Hola! ;D Ya hacía tiempo en el que no nos veíamos! Lo sé. Pero, quice regresar con un nuevo fic... 9w9

Sé que aun tengo muchos sin terminar, pero hacer nuevos siempre me inspiran para continuar... Y también porque he trabajado mucho en DA y en tumblr, vean mi profile! OwO

Bueno, les dejo este fic, disfruten.


El Reencuentro

Jack Spicer era un joven con un gran futuro por delante.

Recientemente se había graduado de la universidad y llevaba muy poco de haber fundado su propio negocio, Spicer Co. Una compañía dedicada al proceso de tecnología, entre otros avances del tipo.

Se habría graduado con honores de la universidad, con las amistades más benefactoras que alguien pudiera tener. Gente con dinero y reputación.

A este punto, el joven Spicer no tendría que ser del tipo de persona que va por sus herramientas al auto para meterlas a su oficina, sino que tendría que ser el tipo de persona que tendría a un asistente que vaya por sus herramientas y las llevara a la oficina.

Sin embargo, el joven era un amante del trabajo manual y más si era hecho por él mismo. De eso vivía y ahí era en dónde su pasión crecía, día a día.

Con ambas manos, sostuvo la enorme caja de plástico que contenía lo que necesitaba, y con la cadera cerro la puerta del auto. Una vez cerrada, no tuvo la oportunidad de ver el camino, sino que solo se volteó a caminar cuando de repente chocó con alguien para tirar la caja y todas sus herramientas salieran de esta.

-¡Lo siento! –dijeron al mismo tiempo.

Cuando el joven volteó a ver a quién se había chocado con él. De cabello negro y largo, y unos ojos dorados, tan penetrantes, que seguramente matarían a cualquiera. Lo reconoció al instante.

-¿Chase? –soltó en tono de sorpresa.

El mencionado se volteó a verle después de tomar el portafolio y hacer una expresión de sorpresa igualmente.

-¿Jack? –soltó para formar una sonrisa. De hecho, se había tardado menos en reconocer al joven, puesto era muy difícil el olvidar a alguien con una piel tan blanca y de cabello rojo vivo. Y unos ojos del color de un rubí… Eso se quedaba en la memoria de por vida.

-¡Chase! –se acercó de repente con intenciones de abrazar al otro.

Ambos no se habían visto desde que el mayor se graduó dos años antes que Jack. Él ya había heredado la compañía de su difunto padre, y la había hecho crecer aun más y más rápido. Su nombre era conocido por todos lados, y cualquiera mataría por tener una alianza empresarial con la compañía Heylin.

-Que coincidencia el encontrarte aquí. –soltó el joven para verle muy sonriente.

Chase soltó una risotada. –Venía a almorzar, y me habían dicho que por acá había un buen restaurante. –explicó para inclinarse a comenzar a recoger las herramientas. – ¿Y tú?

En seguida, el joven se inclinó a tomar la caja y a guardar las piezas. –Ah –soltó en un suspiro. –, trabajo justo aquí. –musitó para señalar el edificio.

-¿Aquí? –preguntó de buen humor. Se veía en buen estado el lugar, pensó que Jack estaba yendo por muy buen camino. – ¿Quién es tu jefe?

-Yo. –sonrió.

En seguida el mayor soltó una risotada. –Por supuesto, eso lo explica todo.

-Yo supongo que al restaurante que te refieres es el francés que está en la esquina, ¿no?

Chase asintió. –Ese es el lugar.

-Yo lo conozco –afirmó. –, vamos, y pongámonos al corriente. –ofreció para meter las herramientas al auto.

-Claro. –aceptó el pelinegro. –Cuéntamelo todo.

XXXXXX

Hace cinco años, en la Universidad Xiaolin, Jack Spicer había entrado a su primer año. Las cosas iban muy tranquilas al principio del semestre, sobre todo cuando conoció a otro de los genios de su generación, Ashley Rockow.

