Primero que nada: ESTE FIC NO ES DE MI AUTORÍA, su autora es MONIK, ó MONALISA17 y fue publicado hace unos años en la página de la Warner, cuando ésta fue cancelada, el fic prácticamente se perdió

Primero que nada: ESTE FIC NO ES DE MI AUTORÍA, su autora es MONIK, ó MONALISA17 y fue publicado hace unos años en la página de la Warner, cuando ésta fue cancelada, el fic prácticamente se perdió. Yo lo único que hice fue recuperarlo y republicarlo para que ustedes lo disfruten.

Decidí publicar esta historia, por la cantidad de Reviews y PM que me llegaron pidiendomela.

Pero les advierto antes que empiecen a leer que ESTE FIC NO TIENE FINAL, Monik NUNCA LO TERMINÓ y nadie que yo conozca.

Si a alguien le interesa, supongo que puede pedir la correspondiente autorización de la autora para hacer una continuación, yo no voy a hacerla, no tengo tiempo y no me gustaría dejarlas colgadas.

DISCLAIMER : Todo lo que reconozcan en la historia pertenece a JK Rowling.

La Venganza de Hermione (Parte 2)

Capítulo 1

- Draco sigues ahí?- dijo Hermione al otro lado del auricular.
- Sí, aquí estoy.- dijo una voz a través del teléfono. – Malditos aparatos muggles…nunca podré aprender a manejarlos..

Hermione rió y se cubrió aún más con la manta rosa que estaba sobre su cama. Observó cómo la lluvia golpeaba los cristales de su ventana. Aquella noche era tan parecida a la que había tenido hace un año atrás. Sí, lo recordaba perfectamente, recordaba cómo ella miraba la lluvia caer desde su ventana, planeando su venganza contra Draco…quién diría que un año después estaría ahí nuevamente, con la lluvia cayendo….hablando tranquilamente por teléfono con él.
- Me extrañas?- dijo él repentinamente.
- Claro que sí.- dijo Hermione acomodándose en la cama.
- Qué bien, porque no ha habido un solo momento en todas las vacaciones en el que no haya pensado en ti..- dijo Draco. – Quiero verte..
- Mañana me verás.- dijo Hermione. – Cuando entremos a Hogwarts.
Draco se quedó en silencio.
- Por fin dejaré de usar este estúpido aparato…
- Se llama teléfono.
- Como sea.- dijo el rubio. – Qué traes puesto?
- Cállate Draco Malfoy! Mejor imagínatelo solo….ya voy a colgar tengo sueño..- dijo Hermione sonrojándose.
- Sueña conmigo..- dijo la voz varonil a través del auricular.
- Lo haré.
Hermione cerró el auricular. Estaba feliz, después de tres meses vería nuevamente a sus amigos y a su novio. Parecía que nada podía opacar su alegría, sin embargo, no sabía por qué tenía una especie de opresión en el pecho…como si sintiera que algo andaba mal.

Draco cerró el auricular. Su fría habitación era iluminada por unas antorchas que colgaban de las paredes. Se levantó y escondió debajo de su cama el teléfono. Era mejor que su madre no lo viera con él. La puerta de la alcoba se abrió repentinamente dejando ver la figura de Narcisa Malfoy, su cabello rubio caía por su espalda y parecía más pálida que se costumbre. Draco se irguió y la miró fijamente, su madre lo miraba con una mezcla de miedo y desesperación.
- Tu hermano va a regresar….

Hermione abrió los ojos mientras su madre, una dulce mujer de cabello castaño y ojos miel, casi idéntica a Hermione la despertaba con un beso en la mejilla.
- Vamos, es hora de que vuelvas a Hogwarts…
- Mamá yo..- dijo Hermione.
- No te preocupes..lo conseguirás. Siempre consigues lo que quieres…- dijo su madre riéndose.
- De verdad quiero obtener esa beca…
Su madre la observó dulcemente.
- Recuerda esto mi pequeña: ser ambicioso es bueno, pero no lo es cuando antepones tus ambiciones a las cosas que de verdad importan. Eres tan joven y sin embargo te veo con demasiadas metas y una obsesión por alcanzarlas. Toma un respiro, lo que tiene que venir vendrá.
- Pero no creo que sea malo ser ambicioso mamá…es así como voy a conseguir lo que quiero..
- Sí, pero mírate amor, todas las vacaciones te has sumido en tu proyecto y no has ido con tus amigos..ni con tu novio.
- Sí, lo sé. Pero no lo entiendes.- dijo Hermione mientras se vestía. – Es mi último año en Hogwarts..
- Sí…es tu último año; decide si lo que quieres es terminarlo estresada o disfrutarlo. Crecer es hermoso, mas no cuando te obsesionas con ser superior.

Hermione atravesó el andén 9 ¾ y se vio frente al gran tren de Hogwarts. Su mamá no lo comprendía, Hermione siempre había sido la mejor en todo. Hogwarts ya iba a terminar, y lo único en que tenía que preocuparse era en conseguir esa beca en la universidad para formar Aurores. Sí, lo había decidido ya: quería ser una Aurora. Antes de que pudiera hacer nada Nicole se le había prendido de la espalda.
- cómo estás!!- dijo Nicole sonriéndole. La chica de cabello negro y lacio y ojos grises la miraba alegremente.
- Y espero que me expliques por qué no me has escrito en todas las vacaciones..- dijo Harry con Ron llegando. Los dos se veían felices mientras Luna y Ginny corrían hacia Hermione.
- Bella! Estás linda!.- dijo Ginny
- Sí! Ahora nos cuentas que has estado haciendo todo el verano que fue más importante que pasarlo con nosotros..- dijo Luna.
- Hola Hermosa!- dijo Diego llegando. Nicole puso cara de fastidio y éste solo le dirigió una mirada que ella no correspondió.
- Se pelearon..- dijo Luna en susurro a Hermione.

