Legado Celestial
Los derechos de los animes que use no me pertenecen.
Lo que te está atormentando es el miedo...— una lagrima bajo por uno de los ojos del semidiós— Hablar Normal.
"Todos cambiaron su mirada"— pensó el viejo zorro al notar a sus compañeros— Pensamientos.
Capítulo 1
En el mundo hay seres de mucho poderío e inmenso conocimiento. Los principales seres en ocupar ese puesto eran las cosas o personas que llevaban vivos durante mucho tiempo.
Ese tipo de personas eran, principalmente, seres sobrenaturales.
Criaturas de cuentos de hadas, tales como mitos y leyendas o dioses y semidioses.
Los dioses, seres con el potencial de ser los más fuertes de la existencia, pero limitados por una serie de tratados y reglas a los que ellos mismos se sometieron para evitar el caos.
Semidioses, seres que estaban cerca de la divinidad pero a la vez lejos. Un semidiós nace cuando una mujer u hombre tiene relaciones con un dios. El producto de esa relación se denomina mestizo o semidiós en el término más usado. Pero lo importante de esta raza de seres sobrenaturales eran sus características superiores.
Por ser semidioses, ganaban una serie de características superiores, tanto como para ser llamados súper humanos. Pero la verdad era que ellos no eran eso, eran seres mucho más superiores que los humanos.
Las características base de un semidiós incluyen una fuerza aumentada, teniendo un grado de fortaleza muy superior al normal.
Hay semidioses que se hicieron reconocidos por su fuerza muy superior a la normal, tales como el caso de Hércules, semidiós griego mundialmente conocido por su gran destreza física.
Otra de las características superiores eran su velocidad y agilidad, teniendo un grado muy alto pero algunos semidioses con padres relacionados con ese aspecto serían aún más rápidos que un semidiós normal. Otros semidioses fueron conocidos por ese aspecto, como Aquiles, El de los Pies Ligeros por su enorme velocidad.
Cosas como velocidad, agilidad y fuerza eran aumentadas por ser hijos de dioses, pero también eran bendecidos con una mayor regeneración, durabilidad y sentidos.
Los cinco sentidos eran aumentados al igual que la resistencia y la regeneración natural.
Todas esas características fácilmente convertían a los semidioses en potencias con mucho poder.
Por el pasar del tiempo, los semidioses han existido siendo producto de padres o madres divinos que querían algo de diversión con humanos. Pero eso cambio.
Ahora mismo, en el presente, los semidioses no eran tan recurrentes.
Puesto que los dioses descubrieron algo muy importante.
Los semidioses eran básicamente sus mejores armas. Ellos no estaban aferrados a sus leyes. Ellos podían moverse entre panteones. Ellos no debían tener miedo de los demás dioses.
Por esa razón los dioses formaron las leyes. Para evitar el caos.
Luego de un tiempo, dioses importantes, más específicos del panteón griego al ser los que más bajaban a la tierra para divertirse, dejaron de procrear con humanos.
Pero los griegos no eran los únicos dioses que buscaban el placer en la especie humana. Hubo otros semidioses importantes que no provenían del panteón griego.
Tales como el caso de Karna, el héroe de la epopeya hindú Mahabharata junto a Arjuna, otro héroe de la misma epopeya.
Ozymandias o más reconocido como Ramses II, hijo del Dios del Sol, Ra y la encarnación de diversos dioses. Mundialmente conocido como el tercer faraón de la Dinastía XIX de Egipto
…
Una mujer caminaba por las calles, siendo acompañada por una amiga y siendo observados por un acosador.
Ella era sencillamente hermosa y única.
Largo cabello rojo que le llegaba hasta las pantorrillas, piel blanca fina y pulcra, brillantes ojos violetas. Su pelo era separado de su rostro por una pinza verde, dando una visión de su bella cara. La vestimenta que llevaba consistía en un vestido verde sobre una blusa blanca de mangas largas, teniendo zapatos de tacan alto y un brazalete azul levemente visible en su muñeca.
