Yo y mis historias nuevas, como siempre, espero que les guste... Pido perdon si algun otro finc tiene el mismo titulo, pero es que no se me ocurria otro y ademas queda con el tema del finc. En fin, espero que les guste esta nueva idea y si no, como siempre, diganme y lo borrare...

Como siempre, Inuyasha y su banda no me pertenece y si me pertenecieran... no estaria aqui escriendo estos pobres fincs... xD (sin ofender) lean...

Sumary : En verdad me gustas –dijo sinceramente, ella se sonrojo mas de lo que podía. – ¿Sabes la consecuencias que traerán tus acciones verdad? –Le pregunto su amigo serio –Tu no te preocupes, yo se lo que hago –contesto el. Ella se encerró en el baño mientras comenzaba a sollozar fuertemente. –Creo que me salio mejor de lo que me esperaba –dijo orgulloso. Su amigo lo miro de mala gana –Te pasaste –le reprocho. El rolo los ojos –Lo siento, ¿Si? Deja de llorar niñata –pidió asquerosamente, sin una pizca de sentimiento en su voz. –Prepárate para tragar tierra, Taisho –amenazo ella transmitiendo ferocidad en su voz…

Enamorándola…

Cáp. 1: Bromitas…

Corría rápidamente, esquivando a los pocos alumnos que se encontraban en los pasillos solitarios de la preparatoria.

– ¡Ole! –grito esquivando a una pelirroja con espalda de hombre.

Carcajeo y doblo con rapidez. Su cabello azabache estaba suelto, ya que la colita que la sujetaba se había salido. Paro en seco, con la respiración entre cortada y miro para atrás, sancionándose de que nadie la corría. Entonces, entro al salón de computación, donde su amigo, cómplice y hermano la esperaba con una sonrisa en una de las maquinas.

Ella se acerco y puso la fotografía en el escáner, enseguida, apareció en la computadora la foto de una muchacha de pelo negro largo y liso, cuerpo de modelo, ojos oscuros como la noche y sonrisa fingida.

– Toda una modelo –alabo el muchacho. La joven lo miro de reojo con reprobación y miro nuevamente la pantalla.

– Quiero que le quites esto… -apunto con su dedo sus pechos grandes. El muchacho asintió y comenzó a escribir con el teclado y mover con el maus rápidamente –Esto –señalo nuevamente, ahora sus piernas –Ponle mas –pidió en un murmullo.

La manija de la puerta se movió, captando la atención de los dos jóvenes.

– Tú síguele deformándola, yo las entretendré –ordeno la joven. El chico asintió dudoso.

Suspiro y se acerco a la puerta, miro por la cerradura y la abrió apenas.

– Hola, si, ¿Qué desean? –pregunto fingiendo inocencia. La pelirroja y una morocha la miraban feo, ella frunció el ceño y abrió completamente la puerta. Salio y la cerro detrás de ella con llave.

– ¿Dónde esta? –dijo sin rodeos la morocha.

– En algún lugar guardado –respondió. La pelirroja la acorralo con los brazos, mirándola fijamente.

– Si llegas a hacerle algo, te juro que yo…

– No me amenaces –advirtió seria.

– Escucha, Higurashi –comenzó la morocha –No queremos problemas mas del que tenemos contigo, no creo que tu quieras saldar cuentas fuera de la escuela, ¿Verdad? –pregunto.

– Tu las cobras afuera, yo dentro –corrigió.

– Pero aquí no creo que sea un buen lugar –opino la pelirroja.

– ¿A que le temes? Al director, ¿Quizás? – pregunto mordaz.

– ¿Quién le tendría miedo a un anciano? –devolvió burlona la pelirroja.

– Yo que tu cuidaría mis palabras –opino.

– Ahí, no te hagas la santita que no te sale –escupió la morocha.

– Todos saben que el director pronto morirá y el hijo bueno para nada se hará cargo de esta institución –contó la pelirroja.

– Que por cierto, se vendrá abajo –agrego la morocha.

– Yo no creo –Miro por encima del hombro de la pelirroja y sonrió –Que sea tan así…

– jaja no me hagas reír, es obvio que el hijo del director es un idiota –afirmo burlona.

