HOLA A TODOS!! Bueno acá les traigo una historia recién salida del horno!!! Este es ocmo un adelanto para ver si gusta o no... asi que por favor diganmen que les parece y demas sugerencias, nunca estan de mas...

Ademas de eso, también les quería decir que se terminaron las vacaciones y con ello empezó el estudio (snif). Aun así, siempre que pueda voy a hacerme un lugar para actualizar en ambas historias....

Pero tienen que tenerme paciencia ya que la facultad me ocupa mucho tiempo; y crucen los dedos para que mady apruebe matemáticas... pofis!!! necesito toda la buena onda posible!! gracias... besos!! que lo disfruten o eso espero!

Prologo:

La vida en un largo paseo, el paisaje depende de nuestras elecciones.

Yo, Isabella Swan, hace tiempo decidí que no quería un paisaje común y corriente. Para las mujeres, que como yo, viven en los principios del siglo XX, lo único que se puede esperar es un marido con una buena posición, una hermosa boda, una cómoda casa e hijos sanos. No hay paisaje alternativo, no hay peros…

Con este concepto fui criada y entrenada. Si señores ¡entrenada!: para no discutir cuando un hombre habla, para vivir limpiando y besando el piso que pisan, para ser siempre una sombra, para ser tachada como una persona que solo habla de vestidos o cocina, para estar siempre hermosa, para ser siempre honesta, para que nunca haya una queja ni sospecha de mi comportamiento, para no inmutarme cuando dudan de mi intelecto y esa es toda la educación que una niña de bien recibe. Yo también recibí esta educación, pero se ve que conmigo no lo hicieron bien.

Porque cuando un hombre habla y se equivoca, yo le hago ver su error; porque nunca alabe a ningún hombre hasta la humillación; porque la moda me interesa tan poco como la cocina; porque llegue a fingir ser un hombre y engañarlos a todos; porque supere a todos los hombres de la universidad, siendo la primera de la clase; porque soñé en algo mas que un rico marido y una casa cómoda; soñé con una vida, mi vida...


Capitulo 1: La dueña de mi curiosidad

Esa mañana me desperté como todos los días, solo un poco más nervioso. Hoy ingresaría a la facultad de medicina, en mi primer día. Realmente adoraba mi carrera, pero yo tenia mas alma de músico, podría estar horas tocando el piano; claro que siendo un señorito de la alta sociedad tenia que seguir la tradición familiar y estudiar para ser un medico reconocido.

Me aliste para la fiesta, que íbamos a dar esta noche, en conmemoración de mis decimo octavo cumpleaños. Todo estaba ya casi listo, los sirvientes se habían encargado de eso. Por supuesto en la gran mansión de los Masen nunca podía faltar una elegante ceremonia y menos cuando el primogénito había sido aceptado en la más prestigiosa universidad del país.

Aun así esta noche no seria para nada apetecible. Puesto que mis padres esperaban que conociera a mi próxima prometida. No es que creyera en el matrimonio por amor, pero me resultaba desagradable la idea de hacer desfilar a un montón de damas y entre todas elegir a una, como si fueran un mero objeto. No distaba de un burdel, pero las tradiciones, eso eran tradiciones. No había por que romperlas.

Cuando por fin llego la noche ya todo estaba preparado: la decoración basada en un sobrio color hueso estaba impecable, la vajilla en su lugar, los sirvientes dándole aperitivos a los invitados. Tan solo falta que bajara en agasajado, pero como es la costumbre, yo tenia que bajar al salón un poco mas tarde. Cuando me dieron la señal para que bajar, así lo hice. Pero antes me deslice por atrás del muro contiguo a la escalera; y debía admitir que esta vez mis padres exageraron en su deseo de conseguirme una prometida. Casi el setenta porciento de los invitados eran jóvenes en edad para casarse.

Respire profundamente y me dirigí a la que seria la noche mas larga de mi vida. Mientras bajaba todo el público se amontono al lado de la escalera para saludarme y agradecerme por haberlos invitado. Solo que en el instante que bajaba mi vista intercepto el par de ojos mas hermoso que había visto en mi vida.

La portadora de estos era una muchacha menuda, completamente alejada del público. Se podía notar a leguas que era un ser desconfiado y antisocial, a su vez en su expresión pude deducir que estaba asqueada de la situación. Ella estaba aquí a la fuerza y trataba de que ningún interesado en una esposa la viera. No pude despegar los ojos de mi exótica huésped, mientras saludaba a todos los invitados; y alagaba a las muy predispuestas señoritas.

Una vez que termine de saludar a todos me acerque a la dueña de mi curiosidad. Debo confesar que con lo que vi, me quede realmente impactado. Era hermosa, pero de una forma muy discreta. Sus cabellos oscuros estaban formando una media cola, a su vez cayendo libremente en bucles por su espalda. Su cara tenia forma de corazón y unos rasgos muy finos. Que decir de sus dulces labios y su hechizantes ojos. No había palabras para describir su belleza simple y delicada.

-Buenas noches señorita! Creo que no tengo el placer de conocerla. Mi nombre es Edward Masen y estoy honrado de que allá asistido a mi baile.- trate de sonar lo mas tranquilo posible, aunque me temblaba la voz.

-El honor es todo mío! Mi nombre es Isabella Swan. Creo que te llaman y yo ya debería regresar a mi casa. Fue un gusto conocerlo. Mucha suerte!- dicho esto, aquella muchacha se marcho. Dejando en mi ser un torbellino de sensaciones nuevas y muchas intrigas… ¿Quién eres Isabella Swan?¿Y por que huiste de mi?

MADY.