FullMetal Alchemist no me pertenece... es obra de la fantástica Hiromu Arakawa. Sólo escribo esto por aburrimiento xD


La teniente Hawkeye avanzaba por los pasillos del cuartel con destino al despacho del coronel Mustang. Llevaba toda la mañana trabajando, y para colmo, con la visita de los hermanos Elric, el resto de la brigada no había pegado palo al agua.

Suspiró, resignada. Con el tiempo que llevaba trabajando con esos hombres no sabía porque aún se extrañaba de su vagancia.

Llegó a la puerta del despacho, y en una banca cercana a ella descubrió a una armadura sentada. Mientras que cualquier otro se hubiera extrañado, ella sonrió.

— ¿Cómo estás, Alphonse? –preguntó. Con el ajetreo, no había tenido tiempo de hablar con los Elric, y ahora no iba a dejar pasar la oportunidad de hacerlo.

— Oh, teniente Hawkeye –la militar pudo notar una sonrisa dibujada en sus palabras- Muchas gracias por preguntar. Aquí vamos, de un lado para otro y sin resultados por el momento.

— No desesperéis, seguro que pronto encontráis algo –le animó la mujer- Por cierto, ¿y tu hermano?

— Hace un rato ya que se quedó a solas con el coronel. No sé cuánto tardará…

En ese momento, la puerta se abrió bruscamente y salió por ella un furibundo Edward, quien no dejaba de mascullar insultos como bastardo o inútil, muy probablemente dirigidos hacia el coronel.

El joven ni notó la presencia de la teniente, más preocupado estaba por salir de allí antes de que su mal humor empeorara. Alphonse no tardó en disculparse con Riza por la actitud de Ed y, acto seguido, salir corriendo tras su hermano para darle alcance.

La teniente sonrió, pensando que Edward jamás cambiaría. Entró al despacho y se encontró a Roy mirando hacia la puerta con una sonrisa triunfal en los labios.

— Coronel, ¿no debería dejar ya de meterse con la medida de Edward?

— Y yo pregunto, ¿por qué sois todos tan mal pensados? –Mustang no pudo evitar ensanchar su sonrisa ante la mirada interrogante de su teniente.

Roy se levantó de su cómodo sillón y se puso frente a la ventana. Cuando la mujer se colocó a su lado, habló:

— Teniente, ¿ha escuchado alguna vez esta frase? La medida de un hombre está en el número que se levanta después de fracasar.

Quedó pensativa unos minutos, asimilando el posible significado de la oración.

— He escuchado algo parecido, señor.

— Cuando le digo a Edward que tiene una buena medida, me refiero a que, pese a sus fracasos, siempre sale adelante. Es realmente admirable con que empuje se levanta tras fallar en alguna de sus investigaciones y busca otra alternativa para recuperar el cuerpo de hermano.

Riza se sorprendió por del discurso del coronel. Claro que sabía que Roy estimaba mucho al muchacho, y también que en cierta forma le tenía respeto, pero no sabía hasta que punto.

Una duda le surgió de repente.

— Señor, ¿y por qué nunca le ha aclarado que se refería a eso?

Ante la pregunta, Roy esbozó una sonrisa pícara.

— Me divierte ver como reacciona.

A la teniente se le escapó una pequeña risa que no pasó desapercibida para él, haciendo que sonriera también.

— Coronel, espero que usted tenga una buena "medida"…

Roy enarcó una ceja al escuchar aquello. ¿No se referiría a…?

— Si, le espera una buena pila de documentos por firmar –ahora era la teniente la que sonreía con suficiencia mientras el coronel bufaba, resignado.