– Así que usted opina eso de mi hijo, ¿No? –hablo una voz severa detrás de sus espaldas. Ambas se giraron asustadas -¿Les gustaría acompañarme a dirección para charlar? –pregunto cordialmente, aguantando la furia.

– ¿Con café? –pregunto asustada la pelirroja. Entonces, el director estallo…

– ¡Ahora, las dos! –rugió.

– ¡¡Fue Kagome!! –culparon ambas mirándola y señalándola. Ella frunció el ceño.

– ¡No me interesa! –Devolvió –Quiero que ustedes dos me sigan –ordeno molesto.

– Pero… -iba a protestar la morocha, pero la mirada del director la callo. Entonces, el comenzó a caminar por el pasillo a grandes zancadas, ambas chicas miraron a Kagome de mala gana, quien tenia una sonrisa de una niña cuando comete una travesura.

– Tu, estas en la lista –amenazo la morocha para comenzar a caminar detrás del director.

– No hagas nada en contra de nuestra capitana o lo lamentaras –advirtió la rubia corriendo detrás de ambos.

– Baaah –suspiro rolando los ojos mientras entraba nuevamente a la sala de computación.

O.o

Su boca masculina se movía con rapidez y sensualidad sobre la femenina, mordiéndole levemente el labio inferior y pasando una y otra vez su lengua. Su mano acariciaba su trasero y con la otra tocaba su cadera por debajo del uniforme. La muchacha jugaba con su largo cabello plateado mientras que cada tanto dejaba escapar un suspiro.

El la aplasto mas contra el casillero, haciendo que sus grandes senos se aplastaran contra su fornido pecho y sonriera entre el beso, esa chica si era hermosa… de cuerpo, claro.

Suspiro y se separo de ella, observándola sonriente con sus hermosos ojos dorados. Ella se relambio el labio y sin dejar de abrazarlo por el cuello hizo puntitas y le planto un suave e iniciativo beso, que lo invitaba a algo mas que simples besitos…

Perfecto, lo que buscaba.

– El sábado te paso a buscar –le dijo el, besándole y lambiéndole el labio a ella, quien reía.

– Claro –acepto gustosa. Sabia perfectamente a donde llegaría esa cita y no se la perdería por nada en el mundo.

El la soltó y ella se alejo de el, no sin antes mandarle una mirada provocativa. El sonrió de una manera única y entonces ella, por fin se alejo, moviendo sus caderas a un ritmo sensual. El no la perdió de vista, mejor dicho, no perdió de vista su trasero ni sus piernas…

– Vaya suerte –resonó una voz detrás de el.

– Las fáciles son así –dijo girándose, encontrándose con su amigo.

– Es verdad –coincidió –De todos modos, yo creo que deberías ponerte retos mas fuertes –opino comenzando a caminar.

– ¿Para que? –Devolvió siguiéndolo –Las difíciles son un asco –replico haciendo una mueca.

– Es verdad –admitió –Pero mejores en la cama –opino pervertidamente.

– Ya, ¿Con quien estuviste? –le pregunto.

– Con Sarah Hirimiya –respondió en un susurro. El albino para en seco y lo miro asombrado -¿Qué pasa? –le pregunto al verlo parado como tonto.

– ¡Dios! Eres un asco –le espeto comenzando a caminar –No se como tienes estomago para acostarte con semejante… -dejo las palabras en el aire al ver la muchacha salir de su clase. Su cabello colorado, casi naranja, recogido a una coleta alta mal echa, tenia ojos verdes y una sonrisa espectacular sino fuera por sus aparatos lleno de comida.

– ¡Hola Miroku! –Le saludo ella animadamente –Hola Inuyasha

– Hola linda, ¿Cómo has estado? –le pregunto Miroku sonriente.

– Hola… -susurro Inuyasha, mirándola como si fuera un bicho, estaba asustado a decir verdad.

– Bien, te quería preguntar si luego de clases quieres ir a beber algo –le pregunto con pura inocencia, con un sonrojo en sus mejillas y mirando a Miroku como si fuera un dios, con sus ojitos verdes brillosos.