Los siete amigos entraron al tren y encontraron un compartimiento. Hermione seguía sin decirles qué había hecho en las vacaciones, en realidad prefería mantenerlo en secreto. Se quedó un rato más hablando con sus amigos hasta que el tren salió y ella decidió pasearse por él en busca de Draco.
Caminaba por los pasillos cuando sintió que una mano la agarraba por la cintura y la metía dentro de un compartimiento vacío. Draco pegó a Hermione contra la puerta y sin dejarla decir nada la besó. Hermione correspondió al beso algo intenso de Draco; habían pasado ya tres meses desde la última vez que se vieron. Ella pasó su mano por el cuello de Draco quien no parecía querer soltarla ni un segundo. Draco tomó la cintura de Hemione y la pegó aún más contra sí, estaban demasiado juntos. Hermione podía sentir la pasión con la que Draco la tomaba. Él posó su mano en la pierna de Hermione, haciéndola subir hasta su cintura. Hermione soltó un quejido, la perilla de la puerta se le estaba clavando en la espalda, pero en realidad ahora aquello no le importaba. Draco mordió el labio de Hermione mientras bajaba mordiendo su cuello. Aquello se estaba volviendo demasiado excitante así que la chica supo que tenía que pararlo.
- para ya!- dijo Hermione empujándolo.
- No puedo…sabes lo que es para mí haber estado en castidad completa durante tres meses??
Hermione rió.
- No me causa risa..- dijo Draco. – Es difícil…ya de por sí es difícil mantener una relación contigo solo de besos y nada más..
- Y qué quieres que lo hagamos aquí?!- dijo Hermione sonriendo y burlándose de él.
- Por mí no hay problema…- dijo el rubio acercándose a ella peligrosamente.
- Por mí sí..- dijo Hermione sonriéndole. Draco volvió a tomarla por la cintura, pero no insistió más en besarla, solo respiró el aroma de su cuello mientras jugaba con su cabello largo ondulado.
- Te extrañé.- dijo él finalmente.
- Yo también..

Draco estaba sentado y Hermione recostada sobre sus piernas. Él jugaba con su cabello.
- qué hiciste estas vacaciones?- preguntó ella.
- Solo pasar con mi madre…aún no supera la muerte de mi padre. Aunque en realidad no lo entiendo..ella y él se odiaban…sin embargo ella cayó en un silencio abrumador desde su muerte..es extraño..
- Sí, la verdad que sí lo es.- dijo Hermione. – Y qué más? Te ha pasado otra cosa extraña en la vacaciones?
Draco se aclaró la garganta y miró por la ventana. Recordó las palabras de su madre:
"tu hermano va a regresar…"
- No, nada.- dijo él finalmente.- Y tú qué has hecho en estas vacaciones que has estado tan ocupada?
- Nada, absolutamente nada. Solo pasar con mi familia, creo que necesitaba pasar con ellos una temporada..- mintió Hermione, tan naturalmente como siempre. No había perdido sus habilidades.
Draco la observó, ella era lo más preciado en su vida, no quería perderla. Apretó los puños: ella no podía enterarse de su secreto..del mayor secreto de su familia..esa verdad podría alejarla de él…para siempre..

que lindas están esas medias!- dijo Luna observando las medias de Nicole que eran con rayas blancas y negras intercalándose.
- si, me las regaló...- pero hizo una pausa para ver a Diego que jugaba ajedrez con Ron. - olvídalo..
- por qué no hablan y arreglan las cosas?- dijo Ginny.
- Es un estúpido..ojalá se lo coma el monstruo del lago..- dijo Nicole. Entonces se levantó y salió del compartimiento. Los ojos celestes de Diego la siguieron. Se levantó y salió él también.
Nicole se volteó al verlo salir.
- tenemos que hablar..- dijo Diego.
- ah! ahora quieres hablar! he tratado de hablar contigo durante dos días y me has evitado por completo!
- estaba enojado!.- dijo Diego. - de hecho lo sigo estando!
- yo soy la que debería estar enojada! eres tú quien salió con esa rubia sin decirme nada!- dijo Nicole.
- Es solo una amiga! y no tengo que decirte siempre todo lo que hago! que salga con una amiga no significa que no te ame! y creo que te lo he demostrado
- Pues la próxima vez seré yo quien salga con "un amigo" y no te lo diré!
- eres tan infantil!- dijo Diego metiéndose nuevamente en el compartimiento.

Draco le dio un último beso a Hermione mientras Harry se la llevaba hacia la mesa de Gryffindor.
- ya suéltala!- dijo Harry sonriendo.- después te la presto...
- me la prestas? es mía Potter YO te la presto..- dijo Malfoy mientras caminaba hacia su mesa.

Todos se sentaron y Nicole lo hizo al lado de Hermione, sin mirar a Diego que se encontraba en la mesa de Ravenclaw.

Dumbledore se paró y dio la bienvenida de costumbre después de la selección de alumnos. Todos comieron felices. Hermione se sentía estúpida pensando que la noche anterior había presentido que algo andaba mal, era algo inaudito cuando todo estaba perfectamente bien.

Un chico rubio estaba sentado dentro de un a limosina. Jugaba con sus dedos mientras sus ojos grises se fijaban en la ventana. La limosina paró frente la mansión Malfoy mientras el chico observaba con ojos fríos a una mujer rubia parada en la puerta.
Un mayordomo abrió la puerta de la limosina, y el chico rubio salió de ella. Sus ojso grises se fijaron en los de ella, sin demostrar ninguna clase de sentimiento.
- Hola madre..

Draco besaba a Hermione mientras acariciaba sus mejillas. Hermione lo empujaba suavemente para que la soltara.
- Draco ya basta! ya tengo que entrar a la sala común es hora de dormir!
- puedo dormir contigo si quieres..- dijo Draco mientras besaba el cuello de Hermione.
- por favor Draco! nos veremos mañana! ok? buenas noches.- dijo Hermione mientras entraba a su sala común.
- Te amo.- dijo Draco al verla irse. La sonrisa que se dibujaba en su rostro desapareció.
Para este entonces Franco ya debe estar en mi casa... pensó mientras caminaba hacia su sala común.
Cómo se suponía iba a decirle a Hermione que tenía una hermano gemelo?? cómo se lo diría si ni siquiera él podía creérselo...
Durante tantos años había estado alejado de él. No sabía nada, absolutamente nada, solo que Lucius había decidido que ambos se criaran alejados. Y ahora que el tío había muerto, Franco debía quedarse con ellos. Cómo se sentiría al verlo? al ver a alguien completamente idéntico a él...

Hermione se cepillaba el cabello frente al espejo antes de dormir. Nicole, que ahora compartía habitación con ella se acostaba.
- qué te pasa Hermione? te veo algo tensa..- dijo Nicole.
- No, nada que ver.- mintió Hermione, mañana tendría que estudiar en la biblioteca para los ensayos que enviaría a la universidad para Aurores. Estaba con el tiempo. Una sonrisa se formó en su rostro. Sería la mejor, triunfaría y elevaría el nombre de a las que tantas veces llamaron inferiores por no tener la sangre limpia...escribiría un libro..sí, y sería famosa..
con estos pensamientos se quedó completamente dormida.