La joven era una de las pocas personas con las que Spicer podía tener una conversación inteligente.

Sin embargo, también era una de las pocas personas que lo sacaban de quicio cada cuando le daba la gana.

Ashley era del tipo de persona que le encantaba la fiesta, y la diversión. Constantemente arrastraba a Jack a las fiestas de la fraternidad, y muchas veces le obligaba a apostar por meras estupideces.

Ese era el caso en una de las muchas fiestas de la generación. Era la una de la mañana, y Jack realmente quería irse a su dormitorio a leer tranquilamente.

-¿Qué dices, Jack? ¿Entras a la apuesta? –pregunta la joven de ojos negros con una enorme sonrisa.

El pelirrojo desvió la mirada. – ¿Qué estamos apostando, otra vez? –preguntó avergonzado.

Los demás soltaron una carcajada, llenos de emoción para que Dyris se sentara a lado de Jack.

-La apuesta es, quién no se acueste con un extraño limpiará la casa en la mañana y todas las fiestas futuras, los que sí jamás tendrá que limpiar. –explicó.

Eso es estúpido. –pensó Jack, pero al ver las caras sus compañeros abrió los ojos fuertemente. – ¡No! No, gracias. –soltó con fuerza. –Yo prefiero irme ahora, y ustedes recogen su desastre. –dijo nerviosamente para ponerse de pie.

-¡Vamos, Jack! –comenzó a decir la gente. – ¡Será divertido!

-¡Sí! ¡No seas aguafiestas!

-Vamos, Jackie. –soltó Vlad. –Además, no tiene que ser una mujer, sabemos que eso a ti no te gusta. –dijo tranquilamente para que todos asintieran aceptando la realidad de su compañero.

-Eh- eso es muy amable de su parte, pero realmente no quiero…. –soltó nervioso, pero de repente le empujaron para que cayera de nuevo al sillón.

-Vive un poco, Jackie. –musitó Chi viéndole con sus enormes ojos azules.

Al escucharle y verle, Jack parpadeó con velocidad sintiendo su rostro pintarse de calor.

Chi era un hombre apuesto, tenía que admitir…. Eso fue suficiente para que los demás malinterpretaran su silencio como un sí.

-¡Perfecto, vamos! –soltó Chi al ponerse de pie y todos se dispersaran dejando al joven solo, avergonzado y metido en un problema.

¿Y ahora qué iba hacer?

No quería recoger la basura de las fiestas que ni atendía… Tampoco estaba seguro de que podría conseguir a alguien dispuesto de pasar una noche con él.

Definitivamente esta sería una noche muy, pero muy larga…

XXXXXX

Jack Spicer se encontró imposible de aguantar la carcajada por lo que acaba de escuchar. No quería derramar su refresco, y Chase no dejaba de pedirle que se resistiera, que realmente quería comer sin ver algo asqueroso. Sin embargo, el mayor ya se estaba riendo, y eso no era su intención.

-¿De verdad ella pensó eso? –soltó tomando aire viendo a Chase que no dejaba la enorme sonrisa llena de malicia.

-Sí. –asintió. –Ya le estaba diciendo a todo el mundo.

-Oh, por dios. –soltó ahogándose con la risa.

-Si hubieras visto su cara, Jack. –soltó en tono burlón. –Creo que tengo una foto por aquí. –supuso sacando su celular.

-Envíamela. –pidió el joven.

-S…. –el hombre hizo una mueca. –No tengo tu teléfono actual. –avisó.

Jack asintió en seguida. –Ah, ya. –sacó su celular. –Lo cambié cuando comencé a trabajar.

Young asintió también. –Lo entiendo, yo hice lo mismo.

-Eso explica el porque ya no supe de ti. –comentó el joven en tono irónico.

-Oye. –soltó Chase con una mueca. –Sabes que no era mi intención.

-Lo sé. –rió. –Tampoco la mía.

