Claim: Nico Robin
Tabla: Sorpresa
Reto: #2Deuda
Título: Wasurenaide, we fight together
Summary: Ichi, ni, sushine, yon.. We go! Nico Robin pensó en sus nakamas. Estaba en deuda, eterna eso esperaba, con cada uno de ellos. El trío miedoso era capaz de olvidar sus temores por ella, el trío monstruoso la protegería siempre y con el trío misterioso compartía ese lazo de esconder los más puros sentimientos de cariño y protección por sus compañeros. | CAP1: NICO ROBIN
Notas de autor: Lo subo de nuevo porque #YOLO. No lo edité, solo lo compartir.
Advertencias: One shot ubicado en el capítulo 777 del manga de One Piece, posible spoiler.
Disclaimer: One Piece y sus personajes son propiedad de Eiichiro Oda, yo solo escribo por diversión.


We fight together

Capítulo I: Deuda


Nico Robin sonrió con alivio y apoyó su mano en el hombro de Rebecca.

―Te debo una Robiland ―pronunció Kyros.

Su sonrisa no se borró.

Como lo prometió; ella iba a proteger a Rebecca, por su capitán y por su orgullo como mugiwara. La chica estaba bien, Kyros había triunfado y ahora el cuerpo de Diamante estaba en el suelo, totalmente inconsciente.

Cuando Rebecca corrió hasta donde estaba su padre, fue el momento exacto en que la mirada de Robin reflejó lo que estaba sintiendo en esos momentos: cansancio. Se dejó caer, sus rodillas pegaron contra el suelo.

Estaba totalmente exhausta y lastimada. Su espalda era un reflejo de las heridas de la dura batalla contra el alto ejecutivo de la familia de Don Quixote. Pero no podía de dejar de sonreír.

Porque ella estaba en deuda…

En deuda con su capitán.

En deuda con su tripulación.

Y se permitió recordar.

"―¡ROBIIIN! ―gritó a todo pulmón Luffy ―¡Aún no lo he oído salir de tu boca!

Ya no lo soportó más. Mandó al diablo su máscara de frialdad. Sus ojos se aguaron y las lágrimas iban a escaparse tarde o temprano de ellos, sentía un nudo en la garganta e hipaba, tenía que salir de su boca… ella lo sabía pero Luffy se lo repitió con gusto.

¡DIME QUE QUIERES VIVIIIR!

Agachó su cabeza para esconder las lágrimas que se escurrían de sus ojos una a una. Ver a sus preciados nakamas ahí, esperando por ella, yendo por ella, arriesgándose por ella, dando todo por ella, sin duda Nico Robin estaría siempre en deuda con ellos. Nunca nadie en su vida se había preocupado por protegerla o quererla, siempre quería ser usada, siempre era traicionada y sabía que por más que lo intentara, ellos no la iban a dejar.

Todos la miraban, lo sentía, esperaban una respuesta que tenía años atorada en lo más oscuro y profundo de su ser. Y, ahora comenzaba a brillar lentamente, hasta absorberla por completo.

En el pasado pensaba que desear vivir estaba prohibido para un demonio como ella, nunca nadie se lo había permitido. En ese instante recordó las palabras de Jaguar D. Saul: '¡El mar es inmenso! ¡Algún día encontrarás nakamas que te protegerán!"

Estalló en llanto.

Debía creer en Luffy, se lo habían dicho, pero ella ya lo sabía de antemano. Desde antes de auto-invitarse a esa tripulación. Lo supo desde que lo conoció.

Si se le permite declarar su deseo... ella… las lágrimas no dejaban de salir, era un sentimiento secreto, callado y escondido por años… entonces ella quiere…

¡QUIERO VIVIIIIIR! ―se animó a levantar el rostro y verlos a todos. No le importó que la vieran tan frágil. Ellos eran sus preciados nakamas, le importaba un comino los demás. Era su momento, el momento de ser escuchada, de ser querida ―¡Llévenme de nuevo al mar, quiero estar a su lado!

Gritó. Exclamó. Expresó. Y hasta exigió. No podía cortar el llanto.

Luffy le sonrió. Y los demás se prepararon para salvarla."

Ellos no lo sabían, pero la habían salvado de mucho tiempo atrás, cuando ese egoísta pero noble capitán la había aceptado como su nakama, la salvaron cuando descubrió el hermoso sentimiento de sentirse protegida y de tener compañeros.

Desde ese día estaba en deuda.

En deuda con la navegante-kun, la dulce, noble e interesada Nami. Era como su hermana menor, iban juntas de compras y era la amiga que nunca tuvo. Ambas platicaban de cosas de mujeres, la chica fue su primera amiga. ¿Cómo no agradecerle ese vínculo de mujer a mujer? Las charlas de temas interesantes, los gustos, la confianza y hasta las bromas.

En deuda con nariz larga-kun, el valiente guerrero de los mares. Usopp el mentiroso, God Usopp en esos momentos. Le debía momentos de diversión y compañía. Y aunque nunca se lo dijo, siempre le agradecería que le dijera que confiara en Luffy en ese momento tan crítico. También le daba gracias porque estuvo ahí para ella, pese a la pelea que tuvo contra el capitán.

