¡Hola a todos!

Este fic participa en el minirreto de octubre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Disclaimer: El potterverso es propiedad de JK.


Alicia caminaba hacia el castillo de muy mal humor. Cuidado de criaturas mágicas era la asignatura que menos le gustaba. Siempre terminaba con los zapatos llenos de tierra, el cabello enmarañado y con hojas secas, y además, podía sentir que los olores más desagradables del bosque la perseguían por horas, dejando una estela a su paso que, por alguna razón, ella la imaginaba color café.

Más tarde, en su sala común, Alicia distinguía aún ese desagradable olor, incluso después de haber tomado un baño. De pronto algo llamó su atención. Los gemelos Weasley bajaron corriendo de los dormitorios para sentarse en un rincón de manera muy misteriosa.

Alicia no era la alumna más brillante de su generación, pero tenía un talento especial para detectar problemas, talento que fue afinando al convivir con Fred y George los últimos tres años. Todo lo que tenía que hacer era sumar todos los factores, Fred y George corriendo, escondiendo algo en un rincón, y ese sutil pero asqueroso olor que no la dejaba tranquila. Definitivamente algo malo se avecinaba.

—¿George, que tienen ahí? —preguntó Alicia mientras se dirigía a ellos.

—¿Dónde? —dijo el pelirrojo levantándose de golpe tratando de bloquear su camino hacia Fred.

—¿Qué es lo que tienen escondido ahí? Huele horrible.

—Nada de lo que debas preocuparte, Alicia querida.

Dio media vuelta sin ganas de seguir una batalla con los gemelos que seguramente terminaría perdiendo, pero su sospecha no se había desvanecido. Se sentó de nuevo en el sofá justo a tiempo para ver la escena en primera fila. Un pequeño animal escapó de las manos de Fred, revoloteando por toda la habitación mientras aventaba chispas de colores a diestra y siniestra.

Cuando el efecto de la bengala terminó, la pobre y exhausta salamandra aterrizó justo en las piernas de Alicia. Ella pegó un brinco y dejó caer al reptil al suelo.

—¡Alicia, ten cuidado! —gritó Fred, quien corrió a recoger a la salamandra.

—Esa fue una fea caída. Pudiste matarla —la acusó George.

—¿Yo? ¿Matarla? ¡Están locos de remate! —gritó Alicia exasperada.

Los dejó ahí en medio de la sala común con una sonrisa de oreja a oreja por el resultado de una más de sus bromas. Mientras ella esperaba no encontrarse en medio de la siguiente jugarreta de los Weasley por segunda vez.


N/A: Bueno, no tenía idea de cómo había ocurrido esto en el libro, y no tuve tiempo para revisarlo, así que me inventé esto. Espero que les guste.