Título: Sobre el sueño y la falta del mismo
Resumen: Pensamientos de aquellos que intentan conciliar el sueño a un mundo de distancia de lo que anhelan, de aquellos a quienes aman.
Nota: Se podría decir que el siguiente texto está divido en dos partes relacionadas: la primera sobre Greta y Wolfram, y la segunda sobre dicho príncipe y el joven Maou. Los puntos marcan la separación.
Disclaimer: Los derechos de Maruma no pertenecen.
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En noches en las que el Maou se ausenta, Greta y Wolfram duermen lado a lado en su habitación vacía. Cuando están juntos, la falta del calor de la sonrisa de aquel al que aman no parece tan terrible, ni los monstruos que asechan sus corazones tan grandes.
Greta tiene miedo cuando Yuuri no está a su lado porque teme que no vuelva y, de ser así, no cree poder soportarlo.
Wolfram tiene miedo cuando Yuuri no está a su lado porque sabe, aún si pretende no hacerlo, que probablemente está más feliz de ese modo y lo aterra pensar que quizás no quiera volver más.
Cuando están juntos, el temor oprime menos sus pechos y la soledad no parece tan agobiante. Por eso, tomados de la mano, esperan juntos el regreso de aquel que se llevó consigo sus sonrisas.
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En noches cálidas y estrelladas, Wolfram sueña sueños de grandeza y amor. Sueña con guerras ganadas y un rey poderoso y gentil a quien puede llamar esposo. En esas ocasiones, despierta con una sonrisa en el rostro y con energías renovadas para intentar convertir esos sueños en realidad.
En noches de terror y tinieblas, Wolfram sueña sueños de muerte y soledad. Sueña con un hermano viejo y demacrado y con una hija que hace mucho lo ha dejado atrás; sueña con amor no correspondido y con una mirada tierna que no repara en él con más que un gesto de amistad. En esas ocasiones, despierta asustado, sin aliento y con un profundo dolor en el pecho. Intenta calmarse y decirse que sólo fue un sueño, pero luego recuerda, al ver a su pequeña hija durmiendo plácidamente en el lugar debería ocupar su prometido, que todo eso es o será verdad algún día. Entonces el dolor se ahonda y, por instante, olvida cómo respirar. Pero se fuerza a sí mismo a calmarse, recupera la compostura y pretende dormir hasta el alba. Él es, después de todo, un soldado, un príncipe y un padre, y no puede permitirse flaquear de esa manera.
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En noches tibias e iluminadas, Yuuri sueña sueños perfectamente heterosexuales. Sueña con paz y con los rostros sonrientes de su familia y amigos después de un partido de baseball estupendamente jugado. En estas ocasiones, despierta con una sonrisa sincera en el rostro y una sensación de ternura y valor en el pecho.
En noches de oscuridad y miedo Yuuri sueña sueños de culpa y desesperación. Sueña con caos, producto de una decisión equívoca, y con debilidad que le impide defender a quien lo necesita; sueña con incertidumbre y desatino que lo hacen alejar a quienes ama y poner lágrimas en los ojos de aquellos que lo aman de vuelta. En estas ocasiones, despierta alarmado y una profunda angustia se apodera de su corazón. Entonces busca la silueta dormida de su amigo a su lado pero recuerda que él está en un mundo lejano, durmiendo en la habitación de un rey, mientras él está en casa de sus padres, durmiendo en la habitación de un chico normal de quince años. Recuerda lo mucho Wolfram odia que lo llame "amigo", se pregunta si le hace daño al hacerlo, recuerda el profundo dolor que brilla por un segundo en sus ojos cada vez que lo llama de esa manera y se da cuenta, con un terrible sentimiento de culpa, de que quizás los sueños no se alejan tanto de la realidad.
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Owari
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