Aquí un pequeño drabble SuFin, porque me encantan, y porque la Navidad grita Finlandia.
Obviamente, APH pertenece a Himaruya-sensei.
El invierno escandinavo es duro. Tal vez duro es decir poco. Tal vez sea simplemente insoportable para alguien que no esté acostumbrado, pero para Tino no lo es.
Es la mañana de Navidad, y pese al agotamiento y el frío, Tino está desnudo y de todo menos dormido. Pero no tiene frío en absoluto. Unas manos enormes y cálidas le alzan un poco del colchón y le acarician suavemente la espalda. Unos labios besan los suyos repetidamente, cada vez más intenso, cada vez más profundo. Cuesta respirar, cada bocanada de aire se hace más pesada y difícil, y más cuando esos labios se despegan de los suyos para probar la piel de su mejilla, de su cuello… mientras esas manos cálidas y afectuosas hacen dibujos en la piel de su espalda, de sus hombros, de su nuca…
Y al final, cuando Tino siente que no puede más, Berwald le mira a los ojos, con una pequeña sonrisa de felicidad que solo a él le está permitido ver de esa forma.
― Jag a"lskar dig…
El aludido traga saliva, sintiendo sus mejillas aún más rojas si es posible. Suecia le acaricia los labios de nuevo, despacio, y después se separa un poco. Es entonces cuando Finlandia empieza a tener algo de frío, y por supuesto que a Berwald no le pasa inadvertido. Le arropa bien con las sábanas, y le hace sujetarlas con las manos. Y pese a que en un primer momento no entiende lo que ocurre, su mente empieza a aclararse cuando el sueco se cuela bajo las sábanas y cuando tiene que morderlas para no gemir demasiado fuerte.
― M-minä rakastan… s-sinua…
A veces Tino piensa que los regalos de Navidad de Berwald son infinitamente mejores que los suyos. Los regalos de Su impiden que tenga frío, siempre. Tino supone que ni siquiera el frío invierno escandinavo puede hacer temblar a alguien quien tiene a su lado a la persona a la que más quiere. Porque aunque no pueda verle, sabe que Berwald está sonriendo bajo las sábanas, completamente ajeno al frío, al igual que él.