Ambos rieron en comprensión he intercambiaron los celulares para ya tener con qué hablarse de vez en cuando. Siguieron comiendo en paz, platicaron en paz. Mencionaron qué tanto habían logrado hacer. Ambos habían sido exitosos en lo poco que llevaban en la vida real. Mencionaron que por tan buena fuera la vida de trabajo, la social iba de mal en peor. Cuando Jack lo dijo, Chase no pudo evitar preguntar un "¿Tú también?". Se volvieron a reír.

-Ashley dejó de hablarme el mes pasado. –afirmó el joven viendo su bebida con una expresión resignada. –No lo pude evitar.

Chase asintió. –Guan dejó de hablarme de repente… aunque con él no noté cuando eso empezó a pasar. Solo pasó.

Jack bajó la mirada en un suspiro.

-¿Qué hay de Dashi? ¿También dejó de hablarte? –preguntó de repente.

Young no pudo evitar sonreír ante la pregunta. La mención de su mejor amigo de la universidad realmente no era sorpresa.

-De hecho –se acomodó en su asiento. –, es el único que me sigue hablando. –soltó de buena manera. –Es quién no me ha dejado.

Jack sonrió entonces.

-Que bueno que no te dejó solo. –musitó. –me gustaría que te quedarás solo. –admitió para sorprender a Chase. Al escucharle, en seguida Young aceptó lo que dijo, puesto su tono era real.

-¿Oh? –soltó para darle un tono juguetón. – ¿Ahora te preocupas por mi? –preguntó.

-Siempre me he preocupado por ti. –contestó en seguida, no lo había pensado, puesto de repente se había sonrojado, y Chase lo notó.

-Yo también siempre me he preocupado por ti. –contestó.

El joven no podía estar más avergonzado, por eso decidió en cambiar el tema y comenzaron hablar de trivialidades, cómo se era de costumbre.

Al terminar el almuerzo, fue Chase quién pago la cuenta ignorado las quejas de Jack y las numerosas veces que trató de poner su tarjeta o efectivo. No le dejó.

Al llegar al punto en dónde se habían encontrado, no pudieron decir mucho, sino que en seguida fue cuando el silencio se hizo incomodo por primera vez en cinco años. Chase habló primero.

-Realmente, fue un gusto verte otra vez. –dijo con su usual confianza, y la única mirada que Jack conocía muy bien.

En seguida, el joven soltó una risa para acomodar su cabello en gesto de nervios. –Sí…. –soltó. –Fue un gusto verte.

-Deberíamos volver a vernos. –afirmó el mayor. –Por los viejos tiempos. –dijo al fin alzando la mano invitando a que la tomara.

Jack la tomó sin dudarlo ni un segundo.

-Por los viejos tiempos. –afirmó.

De repente, Chase le acercó a su cuerpo de un solo jalón.

-Jack… -soltó viéndole a los ojos. – ¿Aun lo recuerdas? –preguntó.

XXXXXX

-¿Pues, sabes qué Chase Young? Terminamos. –declaró una hermosa joven viendo a su nuevo exnovio.

Young rodó los ojos con expresión de extrañes para verla fijamente. – ¿Estuvimos saliendo? –preguntó.

La joven entonces soltó un grito ahogado para que en menos de un segundo le diera una bofetada.

Cinco años más tarde, Chase Young sería capaz de regresar una bofetada, aunque viniera de una mujer, puesto a él jamás le importó el sexo de su acompañante, con que hubiera respeto muto era más que suficiente.

Sin embargo, ese no era el caso de esa noche. Faltaban quince minutos para las dos de la mañana, y la noche no podía de ir de mal en peor. Comenzó a dudar por qué había decidido venir a la fiesta de los de primer año…. Ah, claro. Porque una tal Ashley le aseguró que la fiesta sería magnifica.

Con la mala actitud, se decidió por darse la vuelta e irse, de repente sintió alguien chocar contra su pecho para revotar del impacto. Chase, automáticamente sostuvo a quién por poco cae.

-¡Lo siento! –le escuchó decir.