Narcisa entró rápidamente se quedó parada frente a la fogata de la gran sala. El chico rubio, alto y con aquellos ojos grises característicos se sentó en el sillón acostándose. Respiró profundamente y miró a su madre con una sonrisa fría, que parecía esbozada..
- Que bueno es estar en casa no es así madre?- dijo conservando la amarga sonrisa en sus labios.
Narcisa se volteó con rostro inexpresivo.
- No me gusta el sarcasmo, Franco.- dijo ella. Se notaba lo tensa que se encontraba. Era extraño ver la exacta figura de su hijo Draco, exactamente igual, exceptuando por la mirada...Franco tenía una mirada sombría y triste, que podía hacer que cualquier persona que fijara sus ojos en él se estremeciera. Narcisa prefería no mirarlo a los ojos, se sentía culpable, profundamente culpable por haber criado solo a Draco..y haber permitido que Lucius enviara a Franco con su tío, fuera del Londres..
- No uso sarcasmo madre..- dijo Franco levantándose. - aunque no le creas todavía recuerdo algunas cosas...como el olor de la sala..y el color de de las padres...hay cosas que aún recuerdo..aunque es difícil..pues la última vez que estuve tan solo tenía 5 años...

Franco pasó los dedos cobre una escultura grande de un ángel negro.
- Siempre odié esta escultura..también la recuerdo muy bien...
- Franco yo..
- Lo sé madre. Sé que no me quieres aquí...y sé que no pretendías volver a verme nunca más en tu vida...después de todo solo necesitas a uno..no a dos...
- No es eso Franco!
- Pero resulta que mi tío murió...- Un rastro de tristeza se asomó por sus ojos solitarios. - Fue como un padre...
- tu padre es Lucius..
- ese solo fue el que me creó...al igual que tú madre...pero no se ganó nunca el título de padre. - Franco caminó hacia su madre. Narciza tembló nerviosa ante el acercamiento repentino de su hijo. - Yo tampoco quiero estar aquí. Y Draco?
Narciza respiró cuando Franco se alejó nuevamente, examinando la sala.
- Está en Hogwarts.
Franco dejó salir una risa.
- Sabía que vendría?
- Se lo dije ayer.- dijo Narciza.
- qué bien.- dijo Franco mientras subía las escaleras.- me muero por volver a ver a mi hermanito...quiero saber qué tan parecidos somos..
Cuando Franco subió y Narciza se quedó sola. Una fría lágrima cayó por sus mejillas.
- Son idénticos...

Draco entró a su sala común y vio que el reloj marcaba las 12 de la noche. Ya era algo tarde, y sin embargo no sentía ni el más mínimo rastro de sueño. Entonces divisó a Spencer, el asqueroso Jack...solo podía sentir repugnancia al verlo...al año pasado habían pasado tantas cosas con respecto a él...simplemente era la persona a quien Draco más odiaba en el mundo.
- Malfoy!- dijo él. - qué bueno volver a verte! cómo has pasado estas vacaciones eh? ya te acostaste con Granger?
Draco sintió el impulso de romperle la cara, pero por alguna razón se contuvo.
- cállate, si quieres seguir con vida Spencer..-dijo Draco.
- oh! déjame adivinar! aún no te la has tirado! si..si...la Granger es la mujer más difícil que he conocido...esa maldita perra´! no solo es difícil sino inteligente y calculadora...no entiendo por qué sigues con ella...cuando puedes tener a otra más buena y sin cerebro..las mujeres sin cerebro son las mejores...
- Cállate Spencer...no cabe duda que sigues siendo el imbécil de siempre. Cuidado con lo que dices cuando te refieres a Hermione! porque soy capaz de..
- acaso no recuerdas lo que te hizo el año pasado?? se te olvidó cómo es esa perra fría?! es la chica más frívola que conozco! tu y ella no van a durar..te lo aseguro.. ella es demasiado ambiciosa...hace todo hasta conseguir lo que quiere,...no dudo que si algún día tiene que dejarte para conseguir sus metas no vacilará en hacerlo..
Spencer subió las escaleras hacia la sección de niños.

Hermione despertó al día siguiente mientras Nicole le agitaba una carta en la cara.
- Llegó por la ventana, es para ti..- dijo ella.
Hermione se sentó animada el ver que el remitente decía:
"Universidad Especializada en Aurores Haminston"
- Hermione..no sabía que ibas a irte a Australia a estudiar para ser Aurora..- dijo Nicole. - Eso está algo lejos...-
Hermione se puso seria, estaba tan feliz por la carta que había olvidado que era un secreto...secreto que ahora Nicole sabía.
- Escucha Nicole, no debes decírselo a nadie...es un secreto..no quiero comunicárselo a nadie hasta que me hayan aceptado.- dijo hermione. - En esta carta seguramente me informarán qué ensayo debo escribir para que me acepten..
- Hermione, no se lo diré a nadie..pero acaso has pensado que si te vas no nos verás dentro de cinco años? tampoco verás a Draco...
Hermione abrió la carta entusiasmada, sin preocuparse por lo que le había dicho Nicole. Pero entonces Nicole le arrebató la carta obligando a Hermione a mirarla.
- lo ahs pensado siquiera?!- dijo Nicole.
Hermione se levantó y agitó sus manos como si no le importara mientras caminaba hacia el espejo y se cepillaba el cabello.
- Lo he pensado..contenta? y bueno..no sé qué va a suceder aún con mi relación con Draco..no lo sé está bien? tampoco sé qué va a pasar con ustedes...ahora devuélvemela..
Nicole tiró la carta sobre la cama de Hermione.
- Como quieras. Pero espero de verdad que tus ambiciones no te terminen destruyendo.

Franco jugaba con una pelota de cristal mientras salía de la mansión Malfoy. Greta, la mucama lo seguía tratando de alcanzarlo.
- pero joven, la señora Narcisa no sabe de su salida..- dijo Greta siguiéndolo.
- Bueno, la mansión es algo grande y se me hace difícil encontrarla..- dijo Franco. - Ya no recuerdo tan bien la casa, como debes saberlo..
- Lo sé joven.- dijo Greta siguiéndolo. - Pero usted debe pedirle permiso a su madre si va a salir...
- No es necesario,. - Dijo Franco deteniéndose de repente. - Estoy seguro que tú te encargarás de avisarle de mi salida Greta..así te llamas no es así?
Greta se quedó en silencio, los amos no solían llamar a la servidumbre por el nombre, eso era parte de las reglas...pero él...aquel chico idéntico a Draco, su niño Draco, el que ella había criado como nana, aquel chico parecía no importarle esa clase de reglas.
- Sí, ese es mi nombre.- dijo finalmente.
- Bien.- dijo Franco mientras caminaba y entraba la parte trasera de la limosina.
Greta se quedó parada ahí, sin moverse.
- Dios mío! cuántas cosas van a cambiar por aquí?!

Franco se montó en la limosina mientras el chofer esperaba las instrucciones.
- Vamos al Callejón Diagon.- dijo Franco.

El chofer procedió.

...

