Este es mi primer fic así que sean muy severos (aunque no tanto porfis TvT), sucede más o menos después del cap 310 del manga Hunter X Hunter, es una supuesta continuación, como todavía no se crea una final.


Luz de Luna

Capítulo 1: Sueños X Olvido X Preocupación

Abrió los ojos sobresaltado, se encontró en un lugar que no conocía con unos ojos de color morado que lo observaban muy intensamente. La fiebre le obligo a cerrar los ojos nuevamente, su cabeza daba vueltas y vueltas, no lograba comprender ni entender nada de lo que estaba sucediendo, solo había un vago recuerdo que le envolvía, imágenes entrecortadas y borrosas, imágenes insistentes que se repetían una y otra vez, que luchaban por no se olvidadas, imágenes que ya había visto antes pero que yacían olvidadas en lo más profundo de su memoria, dentro muy dentro, y ahora, nuevamente estaban emergiendo…

Grandes árboles cubrían la zona, las hojas amarillas y rojizas caían de los árboles, el sol se asomaba intentando dar calor, pero el viento frío que recorría el lugar no lo dejaba. Parado junto a dos personas que estaban recostadas en el suelo cubierto de hojas, estaba un niño albino de unos 4 años de edad, tenía la ropa ensangrentada al igual que sus manos y parte de su rostro, observaba los cadáveres de una joven pareja. Los miraba con curiosidad, las palabras de la mujer lo habían dejado desconcertado.

—Re…cu...erdaa.….y …no ol…vi..de..s…ss— la mujer dejo de hablar, no porque quisiera sino por la sangre que salio de su boca ahogando sus palabras.

Porque le diría esas palabras no entendía el significado de esa estúpida acción. Un sonar de hojas lo saco de sus pensamientos y lo puso en estado de alerta preparándose para atacar…

Oscuridad…

Una niña de cabellos color ámbar de su misma edad lloraba copiosamente, gruesas gotas caían de sus ojos, estaba arrodillada junto a los que fueron sus padres y ahora cuerpos sin vida, sus ojos de color morados lo miraban con mucha rabia, con profundo odio y resentimiento. Eso era completamente normal para él, siempre después de asesinar a alguien era tratado así, de esa manera. ¡Era un percance del oficio, un hecho que siempre ocurriría!, era algo que no tenía ninguna importancia, pero… porque ahora duele tanto ser tratado así… no entendía porque le dolía el pecho. Inconscientemente se llevo la mano derecha al pecho y bajo la cabeza con una mirada de arrepentimiento, no entendía porque se le hacia un nudo en la garganta y las palabras no querían salir, el echo de que ella, el que esa niña lo mirara de esa forma, no quería que ella lo mirara así, ¡No lo hagas!... ¡No me mires así… por favor detente!... ¡¿por qué?... ¡¿qué sucede?... ¡¿qué esta pasándome?

Oscuridad… Olvido…

Otra vez volvió a abrir los ojos, se sentía mejor, con la cabeza un poco revuelta pero comenzando a aclarar las ideas, la habitación en la que se encontraba estaba limpia y era muy espaciosa, como si estuvieran dentro de un cuarto muy grande con varias camas a los alrededores, claro que todas las camas estaban tendidas en el suelo. El piso y las paredes eran de una madera de color oscuro y la habitación era iluminada por la débil luz de algunas velas encendidas alrededor de la cama, había ciertas características japonesas como los adornos alrededor de las paredes y las formas de las puertas corredizas que tenía a su izquierda. No estaba solo en esa habitación, a su derecha había una mujer de piel pálida con cabello oscuro como la noche que le acompañaba, intento recordar lo último que había estado haciendo y rápidamente la imágenes comenzaron a recorrer por su mente recordó que estaban luchando contra las hormigas y que Gon había quedado muy malherido tras luchar contra Pitou, ¿Gon?... ¡¿donde estaba Gon? Se incorporo bruscamente pero la mujer le detuvo, haciendo que se recostara nuevamente.

