—¡Levanta la mirada!— El pelirrosa obedeció tal orden encontrándose con el rostro enrojecido de Mahiru que continuó hablando:

—Cuando me pediste ayuda para conquistar a una chica yo sabía que era Sonia. Y estaba bien. Me parecía que al fin podrías ser un hombre de bien y lo eres. Eres un caballero y realmente maravilloso. Ella tendrá que aceptarte.

Así qué acércate a ella y ámala.

Ámala como jamás amaras a otra chica.

No bajes nunca la mirada, tus ojos son tan bonitos que todos deberían ser capaces de apreciarlos.

La pelirroja comenzó a sollozar, soltaba leves hipidos y con las palmas cubriendo su rostro empapado fue recibida por los brazos de Souda.

Él realmente se sentía mal, y culpable ¿Qué hacer cuando una chica esta llorando frente a ti?

—Mahiru, yo no hize esto por Sonia.

Él paso sus dedos por los cabellos pelirrojos de ella. Al no obtener respuesta de la de ojos esmeralda él prosiguió con las palabras que deseaba compartir:

—Aunque no salió como yo esperaba, la razón por la que te pedí ayuda fuiste tú. Quería enamorarte.

La de menor estatura observo sus orbes rosados con incredulidad. En un instante ella se encontraba golpeando el pecho de este.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

El joven no sólo trababa de tenerla entre sus brazos, aunque cada golpe lo hería. Él era algo débil o Mahiru muy fuerte.

—Lo siento— Dijo Souda soltando su agarre, dispuesto a irse.

—Kazuichi, yo...— El mencionado giro sus talones mirando a Mahiru esperando que continuase:

—Yo también quería enamorarte. Por eso acepte.