La acompañante era una mujer de belleza similar a la pelirroja, llevando un traje de sacerdotisa Miko. Sus rasgos eran su largo cabello negro oscuro, piel blanca y ojos violetas.
Ambas mujeres estaban entabladas en una conversación, sin notar al observante que miraba a la pelirroja con los ojos de un acosador con varias órdenes de restricción.
El acosador era en si un joven hombre de la misma edad física que la pelirroja, siendo seguramente veinte años de edad. Su vestimenta consistía en una camiseta negra con símbolos blancos en ella, sobre la camiseta llevaba una camisa hawaiana color azul y pantalones largos negros con zapatos blancos. En su cuello llevaba una especie de collar. Sus rasgos eran su corto cabello rubio dorado, ojos azules eléctricos y piel con un bronceado natural. El hombre tenía un rostro guapo de por sí.
Una sonrisa se formó en el rostro del rubio mientras que miraba la pelirroja, solo para salir de la pared donde estaba apoyado y comenzar a caminar hacia ellas.
Al llegar frente a ambas mujeres, que se detuvieron al verlo, el acosador sonrió encantadoramente.
Hola, soy...— el hombre estaba por presentarse, pero no pudo hacerlo cuando la pelirroja sonrió mientras que alzaba una mano y negaba.
Lo siento.— dijo la pelirroja en un tono de disculpa— Ahora estamos ocupadas, quizá otro día.
Con eso, la pelirroja tomo la muñeca de su amiga y comenzó a arrastrarla.
Kushina, no debe...— la pelinegra trato de detener a su amiga, pero ella solo siguió arrastrándola mientras que miraba por encima de su hombro al desconocido, que las miraba con pura incredulidad en sus ojos.
¡Adiós!— saludo la llamada Kushina con una gran sonrisa, dejando atrás al rubio.
El físicamente joven acosador estaba enfocado en su shock, estando totalmente inconsciente de todo a su alrededor, sin notar como niños lo miraban por unos segundos solo para reír levemente. Siguió así por un tiempo hasta que parpadeo notando como su objetivo y su amiga desaparecieron en la distancia.
… ¿Qué mierda acaba de pasar?— se preguntó el dios con pura incredulidad en su voz.
…
Ara, Kushina, no debiste interrumpir al pobre así.— la mujer de cabello negro rio levemente en su mano mirando como Kushina negaba con su cabeza.
¿Por qué no?— pregunto Kushina con una sonrisa divertida— El idiota creía que tenía oportunidad con nosotras, Shuri.
Contigo, creo.— Shuri rio levemente mirando el asombro en Kushina— Te ha estado mirando desde que salimos de la cafetería.
Nono...— Kushina rio negando con la cabeza, teniendo una sonrisa nerviosa— Él es solo un idiota que busca algo de diversión, nada más.
¿Estas segura?— pregunto Shuri notando como Kushina asentía decidida— Se veía determinado.
Sí, he visto esa mirada en cientos de hombres.— Kushina solo rasco su nuca.
Luego de esas palabras, las mujeres siguieron con su camino sin hablar con el extraño hombre con quien se toparon.
…
Jeje…jejejeje… ¡Jajajaja!— un hombre estaba sobre la rama de un árbol, apoyándose contra el tronco de este mientras que reía histéricamente— ¡Esto…! ¡Esto es único!— rio el acosador mientras que se sostenía el estómago.
La emoción era algo que pocas veces sentía.
Sentía la emoción por un combate futuro. Sentía la emoción por una guerra futura. Pero nunca sintió esta clase de sentimiento.
En sus viajes, nunca antes lo ignoraron. Básicamente las mujeres y en pocos, y aterradores casos, hombres chillaban de alegría cuando les hablaba.
Pero ella lo ignoro. Lo ignoro claramente.
Eso era algo que lo asombraba. Nunca antes lo había experimentado. Pero todo eso lo hacían sentir solo una cosa.
Alegría. Lo hacían sentir alegre.