Hermione se encontraba en la biblioteca después de haber estado en las clases de pociones. Se encontraba con una pila de libros impresionantemente grandes sobre historia, desarrollo, y distinción de los Aurores através del tiempo. Tenía que escribir ese ensayo lo mejor posible, quería ser aceptada en la universidad Hamilton más que nada en el mundo.
- qué haces?- dijo Draco mientras se sentaba a su lado y besaba su cuello. Hermione cerró los libros de inmediato y los empujó a un lado.
- Un trabajo de Aritmancia..- dijo ella.
- Sigo sin entender por qué tomas esa materia..- dijo Draco .- Te quita tiempo para estar conmigo..
Draco la besó mientras la tomaba por la cintura y la pegaba contra sí.
- Draco! estamos en la biblioteca nos pueden ver..- dijo Hermione.
- Yo sé, eso lo hace más emocionante..- dijo mientras mordía el labio inferior de Hermione.
Hermione supo que si no lo detenía iba a terminar cediendo ante sus caricias así que se paró para coger otro libro de las estanterías. Pero Draco se levantó junto a ella y la pegó contra las estanterías de libros mientras la besaba y tomaba con su mano la pierna de Hermione. La chica rodeó el cuello de Draco con sus brazos mientras correspondía al beso de Draco. Los dos profundizaban en el beso, lo que hacía que su respiración se volviera entrecortada. Draco parecía no poder controlarse más, mientras subía su mano lentamente por el muslo de Hermione, levantando la falda notablemente.

Franco bajó de la limosina al verse enfrente de un tumulto de magos y brujas que cruzaban por el estrecho callejón Diagon. Todos mirando por los aparadores y comprando cosas.
- Vuelve dentro de una hora.- le dijo al chofer.

Caminó decididamente, esa caminata digna de los Malfoy's, esa que cualquiera reconocería, esa que Franco había heredado. Sus ojos grises y frívolos se fijaban en las vitrinas. Nunca había visitado aquel lugar, siempre era su tío quien le compraba los útiles para que se instruyera. Franco jamás había ido a un colegio, su tío le había enseñado absolutamente todo lo que un mago oscuro debía saber, por lo cual a pesar de sus 17 años, sabía ya todo lo que Draco seguramente estaba recién aprendiendo en séptimo curso.

- Nicole! te lo he dicho ya! no encuentro la tienda de pociones!- dijo Adriana caminando con una funda en su mano izquierda mientras que con la otra sostenía un intercomunicador, en la pequeña pantalla estaba la imagen de Nicole sonriéndole.
- Por dios! te dije que está a dos cuadras de Olivander's!
- Como sea, la buscaré nuevamente.. no puedo creer que mi vuelo se haya retrasado! quería entrar a Hogwarts el primer día contigo!- dijo Adriana.
- No importa ya! lo importante es que vengas..--dijo Nicole. - Te va a gustar, es un lindo colegio.
- Sí pero nunca tan hermoso como el nuestro eh?
- Eso pensaba antes, pero ahora..simplemente creo que Hogwarts es el mejor.- dijo Nicole.
- Eso porque ya eres una Hogwarts!- dijo Adriana entonces sin darse cuenta tropezó contra un chico rubio. Sus cosas cayeron al suelo al igual que ella y el intercomunicador se hizo pedazos en el suelo.
- qué no puedes mirar!.- dijo ella pero paró de repente al chocarse con unos ojos grises que la miraban desde cerca.

Creo que te equivocas.- dijo el apuesto chico rubio mientras le tendía la mano y la ayudaba a levantarse. - Eres tu quien no estaba mirando mientras caminaba..
Adriana no atinaba a decir nada, aquello ojos grises la penetraban como espinas. Se recogió el cabello rubio y ondulado en una cola y lo miró con sus ojos verdes.
- Puede ser que tengas razón.- dijo finalmente mientras se daba media vuelta y se iba.
- Puede ser? tengo razón.- dijo Franco siguiéndola, algo en ella había cautivado su atención.
Adriana se volteó.
- Sabes? he tenido un mal día, ahora se me ha destruido por completo el intercomunicador, si lo que quieres es oir que tienes razón para dejarme en paz, pues tienes razón.
- Por qué eres tan agresiva?- dijo Franco sonriendo.
- No soy agresiva es solo que...uf como sea!
Franco entornó los ojos.
- Como sea entonces.- dijo mientras se daba media vuelta.
- oye!- dijo Adriana, .- por lo menos podrías ayudarme al cargar todo esto no?- dijo ella, por alguna razón había empezado a sentir una atracción hacia aquel chico.
Franco se volteó.
- Claro, pero antes deberás acompañarme a otro sitio...- dijo él fríamente,
- a dónde?
- al callejón Knocturn

Adriana caminaba detrás del chico rubio. Estaba un poco asustada. Sabía que aquel callejón era para familias de magos oscuros, lo que significaba que él era uno de ellos. Entraron por un estrecho callejón, Adriana se preguntaba si el chico no se había olvidado que ella estaba tras pel, para corroborarlo lo llamó.
- Oye,- dijo Adriana. - Tal vez no sea tan buena idea...tu sabes...lo del callejón.
Franco se volteó, Adriana sintió nuevamente una corriente por su cuerpo al ver aquellos ojos grises.
- Ya estamos aquí, no vale la pena regresar.

Franco entró a una cantina. Varias personas tomaban, personas hoscas y obviamente magos oscuros. Adriana se sentía nerviosa entre toda esa gente. Franco la detuvo.
- Espérame aki.- dijo Franco.
Adriana asintió y se quedó ahí parada.
- Draco Malfoy!!- dijo el cantinero en voz alta mientras Franco se acercaba. - Hace mucho tiempo que no te veo por aquí!
Adriana escuchó por primera vez el nombre del chico. Jamás le había preguntado el nombre...aquello le explicaba todo.
Franco se acercó a él.
- No soy Draco, soy su hermano, Franco.
El cantinero palideció y puso una cerveza en la mesa para Franco.
- Entonces los cuentos era ciertos. La leyenda siempre contada por miles de lenguas de que aquella noche nacieron dos niños con ojos grises era cierta.- dijo el cantinero.
Franco tomó un largo trago de cerveza.
- Es cierta.- dijo él.

Adriana solo podía ver desde lejos cómo Franco conversaba con aquel hombre desagradable.
- Hermosa...sí tu hermosa.- dijo un hombre delgado y con capucha negra desde la esquina. - aléjate de ese chico...ojos verdes no deben estar con él...cosas van a suceder...cosas que harán que ojos verdes se sientan mal...vete hermosa...y aléjate d él y de su hermano...
Adriana no entendió nada de lo que aquel hombre le decía pero tomó sus bolsas de útiles y salió de la cantina.

