Hola! Nueva historia, alguien por favor detengame, necesito dejar de escribir tanto xnx

Advertencias: contiene WI? [Qué pasaría si?] yaoi en el futuro y muchas cosas raras de mi mente ^^U

Aclaraciones: aquí las chicamatsu no son hermanas, aprovechare su poco parecido físico uwu

Disclaimer: los personajes no son de mi propiedad, solo la historia.

Disfruten~


El nuevo año escolar empezaría dentro de poco y Karamatsu sentía con mayor fuerza los cambios que estaban azotándole tanto a él como a sus hermanos, ya no eran lo mismo de cuando eran niños. Una brecha algo extraña estaba creciendo entre cada uno aunque eso se lo atribuía al período de adolescencia en el que se encontraban, cada uno buscando su propia identidad como individuo. Él mismo había cambiado demasiado de cuando era niño, incluso empezaba a sentir que físicamente era algo diferente de sus hermanos, era algo triste.

Dentro de unas semanas iniciaría su último año de secundaria y no tenía algún plan para su futuro, era incierto, pero no era el único que se sentía así, sus hermanos estaban igual que él. Se detuvo en el puente que últimamente visitaba bastante cuando quería un momento de soledad, la sensación angustiante de que algo le faltaba que siempre había tenido desde niño estaba creciendo con fuerza. Puso una mano sobre su pecho y sintió el dolor familiar. Suspiró abatido, tal vez era porque sus hermanos habían empezado a ignorarlo alegando que era demasiado doloroso estar cerca de él, debía ser eso.

Meneó la cabeza alejando esos pensamientos y se obligó a poner la misma sonrisa que siempre portaba, metió las manos dentro de su sudadera de tonalidad azul y empezó a caminar algo distraído por lo que no pudo poner resistencia cuando alguien choco contra él. Tanto la otra persona como él cayeron sentados al piso.

―¡Ay! Duele…―la voz femenina llegó a los oídos del segundo hijo de los Matsuno.

―¡Disculpa, my lady!―la personalidad algo extraña que tenía salió a flote mientras extendía la mano hacia el frente para ayudar a la chica a ponerse de pie.

La chica soltó una risa fuerte mientras negaba con la cabeza y aceptaba su mano―. No se preocupe, la culpa fue mía, ando algo ansiosa buscando a… alguien así que no estoy prestando mucha atención a los demás―cuando los dos estuvieron de pie Karamatsu se dio cuenta que la muchacha era más bajita que él, todavía no le había visto el rostro, pero tenía el cabello oscuro amarrado en una coleta, además de llevar una unos pantalones, zapatos deportivos y una camiseta sencilla.

―Debería tener más cuidado, lady―soltó con suavidad la mano al sentir una sensación algo extraña.

―Sí, lo tendré en…―la oración quedo inconclusa cuando ella alzo el rostro, los ojos de la muchacha se abrieron bastante en una mueca sorprendida. Karamatsu tragó grueso al ver como la mirada de ella expresaba tantas emociones; además que él también se sentía algo ansioso como si le hubieran sacado el aire de un puñetazo―¡Te encontré!―gritó emocionada mientras se lanzaba a abrazarlo con fuerza.

Karamatsu no entendía absolutamente nada, realmente no entendía por qué la chica estaba llorando sobre su hombro y por qué él también había empezado a hacerlo.

Los dos estuvieron así por un rato hasta que la muchacha se separó de él, tenía los ojos rojos, pero una sonrisa bonita en el rostro aunque estuviera temblando justo en ese momento―. Bueno, seguro estarás preguntándote quién soy, ¿no?―Karamatsu asintió vagamente limpiándose los restos de las lágrimas―. Me llamo Karako, Minami Karako y bueno…―ella titubeó por un momento, pero pareció darse ánimos de nuevo―. Soy tu hermana… melliza―añadió al final.