Inuyasha miro sus manos, las cuales temblaban y se aferraban a los libros de química, entonces desvió la mirada. Esa chica era una total nerd, era una come libros, una rata de biblioteca, un cerebrito y una… bueno ya, al grano, no sabia que tenia en mente Miroku con salir con aquella chica, pero de algo estaba seguro, no era nada bueno…

– Si, esta bien, como quiera bella dama –acepto tomando una de sus manos y besándole la mano. Inuyasha saco la lengua con repulsión.

– Entonces…. –murmuro soñolienta y enamorada –Nos vemos… -susurro despidiéndose y yendo corriendo por los pasillos.

Inuyasha miro a Miroku sin creerlo.

– ¿Cómo eres capaz de salir con esa? –le pregunto mientras comenzaba a caminar.

– Debes aprender, querido amigo, a sacar provecho de algunas muchachas –le dijo sabiamente. El frunció el ceño y miro el techo sin entender.

– No creo que sea nada bueno lo que puedas sacar de esa chica… -comento. Miroku suspiro.

– Esa chica… -pero Inuyasha lo interrumpió.

– Nerd –agrego como si fuera la cosa mas obvia del mundo.

Miroku rolo los ojos.

– Esa chica… NERD –dijo mirándolo y dándole la razón –Me pagara un helado, la entrada del cine y la cena –apunto.

– Oh vaya –murmuro –Pero te dejara ciego en la cama, que es peor –replico burlón.

– Por lo menos comeré helado –repuso.

– Si, comerás helado y quedaras ciego –agrego nuevamente, conteniendo la risa.

– Pero iré al cine y cenare…

– Si, pero quedaras ciego –se burlo.

– ¡Ya, Inuyasha! –Grito enfadado –Iré y me aprovechare de su alma nuevamente –dijo orgulloso de si.

– Si, pero… -Miroku lo interrumpió.

– Ya se, quedare ciego –completo el rolando los ojos. Inuyasha negó.

– Tu cosita se asustara y no querrá salir mas –carcajeo entrando a la cafetería.

– Agg –apretó sus puños siguiéndolo –Solamente es una chica, solamente es una…

O.o

– ¡Te amo! –Exclamo emocionada, dándole un beso en la mejilla y tomando la imagen entre sus manos -¡Es perfecto! –Alabo –Te pasaste

– Bueno… ¿Cuándo las repartirás? –le pregunto intrigado. Ella dudo un poco.

– Hoy en la cafetería –respondió.

– Debes tener cuidado con su grupito –le recordó.

– Ya lo se Kouga –murmuro.

– Oye pero…

– ¡Voy a buscar a Sango! –lo interrumpió yéndose corriendo. Kouga suspiro y se sentó nuevamente en la computadora.

O.o

– Y dime, Inuyasha… -comenzó Miroku con la boca llena -¿Quién será tu próxima victima? –le pregunto interesado.

Inuyasha encogió los hombros desinteresado.

– Haruhi... ¿Quizás? –cuestiono picaron.

– No, esa chica es rara –contesto tomando coca.

– No ahí ya chicas lindas de tercero, creo que tendremos que buscar en primero…

– Puede ser –coincidió.

– Seguramente serán vírgenes –murmuro soñador.

– Quizá…

– Tenemos que buscarlas… -pero lo interrumpieron.

– ¡Toma! –le grito poniéndole en las manos un folleto, lo mismo hizo con Inuyasha y se fue.

– Wow… ¿Viste lo hermosa que era? –le pregunto a su amigo.

– No –contesto mirando el folleto con atención –La imagen que esta al dorso es pura verdad, fue tomada cuando ella salía de la piscina de su casa –leyó.

Inuyasha intrigado la dio vuelta y frunció el ceño.

– ¿Kikio? –nombro asombrado.

Ahí estaba, la capitana de las porristas. Kikio Himura, diecisiete años, cabello negro, cuerpo obeso, trasero con agujeritos y pelos en las piernas. Ah, lo único lindo de allí era su sonrisa de feliz cumpleaños.

Todos los que se encontraban en la cafetería comenzaron a reír como locos, incluidas las porristas, quienes no pudieron aguantar la risa.

– ¿Quién hizo esto? –pregunto Inuyasha molesto.

Miroku no puedo contestarle, ya que reía como loco y miraba una y otra vez la fotografía.

