"El diario de Itachi Uchiha"

Disclaimer: Los personajes son de Masashi Kishimoto, yo sólo me he dedicado a escribir este fic.

Posible spoiler para quién no siga el anime y/o manga. Esta historia podría sacar lágrimas.

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-Prólogo-

-¿Quieres escuchar mi historia?- abrí mis ojos con curiosidad, la pequeña niña frente a mi tenía una mirada impaciente, casi de desesperación.

-Por favor, tío.

Sarada Uchiha es mi sobrina, sin embargo en este momento no estamos en la Tierra. Es un jutsu que creé hace bastante tiempo, tanto que incluso lo había olvidado. Sin embargo ella está aquí, más no significa que ella este muerta...

El cielo es un lugar especial para aquellas personas que han muerto, pero ella está del otro lado de la línea. Para explicarme mejor aquí no hay muerte, ni dolor, ni señal del tiempo. Es un limbo. Desperté simplemente en este lugar un día, sin saber exactamente que ocurría. Es cierto, después de la muerte sólo sientes un ligero dolor dependiendo de cómo mueras, sin embargo nunca pensé que habría algo después de la muerte. Esto es, un mundo después de la vida.

Hay un trance, para llegar al lugar en el que estoy debes de morir, sin más. Puedes fallecer de forma natural, asesinato o incluso suicidio. Pero aquellos que están en un estado de salud grave se encuentran en la otra línea, esperando el momento de irse o quizá de volver al mundo de los vivos. Ese es el caso de mi sobrina Sarada. El hecho de que ella se encuentre aquí y no allá quiere decir que está enferma o al borde de la muerte, ¿por qué? esa sería una excelente pregunta. Más no puedo decir mucho en este estado, no la puedo tocar y su cuerpo se ve tan distante del mío. Un cristal reluciente casi como un diamante nos separa, ese... ese es el espacio entre la vida y la muerte. Una distancia tan corta, pero si llegas a donde estoy y atraviesas el cristal estarás muerto y nunca podrás regresar. Mi corazón lo sabe, lo he visto. A pesar de que morí hace bastantes años he sabido de todo lo que ha pasado en el mundo de los vivos.

-Te pareces a tu padre- sonreí finalmente, observando de lejos a mi pequeña sobrina.

-Sí- su mirada era cabizbaja, ella tocaba el cristal como si lo quisiera romper- hay tantas dudas, no entiendo que hago aquí.

-Hace tiempo creé un jutsu, su nombre era "reencarnación"

-¿Reencarnación?

-Debes estar enferma- suspiré mientras recordaba mi enfermedad de la cuál nadie supo- o acaso ¿me equivoco?

-Puede que estés en lo cierto- acomodó sus anteojos rojos- mi madre encontró la cura y estoy bien. Nada relacionado a ello.

-¿Entonces?

-Estaba en una misión, junto con- apretó los puños- es un chico molesto, se llama...

-¿Boruto?

-¿Cómo lo sabes?

-He visto todo, y cuando digo todo me refiero a que sé que es lo que pasa en la aldea.

-Uh- mi sobrina no es de muchas palabras, típico de un Uchiha- si ya lo sabes... no debería decir porque estoy aquí.

-Salvaste a Boruto de aquel ataque entre bandidos del puerto de Degarashi, dejaste que tu corazón te indicara que hacer y al ver que el estaba herido te lanzaste sin más.

Ella asintió.

-De modo que, te desmayaste y cerraste tus ojos. Ahora te encuentras entre la vida y la muerte, sin embargo vivirás.

-Te conozco- mostró una seca sonrisa- el otro día espié a mi padre y llevaba una flor blanca al lugar de los caídos.

-Eres una combinación rara entre Sasuke y Sakura.

-Hmp.

-Y, ¿quieres escuchar la historia?

-Por supuesto, Kakashi-sama alguna vez dijo algo sobre la masacre de los Uchiha. Más me advirtió que no debía tocar el tema con mi padre. Y cuando quise preguntarle a mi madre me dijo que era mejor no saberlo.

-Tienes ocho años, pero muestras esa madurez que pocas veces he visto. Quizá tu madre tiene razón, algunas cosas deben olvidarse...

-Quiero saberlo.

-Hagamos un trato, yo te diré que sucedió hace tiempo... y tú prometerás no hablar de esto con nadie.

-Es un trato- tocó el cristal y yo hice lo mismo. Nuestras manos no se tocaban, pero eso era a lo más que aspiraba para tener un contacto físico.

-Es momento de que lo sepas todo, Sarada Uchiha. Tú y Sasuke son los únicos Uchihas vivos, en algún tiempo, eran tantos los Uchihas que no se podían contar pero esos tiempos se acabaron...yo...

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Capítulo 1. Eres tú a quien protegeré el resto de mis días.

-Uh- miré al pequeño bulto que estaba entre mis brazos- no llores, por favor.

Era más fácil lanzar shurikens y bolas de fuego que cuidarlo. Tan pequeño y frágil. Mi padre dijo que no debería causar problemas y que estaría bien, que ellos debían irse a una misión por ordenes del Cuarto Hokage, Minato Namikaze.

-¿Cuánto tiempo?- le pregunté.

-Te harás responsable de tu hermano.