Era la primera vez que una mujer lo ignoraba. Por lo tanto, él tenía muchas razones para estar feliz. Porque ahora un claro desafío estaba frente a sus ojos.
Kushina. Kushina. Kushina...— el hombre dejo su maniaca risa para reír entre dientes— Yo…Yo te juro por mi nombre y mi trono…que tú serás mía. ¡Yo, Indra, juro que te hare mía!
Tiempo después
Era fácil jurar algo, lo difícil era cumplirlo. Eso era algo que el Dios de la Guerra, se repetía con frustración cada vez que trataba de hablarle a Kushina. Pero eso solo hacía las cosas más emocionantes para Indra.
Luego de meses de pura desesperación y frustración, Indra consiguió que Kushina le hablara. Luego de las charlas, siguieron las "reuniones accidentales". Eran accidentales para Kushina porque Indra la espiaba de tal manera que haría orgulloso a un gran acosador profesional.
En el transcurso del tiempo que Indra paso con Kushina descubrió muchas cosas de la pelirroja.
Ella era terca. Su terquedad rivalizaba con la de Indra, algo que sorprendía al Dios de la Tormenta porque siempre pensó que nunca habría alguien tan terco como él. Una vez que Kushina se determinaba a algo, no se detendría hasta conseguirlo, sin importar lo pequeño que sea el capricho.
A pesar de su terquedad igualada con la de una mula y un dios védico, Kushina era alegre y honesta, sensata en sus decisiones, siendo capaz de tomarlas con una madurez contraria a la de sus actos algo infantiles.
Otra cosa que descubrió Indra fue el nombre completo de su objetivo, siendo Uzumaki Kushina.
Luego de un tiempo, ambos se intercambiaron anécdotas de sus padres y familia.
Por lo que Indra escucho, Kushina era huérfana, nunca conoció a su padre y su madre murió al nacer. Fue criada en un orfanato de su ciudad natal, donde era constantemente molestada por sus compañeros por tener el cabello rojo.
Según palabras de Kushina, los demás niños la llamaban "Tomate", pero ella les sacaba los dientes al momento de llamarla así, algo que a Indra le parecía sumamente sexy.
Indra no podía evitarlo. Le gustaban las mujeres con carácter.
Los meses pasaron, esos meses convirtiéndose en más de dos años. Tiempo en el que Indra descuido severamente sus deberes como Rey de los Devas. Pero eso era algo que al Dios del Relámpago no le importaba.
Todo sea por su objetivo. Esa era la motivación de Indra.
Pero mientras que Indra se esforzaba constantemente por seducir a Kushina, paso algo que el dios no predijo.
Kushina, aparentemente y según sus propias palabras, a pesar de la incredulidad del dios, se enamoró de Indra. Eso fue algo que el Dios de la Guerra hindi no espero ni creyó en un principio.
Puede que haya pasado mucho tiempo practicando el arte de la seducción, pero era solo seducir, sin nada relacionado con temas de amor ni esas estupideces en su mente.
Tomo más de dos años, pero Indra al final logro su cometido, pero solo en parte porque luego de que Kushina se confesara, solo se volvieron novios.
Kushina se comportó como una mojigata en opinión de Indra luego de eso.
Fue luego de un buen tiempo que Kushina tuvo el valor de llevar su noviazgo con Indra más lejos.
Fue dos meses después de la noche especial entre Indra y Kushina que la pelirroja comenzó a experimentar los síntomas del embarazo.
Cuando Kushina le conto a su novio sobre su situación, el dios védico estaba eufórico, tanto que no podía esperar para ver como era su hijo y si era una niña le daba un poco igual.
Por supuesto que él deseaba un niño, pero Indra sabía que en ciertas ocasiones las mujeres y los hombres estaban igual en términos de poder.
Pero eso no lo detendría de matar a todos los pretendientes de su hija. O bien estaba el pensamiento cruel y sádico en su cabeza que prácticamente gritaba que matarlos era muy poco y que él debía torturarlos por tener la osadía de mirar a su hija.