Harry estaba sentado en la mesa haciendo su deber de pociones.
- Como odio a Snape.
Entonces Ginny entró a la sala común. Tenía una frutilla en la mano mientras la comía. Harry sonrió al verla.
- qué haces?-le preguntó Ginny.
- Pensando en ti.- dijo Harry mientras se levantaba y caminaba hacia ella peligrosamente.
- y además de pensar en mí?.- dijo Ginny.
Harry tomó a Ginny por la cintura y le dio un dulce beso.
- ...pensar nuevamente en ti...mientras hago el deber de pociones...
Ron entró a la sala común.
- por favor váyanse a un hotel!- dijo Ron mientras subía las escaleras.
- qué le pasa?- dijo Ginny.
- No tengo idea.- dijo Harry.- espérame aquí que lo averiguo.- dijo mientras subía las escaleras.
Harry entró a la habitación que compartía con Ron y dos chicos más. El pelirrojo estaba sentado sosteniéndose de la cabeza con las manos.
- qué pasa Ron?- dijo Harry.
- Es Luna.- dijo Ron. - siento que me está ocultando algo...hace tiempo que le pregunto cosas que evade responder..

Adriana caminaba por el estrecho callejón Knocturn algo nerviosa. Aquel no era un buen lugar, ella lo sabía...si siquiera entendía por qué había aceptado ir hasta allá.
- Kenzaburo.- dijo una voz varonil detrás de ella.
Adriana se volteó. Un hombre de no más de 30 años con aspecto de viajero, de esos que se pasan de un lugar a otro la miraba con unos ojos negros brillantes.
- Cómo sabes mi apellido?- dijo Adriana.
- Sé reconocer a un Kenzaburo con solo mirarlo...lo llevas en la sangre..- dijo él mientras metía en un boca un cigarrillo.
- conoces a mi abuelo?- dijo Adriana. - O tal vez a mi madre o a mi padre?
- Oh sí! claro que conozco al viejo Kenzaburo, no he tenido el gusto de conocer a tu padre...pero sí a tu madre. Linda familia de samurais.
Adriana sonrió, aquel hombre no le parecía malo, de hecho, parecía confiable.
- quién eres tú?.- dijo Adriana.
- Fui un aprendiz de tu abuelo, él es mi maestro. Gran hombre, un gran fabricador de espadas.
- Sí que lo es.- dijo Adriana.
- Vete de aquí. No es un buen lugar para una samurai joven como tú.
Adriana sonrió y siguió su camino. No mucha gente conocía su origen samurai, y hablar con uno que sí lo sabía llegaba a ser algo relajante.

Draco la fue llevando mientras se besaban y acariciaban hasta la puerta de la sección prohibida.
- no podemos entrar aki..- dijo Hermione como pudo, pues Draco no dejaba de besarla.
- Aki nadie nos verá.- dijo Draco mientras abría la puerta y metía a Hermione adentro.
Draco pegó a Hermione contra la pared mientras besaba su cuello y bajaba hasta el escote de la camisa del colegio. Su mano seguía moviéndose debajo de la falda de la chica. Hermione mordió la oreja de Draco mientras él desabrochaba la blusa de la chica por abajo y metía su mano en ella para acariciar su pequeña cintura y su plano abdomen. Hermione no quería pararlo, lo amaba demasiado. Fue entonces cuando Draco se separó de ella bruscamente.
- qué pasa?.- dijo Hermione. - Hice algo malo?
Draco la observó desde la oscuridad donde solo entraban algunos retazos de luz de afuera...su piel se veía brillante, sus labios rojos se veían demasiado provocantes mientras se los mordía por la preocupación. Ella era nueva en todo aquello, jamás se había entregado a nadie..por lo que no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o mal...él en cambio tenía experiencia...
- Tu no hiciste nada malo, es solo que..- dijo Draco.
- qué pasa?- dijo Hermione.
Draco caminó hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas.
- Tu no eres como las demás. Te amo por ser así..por eso mismo no puedo apresurar las cosas contigo...te deseo..pero puedo esperar..hasta que sienta que estés lista.
Hermione lo miró y sonrió. Sabía cuando le costaba a Draco contenerse..lo que le demostraba cuánto él la amaba al esperarla.

Nicole iba directo hacia su sala común después de la cena. Tenía varias cosas en su mente, la principal era Hermione. Ella era su amiga y sabía que estaba haciendo mal al ocultarle todo aquello a sus amigos y a Draco, él tenía que saberlo. Sin embargo las ambiciones de Hermione eran muy altas, y tal vez no incluían a los demás.
Nicole sintió que la tomaron por el brazo, al voltearse estuvo frente a frente con Diego...sus narices rozaban de lo cerca que estaban. Diego se acercó un poco más besándola, pero ella lo empujó.
- déjame Diego.- dijo Nicole.
- Tenemos que hablar.- dijo él.
- No tenemos nada de qué hablar hasta que asumas que lo que hiciste estuvo mal...
- te dije que solo era una amiga!
- pero debiste decírmelo!
Diego se pasó la mano por su cabello negro.
- Te amo, lo sabes...por qué me haces esto?
Nicole rió.
- Yo te hago algo? eres tú quien me hizo algo a mí!
- Sabes? no voy a pedirte perdón así que puedes quedarte esperando. Sé que no hice nada malo y tú deberías confiar más en mí.
Diego se dio media vuelta y se fue sumamente enfadado.

Luna caminaba por un pasillo con unos libros en mano. Le dolía un tanto la cabeza, trataba de olvidar aquel presentimiento y aquellos sueños que había tenido últimamente, pero era imposible. Y si no era un sueño? y si era cierto lo que había estado viendo? Como sacerdotisa que era podía ser normal que viera aquello...pero..cómo podía ser cierto??
Unas manos rodearon su cintura y empezaron a hacerle cosquillas en el vientre.
- Draco!- dijo Luna volteándose.
- Cómo está la prima más hermosa del planeta?- dijo Draco mientras la abrazaba.
- Bien y tú?
- Perfectamente.- dijo Draco mientras la miraba. Simplemente se sentía bien cada evz que ella estaba cerca. - Sin embargo te noto tensa..qué te pasa?
Los ojops grises de Draco penetraron en los de Luna, inquietándola. Era hora de saber la verdad.
- Draco, quiero que me respondas una pregunta, pero quiero que sea con la más sincera verdad...porque si no, lo sabré.
Draco la miró dispuesto a responder.
- Tienes un familiar que ahora de repente haya regresado?
Draco contuvo la respiración.
- Sí.
Luna miró al suelo.
- Entonces no era un sueño..Draco, la llegada de esta persona no será buena...no lo será.
- Cómo lo sabes?- dijo Draco sintiéndose tonto al preguntarle aquello: ella era una sacerdotisa, las sacerdotisas saben muchas cosas...y nunca se equivocan.
- Es, es una fiebre que he tenido durante meses, y ahora se atasca en mi estómago y en mi pecho dejándome sin aliento. Imágenes rondan mi cabeza, y solo puedo pensar que algo muy malo está por ocurrir...lo sé.