—Deberías concentrarte en curar tus heridas y descansar—

—Palm ¿donde esta Gon?, ¿qué es lo que esta sucediendo?, ¿qué sucedió con el rey?—

—Las hormigas fueron derrotadas por la Villa de la Luna— Killua la miro con una cara de ironía.

—¿Qué demonios me estas diciendo?— dijo con un tono que demostraba su impaciencia.

—Así es como se hacen llamar, "Villa de la Luna", ellos derrotaron al rey, también se encargaron de curar las heridas de los demás y los que estaban heridos más gravemente fueron traídos hasta aquí a su villa— quedo asombrado pero a la vez preocupado y muy confundido, era demasiado para ser verdad, ¿quienes serían esas personas? ¿Qué tan poderosas eran?, no mejor dicho ¿qué tan peligrosas eran?, nunca había escuchado de ellas, además, no sabía que le había pasado a Gon.

—Killua, solo concéntrate en recuperarte de tus heridas— dijo Palm sacándolo de sus pensamientos.

—Y Gon, ¿donde esta Gon?— preguntó nuevamente, había preocupación y aflicción en su voz, ella no quería decirle, pero no podía seguir guardando silencio.

—Deberías hacerle caso a la señorita que te esta acompañando— dijo el hombre que ingreso a la habitación, vestía como un monje, el traje tenía adornos de color plateado, además llevaba un extraño cascabel de cristal que tenía atado al pecho, tenía el cabello oscuro y los ojos de color celestes, la expresión de su rostro era serena pero se notaba que estaba alerta ante cualquier posible ataque, además traía una amplia sonrisa burlona en su rostro, cosa que al albino no le gusto mucho —no deberías preocuparte de asuntos que no te incumben.

—porque no puedo saber de Gon, porque tanto misterio al respecto, porque nadie quiere decirme donde esta Gon— dijo casi con desesperación.

De pronto entro otra persona, era un chico como de 12 años, vestía de manera similar al monje que había entrado, pero este no traía un cascabel, llevaba un gorro que ocultaba su cabello, tenía los ojos de color morado, ¿ojos morados?... Paso tan rápido por la mente del albino, que se sorprendió a si mismo, los recordaba de alguna parte pero eso no le interesaba ahora.

—Por la cara que traes veo que no salio bien, ¿lo seguirás intentando verdad?, no te esfuerces demasiado— dijo dándole una pequeña sonrisa al chico que acababa de entrar, el cual solo afirmo con la cabeza lo dicho.

—¡¿Dónde esta Gon?— volvió a repetir otra vez el albino.

—Mmm...— haciendo una pausa —no te lo diré aun, porque todavía no es el momento que sepas de él, lo único que puedo decirte es que esta vivo y que tu deberías concentrarte en recuperarte— dijo el extraño monje que solo hacia enfadarse más a Killua

—¡Palm dime que le sucedió a Gon!— grito Killua —por favor solo díganme donde esta— dejando caer pequeñas lagrimas en sus ojos. Palm desvío la mirada, ella quería contarle pero no podía desobedecerle al monje. El chico de ojos morados se acerco a Killua, le tomo del brazo izquierdo y le obligo a pararse.

—Yuki, aun no es el momento de llevarlo… si lo haces tú…— el monje no dijo más. El chico asintió y Killua se dejo dirigir.

Cruzaron las puertas y Killua se dio cuenta de que estaban en una especie de Templo, había una gran vegetación que lo rodeaba, la luna iluminaba toda la montaña, ¿estaban en una montaña?... Siguieron caminando siempre en silencio hasta que llegaron a una habitación, el chico le hizo una seña para que entrara. Allí estaba Gon, su cuerpo estaba lleno de heridas, vendajes y magulladuras, jadeaba mucho, se notaba que su fiebre era muy alta y que sufría mucho, su apariencia era la de un adulto. Su brazo derecho estaba muy destrozado, pero unido a su cuerpo. Killua paso por alto ese detalle, olvido que su brazo había sido cortado.