Kushina estaba especialmente feliz y alegre, pero toda esa emoción se desvaneció al momento que Indra le confeso algo.
Según palabras de Indra, obviamente una mentira, él debía ir a ver a sus padres, aunque en realidad estaba preparando todo en el Monte Meru para el nacimiento de su hijo y testear que nada se haya salido de control en el tiempo que llevaba fuera del trono. Aunque confiaba que sus súbditos no habían hecho nada malo en su tiempo en el exterior.
…
Kushina estaba claramente feliz. Estaba embarazada. El fruto de su amor con Indra estaba en su vientre.
Puede que en un principio las cosas eran algo tensas entre ellos. Especialmente porque Indra, al ser igual de terco que ella, no aceptaba un no como respuesta.
Al principio Kushina pensó que Indra era solo un hombre idiota que buscaba usarla solamente para su gratificación sexual. Solamente pensó que ese hombre era otro más del montón que planeaba utilizarla para el sexo e irse después. Pero una noche después de su primera vez juntos, Kushina vio como Indra seguía durmiendo a su lado.
En su primera cita, Kushina noto como Indra no había dejado de mirarla a los ojos y hablarle amenamente. No la miraba con los ojos de un seductor, si no con unos tranquilos mientras que la escuchaba y daba leves comentarios con su humor algo sarcástico.
Al terminar su primera cita, Kushina decidió salir más a menudo con Indra, porque cuando su acosador personal no trataba de seducirla, era una persona con la que ella no le importaría pasar su tiempo.
Fue después de muchas citas que Kushina decidió avanzar mucho en su relación con Indra. Y luego de su primera vez juntos, la pelirroja decidió contarle a su mejor amiga lo ocurrido.
Himejima Shuri estaba muy feliz por Kushina cuando descubrió sobre el noviazgo con Indra. Estándolo aún más cuando escucho que su amiga estaba embarazada, pero la felicidad sin duda exploto en ella cuando su amiga le pidió si podía ser su madrina.
Al escuchar que Indra debía ver a sus padres, Kushina reacciono algo triste y feliz.
Estaba triste porque el padre de su hijo se alejaba de ella y estaba feliz ante la perspectiva de algún día conocer a sus suegros.
Claramente ella aun no conocía la verdadera identidad de Indra, porque para Kushina, el verdadero nombre de su novio era Indra Meru, un joven extranjero.
…
Ahora mismo, Kushina y Shuri se encontraban en la casa de la Himejima. Ambas bebiendo té y Shuri consolando a su amiga.
Espero que vuelva pronto...— susurro Kushina algo deprimida mirando su vientre, escuchando unas palabras de su amiga.
No te preocupes.— dijo Shuri con una sonrisa amable— Seguramente tiene problemas y tarde en resolverlos. Ahora mismo, Indra debe estar en camino.
Shuri no tenía muchas esperanzas, pero debía consolar a Kushina.
Desde que Kushina le conto que Indra se fue para "ver a sus padres", Shuri sospechaba un poco, pero no le dio mucha importancia ya que pensaba que como Kushina estaba embarazada, Indra no se iría muy lejos.
Se equivocó rotundamente porque luego de un mes de haberse ido, Indra no mostraba indicios de querer volver.
Tal parece que Kushina tenía razón e Indra era un seductor que no le importaba embarazar a una mujer si eso significaba divertirse y desgraciadamente Kushina fue su víctima.
Kushina.— de repente, Shuri sonrió amablemente levantándose y caminando hacia su amiga— ¿Quieres que vayamos a comprar cosas para tu bebe?
¡Sí!— chillo Kushina de alegría.
Comprar cosas para su futuro pequeño era algo que Kushina sin duda querría hacer.
Tiempo después
Kushina creía que sabía lo que era el dolor. Después de todo fue entrenada por un "amigo" en el Arte de la Espada y él era muy estricto. En sus entrenamientos, siempre terminaba con moretones, cortes y heridas dolorosas. Pero nada pudo haberla preparado para lo que era la labor de parto.
