CAPÍTULO 1
"El Primer Encuentro"
.
West Adams, es un barrio antiguo en donde habita una gran parte de la comunidad LGBTQ, está ubicado en Los Angeles y es donde vive Blaine Anderson, un chico alegre, jovial, amable, inteligente y sumamente talentoso. Es uno de los más populares de su escuela, sin embargo uno de los más sencillos, por lo que ha cambiado el rumbo de las cosas y la idea de lo que ser popular significa.
Sumamente atractivo, de estatura promedio, cuerpo torneado, piel ligeramente bronceada, cabello oscuro y rizado, grandes ojos de color miel y verde fusionados y unas pestañas sumamente largas que acarician su rostro.
Es un gran deportista, pero su pasión es la música, compone canciones, toca varios instrumentos, baila como un ritmo espectacular y canta como los ángeles. Por supuesto pertenece al coro de su escuela y es la voz principal.
Es abiertamente homosexual y disfruta de ser quien es y ser aceptado sin ningún problema.
Todo el tiempo está cantando, practicando y tratando de usar todo el potencial de su voz. Su mayor sueño es convertirse en un cantante de fama mundial.
- ¡Hey Blaine!
- ¡Hola Ron! ¿Cómo va todo?
- Bien, finalmente me sale ese paso, estuve practicando todo el fin de semana.
- ¡Eso es genial! Sigue así amigo – levantó los pulgares.
- ¡Gracias! Nos vemos en clase de literatura.
- Seguro – contestó con una sonrisa y cada quien siguió su camino.
Por donde Blaine pasaba lo saludaban y él sonreía a todos hasta que llegó a su casillero. Cantando tomó los libros que necesitaba para su primera clase del día. El timbre sonó y se apresuró en llegar a su salón.
La maestra hablaba acerca de los grandes escritores y sus diferentes obras, el ojimiel escuchaba con fascinación todos los datos proporcionados.
- No entiendo cómo te puede gustar esta clase, es tan aburrida – susurró Rachel, una chica de baja estatura, piel bronceada, cabello castaño largo y ojos marrones, quien estaba sentaba a su lado.
- No tiene nada de aburrido aprender sobre personas brillantes que han cambiado la mentalidad de millones de personas e inspirado a tantos a través de sus obras.
La chica sólo rodó los ojos y tomó disimuladamente su celular para revisar los mensajes.
Blaine la miró y negó con la cabeza, volvió a mirar al frente cuando la maestra empezó a escribir varias fechas en la pizarra.
-"-"-"-"-"-"-
Las horas transcurrían entre las diferentes clases y actividades, las cuales el ojimiel disfrutaba en su mayoría. La hora de Matemáticas llegó y el maestro no se presentó por cuestiones de salud, así que todos aprovecharon para disfrutar el periodo libre.
Blaine fue con sus amigos al patio principal a observar el entrenamiento de los cheerleaders. Sin lugar a dudas eran excelentes, la forma en que animaban, como bailaban, las acrobacias que hacían.
Al ritmo de la música el ojimiel se movía mientras disfrutaba del show. De pronto vio a alguien a quien no reconocía, era un chico alto, piel muy blanca y cabello castaño. Parecía atractivo pero no estaba seguro debido al maquillaje que usaba simulando un antifaz, mismo que utilizaban tanto las chicas como los chicos.
- ¿A quién miras con tanta atención? – preguntó Sam, un chico alto de cabello castaño con mechones rubios, ojos verdes y uno de sus mejores amigos.
- ¿Conoces a ese chico? – lo señaló.
- ¿El del pantalón ajustado? Ni idea, pero no entiendo cómo respira o cómo se mueve con eso.
Blaine no le quitaba los ojos de encima, estaba fascinado con la forma en la que bailaba, lo ágil que era y la forma magistral en la que realizaba las piruetas.
- No te voy a preguntar si te gusta, porque es obvio. Aunque no sé si te gusta él o lo ajustado que le queda el pantalón.
- Calla Sam – le pegó en el brazo.
- Para que veas que soy un buen amigo, voy a averiguar sobre él.
- ¿Y cómo vas a hacer eso?
- Fácil, ¿a quién acudes cuando necesitas cualquier tipo de información?
Los dos se miraron y respondieron al unísono "A PUCKERMAN".
-"-"-"-"-"-"-
El ensayo terminó y todos se dirigieron a la última clase del día. Iban caminando por el pasillo cuando el castaño corrió y abrazó a Blaine – tengo lo que necesitabas.
- Lo siento Sam, no eres mi tipo – rió.
- Eres un tonto – le dijo dándole un empujón – ¿Quieres o no la información del porrista?
- Claro que sí.
- Bien, su nombre es Kurt Hummel, era capitán de los cheerleaders en su anterior escuela y fue transferido aquí hace dos días. No ha asistido a ninguna de las otras clases porque se está poniendo al día con todas las coreografías ya que será el nuevo capitán del equipo. No sé qué le ocurrió al capitán o capitana que había porque esa información no era relevante.
La entrenadora consiguió un permiso especial para que pueda saltarse todas las clases ya que el campeonato de porristas es la próxima semana, pero por lo que vimos lo está haciendo muy bien.
- La verdad sí, porque tiene dos días nada más ensayando y lo hacía genial.
- Bueno, esa es la parte de la información agradable, pero hay algo que no te va a gustar.
- ¿Qué cosa?
- Es un engreído de lo peor, en su antigua escuela al parecer tuvo varios problemas por su conducta, por eso lo transfirieron.
- ¿Qué clase de problemas? ¿Y qué hay con su comportamiento?
- Te digo Blaine, es un pesado, se cree la última botella con agua del desierto, así que mejor olvídate de él amigo.
