Sus ojos color azul miraban con atención cada detalle que pasaba frente a ella, era increíble cómo había cambiado en todos los años que habían pasado; ya no era una niña indefensa o eso trataba de convencerse, su madre había muerto cuando tenía 11 años dejándola sola.

Cualquiera pensaría que no estaba sola, pues tenía a su padre pero todos se equivocaban, sus ojos se llenaron de lágrimas al reconocer por fin el lugar donde se encontraba, era un callejón oscuro y mal oliente, se miró de abajo a arriba identificando con pesar como sus ropas se encontraban rasgadas por diversas partes, tenía golpes y de su labio caía un hilo de sangre.

¿Quién pensaría que la chica que había sido abusada era hija del flamante campeón? Porque si, ella no era tonta, había sido violada y todo por culpa de la depresión y la soledad que la envolvieron cuando Miguel Satán dejo el mundo de los vivos por un terrible enfermedad.

Alzo su mirada sin brillo encontrando frente a ella al hombre que se había propasado, le sonreía con cinismo, perversión y maldad, trato de retroceder pero no pudo, su cuerpo no le respondía; simplemente pudo susurrar una frase antes de caer de bruces al suelo totalmente débil.

—Mama…

¿Cómo llego hasta aquí? Sintió que los pasos del que abuso de ella se acercaban para darle su triste y patético final, pero algo paso, algo o más bien dicho alguien la salvo; ¿Cómo lo sabía si no podía ver nada? Su sentido de la vista estaba fallando pero su oído no, claramente podía escuchar gruñidos, golpes, gritos de furia y lo último que escucho fue un disparo antes de que la inconciencia la abrazara.

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Sus ojos se abrieron, la fuerte luz la cegó al instante; por un momento pensó que se encontraba en el paraíso pero no era así, estaba en una casa que no conocía; pensó que el que la quería salvar había muerto y ahora el desgraciado que ahora además de violador era asesino la había llevado a su casa para utilizarla de juguete sexual.

Cuando por fin se acostumbró a la potente luz unos ojos negros la recibieron con una sonrisa que profesaba alivio y felicidad, unos ojos que si bien no los conocía sentía paz y seguridad con solo mirarlos.

Fue en ese preciso instante que lo recordó.

El.

Su héroe.

Pero, ¿Quién era?

Él era el muchacho que prometía sacarla de ese tormento en el que vivía desde que era una niña, cuando tuvo que criarse sola debido al abandono de su padre, nadie lo sabía excepto ella, sufrió como nunca; nadie sabía su historia, su oscura historia.

—Videl…

— ¿Quién eres?

Y en ese instante despertó de su sueño, todo había sido producto de su imaginación, aun se encontraba en un oscuro callejón, la lluvia la mojaba de arriba hacia abajo, solo que a diferencia de su sueño, ella aún era una niña de 11 años, con su vestido negro rasgado y con su vida destruida.

Las lágrimas volvieron, su infierno y terrible sufrimiento apenas comenzaba.

¿Quién era ese chico de cabello negro con el que había soñado? Solo lo sabría en un futuro cuando estuviera a punto de caer y rendirse, pues este chico llegaría para darle la alegría que injustamente le fue arrebatada.