Ahora mismo, la pelirroja estaba en un hospital, estando en labor de parto y sintiendo el inmenso dolor que eso le provocaba.
El doctor y la enfermera estaban presentes, recibiendo al niño o niña que la pelirroja tendría.
¡Falta poco Kushina!— Shuri estaba presente, animando a su amiga y gravando todo con una cámara.
Kushina siguió gruñendo y maldiciendo.
¡Mierda, como duele…!— chillo Kushina con pequeñas lágrimas en sus ojos, solo para abrir sus ojos y reprenderse al saber que la estaban grabando— ¡Perdón! ¡Lo siento hijo!— un gran grito salió de la boca de Kushina, pero ese grito termino al escuchar un llanto—… ¿Eh?
Ya terminamos.— el doctor sonrió detrás de su mascarilla mientras que suavemente sacaba al bebe de entre las piernas de Kushina, extendiéndolo hacia la enfermera para que ella cortara el cordón.
Puedo… ¿Puedo verlo?— susurro Kushina bajando levemente la mirada, recibiendo una gran risa de parte del doctor.
¡Por supuesto que puede!— dijo el doctor extendiendo el bebe hacia la mujer.
Al momento de ver a su bebe, Kushina sintió las lágrimas en sus ojos.
Era un niño por lo que la pelirroja podía ver, con un poco de cabello rubio.
Kushina ya sabía de quien, pero se negaba a decirlo.
Los ojos del pequeño permanecían cerrados mientras que estaba en los brazos de su madre, todo el tiempo siendo grabado por Shuri, que tenía una amplia sonrisa en su rostro.
Durante los meses que Indra llevaba fuera, Kushina comenzó a aceptar la realidad.
Acepto que Indra era solo un seductor más que la uso para sus asquerosos fines. Por lo tanto, el bebe en sus brazos crecería sin padre.
Deberíamos dejarlos descansar.— el doctor noto como Shuri dejaba salir un su suspiro decepcionado— Kushina-San ha pasado por mucho.
Está bien...— Shuri apago la cámara, teniendo decepción en su rostro mientras que se acercaba a Kushina— Kushina…te veré en unas horas. Descansa, ¿Si?
Está bien...— susurro Kushina mirando a Shuri, solo para mirar hacia la ventana con aire distante.
Los doctores tomaron al bebe y lo llevaron a una cuna, que estaba al lado de la cama donde Kushina reposaba.
Cuando apagaron las luces y solo quedaba Kushina y el bebe en la habitación, la mujer hablo.
Ya puedes salir.— la pelirroja aun permanecía observando la ventana con las cortinas, notando como de la oscuridad se formaba la silueta de alguien.
Alguien salió de las cortinas, por la oscuridad de la habitación no podían verse bien sus rasgos.
Entonces ya nació.— afirmo el desconocido en un tono calmado, acercándose a Kushina mientras que esta observaba los brillantes ojos violetas del extraño— ¿Puedo verlo?
Eres su tío…claro que puedes verlo.— dijo Kushina con una leve sonrisa, causando que el hombre caminara hacia la cuna para tomar al niño— ¿Dónde están Amaterasu y Tsukuyomi?
Atendiendo deberes en Kyoto...— dijo el hombre mirando el rostro del bebe, notando como este permanecía con sus ojos cerrados— Dijeron que te visitarían cuando terminaran.
Ya veo...— susurro Kushina mirando hacia abajo, haciendo que la habitación quedara en silencio.
Ya sabes quién es el padre, ¿No?— Kushina asintió con la cabeza ante las palabras de su hermano— Si no lo descubrías tú te lo iba a decir yo.
Lo descubrí hace poco…El nombre Indra Meru daba poco lugar a la imaginación.— susurro Kushina débilmente, causando que el hombre suspirara.
Entonces…este niño es hijo del Rey de los Devas, Indra, y sobrino del Gran Dios, Izanagi.— el hermano de Kushina miraba al niño con cansancio en sus ojos— Esto sí que dará problemas.