En deuda con el doctor-kun. Que con su ternura Chopper le derritió esa capa de hielo en su corazón. También estaban los cuidados médicos, las mortificaciones y sus más sinceras sonrisas. Era el más pequeño y el que más se preocupaba o asustaba. Le agradecía su inocencia y su sincero cariño. Le agradecía que fuese capaz de hacerle una llave al terrible Zoro cuando éste la insultó.

A estos tres les debía algo especial, porque nunca olvidaría que el trío miedoso dejó en el olvido sus escalofríos con tal de ir a salvarla.

Al carpintero-kun debía sus palabras cuando los dos estaban cautivos en Ennies Lobby, le agradecía que los hubiese apoyado. ¿Qué puede decir de ese suuuper hombre? Estaba en deuda con el ciborg. A Franky le agradecía los cuidados con el barco, su hombría, su lealtad, su compañía, ellos compartían el lazo de ser condenados por el CP9 y por el gobierno mundial. Los dos fueron rescatados, los dos compartieron esa desesperación.

Y, a Brook. Al músico, con todo y bizarro sentido del humor, le debía su música, porque con ella la hacía olvidar. Sí a veces se sentía triste por el pasado y Brook le brindaba esa calidez, el consuelo y todo lo necesario para que ella olvidase, con sus melodías, la tristeza. Estaba en deuda con él porque identificaba esos momentos de debilidad y la consolaba, le agradecía, también, su energía. Y estar ahí para ella, ya había perdido a su vieja tripulación y ahora Brook no estaba dispuesto a eso.

A los dos del trío misterioso les debía los buenos momentos y el consuelo. Sobre todo, porque los tres estaban rodeados por un aura oscura, no de maldad, sino de reserva de unos recónditos sentimientos de protección para sus nakamas. Nobleza, extrañeza. A así eran los de ese grupo

También estaba en deuda con el cocinero-kun, al que rápidamente llamó Sanji. El enamorado, caballero y galante rubio. Le debía sus deliciosos platillos y sus atenciones. Sentía gratitud con el rubio porque siempre la ponía a ella y a Nami por encima de todo y todos. Buscaba y rogaba por cuidarlas.

En deuda con el espadachín-kun. Zoro siempre fue el más desconfiado con ella, pero con él tiempo la protegió. Le agradecía la protección y también los malos tratos, porque ella se sentía mal al esconder muchas cosas a esa tripulación, se merecía la sospecha y la duda. A sus amigos no les debía ocultar nada. Los insultos y las sospechas, se las agradecía porque fue quien la ponía en su lugar, se lo merecía.

Y para terminar al trío monstruoso, al que le debía protección en las feroces batallas.

Y al capitán-kun. Monkey D. Luffy. Todos le debían algo. Nakamas, reinos enteros, aliados. Luffy tenía ese don. Ella estaba en deuda con él porque la salvó de sus enemigos y del peor: ella misma. Le devolvió los sueños, las ganas de vivir y la esperanza. También, como todos, sentía la deuda de no haber estado ahí para su capitán cuando perdió a su hermano. Pero ya no era así, ya estaban juntos y ella pagaría su cuota con todo e intereses.

En Dressrosa prometió cuidar a Rebecca y salvar a ese país de las garras de Doflamingo. No quería ver a gente sufrir, por su misma nobleza, y porque era el objetivo de su capitán.

"Patearle el trasero a Mingo" aunque en un principio era hacer un enfrentamiento de éste contra Kaido y ahora todo se había volteado.

Ella no lo cuestionaba, siempre lo apoyaría.

Le debía muchas cosas.

La llevó al mar. La protegió. Le dio a sus nakamas. Le dio aventuras. Le dio nuevos amigos y le da conocimientos. Y despertó la sensación que ella siempre había querido tener: sentir que le debía algo a alguien, sentir que quería proteger a alguien. Se lo agradecería siempre.

Además, en su viaje, ella está cumpliendo su sueño de saber historia. De ser feliz.

―Mírate Diamante, es vergonzoso ―una aguda voz la trajo de nuevo a la realidad. Estaban en una batalla.

El alto ejecutivo Pica estaba frente a ellos.

―¿Zoro aún no lo detuvo? ―se preguntó. Mientras se ponía de pie para proteger y protegerse, olvidó el cansancio. Lo había prometido.

Y quería vivir… se lo dijo tiempo atrás a su capitán. Quería, también, más aventuras.

La figura de Pica desapareció. Y Robin, como todos sus nakamas, decidió confiar. Zoro lo detendría tarde o temprano, la batalla estaba a punto de culminar. Y, sintió que su deuda con su tripulación crecía y deseó que creciera más, para tardar en pagarla y compartir más tiempo con ellos.


¿Fin?


Esto fue hace años pero quiero verlos juuuuuuuuuuuuuuntossssss x2

Esto es todo. Me puse sentimental. ¡QUIERO QUE LOS MUGIWARAS ESTÉN JUNTOS! Extraño a Chopper, Brook y Sanji. Y quiero que Zoro corte pero ya a Pica y también quiero oír su voz, espero que en el capítulo de hoy aparezca.

Bueno mi opinión personal del capítulo es que me gustó. xDD Y eso que soy muy exigente, los lazos de los sombrero de paja son fuertes y quise mostrar la parte más escondida de Robin porque yo me acuerdo que le dijo a Law que valía la pena confiar en su capitán. No sé y este reto se me hizo que le pegaba más a ella, que a Brook o que a todos. En fin.

Review, crítica y sugerencia bienvenidos.

Dedicado a alguien especial que ya dejó este lugar.