Hola a todos, este es mi primer fanfic así que por favor ténganme piedad si hay faltas de ortografía

Declaimer: todos los personajes le pertenecen a tite kubo

Cap.1 Libertad

Eran las 9 de la noche y las calles de la ciudad estaban semidesérticas, exceptuando a unos cuantos transeúntes, que regresaban a sus respectivos hogares. Recargado contra una vieja troca chevrolet del 86 color rojo, se encontraba un joven de 20 años, de un extravagante cabello color naranja. Miraba fijamente las enormes puertas de acero, pintadas de negro, de aquel edificio de 4 pisos de altura, cuyo perímetro era resguardado por unos muros de 3 metros de alzada y alambre de púas, si aquel inhóspito lugar era el reformatorio juvenil de karakura. El gran portón, se abrió con un chirrido metálico, dejando ver a una chica de 16 años, delgada, de cabello corto, un poco más abajo de la barbilla de color azabache, cargaba sobre su hombro una pequeña maleta negra. El joven peli naranja cruzo la calle, desde donde había estacionado la camioneta y camino hacia ella.

-Karin – la llamo con voz grave, la morena se giro sobre su eje quedando de frente a su hermano

-Ichi-nii – susurro – cuanto tiempo- agrego con nostalgia

-un año para ser exactos- murmuro el ojimiel con tristeza, le dedico una media sonrisa, a su hermana menor, y con señas le indico que le siguiera - ¿Cómo te encuentras? ¿Sucedió algo en….?

-yo, estoy bien- dijo con voz seca tajando el tema, no quería hablar ahora de su estancia en aquel horrible sitio. Subieron a la cabina e Ichigo echo a andar el motor- y ¿cómo están papá, mamá, Yuzu y Rukia?

-papá llegara a casa en una hora. Mamá, Rukia y Yuzu, están esperando por nosotros – le contesto sin apartar la vista del camino

-sí y… ¿Cómo le va Yuzu con "eso"?-Karin poso su vista sobre el paisaje de la ventana, mirando como poco a poco, los edificios, se convertían en casas.

-a avanzado bastante-le hablo ichigo con voz tranquila. La morocha cerro los ojos y recargo la cabeza contra el vidrio.

-eso me alegra, y ¿el instituto, como lo está manejando?-pregunto sin dejar de admirar el paisaje, pero poniendo mucha atención a lo que le diría su hermano.

-no ha ido desde "aquello", pero estate tranquila, Rukia consiguió un maestro particular, además el viejo y mamá estuvieron de acuerdo, en que no fuera a la escuela- Ichigo giro en el primer semáforo-créeme que lo está llevando muy bien-musito el peli naranja subiéndole un poco a la música

-solo espero que, ya no le atormente "aquello" – y el silencio se hizo presente, la pelinegra trataba de escuchar detenidamente la letra de la música, que provenía de la radio. Y veinte minutos después, Ichigo aparco la troca, frente a la clínica kurosaki, ambos se bajaron y el ojimiel cogió la maleta de la caja, la morocha caminaba a paso lento hacia la entrada, el miedo la había embargado, justo después de bajarse de la camioneta, tenía miedo de cómo la recibirían su familia después de lo acontecido hace un año.

El primero en entrar había sido Ichigo, diciendo un ¨ ya llegamos¨, Karin se quedo parada en la entrada, y desde ahí oía las voces de su mamá, Rukia y Yuzu, un escalofrió recorrió su cuerpo y un nudo se le formo en la boca del estomago, y la angustia se formo en su pecho, avanzo unos cuantos pasos hasta quedar frente a la puerta de la sala.

-h-hola - saludo levantando la mano e inmediatamente fue capturada por unos brazos

-Karin-chan- dijo Yuzu con lagrimas en los ojos y estrechándola fuertemente, Karin correspondió el abrazo de su hermana- bienvenida- agrego separándose de ella y sonriéndole

-estoy en casa…- susurro, luego su madre la abrazo de igual manera que su hermana y de pronto los sentimientos que la habían abordado poco antes de entrar se esfumaron, y Karin con esa sola muestra de cariño sintió el infinito amor de su madre

-mi pequeña, qué bueno que ya estás en casa-Masaki le acaricio la mejilla y esto provoco una sonrisa por parte de la morena

-bienvenida- le dijo Rukia dándole un corto abrazo y regalándole una acogedora sonrisa a la cual respondió con otra.