Matsuno se sintió algo mareado en esos momentos como si hubiera dado muchas vueltas, ella pareció notar su shock y lo tomo de la mano guiándolo hasta un banco situado debajo de unos árboles. Se quedaron en silencio unos minutos, cada uno intentando calmarse, Karako había viajado mucho para encontrarlo así que no se daría por vencida y por su parte Karamatsu sentía algo de miedo por lo que se venía.

―¿A qué te refieres?―se atrevió a preguntar el de cabello negro.

Ella soltó un suspiro―. Es una historia complicada, así que podrías no interrumpirme, ¿por favor?―pudo ver la súplica en esos ojos que le resultaban abrumadoramente familiares por lo que el chico solo pudo asentir.

Y así la larga historia comenzó.


Karamatsu apenas pudo contener el escalofrío que recorrió su cuerpo cuando una corriente fría de viento le dio de lleno, la noche estaba helada por lo que le había dado su sudadera a Karako. Ella parecía tener miedo de dejarlo y perderlo de vista de nuevo así que la chica le había dado su celular alegando que ella tenía otro; además que era lo menos que podía darle por la sudadera lo cual era casi una excusa absurda. El precio de su sudadera no llegaba ni a la décima parte del bonito celular de color celeste.

Sacó el aparato y observó lo tarde que era seguro su… mamá estaría preocupada, sus hermanos por otra parte probablemente no habían notado su ausencia… como siempre.

Abrió la puerta de… ¿su hogar? Y entró anunciando su llegada con voz baja, su mente estaba algo confusa, pero por otra parte sentía que lo que tanto le había hecho falta, la pieza que faltaba por fin la había encontrado. Ya no se sentía incompleto.

―¡Karamatsu!―el gritó de su mamá venía de la sala de estar donde se encontraba la mujer con el ceño fruncido junto a su marido.

Sus hermanos también estaban ahí, cada uno con una mueca diferente en el rostro, Jyushimatsu y Choromatsu parecían algo preocupados por la reprimenda que le iban a dar, Ichimatsu tenía una sonrisa demostrando que disfrutaba de la situación, por su parte Osomatsu y Todomatsu parecían más bien resignados con lo que se venía.

―¡¿Qué son estas horas de llegada?!―gritó su madre con el ceño fruncido y también con un tono de voz algo preocupado.

Karamatsu quien había tenido la cabeza abajo, alzó la vista todavía de pie cuando estuvo enfrente de sus padres. La cabeza le dolía de los mil demonios, pero aun así…― Quiero conocer a mi madre―todos sus hermanos le dieron miradas de confusión, incluyendo sus padres parecían algo confundidos por lo que decidió reformular la oración―. Quiero conocer a mi madre verdadera―la voz le había salido algo ahogada y tuvo un sabor extraño en su paladar. Matsuyo y Matsuzo palidecieron ante sus palabras, pero no se detuvo―. Me gustaría vivir con mi hermana y mi mamá durante este año por lo menos… Si ustedes me lo permiten―pidió con suavidad observando como las lágrimas empezaban a brotar de los ojos de esa mujer que lo había criado con cariño.

Karamatsu la amaba con fuerza, al igual que a su padre, pero no podía evitar sentirse algo traicionado y dolido, no porque no le dijeran la verdad sino porque ellos habían hecho que tomara el lugar del bebé que había muerto durante el parto…

Karako se había quedado callada durante unos segundos acomodando sus ideas―¿Sabes? Siempre sentí que me faltaba algo. Me sentía incompleta y a veces me ponía a llorar sin razón, como antes pensaba que no tenía hermanos y que era hija única no tenía con quien compartir mis problemas―ella guardo silencio por unos segundos―. Mamá es buena, pero casi siempre está trabajando, es una mujer exitosa, ¿sabes?―añadió con orgullo―. Tengo amigas… pero no puedo contarles mis problemas, tal vez la única a la que le puedo contar algo es Osoko, pero a veces ella también luce estresada porque a nosotras dos nos toca cuidar de las otras.

