Disclaimer: Bleach no me pertenece, es todo obra de Kubo "Tite" Noriaki.

Nota: ¡Hola de nuevo! Aquí les traigo otro one-shot, pues me di cuenta de que como Tite nos va a dejar sin Bleach hasta el 8 de febrero, más me vale escribir un poco para apasiguar nuestra espera un poco. Este relato es compañero a "Madurez", pero no es necesario leerlo para entender este. No es realmente IchiRuki, solo está basado en la hermosa amistad que ambos tienen, lo escribí así para que todos lo pudieran leer aunque no les guste la pareja. Sin más que agregar, me despido, ja ne!

Inalterable

Durante diecisiete largos meses, Kurosaki Ichigo se preguntó una infinidad de veces si sus amigos en la Sociedad de Almas habían cambiado en algo. ¿Kenpachi habría por fin aprendido el nombre de su zanpakutou? ¿Byakuya seguía siendo tan estirado? ¿Toshirou había por fin crecido? ¿Rangiku-san seguía siendo una ebria? ¿Ukitake se habría curado de su enfermedad? ¿Renji se habría puesto más tatuajes? ¿Ikkaku habría dejado de ser calvo? Todas estas preguntas rondaban continuamente su mente, pero, convencido de que los volvería a ver hasta el día de su muerte, suprimía estos pensamientos a los que catalogaba como inútiles; sin embargo, mucho antes de lo previsto, los volvió a ver a todos. La mayoría había cambiado un poco físicamente, y muchos de esos cambios ni le sorprendían ni le interesaban; solo había una persona que lo había dejado perplejo ante su cambio, y esa era Kuchiki Rukia.

El cambio más notable que tenía su amiga era que había cortado su negro cabello por razones que él desconocía; además de esto, ella ahora era teniente del escuadrón en el que había estado siempre y, por lógica, esta posición decía que ella era mucho más fuerte que antes. Ahora también usaba unos mitones blancos como los de Byakuya y había oído decir por parte de sus amigos que ella lucía más madura que antes.

Ichigo constantemente se preguntaba a sí mismo si su amiga había crecido un poco, aunque él la seguía viendo igual de enana que siempre, pero probablemente eso se debía a que él mismo era más alto. Aun con esto, en su más sincera opinión, ella se veía más genial que antes; aunque ella lo negara incesantemente. Todavía recordaba cuando se lo había dicho en su reencuentro, y ella lo había golpeado por hacer semejante comentario; no podía evitar sonreír ante esas palabras, pues ella tenía razón…

Su rostro podría verse más maduro, pero sus ojos violetas seguían portando esa inocencia tan característica de ella; su cabello podría estar más corto, pero ese mechón rebelde seguía acomodado sobre su rostro de la misma manera que antes, y su cabello seguía siendo igual de brillante y sedoso; podría ser una shinigami más poderosa ahora y con mayor experiencia que antes, mas por dentro seguía siendo la misma loca obsesionada con conejos deformes; y algunos ─llámense los pervertidos de Urahara, Isshin y Keigo─ incluso podrían jurar que en el transcurso del tiempo había desarrollado más "curvas" que antes, pero para Ichigo, Rukia seguiría siendo la misma enana mandona y de mal carácter de siempre.

─ Ichigo, ¿qué tanto me ves?

─ Nada, ¿qué le podría ver a alguien tan pequeña como tú?

─ Tsk. Cállate, idiota.

─ Además, no eres la gran cosa… ¡Ouch! ¡Maldita! ¡No me golpees!

Sí, era la misma enana que tenía una potente patada…

─ ¿Por qué sonríes tan estúpidamente?

─ ¡No estoy sonriendo!...Oye, Rukia…

─ ¿Qué pasa?

─ Me alegra que estés de vuelta…

─ A mí también me alegra…pero oye, no tienes que ponerte sentimental, ya sé que me extrañaste, tawake.

─ ¡No me estoy poniendo sentimental! ¡Y quien dijo que te extrañé!

─ Tú mismo te delatas, pero no importa, porque yo también te extrañé.

─ Tsk. Eres rara.

Sí, para él Rukia seguiría siendo la persona que cambió su mundo y paró la lluvia que había dentro de él y ese era un hecho inalterable para él.