- No puedes juzgar a alguien sin conocerlo primero. Tal vez son sólo rumores.
- Blaine Anderson siempre queriendo ver el lado bueno en todas las personas, pero ¿qué crees? No todos tienen un lado bueno.
-"-"-"-"-"-"-
Una nueva semana empezó y Blaine iba emocionado pensando en el ensayo con el coro para el show que realizarían el fin de semana. Por estar distraído no llegó a tiempo a su casillero y para cuando el timbre sonó, recién se acercaba, tomó todo velozmente y corrió hasta llegar al salón y vio su puesto ocupado por una chica.
Era la clase de Historia y se sentaba con Sam, sin embargo éste estaba coqueteando con una chica. Blaine rodó los ojos y buscó un lugar vacío, el único era al fondo del aula, avanzó y se sentó en el momento que el profesor entró.
Les estaba dando las primeras indicaciones cuando el director ingresó – Buenos días a todos, a partir de hoy tendrán un nuevo compañero, su nombre es Kurt Hummel – el ojimiel al escuchar ese nombre lo miró de inmediato y se quedó embobado observándolo.
- Por favor, haz una breve introducción – le dijo el profesor.
- Mi nombre es Kurt, soy el capitán de los cheerleaders y eso es todo – dijo con actitud de diva.
- Eso sí que fue breve. Bien, veamos donde te vas a sentar – empezó a observar toda el aula – al fondo hay un lugar.
- Qué afortunado será el que se siente con él – pensaba Blaine – estaba totalmente perdido cuando una voz lo bajó de su nube y miró hacia arriba.
- Estoy esperando que saques tus cosas de mi puesto – decía Hummel con fastidio.
En ese momento el moreno se dio cuenta de que hablaba con él – Lo lamento, no me di cuenta – acomodó todo en su lugar.
El chico se sentó y sacó un cuaderno.
El ojimiel lo miraba fascinado – hola, mi nombre es Blaine – le sonrió – hola, Kurt ¿cierto?
El capitán de los porristas lo miró y Blaine pudo apreciarlo sin todo el maquillaje el traje elaborado que usaba ese día de los ensayos. Su piel era mucho más blanca y perfecta de lo que parecía de lejos, su cabello castaño era sedoso y estaba muy bien peinado, sus ojos tenían una tonalidad azul con destellos verdes y grises, toda una rareza pensó, pero totalmente cautivante, su rostro era precioso, y eso sin hablar del físico bien formado y claramente ejercitado… simplemente precioso, eran los pensamientos de Blaine mientras lo observaba.
- ¡Oh! ¡Por favor! Deja de mirarme de esa forma que es incómodo. Parece que quisieras comerme.
El ojimiel se sonrojó – de verdad lo lamento. Mi nombre es Blaine.
- Sí, eso ya lo dijiste y yo soy Kurt, genial. Ahora déjame escuchar lo que dice el maestro.
- Si quieres te puedo prestar mis apuntes para que te pongas al día con las materias. O si necesitas algún libro o ayuda con algo.
- Déjame en paz, no te he pedido nada. No necesito nada de ti.
El moreno hizo una mueca ante la actitud hostil de su nuevo compañero.
- Bien, lo siento. No quise incomodarte, esa no fue mi intención en ningún momento, sólo estaba siendo amable con…
- Profesor – el castaño levantó la mano.
- ¿Si Sr. Hummel?
- El joven que está a mi lado me está acosando.
Todos voltearon para ver quien estaba sentado junto al chico nuevo.
- ¿Blaine? Eso es absurdo – dijo el maestro.
- ¿Me está llamando mentiroso?
- No, claro que no Sr. Hummel, pero Blaine es uno de los mejores chicos que tenemos, tiene una conducta intachable además…
- No me interesa si es un santo y le quieren hacer un altar, me está acosando y no voy a soportar eso. Así que o hace algo al respecto o voy a tener que quejarme ante las autoridades de que usted lo está encubriendo.
El ojimiel estaba totalmente atónito al igual que el resto de la clase, incluyendo al maestro.
- Sr. Anderson, a la dirección.
- Pe… pero… pero yo… yo no hice nada. Sólo trataba de… ser amable…
Kurt lo miró con aires de superioridad.
- Yo no te hice nada – dijo el ojimiel con los ojos nublados – recogió sus cosas y salió.
Cuando la clase terminó Sam se quedó esperando al castaño - ¿Por qué hiciste eso?
- No sé a qué te refieres.
- Hacer que castiguen a Blaine, él no te estaba acosando, él es el chico más dulce, amable, decente y respetuoso que podrás conocer.
- ¿Qué eres? Su noviecito que viene a defenderlo – dijo molesto mientras se dirigía hacia la puerta.
- Soy su mejor amigo y claro que voy a defenderlo. No tenías ningún derecho a hacer algo así.
- Ay sí, su registro académico se va a ver manchado, gran cosa. ¿Por eso lloraba como una niña? Dios, ¡quién llora por un castigo!
- Lo metiste en problemas con sus padres.
- Lo que faltaba – dijo el ojiazul abriendo la puerta – es hijito de papi y mami y tiene que portarse bien porque si no le quitan la tarjeta de crédito o el auto.
- ¡Eres un idiota!
- No veo en qué te afecte el castigo que le den a tu amiguito.
- Sus padres le pegan – contestó el ojiverde mirándolo con rabia y salió del aula.
El castaño se quedó petrificado ante esa información, jamás se hubiera imaginado algo así y no era lo que quería que le pasara al chico de ojos color miel, después de todo sólo estaba siendo amable y por su culpa iba a tener que sufrir un castigo cruel e injusto.
¿Qué les pareció este primer capítulo?
