotudamente.
Un sueño de pesadilla. Jugando a los arrumacos.
–Sasuke –es arrojar una piedra en el lago y dejar la huella de múltiples ondas en el agua. Incolora, insípida, inodora. A mi parecer, es un abanico tan variado y diverso dónde motivos varios tienden a hacer su aparición en azarosos turnos y vueltas.
–Basta –me replicas, un reproche inusitado en tu voz. Cómo si ya no tuviera suficiente para echarme en falta.
Le doy la espalda a tu mandato que no es más que el afán diario de costumbre, conociéndote y a tus pretensiones. Te ufanas en que estamos ahogados entre las olas y la contracorriente, ¡qué aspiración más ridícula y displicente!
Te remueves desde tu posición inicial y me acaricias los labios con tus propios. Seguimos andando, seguimos oyendo en conjunto el sonido del agua desplazarse y colarse por entre nuestro amor y su ciclo acuoso, lagrimeante.
Te retengo y dejo escapar un suspiro en el interior de tu boca. Tu boca de agua que se funde en cascadas de besos alrededor de mi cuello, en tormentas de estío que cunden a la marea más desgraciada…nos abandonamos a ser náufragos sobre una balsa. Es una balsa precaria pero posee remos. Y, ¡qué remos!
Oteas el horizonte con tus dedos entrelazados entre los míos y me demandas lo imposible. Observamos como las aguas se retiran lentamente. Vencidas.
Vencidas han llegado hasta la costa para consolarse con la vista de un montón de rocas que, severas y puntiagudas, les explican rechazos.
No cantes victoria antes del final.
~Fin*
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Notas finales: Mis disculpas por la prosa harta desesperante. Comentad, kudasaii~?