-familia ya llegue- se oyó gritar a isshin desde la entrada, después unos estrepitosos pasos- ¿ya llego mi princesita?- pregunto entrando a la sala, al ver a la pelinegra salto hacia ella, para darle un caluroso abrazo.

-hola papá- para sorpresa de todos Karin no había golpeado al pelinegro, por abalanzarse así contra ella, sino que dejo que su padre la abrazara, como él quería.

-Te extrañe mi niña- lloriqueo isshin estrujándola

-yo también viejo-musito la morena en voz baja

-bien, vamos a cenar- dijo Masaki, sonriendo y limpiándose unas cuantas lagrimas, que habían salido al ver la actitud de su hija, para con su padre

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Después de cenar y hablar de las cosas que habían pasado a lo largo del año, en ausencia de la morocha, Ichigo y Rukia se despidieron y se fueron al departamento que ambos compartían desde hace ya 6 meses, así que Karin había pedido quedarse en el cuarto del primero, y todos se habían ido a dormir. La morena se revolvía inquieta en su cama, dio un giro y luego otro, en su rostro se dibujo una mueca de dolor. Estaba teniendo una pesadilla, una que no había tenido desde hace mucho tiempo.

Las llamas y el humo cubrían todo a su alrededor, a lo lejos se escuchaban chillidos, quejidos y gritos de personas, que aclamaban por ayuda. Karin comenzó a adentrarse en el fuego -ayuda…se quema…hay personas dentro- eran las palabras que taladraban sus oídos conforme se abría paso entre las columnas de lumbre, drásticamente la imagen cambio, apareció Yuzu, inconsciente y rodeada por las llamas, la morena trato de llegar hasta donde ella, abriéndose paso como podía. Cuando llego donde su melliza, hubo una serie de explosiones y escombros cayendo. Oscuridad, luego silencio y finalmente dolor acompañado de más llantos y más gritos.

-NO!- grito ahogadamente, levantándose de golpe, su respiración era agitada, su corazón latía muy rápido y su cuerpo estaba bañado en un sudor frio – solo fue una pesadilla, solo fue una pesadilla- trato de convencerse a sí misma, frotando sus manos contra sus brazos, pero sabía que esa pesadilla, era la más cruda verdad que pudiese existir. Miro el buró en donde se encontraba el reloj, eran la 3 en punto, volvió a recostarse, mas no podía dejar de recordar la sensación que la invadió a causa de esa pesadilla, una de dolor, desesperación y más que nada agonía. Apretó fuertemente su brazo izquierdo, pues este era su más grande recordatorio de lo sucedido aquel día- no fue solo una pesadilla….-murmuro con voz agonizante y mirada ensombrecida.

A la mañana siguiente, Ichigo había ido muy temprano para desayunar con su familia. Yuzu subió las escaleras y se paro frente a la puerta con el número 15 y toco con suavidad.

-Karin-chan despierta- llamo con dulzura-karin— la peli castaña llevaba un vestido de una pieza color azul cielo que resplandeció cuando esta sonrio

-buenos días Yuzu- bostezo la pelinegra, saliendo por la puerta del baño y acomodándose la sudadera negra que traía puesta sobre una polera café, haciendo juego con los desgastados y un poco holgados jeans.

-vamos Karin-chan onii-chan vino a desayunar- le comento dirigiéndose al comedor.

-sí, si –gruño adormilada, la noche anterior no había podido pegar un solo ojo y ahora sufría los efectos de ello. Entro al comedor se sentó en el puesto que solía ocupar siempre y cerró los ojos tratando de así quitarse un poco el cansancio.

- buenos días Karin- saludo Ichigo, este llevaba puesta una camiseta blanca con estampados, una chaqueta azul y unos jeans gris.

-buenas- contesto bostezando otra vez. – y… ¿el viejo?- pregunto abriendo los ojos y mirando de un lado a otro.

-hubo una emergencia en el hospital y tuvo que irse bastante temprano- le comento Masaki poniéndole enfrente un plato con curry y un poco de arroz, además de un vaso con jugo de naranja.

-buenos días mamá, gracias- tomo la cuchara y comenzó a comer.