Karamatsu sonrió levemente al ver como la muchacha negaba con fuerza―¡Lo siento! Estoy divagando―se disculpó Karako―. La cosa es que hace poco, limpiando el ático de la casa me encontré unas cartas viejas en un cofre…Soy bastante curiosa así que empecé a leerlas―sacó de un pequeño bolso que llevaba unos sobres y se los tendió al otro―. Básicamente eran entre la señora Matsuyo y mamá―ella suspiró levemente―. Cuando mamá nos tuvo era bastante joven y estaba estudiando así que mis abuelos le aconsejaron que nos diera en adopción, pero mamá se negó a darnos a desconocidos así que mis abuelos se pusieron en contacto con la señora Matsuyo que es prima de mamá. Ellos habían oído que ella había perdido a un bebé durante el parto tan complicado de sextillizos, fue el segundo al nacer.

En ese punto Karamatsu ya no lo puedo aguantar más―¿Qué?...―su pregunta salió casi agónica.

Karako tomó con fuerza las manos temblorosas del otro, en los ojos de ella también se podía notar dolor―. Mamá te entregó a la señora Matsuno y yo me quede con ella, mamá se arrepiente tanto de eso. Ella cree que no lo sé, pero siempre en mi cumpleaños se pone a llorar en su habitación, no sabía la razón hasta hace poco.

¿C-cómo me encontraste?―preguntó con voz temblorosa dejando que la chica lo abrazara.

En las últimas cartas venía la dirección de tu casa, además busque en redes sociales y di con la de Todomatsu Matsuno, en algunas fotos aparecías tú, así que decidí viajar desde Tokio para poder encontrarte―mencionó con suavidad acariciando los cabellos del otro.

¿Cómo sabías quien era yo?

No lo sé, solo lo supe; además puede que tengan el mismo corte de cabello y se vistan iguales, pero eres diferente a ellos y bueno―ella suspiró―, lo difícil fue hablar con mamá, al final me dejo venir, pero me dijo que no guardara muchas esperanzas de encontrarte aunque creo que me lo dijo más por ella…

¿Dónde te estas quedando?―cuestionó después de unos minutos en silencio.

Karako sonrió con suavidad―.En un hotel de un amigo de mamá, no te preocupes.

Karamatsu asintió débilmente mientras se ponía de pie―. Te acompaño, pero primero, toma―se quitó la sudadera y se la paso a la chica―. Está haciendo frío―dijo intentando poner una sonrisa en el rostro.

La chica la tomo con una sonrisa en el rostro y empezó a caminar al lado del otro, los dos se sentían bien juntos, era como si de pronto encontraran lo que les hacía falta, el dolor había desaparecido y un sentimiento cálido se alojaba en ellos. El resto de la noche se la pasaron comiendo en el restaurante del hotel que casi hace que Karamatsu se desmayara, era un hotel enorme y la comida estaba buenísima. Las horas se fueron entre charlas de ellos contándose su vida.

Karako no parecían molesta cuando hablaba en inglés o se quejaba de su aura dolorosa, de hecho solo se reía, pero era una risa fuerte y sincera, no una de burla a las que estaba acostumbrado. Por su parte Karamatsu no se avergonzaba cuando ella reía con fuerza o decía algo que podía ser catalogado de un comentario de mal gusto e impronunciable para una mujer. Era… era como estar completos.


Gracias por haber leído! Dios, tengo que dejar de escribir tanto x-x no sé ni de dónde me salió esto (?) xDDD Lo mío no es el angst, de hecho lo mío tiene que tener comedia así que no todo va a tener este tono algo depresivo (?) aunque si habrá un poquito de drama (?) LoL la pareja, pues... -sigue pensando en ella- Espero que les haya gustado ^^ Por cierto muchas gracias por su apoyo en los otros fics~ Se me olvido decirles que hice el dibujo de Karamatsu Girl xDDD esta en mi tumblr que esta en mi profile ~ Dibujo a puro touchpad, porque no tengo ni tableta, ni mouse, ni nada (?) Soy pobre :'v

Nanami off~