DISCLAMER: Ni los personajes ni la trama central ,central me pertenecen. Sólo esta loca idea ha salido de mi cabeza. Lo demás es hecho por obra y gracia de J.K. Rowling.
I DON'T CARE.
Dios. Cómo le dolía la cabeza. Tenía ganas de vomitar. Resaca profunda el primer día de trabajo. Guay.
Se desperezó pesadamente sobre la cama. Las sábanas estaban hechas un revoltijo bajo sus pies. Sentía como si tuviese una montaña gigantesca de mierda pegada al pelo. Estaba grasiento y olía a tabaco. Puaj. Se acaba de disparar la alarma de la suciedad capilar. ¡A ducharse!
Se dirigió al baño cojeando y trastabillando. Mientras cruzaba el umbral de la puerta de la ducha, unos brazos fuertes la cogieron por detrás.
-Buenos días, mm…- Dijo ronroneando en su oído. ¿Cómo podía ser que después de diez años casados cada vez que el la tocaba y la susurraba al oído tenía ganas de correrse? Magia. Bueno, más bien amor. Y pasión.
Se giró. Ahí estaba su milagro personal*. Y es que los años pasaban y él seguía igual. No podía pedir más.
-MM.…Severus, ya sé que te gusta mucho darme estos sustos por las mañanas, pero tengo un kilo de mierda en el pelo y un dolor de cabeza que ni con 8 cafés. Así que, si no te importa me daré una ducha rápida, si puedo, y me tomaré un café cargado. Después me iré al trabajo, mi jefe me amargará el lunes y después vendré a casa, donde podrás follar conmigo todo lo que quieras solo para hacerme sentir mujer y estar de buen humor, pero ahora no es el momento.- Había sido un poco brusca con él, pero es que las mañanas de los lunes eran las mañanas de los lunes. Hiciesen lo que hiciesen.
-Cariño, solo te estaba dando los buenos días. Yo también tengo un trabajo.- Y seguidamente la dio un beso cargado de intenciones para la tarde, y se despidió de ella.- Te quiero, volveré a las ocho.- Y sonriendo sacó los brazos de su cintura y salió por la puerta.
- ¡Te quiero!- Gritó antes de irse. Y el eco de la puerta al cerrarse resonó por todo el piso.
Otra vez sola. Muy bien. Manos a la obra.
***
Una ducha rápida y un desayuno a base de café ardiendo y Neurofen. Uff. Despejada e hiperactiva salió de casa. Llovía.
¡Mierda! Llevaba zapatos. Bueno, en realidad, ¿Cuándo no llueve en Londres? Soy tonta. Pensó. Miró su reloj y vio que solo le faltaba media hora para llegar al Ministerio. Vale. ¿Me aparezco? ¿Cojo el metro? ¡Pero bueno, Hermione! Ya estás subiendo a casa y utilizando la red Flu, se dijo. Así aprovecharía y se cambiaría de zapatos.
Subió en ascensor al decimonoveno piso donde vivían ella y Severus. Mientras, decidió ponerse las botas negras. Un acierto, dado que convinaban con todo.
Una vez cambiada, cogió el bolso que había dejado en la encimera de la cocina y se dirigió al salón, donde se metió en la chimenea. De una pequeña maceta cogió los polvos Flu, y arrojándolos dijo: -¡Ministerio de Magia, Sección de Sanidad!-
-¡Ahú, ahú, ahúúúúú!- Mierda, no solo le daba un ataque de tos si no que se había llenado de polvo. Dirigió su mirada hacia fuera de la chimenea y observó como Susan la miraba divertida.
-¿Un mal día?- Preguntó riéndose. Estaba acostumbrada a los malos días de Hermione.
-Que va. Solo que llueve, tengo la cabeza a punto de estallar y el pelo hecho un caniche. Osea, estoy bien.-Y para rematar el sarcasmo puso una sonrisa falsa bien grande.
-Jajaja. En fin, siento amargarte este día tan alegre pero te aconsejaría que te relajases y respiraras hondo antes de ver lo que hay sobre tu escritorio.-
Y como impulsada por el miedo, el horror y la sospecha de que hoy se cagaría en su jefe y en todos sus parientes, dirigió la mirada hacia su escritorio. En efecto, debía relajarse o estallaría. Una pila de papeles del tamaño de su casa se elevaba hasta rozar el techo.
-Bien,-Dijo en voz alta, más para ella misma que para Susan.- contaré hasta diez y me tranquilizaré. Uno, dos, tres… ¡Me cago en la madre que lo ***** y en *******************************************************************************************************! ¡************************! …. – El resto no hace falta escribirlo o me censurarían de por vida y mi vida de narradora acabaría ahora mismo.
Resumiendo cuentas, que la vida de Hermione Granger era un auténtico Ying-Yang. Por un lado tenía un maravilloso marido que la quería y la trataba como una reina. Unos amigos geniales con los que poder contar y una familia rebosante de cariño. Y por otro lado tenía el jefe más pedazo de mierda que haya existido jamás, a lo que hay que sumarle que viviese en una ciudad donde el 98% de los días del año se los pasaba lloviendo. Sin contar que determinados días se pasaba con las fiestas y acababa sintiéndose como el mismísimo Voldemort revolviéndose bajo tierra al día siguiente. Y si a esto le sumamos el hecho de que hacía más de dos semanas que Severus y ella no se acostaban juntos, obteníamos por resultado a Hermione Humana-Psicodepresiva-Borracha-Y-Falta-De-Sexo-Granger. Y si os digo la verdad, a mi no me gustaría toparme con ella en un callejón oscuro sobre la medianoche. Quién sabe si no era un monstruo venido de otro planeta que se había introducido en su cuerpo y la hacía pasar calamidades para su diversión.
Y así pasó el día, despotricando y trabajando. Cagándose en todo y currando. Como siempre.
***
Llegó a casa agotada. Sin ganas de jugar con Severus ni de nada. Solo tumbarse en la cama y dormir. Y así hizo. Se quedó profundamente dormida.
Pero rato después notó un cuerpo caliente acurrucándose junto a ella. Sonrió. Se estaba muy bien.
El cuerpo la envolvió con sus brazos y se pegó más a ella. La besó en el cuello y frotó su nariz contra el oído de ella.
-Te quiero. – Susurró contra su cuello.
Y no aguantando más, Hermione abrió los ojos y se dio la vuelta para quedar frente a él.
-Y yo a ti.- Rió. Pero una risa entre susurros.- Hoy estás demasiado cariñoso, ¿no?- Esas muestras de afecto solían ser escasas por parte de él, pero cuando ocurrían, la hacían feliz.
Él sólo se limitó a mirarla.
-¿Te pasa algo, Sev?- Preguntó Hermione asustada.
Seguía mirándola seriamente. Algo sucedía.
-¿Severus?-
Severus la miró profundamente. Atravesando sus ojos con esos pozos oscuros llenos de ¿tristeza? ¿Amor? Severus…
-Hermione, voy a morir.
*Así se refiere Bella a Edward en Twilight. Un pequeño guiño habitual en mis historias.
Hey! Bueno, aquí va otra nueva historia ;D
Espero os guste! Esta será un poco una mezcla entre el humor, el drama y el romance. Desafortunadamente no deja colocar una historia con tres categorías, por lo que pondré Drama/Romance. Pero prometo momentos de humor. :)
Dejad algún review, ¿no? Vuestra opinión es importante. Además sois un gran apoyo.
Besos!
