Claim: Francia/España
Prompt: Independencia
Extensión: 409 palabras
Advertencia: Mmm... ¿Menciones de sexo? Nada mortal, rly :3
Notas: Está escrito para el drabblethon de Musa Hetaliana en LJ, por eso es tan corto xD

Levantar los ánimos

A Francia siempre le ha sorprendido la forma en que los sentimientos de Antonio le duelen como ninguno otro. Y no termina de gustarle del todo, pero no sabe cómo evitarlo y termina por aceptarlo con renuencia. Al fin y al cabo nunca se ha preocupado por lo que no puede cambiar.

—Vamos, mon amour, que empiezas a parecerte al inglés amargado por el mocoso ese —murmura, tratando de consolarlo con un brazo sobre los hombros y un vaso de vino en la mano.

Y Antonio suelta una sonrisa tristona y lo mira con esa carita de perrito apachurrado que trae desde hace un tiempo cada que regresa de América. No entiende demasiado los sentimientos del español porque a él eso de las independencias nunca le ha importado demasiado, pero sí entiende que esa mueca de tristeza no debería estar en esa cara, no pega para nada.

—No debería, pero creo que ahora lo entiendo un poco —contesta Antonio, refiriéndose a su comentario anterior—. Es que… son como mis hijos, ¿sabes?

Francia sonríe y hace un comentario insidioso sobre eso —uno que incluye algo sobre Lovino y la forma en que nacen los hijos—, tratando de aligerar el ambiente que se ha puesto denso con toda esa conversación. Y eso no le gusta, vaya que no.

—Déjalo ya, Francis —le reclama Antonio sin quererlo realmente, riendo con un poco de la alegría perdida—. Mejor sírveme otra ronda, que me estoy quedando seco —bromea, alargando su copa hacia el francés.
— ¿No prefieres hacer otra cosa, querido? —pregunta Francis en un claro doble sentido, causando una carcajada de esas tan españolas a las que le tiene acostumbrado.
—Y es que siempre lo digo, tú te quieres aprovechar de que estoy borracho.
— ¡Claro, por eso te invité!

Y ambos saben que no es verdad, porque Antonio no tiene ni pizca de borracho y Francis le ha invitado no por el sexo (o bueno, quizá sí), sino por quitarle esa mueca que no debería estar en su cara.

Y también saben que terminarán enredados entre las sábanas de seda que tiene el francés en su dormitorio al finalizar la noche, pero por ahora eso no es lo importante. Lo importante es que Francia trata de levantarle el ánimo muy a su manera y España le deja intentarlo.

Al fin y al cabo, el francés no sabe que a él, muy dentro de sí, el sólo verlo le levanta el ánimo que necesita.

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