Nicole entró a su habitación molesta, Hermione lo notó.
- Aún estás enfadada conmigo?- dijo Hermione.
- No, no es eso..es Diego.
- qué es lo que pasa con él?
- Bueno en las vacaciones él me acompañó a mi campeonato de MotoCross, y bueno, en él se encontró a una vieja amiga...la cosa es que salieron juntos y no me lo dijo.
- Tal vez no hicieron nada malo.- dijo Hermione.
- No lo hicieron! lo sé! el problema es que no me lo dijo...eso es lo que me molesta!
- Entiendo. Quieres que él sepa lo que se siente que salgas con un viejo amigo y no se lo digas.
- exacto!.- dijo Nicole poniéndose la pijama.
- Entonces hazlo,.- dijo Hermione con una mirada maliciosa. - Soy una experta en esto créeme..sino cómo crees que enamoré a Draco el año pasado...no fue fácil pero con táctica todo se puede.
- ósea, dices que salga con un "viejo amigo" y no se lo diga?- dijo Nicole interesándose en la idea.
- claro! pero obviamente que tú misma te encargarás de que se entere...y después cuando él se ponga celoso te harás la ofendida..y bueno, lo volverás a tener en la palma de tu mano. Los hombres funcionan así, solo hay que saber manejarlos.- dijo Hermione mientras se acostaba.
- Eres una experta.- dijo Nicole acostándose también. - Te llevarás muy bien con Adriana.

Franco entró a la mansión y vio que su madre estaba esperándolo en la sala. Su rostro pareció iluminarse al verlo entrar, como por arte de magia.
- no me dijiste que saldrías?
- No te encontré.- dijo Franco fríamente mientras caminaba para subir las escaleras. Narciza quería decir algo ...cualquier cosa para que no se fuera nuevamente...
- Franco.- dijo mientras su hijo se volteaba a mitad de camino.
- Podrías acompañarme a cenar esta noche?
Franco fijo sus ojos inexpresivos en los de Narcisa, aquella mujer pálida, sin vida, como una flor en invierno...lo miraba con aquellos ojos suplicantes. No podía hacer otra cosa que no fuera aceptar. Pero no por compasión, él no sentía nada hacia aquella supuesta familia...ellos lo habían hecho a un lado...fue por simple caballerismo; su tío le había enseñado nunca dar desplantes a una dama. Y no pensaba hacerlo.
- Está bien.- dijo Franco mientras bajaba las escaleras. - Pero quiero que sepas que mañana iré a Hogwarts, a ver a mi hermano.

Draco despertó en la mañana y vio que ya era muy tarde. Se arregló lo más rápido que pudo y bajó al comedor, interrumpiendo la ceremonia de selección de una chica alta y rubia, de ojos verdes que lo observó de una forma extraña, como si lo conociera, y no dejó de mirarlo hasta que se sentó en la mesa de Slytherin.
- Ravenclaw!- exclamó en sombrero mientras Adriana caminaba hacia la mesa y se sentaba al lado de Luna.
Una mano se apoyó en el hombro de Draco.
- Señor Malfoy, el director Dumbledore lo espera en su oficina.- dijo Snape.
Draco se levantó extrañado mientras caminaba hacia la oficina del director.

Hermione vio todo aquello sin entender nada, y no entendió tampoco por qué la profesora McGonagal les dijo a todo el alumnado alejarse de la cabaña de Hagrid.

Draco caminó hasta el cuadro que daba entrada a la oficina.
- Jugo de limones.
La puerta se abrió y él entró. Dumbledore lo miraba desde su silla, sus ojos brillaban de una forma extraña, como si pudiera leer el pensamiento a Draco. Esta sensación lo molestaba profundamente.
- siéntese señor Malfoy.- dijo Dumbledore.
- Prefiero estar de pie.- dijo Draco observando con detenimiento la oficina del director. Jamás había estado allí.
- Siempre contradiciendo no es así?- dijo Dumbledore con una amable sonrisa en su rostro. - Eso es algo que nunca se le va a quitar. Al igual que a Harry no se le quitará el meterse en problemas.
Draco sonrió. Por primera vez estaba de acuerdo con Dumbledore.
- se preguntará señor Malfoy..por qué lo estoy citando aquí no es así? Verá. Hay un chico idéntico a usted esperándolo en la cabaña de Hagrid. Me pareció un lugar conveniente de encuentro, ya que no los molestará nadie...no queremos que alguien los vea no es así?
Draco sintió que todo le daba vueltas. Y confundido se fue cuando vio que Dumbledore le guiñó el ojo.

Draco caminó hacia la cabaña de Hagrid. Muchas chicas volteaban a verlo mientras pasaba, seguía siendo el más guapo del colegio.
Su cabeza estaba en blanco. ¿qué le diría?, pensó. Qué tan parecido a él podía llegar a ser? y qué quería? por qué lo buscaba?
Draco tragó saliva cuando se encontró frente la puerta de la rústica cabaña. Por alguna extraña razón le sudaban las manos y sentía que todo daba extrañas vueltas...un hermano? Jamás se había logrado acostumbrar a la idea de que tenía uno muy lejos de él..y en realidad nunca pensó en el momento en que se volverían a ver.
Draco abrió la puerta y entró. La típica cabaña de Hagrid estaba ante sus ojos; los muebles viejos llenos de pieles de diferentes animales, las tazas y pilas de platos desordenados y muchos pergaminos tirados por doquier le daban al lugar un ambiente algo abrumador. Draco caminó hacia la ventana pensando que tal vez su hermano aún no llegaba.
- Hola Hermanito..- dijo una voz a sus espaldas.

Draco volteó y sintió como si le hubieran golpeado la cabeza con una piedra. Lo que estaba frente a él era simplemente inaudito...
- No vas a decir nada?- dijo Franco.
Draco seguía en shock, no despegaba los ojos de aquel chico exactamente idéntico a él. Los mismos ojos grises, el mismo cabello rubio...hasta aquella expresión de superioridad podía reconocerla como suya...aquel ser era un reflejo...era como mirarse a un espejo.
- Ahora entiendo la reacción de mamá al verme.- dijo Franco mirándolo con una frívola sonrisa en su rostro. - Somos idénticos...
- Qué quieres Franco?- dijo Draco finalmente, aún sin salir de tu aturdimiento.
- No quiero nada. Qué te hace pensar que quiero algo de ti.- dijo Franco. - Lo único que quería era verte...no soy como tú Draco, yo sí tenía curiosidad por saber de ti.
Franco caminó hacia la chimenea.
- Supe lo de mi tío.- dijo Draco. - Lo siento mucho, debiste quererlo como a un padre.
- Era mi padre.- dijo Franco. - Yo también siento mucho lo de nuestro padre...
Draco bajó la mirada unos instantes y luego la alzó para volver a mirarlo fijamente.
- Supongo que ahora vivirás con nosotros no es así?- dijo Draco.
- No por mucho tiempo.- dijo Franco. - Solo este año..después tengo otros planes.
Draco sonrió.
- No puedo creer que en verdad hayas regresado..- dijo Draco.
- Así es la vida. Tampoco pensé hacerlo..pero así se dieron las cosas..- dijo Franco. - Cierto que tenemos una prima? y que estudia aquí mismo...

