Titulo: Soy mejor que tú.
Pareja: CasxDean.
Personaje secundarios: Sam.
Rating: k
Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.
Género: Romance.
Resumen: Castiel no podía creer que estaba siendo dejado de lado por culpa de "ella" pero no se daría por vencido tan fácilmente, Dean le pertenecía y no se lo cedería a nadie.
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Cada vez que estaban juntos en el mismo cuarto, ambos parecían como si estuvieran en su propio mundo y eso molestaba mucho a Castiel. ¿Por qué demonios SU Dean la miraba como si fuera la joya más valiosa? ¿Por qué esos apetecibles labios la degustaban con fervor? ¡Como odiaba cuando ella aparecía!
Aquella tarde fue el colmo, ambos en el mismo cuarto, con interacción cuerpo a cuerpo y esos deliciosos labios soltaban pequeños gemidos cada vez que la probaban. ¡Esos gemidos eran suyos! El único que podía someter al cazador y dejarlo con esa expresión de tener el mejor orgasmo de su vida ¡Era él! Ella no tenía ningún derecho a quitarle eso, no lo tenía. Lo peor de todo, era que Dean no le hacía ni el menor caso cuando ella estaba en el mismo cuarto frente a él. Parecía como idiotizado. Incluso podría hacerle un striptease pero el rubio ni se daría por enterado, podría estar Crowley ahí y ni lo tomaría en cuenta, todo por culpa de ella, esa maldita molestia que hacia gemir a SU Dean.
-Suficiente- murmuró enfadado, fue hacia el sillón donde estaban ambos sumergidos en esa espiral de placer y ensimismamiento y la arrancó de las manos del rubio.
-¡Cas! ¡Suéltala es mía!- gritó el menor indignado y enfadado- ¡No la toques!
-¿Tanto la quieres, Dean? Pues mala suerte, ¡Que se joda!
La arrojó al suelo sin ninguna delicadeza y antes de que su amado humano pudiera decir algo, se abalanzó sobre él para comerle la boca a besos mientras intentaba borrar todo rastro de esa intrusa. El rubio se resistió los primeros segundos y no esperaba menos, si se volvía como loco cuando alguien la tocaba a ella, esa maldita pero ya se la cargaría después, primero debía ocuparse de Dean.
Cuando la excitación del momento declinó, cuando la espiral de placer los llevó a varios satisfactorios orgasmos, Castiel acostó a su durmiente pareja sobre la cama y lo cubrió con las tapas mientras sonreía.
-Eres mío, no lo olvides- fue hasta el suelo, en donde aún se encontraba ella tirada y la levantó sin delicadezas- Que te quede muy claro, Dean Winchester es exclusivamente mío y yo no comparto- un ruido lo hizo voltear y Sam lo miró fijamente antes de suspirar negando despacio.
-¿Otra vez peleando con la tarta, Cas?- éste tiró aquel postre infernal con desprecio al basurero y se recostó junto a su pareja.
-Dean es mío, yo soy mucho mejor que una tarta.
Así es, Castiel es mucho mejor que ella, y por más gemidos casi orgásmicos que le arranque esa maldita tarta, jamás iba a poder compararse a todo lo que podía producirle él.
Así de simple era, Castiel, el ángel del señor, es mucho mejor que ella, mucho mejor que una estúpida tarta y lo dejaría claro todas las veces que hiciera falta.