Ese niño...Ese niño es mi hijo.— susurro Kushina con su cabello cubriendo sus ojos— Si alguien va a protegerlo de los problemas…seré yo.
¿Ya tiene nombre?— ante esa pregunta, Kushina se sonrojo un poco.
No lo tiene...— respondió la pelirroja algo avergonzada.
… ¿Puedo dar una sugerencia?— pregunto el hombre con calma, escondiendo la esperanza en su voz.
¿Qué nombre tienes?— pregunto Kushina con una sonrisa divertida.
Naruto.— con ese nombre, Kushina rio un poco.
¿Un ingrediente para Ramen?— pregunto Kushina divertida, lo que provoco que su hermano gruñera un poco— Ciertamente, me gusta el Ramen pero...
Naruto es el nombre de una ciudad donde los torbellinos son naturales.— gruño el hombre con una mueca en su rostro— Eso, mas su apellido, Uzumaki, hará una buena combinación.
Está bien, está bien.— dijo Kushina con una sonrisa, notando como su hermano la miraba algo feliz— Naruto será su nombre.
Gracias.— el tío de Naruto asintió con la cabeza, teniendo una leve sonrisa en su rostro— Deberías descansar. Haz pasado por mucho hoy.— dejando al pequeño en la cuna, Kushina hablo.
Susanoo...— el Dios de las Batallas noto como Kushina lo miraba con una sonrisa— Gracias…por aceptarlo.
Es mi sobrino...— Susanoo sonrió levemente mientras que un sello mágico color violeta aparecía bajo sus pies— Al igual que tú, hare lo que sea por protegerlo.
Con eso, el dios desapareció, dejando sola a Kushina que cerro sus ojos y comenzó a dormir.
…
Indra estaba ansioso.
El Dios de la Guerra creía que faltaban unos minutos para que Kushina estuviera totalmente dormida y que Susanoo dejara de vigilarlos, por lo que ahora solo debía ir a buscarlo.
Sabía que tal vez tendría problemas con el Shintou, pero eso no era lo que le importaba, después de todo, el Shintou perdió poder desde que Izanagi desapareció.
Cuando descubrió que Kushina era en verdad hija de Izanagi, Indra en un principio no sabía que pensar.
Indra pensaba que Izanagi no era tan fiel como creía que era y luego de estar mucho tiempo lejos de Izanami dejo de lado la fidelidad para buscar el placer en los humanos.
Estaba feliz por ello. Le gustaban las mujeres fuertes y Kushina sin duda era fuerte por su ascendencia y carácter. Además también estaba la posibilidad de que su hijo herede lo mejor de ambos, volviéndose aún más poderoso.
¡No puedo esperar más!— suspiro Indra mientras que se revolvía en su trono, solo para pensar en voz alta algo importante—… ¿Y si…?
Una habilidad innata que algunos dioses hindi tenían era la posibilidad de ver el futuro. Él estaba dotado con esa habilidad, por lo tanto, podría ver el lejano mañana para descubrir algo importante.
Que tan fuerte seria su hijo en un futuro y siendo entrenado por su propia mano.
Concentrándose, Indra utilizo su habilidad.
Lo que vio lo dejo en shock. Fue una horrible pesadilla de la cual quería despertar al momento de verla.
Su hijo estaba sentado en su trono. Estaba dirigiendo su ejército como el nuevo Emperador Celestial. En ese futuro, su hijo era el emperador que gobernaba sobre el cielo y él era rebajado a un simple consejero.
Saliendo de la visión hiperventilándose, Indra apretó los dientes con furia mientras que volvía a buscar en los posibles futuros porque su hijo era el emperador.
Lo único que vio fueron visiones del poder del niño. Un poder que era inmenso. Solo encontró visiones de su hijo arrasando a sus enemigos, volviéndose el líder de su ejército y siendo el nuevo Emperador Celestial.
Los ojos de su niño eran lo que más resaltaban, porque básicamente eran irreales por su apariencia y poder.
No podía matar a su hijo, Aun no cayo tan bajo como para matar a un bebe.