Sasuke Uchiha era mi hermano menor, nacido un soleado día de julio. En lo personal nunca he tenido experiencia con bebés, tengo cinco años y es la primera vez que lo cargo.

Es 10 de octubre.

El sol se esconde en el horizonte, un cielo naranja me envuelve y mis ojos se cierran por un instante, breve pero lo suficientemente largo como para darme cuenta que mi hermano alza sus pequeños brazos. Sus mejillas sonrojadas me ponen en alerta, ¿tendrá temperatura? Más me doy cuenta que quizá es malo estar a las afueras del dojo familiar.

El día es tranquilo, tanto que me asusta. Hace apenas medio año la tercera guerra estaba en su cenit. Sentí mi cuerpo temblar y mis ojos se humedecieron. ¿Cómo olvidar aquel suceso?

Cada integrante del Clan Uchiha debía ser enviado al frente, sin importar que fuéramos niños o adultos. No importaba el rango, pero tenían preferencia por los hombres.

Caminé entre cuerpos de niños de mi edad, a los cuatro años la vida fue tan difícil y me golpeó duramente. La realidad era cruel. Vi como le arrebataban un hijo a una pobre madre y enfrente de ella lo mataban. Un líquido rojo caía al suelo y pude sentir el dolor de la mujer. Sus ojos se distorsionaron de dolor y en aquel momento solté un grito horrible.

Y la guerra me dejo traumado, desde aquél momento he jurado ser un pacifista que por naturaleza buscara la paz mediante el diálogo. Una masacre es innecesaria en estos tiempos. Obito Uchiha fue un chico que me dejo grandes enseñanzas. A sus diez años de vida falleció en un terrible accidente en medio de una misión crucial, quizá gracias a su muerte la guerra se terminó. No, mejor dicho las vidas que se tomaron sirvieron para darnos un escarmiento a todos: ni una muerte más.

Sasuke seguía llorando, a veces me pregunto si Sasuke tendrá el mismo destino que yo, pero es evidente que no será así. Ya he sufrido bastante viendo muerte y destrucción. Niños llorando de hambre y matándose entre ellos por un poco de pan, mujeres llorando al ver como se llevaban a sus hijos y hombres usando sus jutsus para matarse entre ellos.

-Tu no tendrás el mismo destino, vivirás feliz junto con nosotros. Crecerás con la voluntad del fuego y no crecerás con la maldición de los Uchiha. Sasuke, serás un buen compañero y habrá gente que intente dañarte pero tú serás más fuerte. Espero que no conozcas el dolor, y algún día quizá formes tu familia- despeiné el poco cabello de mi hermano- para ese entonces espero estar a tu lado.

Pude sentir el aire frío tocar mi rostro, tirité un poco.

-Es momento de entrar, Sasuke-

Es obvio que mi hermano no entiende mis palabras. Pero a veces tengo la impresión de que me escucha, ya que sonríe o hace caras extrañas. Una gran luz se divisó en el cielo.

Una ligera oscuridad se hizo visible para mis ojos. Seguí cargando a mi hermano y le acariciaba de vez en cuando. Asomé un poco para observar bien, era una sensación terrible. No soy supersticioso pero he sentido esto antes: en la guerra. Ese escalofrío que te da al saber que puede que no regreses a casa, que no veas a tus familiares. Esa sensación que quedaba impregnada y que no se iba.

Un destello de luz chocó contra una montaña. Un leve temblor apareció casi al instante. Cerré mis ojos con miedo al mismo tiempo que abrazaba a mi hermano. Después de eso, lo único que escuche fueron detonaciones, una tras una además de ligeros temblores. Nuestra casa estaba era la más alejada de todo el Clan, sin embargo, no se escuchaba que alguna persona estuviera en el Barrio Uchiha. La mayoría estaba en misiones por orden del Cuarto.

De repente, una figura naranja se hizo visible en el horizonte. Me acerqué lentamente al patio, trayendo a Sasuke conmigo. Lo seguía cargando y su cuerpo estaba pegado al mío.

-Kyubi- mis ojos se abrieron de par en par horrorizados.

Claro que sabía de la bestia, la esposa del Cuarto Hokage era una jinchuriki. Y entonces todas las cosas parecieron encajar.

Kyubi había sido liberado y eso quería decir que Kushina Uzumaki ya había dado a luz a su hijo. Una amarga sonrisa apareció en mi rostro.

-La aldea está siendo atacada... Sasuke...


N/A. ¡Hola! De nuevo yo... y mis fics. Advierto que este capítulo casi me hace llorar, narraré todo desde perspectiva de Itachi, ¿no se han preguntado como se sintió? siento si alguien no conoce a "Sarada" pero ese personaje existe, y también el de Boruto, procuraré no hacer muchos spoilers. De hecho seré fiel al manga y al anime, quizá agregué algunas anécdotas o cosas así. Espero les guste, no habrá romance en este fic. Y probablemente tenga un final ... "triste" no me excederé de los quince capítulos y procuraré actualizar diario. Para enero entro a clases entonces mi tiempo de actualizaciones desaparecerá :/ así que hasta entonces, seguiré escribiendo para ustedes. Espero les guste...

Sayooo.

Y espero sus reviews.