Disclaimer: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, solo la trama es mía.
-Prólogo-
Verano de 2013
— ¡Pero no quiero ir y no pienso hacerlo! ¡No podéis obligarme! —grité justo antes de cerrar la puerta de mi habitación de un portazo. Caminé hasta mi cama y me senté en ella de manera pesada, apoyando los codos en mis rodillas y mi cabeza en mis manos.
En menos de cinco segundos mi padre hizo acto de presencia en mi habitación y, fulminándome con la mirada, se cruzó de brazos.
—Por supuesto que podemos obligarte. Y desde luego ya puedes dar por sentado que vas a ir, Ben.
—No me da la gana.
—No me contestes de esa forma, Benjamin.
Al escuchar el tono autoritario en la voz de mi padre, mi madre optó por entrar también en la habitación y colocarse al lado de su marido.
—Hijo, solo van a ser cuatro días, cinco como máximo —me repitió por enésima vez aquel día, haciéndome poner los ojos en blanco.
—Pero yo no quiero ir a Montauk, es una mierda de pueblo.
—Benjamin, si vuelves a decir otra palabrota como esa te aseguro que te vas a quedar castigado todo el verano —alzó la voz mi padre de nuevo.
—Ir a Montauk ya será bastante castigo —musité cruzándome de brazos.
Mi madre se sentó a mi lado y me acarició el cabello a pesar de que yo intenté que no lo hiciera. No era ningún bebé, ya tenía doce años, y ella se empeñaba en hacerme carantoñas y mimos cada día.
—Cariño, no es ningún castigo. Papá va a estar fuera toda la semana que viene por trabajo, y yo tengo que ir a Texas a hacerle compañía a la abuela en el hospital. No tienes con quién quedarte.
— ¿Y por qué tengo que quedarme con el abuelo en Montauk? Prefiero irme a Texas contigo.
—Yo me voy a pasar la semana encerrada en un hospital, no creo que tú también quieras hacerlo, y menos en verano.
— ¿Y no me puedo quedar con la tía Claire?
—Se va de viaje con tu tío a Londres.
Bufé y crucé todavía más los brazos, mostrando así mi disconformidad.
—Te lo vas a pasar muy bien con el abuelo Jasper —intentó explicarme mi padre para hacerme entrar en razón.
—No me acuerdo mucho de él, pero siempre me ha parecido un hombre muy aburrido.
—No es cierto —lo defendió mi padre frunciendo el ceño—. Cuando quiere es muy divertido.
—Casi no le conozco, no quiero pasar tiempo con él.
Mi madre le dedicó una mirada desesperanzada a mi padre.
—Ben, él ya se ha hecho a la idea de que va a pasar la semana que viene contigo. Haréis muchas cosas juntos y os lo pasaréis muy bien, ya lo verás.
Miré a mi madre de reojo sabiendo que no tenía muchas esperanzas de ganar aquella batalla. Mis padres todavía pensaban que no podía cuidarme solo, y como no tenía a nadie con quién quedarme, iban a dejarme con mi abuelo paterno en Montauk, un pequeño pueblo de apenas tres mil habitantes en el que, seguramente, no habría ni conexión a internet. Además, apenas conocía a mi abuelo Jasper. Sí que tenía algún recuerdo de él, pero en los últimos años casi no habíamos tenido contacto. Mi padre solía hablar con él por teléfono cada semana, pero nunca había venido a visitarnos y tampoco celebrábamos juntos las navidades. Desde que mi abuela Alice murió en el 2006, mi abuelo no salía mucho de Montauk; por eso hacía casi siete años que no le veía.
— ¿Solo van a ser cuatro días? —pregunté en voz baja, suspirando.
—Sí. Cinco como mucho, te lo prometo —me aseguró mi madre, contenta, al ver que todavía existía una mínima esperanza de hacerme entrar en razón.
Fruncí los labios y resoplé.
—Supongo que podré aguantarlo.
—Ni que te lleváramos al matadero —musitó mi padre arrugando el entrecejo.
—Hace mucho que no veo al abuelo… Casi ni me acuerdo de él.
—Él sí que se acuerda de ti.
—Entonces, ¿por qué no viene nunca a vernos?
Mi madre volvió a acariciarme el cabello y en esa ocasión se lo permití. No estaba mal del todo que lo hiciera.
—Le gusta estar en su casa, con sus recuerdos.
—Además, echa mucho de menos a tu abuela —intervino mi madre.
Yo apenas la había conocido, pues ella murió cuando yo tenía seis años. Tenía algún pequeño recuerdo de ella, algunos retazos, y en mi mente era una mujer muy alegre y cariñosa que siempre me abrazaba amorosamente, me besaba en las mejillas y me hacía cosquillas. Mi abuelo, en cambio, era como un borrón en mi cabeza.
—Bueno… iré. Pero a cambio quiero que me compréis la WII por Navidad —tanteé.
Mi padre puso los ojos en blanco y mi madre me arreó un golpe en el brazo.
—Serás chantajista, Ben.
—Es que jod… jolines —me corregí antes de soltar otro taco—. No quiero ir a Montauk, y ya que voy a hacerlo creo que merezco un premio.
—Precisamente por ser tan chantajista no mereces nada.
—Vaaaaaale… —me rendí, dando por hecho que ese año tampoco iba a conseguir mi ansiada WII.
Cuando mis padres se marcharon de mi habitación y me dejaron al fin solo me tumbé en mi cama y volví a resoplar. No sabía mucho de mi abuelo Jasper, solo que había nacido en Nueva Jersey y que de joven había sido un músico famoso junto a dos amigos suyos durante algunos años… Por allá por los años sesenta o setenta. Lo cierto era que no me interesaba mucho, pues yo estaba más puesto en bandas como Green Day o Linkin Park, aunque también conocía a artistas antiguos gracias a mi padre. Sin embargo, la trayectoria musical de mi abuelo no era un tema que me importara demasiado, más que nada porque nadie de mi generación le conocía, ni a él ni a sus compañeros de grupo. Nadie me había dicho nunca: "anda, eres el nieto de Jasper Whitlock", ni nada por el estilo, por lo que suponía que en su época joven había sido un músico que pasó por la fama sin pena ni gloria, y sin apenas rozarla, seguro. Aparte de eso no sabía mucho más de él, y lo cierto era que tampoco me importaba.
¡Hola, hola! Aquí me tenéis de nuevo con una nueva historia que todavía no he terminado de escribir, mehehehe. No me queda mucho, estoy en la recta final, pero las ansias por empezar a subirla han sido más grandes que yo, así que aquí os dejo el prólogo. Para poneros un poco en situación os diré que es una historia un poco diferente a lo que suelo escribir y algo más larga (entre 30-35 capítulos, creo, y si no me acabo enrollando) pero escrita con el mismo cariño y empeño que todas las demás ;)
No os quiero adelantar nada de nuestra parejita porque en los siguientes capítulos empezaréis a ver de qué va su historia, así que deseando que os haya gustado mucho este inicio me marcho. Pero antes, comentaros que he pensado en subir dos capítulos por semana, en vez de uno, quizá los martes y los sábados, para así no haceros esperar tanto, y menos con una historia larga, ¿qué os parece?
Y nada, que espero leer pronto vuestras opiniones para saber si vale la pena que siga subiendo el fic o no ;) ¡Nos leemos pronto! Xo
