El crudo invierno muestra las extensas llagas de soledad y de cierta fragilidad humana, momentos de hielo convierten el consuelo en el último y necesitado apoyo para pasar la noche para reconocer que no siempre podemos ser solitarios que necesitamos de aquellos que estarán ahí en la oscuridad, en el tiempo, en la luz, en tu vida.

En pequeño frío, seco y desolado cementerio, un joven de cabello pelirrojo esta ahí, esperando, escuchando el viento, su cuerpo permanecía recostado al lado de una blanca lapida, entre su mano tenia unas lilas blancas y una rosa roja, su mirada aun vacía, aun casi sin sentimiento alguno, derramaba lagrimas de sal, amargas como su interior.

Aun no sabia el porque de su espera, el porque de llorar al vacío, de porque sufrir como un niño a algo desconocido, aun acaricia su nombre en la lapida, aun finge que esta vivo, pero al mismo tiempo añora que así sea, aun se culpa de cada herida, de cada lagrima y pelea que sucedió en su vieja escuela, ha cometido tantos errores, pero el peor de todos fue haberse enamorado.
El joven partió de su propia tumba, sus pasos son débiles, pero aun se queda marcado el recuerdo de su rostro infantil, de su sonrisa pasiva y enternecedora.

En pocos instantes llegaron tres jóvenes, cada uno con una culpa diferente, los tres son pertenecientes al pasado, pero aun así, hay lazos que los unan en el presente.

-¿Quién trajo estas flores? (tomando aquel pequeño ramo, estrujándolo, hacer el daño mas posible y quitar ese aroma)
-No se Hermione, pero eran sus favoritas.
-Crees que no lo recuerdo Ginny, yo lo quise demasiado.
-Hermione, no empieces con lo mismo, ambas sabemos que no fue así.
-Ya basta!, tengan el mínimo respeto a la tumba de mi mejor amigo.
-¿Ahora si Harry?, es tu mejor amigo, ahora que se marcho.
-No digas estupideces Ginny!
-Por favor cállense, al menos aquí. (Dijo harta una demacrada joven de cabello castaño)

Se quedaron en silencio, sus pensamientos eran demasiados densos, era preferible callar que dañarse de nuevo, el pasado era frío y oscuro, el presente aun estaba vacío y el futuro estaba completamente incierto.

-Chicas, les gustaría ir por una buena copa de whisky?, solo para recordar.
- Esta bien, pero tú invitas. (Sonrió temerosa la joven pelirroja)

Partieron como la última vez que estuvieron todos juntos, igual que la ultima vez, dándole la espalda de formas tan distintas a ese viejo amigo, como si fuera una pequeña reunión, solo ellos tres, aunque alguna vez, estuvo alguien mas.

Llegaron ha un pequeño bar, era oscuro y se sentía fresco por la humedad, aquel bar mezclaba la húmeda madera con el olor añejo de alcohol, aquellas pocas cantidades de cera iluminaban el lugar, dejando cierto misterio en sus visitantes, tomaron la mesa del rincón, pasaron horas ahí, platicando del pasado como protagonista su viejo amigo, pero siempre terminaban heridos, por lo mismo se marcharon, en la salida cada quien tomo su camino, siempre solos de ahora en adelante.

Hermione camino solitaria a su departamento, mientras subía las escaleras, vio como una sombra se marchaba de su puerta, corrió para alcanzarlo, pero se detuvo al observar en el piso unas lilas blancas, las tomo, aun estaban frescas y su aroma era como un calmante, entre las lilas encontró un pequeño papel, cuando lo abrió, estaba escrito el nombre de Ron.
Guardo aquel papel en su bolso y entro a su departamento, aun estaba sucio y desacomodado, aun se mostraba el aquel vacio, aquella ausencia de animo para desempacar, tenia al menos 2 años viviendo ahí, camino entre cajas y bolsas hasta su habitación donde tiro las flores.

-¡Maldita sea!, porque sigues permaneciendo aquí, yo no te pedí que te marcharas…yo quería que te quedaras, no me hiciste caso! (termino sentada en su cama, con las manos cubriendo aquello ojos sumergidos en lagrimas)
-¿Con quien hablas? (un hombre se hallaba en la puerta observando como la joven discutía al aire)
-Con nadie, ya sabes, a veces me dan arranques de locura, mejor salgamos a cenar.
-Esta bien, te lo mereces, después de todo, eres una excelente novia.

Ambos salieron fingiendo que eran una pareja feliz, a lo lejos un joven los observaba con dolor. Pero poco a poco la oscuridad llego y lo devoro.