O.o

Sonrió ampliamente, y subió a la banca y luego a la mesa, para llamar la atención de todos. Aplaudió fuertemente y todos, sin dejar de reír comenzaron a prestar atención.

– ¡Quien diría que detrás de toda esa ropa corta y ajustada existiría eso! –señalo su fotografía. En ese momento, entro Kikio, confundida, al verla todos comenzaron a señalarla, ella sin entender le quito a uno su folleto y la tiro al suelo rápidamente, poniendo cara de horror y sintiendo que las lágrimas agolpaban en sus ojos.

Levanto su mentón valientemente y miro a aquella mujer que le había echo eso…

– Kagome Higurashi –murmuro entre dientes, mientras apretaba sus puños fuertemente –Aprenderás a no burlarte mas de mi…

O.o

– Matare a esa chica –dijo Inuyasha levantándose.

– ¡No! –grito Miroku tomándolo del brazo y obligándolo a sentarse –Es una chica, no puedes hacerle eso…

– ¡Pero me dejo humillado! –exclamo molesto. Miroku enarco una ceja sin entender –Ahora que dirán la preparatoria cuando se enteren que yo me acostare con esta –señalo la foto –No perderé mi popularidad por esa mocosa…

– Ahí Inuyasha –suspiro.

O.o

Hizo un ruido con su nariz, mientras que se secaba las lágrimas que caían sin parar por su mejilla. Tres muchachas se encontraban a su lado.

– Ya no llores –pidió triste Hitomi, mientras la abrazaba.

– Yo no hago mal a nadie –sollozo -¿Por qué me odia y me hace esas cosas? –pregunto.

– Por que es una tonta, una idiota sin vida –animo Haruhi sonriéndole.

– Yo… yo ni siquiera la conozco –se seco las lagrimas y trago saliva.

– No te preocupes, la agarraremos a la salida –prometió Saya seria. Kikio la miro con sus ojos negros brillosos y su rimel corrido.

– ¿Enserio? –pregunto inocentemente. Las tres asintieron, entonces ella se lanzo sobre las tres y las abrazo fuertemente –Las amo –sollozo alegremente.

O.o

Suspiro poniendo sus manos entrelazadas detrás de su nuca, mientras que caminaba tranquilamente hacia la salida, las clases habían terminado normalmente y ella había podido subir más su ego. Sonrió, ¿Quién creería que al hacer un par de bromas todos terminan conociéndola? Era… como ser famosa en un país raro.

Cruzo la gran puerta metálica que dividía la calle de la preparatoria y entonces se sintió libre. Se arreglo la mochila y comenzó a caminar animadamente hacia su casa, su novela estaba apunto de comenzar y no tenia tiempo de charlas a la salida. Al doblar en la esquina, estaba el grupo de Kikio, que eran en total seis. No les dio importancia y siguió su camino, las chicas la miraban feo pero no se movían de su lugar.

– Permisoo… -pidió empujando a una para pasar –Córrete –dijo nuevamente ahora empujando a una rubia y cuando iba a empujar a la ultima, una chica con cara de hombre, esta la tomo fuertemente del brazo –Auch –emitió cerrando un ojo -¡Suéltame! –Exclamo soltándose de su agarre violentamente -¿Qué demonios te sucede? –le pregunto molesta.

– Vamos a charlar un poco Higurashi –dijo seria y molesta. Kagome se alejo para atrás tragando saliva, ocultando su nerviosismo.

– Si, vamos a arreglar nuestras diferencias –hablo otra. Kagome la miro de reojo y se alejo de las seis, quedando a una distancia prudente.

– También, arreglaremos los problemas que tienes con Kikio…

– Bueno etto… chicas… va a empezar mi novela y… -balbuceo jugando con sus dedos.

– No, de esta no te escapas –la encerró la morocha.

Esto es malo, es muy malo… -pensó Kagome mirando para todos lados, buscando una salida o a alguien a quien pedir ayuda…

Aclaremos unas cositas. Inuyasha y Miroku tienen alrededor de 19 años, mientras que Sango y Kagome, tienen 16 o 17 años, los dejo a sus preferencias... :)
Por cierto, ahora no es solamente Miroku el mujeriego, se les unio nuestro querido Inuyasha )

Ya, dejenme sus revienws :)!