Draco sonrió al recordar a Luna.
- Sí.- dijo él. - Es hermosa.
- Me gustaría conocerla..- dijo Franco.
- No lo harás.- dijo Draco.
Franco fijó sus ojos en los de su hermano. Habían tratado de mantener una conversación tranquila, pero se notaba por encima lo tensos que ambos estaban con su mutua presencia. Ahora más que nunca Franco notaba que a Draco no le gustaba el que él hubiera venido a Hogwarts.
- Nadie sabe que tu..
-existo..- dijo Franco completando la frase. - Nadie sabe de mi existencia...lo sé. Esa fue la estrategia de mi padre..que quería que ambos fuéramos m o r t í f a g o s, y que pensó que en el futuro sería útil que nadie supiera lo de los dos...pero mi padre está muerto. Y las cosas van a cambiar un poco..

Draco caminó hacia él decididamente.
- No habrá cambios Franco.- dijo el rubio. - Las cosas deben quedarse como está.
- por qué si se puede saber?- dijo Fraco también caminando decididamente, como si imitara lo que Draco había hecho hacía unos segundos. - Acaso te preocupa que todos crean que eres un mentiroso al tener un secreto tan importante guardado? Ya deberían saber que los Malfoys estamos llenos de secretos...lamentablemente la mayoría no son buenos..
- Qué crees? eh? que puedes aparecer de un día para otro y destruir todo lo que me ha costado tanto trabajo? Crees que tu inquebrantable presencia es capaz de arruinarme la vida!
- Arruinarte la vida?- dijo Franco riendo tristemente. - Yo soy el que tiene la vida arruinada Draco..o quieres que te lo recuerde? Tu fuiste el que se quedó con la familia..el que estuvo en el mejor colegio..el que recibió todo..y yo...yo fui el que tuvo que vivir de incógnito..solo porque nací dos minutos después que ti..el primogénito.
Draco sintió una punzada en el pecho. Franco tenía derecho a odiarlo..sí, a odiarlo por haber tenido todo lo que él no tuvo.
- Y por eso viniste a destruirme la vida?- dijo Draco.
Franco rió falsamente.
- Ya te dije que yo no quiero arruinarte! no me interesa lo que hagas o no con tu vida! lo único que quiero y lo único que he querido durante toda mi vida es existir...quiero existir para el mundo...quiero ser Franco Malfoy.

Hermione caminaba por los campos de Hogwarts, por ahora c u m p l i e n d o la orden de no acercarse a la cabaña de Hagrid.
- por qué no puedo?- se preguntó.
La brisa rozó su rostro mientras se pasaba una mano por el cabello ondulado.
- Todo esto me parece muy raro.- se decía mientras miraba la cabaña a lo lejos. Entonces por una ventana vio a Draco.
- Draco? q hace él ahí?- se dijo mientras caminaba hacia la cabaña, esta vez decidida a romper las reglas de Dumbledore había impuesto.

- Franco...no lo entiendes.- dijo Draco. - Si Luna o mi novia...saben lo que les he ocultado todo este tiempo...tal vez nunca me lo perdonen.
- Y lo siento Draco.- dijo Franco sinceramente. - Siento mucho que el que yo exista te cause tantos problemas. Pero escúchate a ti mismo: pretendes que siga viviendo incógnito toda mi vida? pretendes que siga viviendo esta vida de la cual ya he tenido suficiente? olvídalo. Siento que el que yo aparezca a la luz pública te cause problemas, pero no pienso dar un solo paso atrás. Si quieres te doy tiempo para que hables con Luna y con tu novia...te doy una semana, después de eso dejaré de ser simplemente un fantasma.
Draco abrió la boca para decir algo, pero la puerta sonó mientras alguien la tocaba con vehemencia.
- Draco?! Draco qué haces ahí dentro!- decía una voz conocida para Draco...
- quién es?- dijo Franco.
- Hermione...mi novia.

Dijiste que me darías tiempo, ahora dámelo.- dijo Draco mirando a Franco.
- Como quieras.- dijo Franco.
Draco caminó y abrió la puerta pero no dejó entrar a Hermione, sino que salió él.
- qué hacía ahí...está prohibido.- dijo Hermione.
- Bueno tú también estás aki no es así?.- dijo Draco.
- Porque te vi por la ventana.- dijo Hermione. - No estarás en problemas no es así?.- dijo Hermione preocupada.
- No lo estoy.
- Entonces qué haces ahí?- preguntó Hermione.
Draco se pasó una mano por la cabeza y respiró profundo evitando la mirada de Hermione.

Franco se asomó ligeramente por la ventana, sentía curiosidad por conocer todo de su hermano..su vida, esa vida que le fue arrebatada a él.
Franco fijó de inmediato sus ojos grises en la chica que se encontraba hablando con Draco. Su piel bronceada era brillante y resplandeciente, o tal vez solo era su ser, que parecía simplemente esplendoroso. Sus ojos era grandes y marrones, tenían un brillo único, un brillo que Franco nunca había visto en ninguna otra chica. Su cabello ondulado suelto y castaño caía por sus hombros delicadamente. En aquel momento vio cómo la chica se mordió los labios con expresión consternada. Sus brazos estaban en su cintura, una cintura pequeña. Era simplemente la chica más hermosa que Franco jamás hubiese visto. Hizo un esfuerzo por recordar el nombre de la chica..
- hermione...- dijo cuando se acordó.
Draco seguía hablando con ella.
- Hasta eso tienes hermano..- dijo Franco fijando sus ojos fríos en la pareja.

Hermione, hablamos sobre esto luego te parece? ahora tengo que hacer unas cosas..- dijo Draco algo nervioso pero firme.
- qué cosas que no pueda saber?- dijo Hermione.
- Lo sabrás! pero ahora no es un buen momento podrías irte?!- dijo Draco mirándola molesto, sus ojos grises estaban llenos de miedo, miedo de que ella descubriera la verdad.
- No tienes que gritarme!- dijo Hermione.
- Entonces ándate! y espérame en los baños de niñas!
- y si no quiero esperarte?- dijo Hermione desafiante.
- Lo harás...te conviene...- dijo Draco amenazante. - Ahora vete.
Hermione dio media vuelta enojada. Podía sentir cómo Draco le ocultaba algo, era algo que recorría su cerebro.