-oye Karin después de desayunar iré a la centro de la ciudad ¿quieres acompañarme? – acoto Ichigo después de tomar un sorbo a su jugo, la morena aun sin dejar de degustar el platillo asintió una sola vez. El pelinaranja les dedico una mirada de complicidad a su madre y hermana, las cuales asintieron y sonrieron ampliamente.

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-nos vamos -dijo Ichigo cerrando la puerta de la casa- eh, ¿a dónde vas?- le pregunto a la morocha, que se dirigía a la chevrolet estacionada frente a la acera

-a donde mas, a la camioneta, no dijiste que iríamos al centro- dijo con voz pasiva y deteniéndose a medio camino.

-sí, pero iremos a pie, estoy seguro de que querrás ver cuanto a cambiado la ciudad en el último año- ella le dirigió una mirada aburrida y él le sonrió

-no creo que haya cambiado tanto- susurro y ambos empezaron a caminar.

Ya llevaban media hora deambulando por las calles, sin haber llegado a ningún lado, y de tanto caminar, Karin se había olvidado de su cansancio. Llegando a un punto en específico Ichigo saco del bolsillo izquierdo de sus jeans un pequeño y delgado aparato gris.

-Karin toma- le lanzo el móvil y esta lo recibió un poco sorprendida

-este es… mi móvil-afirmo examinando el aparato- pensé que se había perdido en la comisaria

-por suerte ishida lo recupero- el ojimiel se adelanto unos cuantos pasos- llámame cuando llegues al centro comercial

-espera, a qué demonios te refieres ichi-nii – pregunto la morena, totalmente confundida

-tengo unos cuantos asuntos que resolver, así que puedes pasear por ahí, hasta las doce- medio le grito cuando se había alejado lo bastante y se despidió con el brazo, desapareciendo entre la gente.

-ah- Karin chasco la legua y giro a la derecha en la avenida- bien iré a ese lugar- finalizo con una pequeña sonrisa.

Un joven de 16 años, alto de piel clara, ojos turquesa y de cabello blanco que desafiaba a las leyes naturales, se recostó boca arriba en el pasto, de la colina, cerca de donde varios niños recién comenzaban un partido de futbol. Una corriente de aire soplo y jugó con sus cabellos. Cerró los ojos y dejo que el sonido del partido y el viento lo arrullaran.

Karin llego al viejo campo de futbol, donde solía jugar cuando estaba en secundaria, en el se llevaba a cabo un partido que parecía no tener mucho de haber empezado, miro fijamente cada uno de los movimientos de los jugadores, deseando algún día poder volver a estar ahí. Se sentó en el pasto, absorta de todo y estaba tan entretenida, que no se había percatado del bulto, junto a ella.

El chico con el número nueve, tenía la pelota, burlo a uno y dos del equipo contrario, se barrieron en su dirección, en ese momento la pelinegra creyó que el chico perdería el balón, pero este muy ingeniosamente, se aferro con los pies a la pelota y dio una maroma, catapultándolo en dirección a la red, metiendo un espectacular gol.

-gooolll!- festejo la chica levantándose un poco y elevando los brazos en forma de victoria, vio como los compañeros de equipo, del chico se arremolinaban alrededor de él y festejaban. De pronto sintió que la tierra debajo de ella, se desprendía y deslavaba, se resbalo y cayó sobre el bulto, del que no se había percatado hasta ese momento. –ah que daño, ¡¿eh?

-Hmmp- se quejo adolorido el joven, al abrir sus ojos, se topo con otros, unos de color ónix liquido, que lo miraban sorprendidos. Levanto un poco la cabeza-¿quién eres tu?-susurro adolorido y adormilado

-eh-el rubor se hizo presente en la pelinegra, al percatarse de la casi nula distancia entre el rostro del desconocido y el suyo. Abruptamente se separo de él, muy avergonzada.

-no vas a contestar niña ruidosa-gruño el peliblanco sentándose. La morocha frunció el ceño enojada.

-a quien demonios le dices niña ruidosa, eh, maldito niño de primaria- y en la frente del ojiturquesa apareció una latente venita.

