Héroe
Disclaimer: No soy J.K Rowling, ni nunca seré como ella.
—Papá ¿Quién fue Severus Snape? —preguntó Albus, intrigado, una tarde.
Harry lo miró. Era una pregunta compleja de responder para un niño de tres años que quiere saber porque le pusieron aquél nombre. Respuesta compleja para alguien que, en vida, Harry jamás logró comprender.
Ni él mismo sabía la respuesta a ciencia cierta ¿Quién fue Severus Snape? ¿Fue al que acusó de querer la Piedra Filosofal en primer año? ¿Fue quién lo salvó de la escoba embrujada, cuando en un principio el propio Harry creyó que Snape mismo la hechizaba? ¿Severus Snape fue aquél que delató la condición de hombre-lobo de Lupin en su tercer año? ¿O tal vez fue ese que Sirius y su padre odiaban y molestaban? ¿Fue quien le juro amor eterno a Lily, pese a haberla llamado sangre-sucia? ¿El que mató a Dumbledore,a pedido de este, y a quien Snape le rendía su más absoluta lealtad? ¿O era todos esos Severus juntos? ¿Quién fue Severus Snape?
Harry cerró los ojos, y su mente viajó muchos años atrás. Podía verlo con perfecta claridad, extrayéndole esos pensamientos que en esos instantes no sabía que contenían. Hasta que lo supo.
¿Qué sentir cuando algo que has creído durante tantos años ya no es así? ¿Qué sentir cuando ante tus ojos está la verdad, la verdadera naturaleza de un hombre que por siete años lo has creído algo que no era? Harry suspiró, aún pensando. Recordó todos los sentimientos que invadieron su pecho en ese momento. Recibir la verdad de una sola vez, sin pausa ni contemplación. Severus Snape no era el traidor de Hogwarts, no era el asesino frío de Dumbledore ni tampoco lo odiaba como él creía. Severus protegería a Harry con su vida, haciéndole jurar a Dumbledore que nadie jamás se enteraría de eso. Y así fue. Mató al anciano director, aún contra su voluntad. Entendía que Draco Malfoy era joven e inocente para corromper su alma, pero él tampoco quería hacerlo. No quería perder a la única persona en toda su vida que le había abierto su confianza. Dumbledore, en cierta forma, fue el padre que le hubiese gustado tener y aún así, debía matarlo, para hacerle creer a Voldemort que era su leal sirviente. Astuta Bellatrix, que había desconfiado de él. Ahora tampoco Harry lo odiaba, lo admiraba. Otra cosa no podía hacer más que admirar a aquél profesor de pociones. Admirar al Príncipe Mestizo, porque sí, no podía ser de otra forma. El amor hace milagros, el amor te transforma. Es el más maravilloso de los sentimientos, pero muchas veces el que más lastima. —La vida no es justa —le había dicho alguna vez. Ahora, Harry, entendía por qué. Amar incondicionalmente aún sabiendo que no era correspondido. Amar a alguien que amaba a tu peor enemigo. Amar más allá de la muerte. Eso había hecho Snape con Lily, amarla… siempre.
Un héroe, eso era Severus Snape. Pero tal vez era algo largo y complejo para explicar a un pequeño como Albus. Más adelante, cuando fuera más grande, lo sabría.
—¿Me oíste, papá? ¿Quién fue Severus Snape?
—Severus Snape, hijo, fue el hombre más valiente que jamás conocí.