Draco entró nuevamente a la cabaña.
- No deberías hablarle así a tu novia.- dijo Franco.
- Yo le hablo como me de la gana!.- dijo Draco. Efectivamente estaba nervioso. - Dame dos semanas.
- Con una es suficiente, ya he esperado demasiado. Además, quiero conocer a Luna.
Draco tragó saliva.
- Como quieras. Saluda a mamá cuando estés de vuelta.-
Con esto Draco salió atravesando los campos hasta llegar al castillo.

Dumbledore estaba sentado en su escritorio, enfrente de él estaba Adriana. Los ojos del director parecían turbados, preocupados, como si supieran que nuevas cosas estaban por venir.
- Señorita Kenzaburo..usted sabe muy bien que es difícil...- dijo Dumbledore.
- No me importa.- dijo Adriana. - Soy una samurai y pienso arriesgarme si es necesario. Así me criaron, para mantener la frente muy en alto frente las adversidades...incluso ante la misma muerte..
- Usted ya sabe muy bien que cuenta con todo mi apoyo.- dijo dándole una sonrisa. - Es usted muy valiente, y llena de coraje.
- Solo quiero proteger a mi gente, eso es todo.
Dumbledore se levantó de su silla y caminó hacia su Fénix.
- Creo que ya sabe muy bien que no es conveniente q alguien sepa sobre su origen samurai..exceptuando a la señorita Lafountein, que es la única que lo sabe.
- Lo sé.- dijo Adriana. - Quiero hacerle una pregunta, cambiando el tema.
- Cuál es señorita Kenzaburo?
- Por qué los Malfoy se obsesionaron con mantener ese secreto tan grande? no sabían que iba a explotar algún día?
Dumbledore la miró perplejo. Adriana le sonrió.
- Una de las viejas lecciones de mi abuelo fue la siguiente: "si sabes leer los ojos de las personas, podrás guiarte bien por el mundo. Cada uno tiene su mirada única, identificable e implagiable"- dijo Adriana. - Cuando entré a Hogwarts y miré a Draco Malfoy, fijamente, supe que no era la misma persona que yo había conocido en el callejón Diagon..
- Es muy lista señorita. Sabe que tiene que mantener eso también en secreto.- dijo Dumbledore.
- Lo sé. No conviene que ellos sepan que son gemelos...querrán matarlos de inmediato..

Franco estaba en la limosina, no podía dejar de pensar en Hermione. Era simplemente hermosa, nunca había visto una chica que le impactara de tal forma como aquella.
- Pero es de Draco..- dijo mientras miraba por la ventana.
Y qué importaba si era de él? Draco lo había tenido siempre todo. Y qué se suponía que él debía hacer? renunciar siempre a todo! no, era hora de que algo por fin le perteneciera...y además..era hora de que Draco supiera lo que significaba no ganar por una vez en su vida...
- Cambio de planes...- dijo Franco al chofer. - Regresemos a Hogwarts.

Draco entró al baño de las niñas y vio que Hermione estaba ahí sentada. La chica jugaba con su cabello pero cuando él entró fijó sus ojos en los de él con su mirada típica de reproche.
- No tenías que tratarme de aquella forma.- dijo Hermione levantándose.
- Lo sé.- dijo Draco .- Y lo siento...no sé lo que me pasó..
Pero sí sabía lo que le había pasado. Tenía miedo de que ella supiera su verdad.
- Ahora quiero que me expliques..- dijo Hermione.
Draco tragó saliva y fijó sus ojos grises en ella. Cómo decirle la verdad? cómo decirle que durante todo aquel tiempo él le había ocultado algo tan importante?
- Lo que pasa es que Dumbledore quería hablar conmigo.- mintió Draco. - Porque estoy bajando en mis notas y piensa que es porque no supero la muerte de mi padre..
Draco se sintió como una basura al mentirle a Hermione, pero no podía decirle la verdad: por lo menos aún no tenía el valor.
La pose de reproche de Hermione se borró por completo. Sus ojos marrones lo miraron con ternura mientras se acercaba a él y lo abrazaba.
- era eso? Dumbledore tiene razón...aún no has superado la muerte de tu padre? sabes muy bien que lo puedes hablar conmigo si quieres...siempre estaré junto a ti..- dijo Hermione.

Draco caminaba hacia su sala común mientras pensaba en cómo decirle la verdad a las personas que más quería en el mundo: Hermione y Luna.
- Espera.- dijo la voz de Franco detrás de él.
Draco se volteó en pánico.
- qué haces aki te pueden ver!- dijo él.
- Solo quiero decirte que estoy dispuesto a callar...no tienes que decirle nada a tu novia ni a nadie si no lo quieres...
- Pero...- dijo Draco adivinándole el pensamiento.
- Pero a cambio quiero ser tú una semana...

Draco abrió los ojos impresionado, no entendía lo que su hermano le estaba proponiendo.
- estás loco?- dijo Draco.
- Vamos, qué tan difícil es prestarme tu vida una semana?- dijo Franco.
- No puedo hacer eso! es imposible no lograrás suplantarme nadie te lo creerá!
Franco rió.
- Somos idénticos Draco, en cuanto a la actitud tampoco somos muy diferentes..- dijo Franco. - Además, es eso y nunca más te molestaré.
- Tengo una novia. Qué vas a ahcer con ella toda una semana? y si intenta besarte? estás demente olvídalo!
Franco se exasperó.
- No me besaré con tu noviecita ok? me alejaré de ella. No le corresponderé en toda la semana...después tu le das una explicación y tu vida vuelve a la normalidad.
- Y para qué quieres mi vida!?- dijo Draco.
- Quisiera sentir por una vez en mi vida lo que es tenerlo todo. Puedo?

Draco se quedó en silencio. Su hermano solo el pedía una semana, qué podría pasar en una semana? además, era eso o decirle la verdad a Hermione y a Luna..lo cual sería demasiado difícil y no estaba listo para hacerlo.
- entonces qué?...aceptas o no.- dijo Franco.
- Está bien.- dijo Draco.

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Quiero invitarlos a que se pasen, a quienes gusten, por el nuevo foro de Twilight, que se llama "El lobo, la oveja y el león"

Ya saben, cualquier cosa que tengan que decirme, reviews, PM o mail -figura en mi profile-

Gracias por leer, por el apoyo y por dejarme reviews.

Miles de Gracias a quienes se pasaron por mis fics y también me dejaron reviews.

Love you, Draco!!

Que lluevan Dracos y Edwards!!

Nat.