¡Compré una salchicha!
Las clases estaban por terminar cuando Konata habló.
- ¿Saben qué? – Dijo Konata. – Tengo hambre de salchichas.
- Yo también. – Respondió Tsukasa.
- ¿No podrían simplemente comer algunas cuando lleguen a casa? – Preguntó Miyuki.
- Estaba pensando en que todas podríamos ir a conseguir algunas antes de ir a casa. – Anunció Konata.
- Le voy a preguntar a mi hermana si quiere venir también. – Agregó Tsukasa.
- Estaba por preguntarle yo misma. – Respondió Konata.
- Esto puede hacernos llegar tarde a casa. – Dijo Miyuki. – Pero claro, me gustarían unas salchichas.
A medida que salían de la escuela Kagami fue puesta al corriente de este planeado paseo salchichesco.
- Esto parece un desvío inútil. – Exclamó Kagami. – Pero, demonios, ahora que han sacado a relucir el tema realmente quiero una salchicha.
- ¡Entonces está arreglado! – Parloteó Konata. - ¡Salchicha, allá vamos!
Las cuatro fueron al lugar más cercano de ventas de salchichas.
- Malas nuevas. - Anunció Tsukasa. – No tengo dinero.
- Relájate.- Le dijo Konata. – Va todo por mi cuenta.
- ¿Estás segura? – Preguntó Tsukasa.
- Siendo la única de nosotras que trabaja puedo permitírmelo fácilmente. Además este mes no tiene mucho que ofrecer en lo que respecta a videojuegos y mangas así que tengo más dinero del habitual.
Por fin Konata fue capaz de comprar todas las salchichas y fueron vagando por las calles comiéndoselas.
- ¿Piensan que nuestros padres estarán enojados si llegamos tarde a casa? – Expuso Tsukasa.
- Tranquila. – Dijo Konata. - Si eso pasa puedes decir que fuiste atacada por Godzilla.
- ¿Godzilla? ¿De verdad crees que alguien caería con eso? – Preguntó Kagami.
- Hay una cosa graciosa acerca de Godzilla. – Afirmó Muyuki. – Cuando la película original fue primero estrenada en los Estados Unidos ellos le agregaron escenas de América.
- Tuve la desgracia de ver esa versión – Contó Konata. – y no pasa un día en que desearía no haberla visto.
- ¡Todavía no has respondido a mi pregunta! – Habló Kagami.
- ¿Sigues con eso? ¿No reconoces una broma cuando la oyes? No es como si Godzilla fuera real o algo así.
- Sí, ya lo sabía. Bueno, supongo que podría decir que me sentí con ganas de pasar el tiempo por un rato.
- ¿Por qué no pensé en eso? – Parló Tsukasa.
- ¿Ves? – Expresó Konata. – Problema resuelto.
Pronto terminaron sus salchichas y después de un ratito todas se fueron a casa.
Dos días después volvieron a la escuela.
- No tenía idea de que esas salchichas estarían poco hechas.- Anunció Konata.
- Dímelo a mí. – Contó Tsukasa. – La mía me pasó muy rápido por el sistema digestivo. Todo ese tiempo en el tren tuve que aguantarme las ganas de ir al baño.
- Eso es. ¡A partir de ahora no vamos a comprar más salchichas en ese lugar!
Tsukasa y Miyuki asintieron de acuerdo.