Otra idea era quitarle los ojos para evitar que el futuro se cumpliera.
Pero quitarle los ojos a un bebe era algo muy cruel y despiadado, incluso para él.
Un suspiro escapo de la boca de Indra mientras que se acostaba en su trono.
¿Qué mierda he hecho…?— susurro Indra sobando sus sienes con frustración.
Trajo un niño al mundo, un niño que en el futuro iba a ser innegablemente poderoso y sin embargo, no podría usar a ese niño en su guerra, porque si lo hacía, su trono dejaría de ser suyo.
Nota del autor:
Gracias por leer.
Como vieron, si hay reescritura.
¿Quieren que el Harem quede igual que en la otra historia? Es decir, con diosas Oc como Tsukuyomi y Amaterasu. Porque la verdad se me ocurrió una idea para sacarle el cliché a la historia de cuento de hadas y que todo está bien, además de explicar mucho mejor todo lo demás.
Este capítulo es sencillamente corto para preguntarles eso. ¿Quieres que el Harem sea igual que en la primera historia? Porque yo tengo a una nueva integrante que Naruto no podrá evitar querer ayudar.
Les doy una pista. Es griega al igual que Bianca.
Luego de este capítulo subiré capítulos de corrido. Es decir que tratare de subir muchos capítulos a la vez para tratar de llegar a un número más o menos cercano de los veinte capítulos que tenía antes.
Les daré algo de esa idea en la cual estoy pensando. Porque es su decisión. Es decir, quieren que la historia tenga un toque distinto de cuento de hadas, o la quieren tal y como estaba antes.
...
¿Por qué…? ¿Por qué hiciste esto…Nii-San?— pregunto Naruto con lágrimas bajando por sus ojos, mirando como el hombre que siempre admiro como un hermano mayor estaba frente a los cuerpos de sus tías.
Para medir mi nivel.— respondió ******* mirando al niño con sus ojos sin emociones.
… ¿Para medir tu nivel?— Naruto susurro las palabras teniendo el cabello cubriendo sus ojos, apretando fuertemente sus dientes mientras que temblaba un poco— Por eso… ¿Por eso has matado a todos?
…Es importante.— dijo ******* cerrando sus ojos.
Eso...— el semidiós se levantó lentamente, teniendo su cuerpo parpadeante en electricidad azul— ¡No me jodas!
…
¿Vas a matarme?— pregunto Naruto con un ligero titubeo en su voz.
No mereces ni que te mate, estúpido sobrino.— el dios aún continuaba mirando a Naruto sin emociones, la frialdad clara en su voz— Si quieres matarme…Ódiame, aborréceme y vive una vida larga y desagradable...— enumero mientras que Naruto lo miraba con miedo— Huye…Huye y aférrate a tu miserable vida...— luego de eso, el cabello negro del dios comenzó a levitar mientras que el suelo se agrietaba profundamente— Y un día, cuando tengas el mismo poder que yo. Ven a buscarme.
…
Si eligen que esta historia tenga el curso que tuvo Legado del Emperador Celestial, solo díganlo y nada cambiara además de que Naruto conseguirá una nueva novia de la cual ustedes no sabrán nada.
Si quieren que esta historia tome la ruta de los adelantos de arriba, se explicara mejor las cosas de porque Ophis nunca se interesó en Naruto. Porque Shiva le dio los ojos de Indra a Susanoo. Además de quitarle el cliché de que todo está y va a estar bien pero en el trascurso de esta ruta, dos personas importantes en la primera historia morirán. Amaterasu y Tsukuyomi.
Por esa razón decidan bien, porque yo creo que tomare la ruta que propuse para explicar mucho mejor las cosas. Porque ese es el fin de la reescritura, explicar mucho mejor las cosas y agregar otras que me dejaron inconforme.
Eso sí, Naruto, en la ruta que yo propongo, no será un vengador como Sasuke, tendrá sus momentos oscuros y segado por el odio, pero regresara a su personalidad normal.