-no me digas niño de primaria, para tu información mi nombre es Hitsugaya Toshiro- le grito enojado- niña molesta y ruidosa

-así pues para tu información no soy una niña molesta y ruidosa, mi nombre es kurosaki Karin-le grito de igual forma, acercándose a él- niño de primaria

-ah-gruño colérico el chico y la miro fijamente a los ojos, ambos comenzaron con una incesante lucha de miradas y el peliblanco pudo notar que en los ojos de la morena había una profunda tristeza. Después de un rato la pelinegra corto el contacto visual y salto una sonora carcajada, el rostro se le descompuso a Toshiro, pero luego lo compuso y sonrió, soltando también una carcajada.

-es gracioso que me este peleando con un desconocido- le comento Karin, entre risas- hace mucho que no me reía igual

-tienes razón es gracioso y yo también hace bastante que no me reía así-dijo el peliblanco tratando de recuperar el aire.

Ya después de haberse recompuesto del momento, ambos se volvieron para mirar el partido.

-te gusta el futbol-Toshiro, afirmo más que preguntar

-desde que tengo memoria-sonrió la pelinegra mirándolo a los ojos- y ¿a ti? ¿Te gusta algún deporte?

-también me gusta el futbol-le devolvió la sonrisa- solía jugarlo, con mis primos y mi padre

-¿solías? Ahora porque ya no- a pesar de acabar de conocerse ambos se sentían a gusto con la presencia del otro y una gran confianza se genero entre ellos.

-mi papá viaja mucho y mis primos ya son mayores y tienen sus propias familias-hablo con nostalgia- pero trato de jugar una vez a la semana con los niños de la casa hogar

-vaya que amable-el partido estaba llegando a su fin, la morena saco su celular para mirar la hora, faltaba un cuarto para las doce- ah es tarde, tengo que irme- se levanto con rapidez y comenzó a trotar hacia la calle

-Karin- grito el ojiturquesa

-lo siento tengo que irme, hasta luego Toshiro- se despidió la morena echándose a correr.

-hasta luego- susurro el con una sonrisa, pero inmediatamente se golpeo mentalmente, que rayos le pasaba, apenas la conocía y ya quería verla de nuevo-malditas hormonas- murmuro irritado, pero aun con la sonrisa en su rostro y preguntándose, el porque de la tristeza de la chica.

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La kurosaki llego barrida al centro comercial, saco su móvil y llamo a su hermano.

-hola, ichi-nii ¿Dónde estás?-pregunto, tratando de regular su respiración

-"hola Karin, estoy en el café las noches, puedes venir" – pidió Ichigo desde el otro lado de la línea

-claro- y corto la línea. Siguió derecho y doblo en un pasillo, luego en otro, hasta que finalmente llego, a donde había una puerta y encima de esta un letrero de neón con la leyenda "LAS NOCHES", miro por el ventanal, pero este estaba cubierto por una manta, cosa que se le hizo rara, pero de igual manera entro, las luces estaban apagadas, y esto hizo que avanzara con cautela.

-!BIENVENIDA¡-gritaron todos los presentes al encender la luz, Karin dio un respingo por la sorpresa pero después sonrió y se acerco a sus amigos.

-bienvenida Karin-san- dijo Urahara Kisuke llegando junto a su esposa yoruishi

-bienvenida-murmuro el serio Byakuya a acompañado de Hisana y Rukia

-gracias chicos- le agradeció a todos los presentes, que entre ellos estaban, ishida, orihime, Chad, Renji, Tatsuki, keigo, mizuiro, etc. Además de su familia- todo esto fue obra suya cierto- les acuso a su hermana y a su madre quienes acababan de llegar junto a Ichigo

-sí, con ayuda de Ichigo y mía- le confirmo Rukia

-exacto, además fue muy fácil entretenerte, a veces eres muy ingenua igual que Rukia- comento Ichigo con un poco de burla, recibiendo un golpe en las costillas, por parte de la mencionada

-je-se rio la morena- de verdad muchas gracias.- Y por un momento a la mente se le vino la imagen de peliblanco.

-bien vamos a bailar y a comer- grito entusiasmada orihime, recibiendo un si grupal.

-nos vemos Toshiro- susurro al viento la morena

-¿dijiste algo Karin-chan?- pregunto Yuzu con una ceja levantada

-no nada- y ambas se fuero junto a los demás.

CONTINUARA…

Espero que les haya gustado, por favor dejen un review

Hasta la próxima.