Al ver a Gon en ese estado se sintió tan impotente e inútil, verlo sufrir y él sin poder hacer nada, se suponía que era su amigo, que debía ayudarlo, pero ahora, en este momento él era completamente inservible, era un fallo como su amigo. Se arrodillo junto al cuerpo de Gon y comenzó a llorar, las lágrimas caían por sus mejillas. El chico observo la escena en silencio con mucha tristeza, pero a la vez había un extraño brillo en sus ojos… un rastro de alegría y odio a la vez. Salio dejándolos solos.

A la mañana siguiente llego el monje a visitarlos a la habitación. Killua había estado despierto toda la noche cuidando de Gon, sus ojos demostraban el cansancio, la fatiga y preocupación que se fue acumulando por la noche, ya que la fiebre solo bajo cuando comenzaba a amanecer

—Te dije que no debías venir— dijo el monje en tono burlón, el albino le ofreció una mirada asesina —es que acaso este hombre no se daba cuenta de la situación— se dijo el albino para si mismo.

—¡Ah! Se me había olvidado presentarme mi nombre es Ayumu y soy el sacerdote encargado del Templo del Viento y… ahora será mejor que dejes descansar a tu amigo, él necesita que le traten sus heridas y contigo aquí no se puede— Killua bajo la mirada, ahora se sentía deprimido, aunque no quería alejarse de Gon se levanto para marcharse. Inmediatamente apareció el chico de los ojos morados con una bandeja llena de vendajes y medicinas.

—Esfuérzate mucho Yuki, esto no será tan sencillo aunque creo que eso ya lo sabes, recuerda que esta vez no te ayudaré— el chico le dirigió una mirada de enojo y preocupación mientras daba un largo suspiro. Killua le dirigió una mirada de suplica.

Ya de noche el albino se había terminado de enterar con lujo de detalles gracias a Ikaguro y Meleoron de todo lo que había ocurrido o casi todo, porque no lograron explicarle quienes eran realmente esas extrañas personas. Le dijeron que se habían aparecido nueve monjes y que habían derrotado al Rey de las Hormigas Quimeras, pero no supieron explicarle el como lo habían derrotado. También le explicaron que solo algunos de estos monjes se habían encargado de combatir al Rey Meryem, pero no sabían quienes.

Ya una vez terminada la batalla, los monjes procedieron a llevar a los heridos de más gravedad a la villa. Entre los heridos que se encontraban los hunters que habían participado de la batalla y algunos habitantes de Peijin (Goruto Oriental), también le comentaron que una vez recuperados, los habitantes eran inmediatamente alejados de la villa. Los heridos se encontraban repartidos en los tres Templos de la Villa de la Luna: Fuego, Tierra y Agua; y el Templo del Viento era quien se encargaba de los hunters.

En resumidas cuentas eso era lo que había sucedido hasta el momento. El albino trato de recordar el momento en que habían llegado los monjes pero le resultaba borroso porque cuando cargaba a Gon se le acercaron algunas hormigas salidas de quién sabe donde, que comenzaron a atacarlo, de repente algo lo golpeo tan fuerte desde atrás, que le hizo perder el equilibrio alejándolo de Gon, en el piso con los ojos entrecerrados solo oyó voces que hablaban una lengua desconocida para él ¿era que estaba demasiado débil y cansado que no podía entender? Luego solo era oscuridad y… recuerdos que yacían perdidos dentro de su memoria, recuerdos que carecían de importancia y a la vez eran importantes, y esa extraña duda que comenzaba a recorrer su interior como si algo hubiera despertado dentro de él, algo que había estado durmiendo desde hace mucho tiempo y que no debía olvidar. Pero todo eso era irrelevante ahora, ya que su prioridad era Gon. El sueño por fin lo venció, interrumpiéndolo de sus pensamientos.

CONTINUARÁ…