Viendo hacia abajo se encontró con un par de ojos rojos. Brillantes aun en la oscuridad. ¿Cómo era posible?

-Está bien. –contestó con velocidad.

Los ojos rubíes le vieron fijamente y con preocupación. –Discúlpame, no volverá a pasar. –aseguró para alejarse de él.

Chase no tuvo oportunidad de contestar, sino antes de que se diera cuenta le sostuvo del brazo para verle el rostro. Tomó aire. –Ah, ¿te gustaría un trago? –invitó.

Para antes de que Jack se diera cuenta estaba en el pórtico del edificio tomando una cerveza con el otro hombre.

-¿Y tú eres…? –soltó avergonzado.

-Chase. –contestó. –Chase Young.

Jack asintió entonces. Sabía quién era Chase Young. Todo el mundo había escuchado de Chase Young, experto en artes marciales, inteligente y sin mencionar que uno de los más atractivos….

-¿Y tú? –preguntó el pelinegro haciendo que el joven se exaltara.

-J-jack Spicer. –contestó sin verle.

-¿Spicer? –soltó Young.

Oh, aquí va de nuevo. –pensó el pelirrojo con mala expresión. –Es hora de que mencione a papá y así….

-Spicer…. –soltó en tono pensativo para entonces hiciera una expresión de realización. – eres el Spicer que creó prótesis biónicas. –afirmó viéndole con una sonrisa. –Todo el mundo estuvo hablando de ti durante todo un mes.

Jack parpadeó velozmente.

-Sí…. –soltó incrédulo. –Ese soy yo.

-Nunca te había visto en una de estas fiestas. –comentó entonces.

Jack suspiró ante el comentario. –Casi nunca suelo venir, no me gustan.

-¿Entonces, por qué estás aquí? –se atrevió a preguntar.

-Mi amiga Ashley…. –comenzó pero ni pudo continuar.

-¿Ashley? –soltó sorprendido. – ¿Ella también te convenció de venir aquí?

-¿A ti también? –preguntó sorprendido.

Definitivamente Ashley tenía un talento para persuadir, sin embargo, la manera en que lo hacía no siempre era la buena y ambos lo sabían, solo no sabían si el otro lo hacía.

-Y si tanto odias estar aquí, ¿por qué no te vas? –preguntó Chase.

El joven en seguida hizo una mueca para suspirar de seguido. –No tienes una idea de cómo me gustaría. –musitó. –Pero, no puedo.

-¿Por? –frunció el ceño.

-Ashley me metió en una de sus estúpidas apuestas. –explicó haciendo una expresión molesta.

Chase asintió al comprender. – ¿De qué se trata?

En seguida, Jack se sonrojó tan rápido, que por un segundo Chase pensó que algo andaba mal con él, pero cuando empezó a tartamudear, la idea cambió un poco.

-N-no es nada. –aseguró.

-Si realmente no te puedes ir por esa apuesta, seguramente es algo. –refutó el mayor con una cara de escepticismo.

Jack tragó duro. –Realmente es muy estúpida. –aseguró.

-Vamos…. –pidió dándole un empujón mientras tomaba un buen trago de su cerveza.

Jack suspiró. –Sino me acuesto con alguien que no conozco, esta noche, me harán limpiar después de todas sus fiestas.

-¿Aunque no vayas?

Jack le vio con una mueca.

-Ah.

-Y, no soy bueno en estás cosas. –soltó. –También sé que nadie estaría interesado en pasar la noche con alguien como yo. –escupió para que Chase no le quitara la vista de encima.

-¿Cómo tú?

Jack se encogió de hombros. –La gente se asusta por mis ojos y les aborrece mi piel. –explicó. –A nadie le gusto. Nadie querrá acostarse conmigo.

Chase no contestó para desviar la mirada un momento. Entonces, lentamente dejó su cerveza en el suelo y se volteó a ver a Jack.

-Yo sí. –soltó sin más.


Espero que les haya gustado! OwO

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Hasta el siguiente! :D