Hola!!!!Esta es mi segunda historia, que me prometí no empezar a publicar mientras no me faltaran un par de líneas para el final. Soy de escritura lenta, porque necesito estar en un estado bastante especial para poder escribir, y por fin se me ha dado. Por lo mismo, espero subirlo más o menos rápido, y como siempre me agradará saber que alguien lo lee y le encuentra sentido. Es una historia extraña, pero muy especial.
Espero que les guste
Lia.
Sábado, domingo, lunes
Prólogo
Un soleado día de Junio, se llevaba a cabo una celebración especial en el Convento de Nuestra Señora de Los Ángeles. La última postulante pasaba a ser novicia. La joven, de largo cabello castaño, escuchaba atentamente las palabras del sacerdote, que hoy iban dirigidas especialmente a ella. Deseos de felicidad, fidelidad y promesas de momentos maravillosos pasaban por sus oídos, mientras sus hermanas sonreían felices por recibirla dentro de su comunidad.
Al oír su nombre, se acercó al sacerdote y se arrodilló. Una de sus hermanas, leyó las palabras de su fundadora al hacer sus votos, a los que ella contestó "si, quiero". Finalmente, cortaron su cabello y le colocaron un velo blanco, entre aplausos y sollozos emocionados de la comunidad.
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-"Jane". Una mujer de rostro alegre y continua expresión de estar embelesada en cosas hermosas apartó con una sonrisa sus recuerdos y prestó atención a quien la llamaba: su hermana Bernarda.
-¿Si?
-Esta aquí Lilian, la aspirante- Bernarda siempre usaba un tono juguetón cuando se refería a las jóvenes que deseaban unirse a ellas. Le encantaban, en realidad, y siempre se ofrecía a atender la puerta cuando sabía que iban a venir.
-Ah, si, gracias.
Con movimientos pausados, y su expresión reflexiva de siempre, Jane se encaminó hacia el locutorio, donde recibiría a esa jovencita, que le traía recuerdos de su pasado. Al entrar, Lilian se levantó, y Jane pudo, una vez más, sentir esa emoción enorme al ver su cabello rojo, sus ojos verdes y su piel pecosa. Le recordaba a dos de sus amigos. A sus dos mejores amigos, en realidad. Habían estado juntos sus siete años de colegio, y aunque las cosas se habían vuelto peligrosas con el tiempo, ellos se preocuparon de protegerla, como lo habían hecho siempre. "Posesivos hasta el final", recordó, sintiendo las lágrimas asomarse como cada vez que los recordaba.
-¡Lily, querida, que alegría verte!- dijo Jane, abrazándola cariñosamente.
-¡Hermana Jane!- contesto ella con la misma emoción.
Conversaron durante un par de horas, al cabo de las cuales, Lilian se sentía bastante esperanzada de conseguir que esa delicada y observadora mujer pudiera hacer que su madre se sintiera mas tranquila de su decisión de ser religiosa.
"Mañana será un día extraño", se auto vaticinó Jane, mientras se encaminaba a sus labores cotidianas. Su cargo de Maestra de Novicias le permitía conocer a cada joven que expresaba su deseo de pertenecer a su comunidad, lo mismo que acompañarlas mientras hacían su experiencia o postulantado. Ver a Lily, a la que conocía desde hacia dos años, le había traído de vuelta toda su vida. Esa que no quería recordar. Esa en la que sus amigos la salvaron, olvidándose de ellos.
----------Flash back----------
-No entiendo por qué me tienen que sacar del medio, si soy tan capaz como ustedes dos.- opinó una ofuscada mujer joven de 21 años, mirando ceñuda a dos hombre de su misma edad, que no parecían querer dar su brazo a torcer.
-No te estamos sacando del medio- contestó uno, de cabello rojo y ojos azules, con expresión de estar a punto de perder la paciencia-. Es sólo que Malfoy se tomó como algo personal matarte, y sabemos que no piensa hacerlo sin que sufras.
-Esta guerra se nos está yendo de las manos, Hermione- dijo el otro hombre, de cabello castaño y ojos verdes intensos-. Y aunque quiero ganar a toda costa, no quiero que ese desgraciado te mate si sé que podemos evitarlo. Estamos casi sobre su pista. Apenas nos deshagamos de él te lo haremos saber.
-¿Lo prometen? Harry, Ron, juro que los asesinaré personalmente si por protegerme no me buscan.
-Prometido- contestó el de cabello castaño-. No sabríamos que hacer sin ti, y lo sabes. No quiero seguir perdiendo a la gente que amo, estoy dispuesto a pagar el precio de tenerte fuera de combate por un tiempo.
Y así, tres días después, sus amigos, esos que eran más que sus hermanos, la fueron a dejar a la puerta de la casa en la que ahora vivía. No le enviaban cartas por seguridad, pero la iban a ver cada semana. Se confundían entre los feligreses de la misa del domingo, y pasaban a conversar con ella. La cacería de Malfoy tardaba más de lo que se tenía planeado, y ella estaba decidida a salir de ahí para volver con ellos, pues el enfrentamiento con los seguidores de Voldemort recrudecía y, tal como le había dicho su amigo meses antes, esta guerra se les estaba yendo de las manos. La buena noticia es que avanzaban a pasos agigantados en la localización y destrucción de los Horcruxes, por lo que, al menos, el final se veía cercano y prometedor.
Pero un domingo no llegaron a verla. Los esperó durante dos domingos más y decidió salir a buscar noticias suyas. No tuvo que ir muy lejos, pues utilizando el registro de periódico de una biblioteca del mundo mágico, se enteró que su amigo Harry Potter había vencido a Voldemort, pero las heridas que había recibido le habían causado la muerte horas más tarde en el hospital. Su amigo Ron murió luchando esa noche a manos de un mortífago, el que fue luego ultimado por un Auror. Los mortífagos que no estaban muertos estaban a buen recaudo en Azkaban, y el que la amenazaba, se encontraba muerto, al igual que toda su familia.
Destrozada, regresó al monasterio a vivir su luto. Permaneció encerrada y en silencio durante semanas, en las cuales le llevaban la comida a su dormitorio. La primera vez que salió fue a una misa de domingo. Totalmente deshecha, decidió cerrar la puerta por dentro, y no volver a salir de ahí. Después de todo, ella quería ganar una guerra para vivir una vida con sus amigos, no sin ellos. Además, se la presumía muerta debido a su repentina desaparición de hacía más de un año atrás, por lo que empezar a explicar todo era algo que no le apetecía para nada. Volver a ver a aquellos que conoció sólo la iba a derrumbar. Y le había costado mucho recomponer una pequeña parte. No quería empezar la reconstrucción de cero otra vez.
----------Fin flash back----------
