Aclaración: No tengo nada que ver con la propiedad intelectual de Harry Potter.


Capitulo 1

Era una tarde como cualquier otra, el mes de Septiembre ya estaba iniciando y era predecible como terminaría, las casas estaban en silencio y se comenzaba sentir el frio de la época. En una casa bastante sencilla se podía ver una escena típicamente familiar, los padres sentados uno al lado del otro conversando distraídamente, la hija adolecente un poco más retirada de ellos comiendo en silencio y el hijo mayor al otro extrema de la mesa. No había ninguna señal de que sucediera algo inusual o perturbante en esta pequeña familia, pero la realidad era algo distinta.

Emma Roduck estaba acurrucada en su cama leyendo por novena vez su saga favorita,

amaba cada personaje, los conocía como si fueran su familia, había leído una y otra vez los libros, podía perderse horas en el mundo mágico, imaginarse asistiendo a Hogwarts, entrando al Gran salón y sentándose para esperar que le colocaran el sombrero seleccionador, dirigirse a su cuarto, descubrir la sala común, comprar su varita mágica, ir a Flourish y Blotts deleitándose con la variedad de libros. Si, ese era su mundo, donde la magia existía, donde el amor vencía al final y le permitía tener esperanzas. Porque Emma tenía esta sensación constante de pesadumbres y tristeza, como si cualquier ilusión o esperanza hubiesen dejado de existir para ella.

Pero al leer todo se desvanecía, la realidad cambiaba, para ser sustituida por un mundo diferente en cada libro, para olvidarse de las peleas y los gritos de sus papas, pero sobre todo para olvidarse de su hermano.

Pero nuestra historia comienza una calurosa noche de Septiembre, mientras Emma se encontraba en su cuarto sentada en un rincón leyendo en silencio, ajena al ajetreo en el que bullía la casa, sus padres estaba discutiendo nuevamente con su hermano, en verdad no era nada nuevo pero había aprendido hace tiempo que era mejor mantenerse alejada de estas situaciones, ya que solían desembocar mal, en especial para ella. Los gritos habían ido aumentando y parecía que esta discusión estaba tomando un tono particularmente fuerte, la última vez que había sucedido algo parecido había necesitado de varios días para recuperarse y aunque su cuerpo había sanado, internamente las palabras que le habían dicho rompieron algo dentro de ella. De hecho si lo pensaba bien desde ese momento todo destello de alegría había sido evaporado, la energía por vivir había sido sustituida por un constante miedo que atenazaba a la menor señal de problemas y cada nueva discusión desde ese momento solo profundizaba más está herida.

Un fuerte golpe en la pared la trajo de vuelta a la realidad de la casa, podía escuchar a su madre llorar y culpar a todos por la desgracia que era su vida, mientras su papa intentaba calmarla y su hermano respondía con renovada energía. En un intento de llamar aún menos la atención, decidió apagar todas las luces del cuarto y quedarse en una esquina, no sabía cuándo, pero ahora las lágrimas rodaban por su rostro y una opresión crecía en su pecho, el desespero porque todo acabara tomaba fuerza. Llena de frustración ante todo lo que su vida había sido, descubría que cada vez más el sentido de seguir adelante perdía fuerza y el deseo de sencillamente desaparecer se volvía mas tentador, en varias oportunidades había jugado con la idea, quizás en una u otra oportunidad se había dejado llevar; pero nunca había prosperado para volverse una realidad obviamente.

Emma necesitaba una experiencia que la sacudiera y le recordara que todo es posible. Logrando así recordarle a quien una vez había solido ser, antes de transformarse en este ser gris que era ahora.

No se percato de la diferencia que se había producido en la casa, ni de cuando con delicadeza fueron abriendo la puerta de su cuarto, ni siquiera escucho los pasos que se acercaban al rincón donde ella se encontraba, solo cuando ya tenía la sombra encima de ella se reparó en la presencia de su hermano, que con una sonrisa que no predecía nada bueno la miro con ojos llenos de odio y maldad.

-¿Qué haces tirada en ese rincón? ¿Acaso tienes otra de tus crisis existenciales?-

Pero Emma no podía responder, el miedo la silenciaba.

-Respóndeme!- grito su hermano agarrándola por el brazo y zarandeándola con fuerza.

-N- Nada-pero evidentemente esa no era la respuesta que su hermano quería, porque sin previo aviso sintió una fuerte mano golpear contra su mejilla.

-Dije que me respondieras! Y tú siempre estás haciendo algo. Así que dime, ¿qué estás haciendo? -

Emma se encogió en su rincón buscando desesperadamente dar una respuesta que no despertara aún más el mal humor de su hermano, algún tiempo atrás el había sido su héroe, lo adoraba y quería, para ella era su hermano mayor, su amigo y con quien divertirse, así que lo perseguía todo el tiempo, buscando lograr ese vinculo que anhelaba. Finalmente unos cuantos años atrás, logro que le prestara atención, por un tiempo se sintió feliz, finalmente lo había logrado. Pero rápido descubrió lo equivocada que había estado, si antes había notado el desprecio que el sentía por ella, cuando confió en el se dio cuenta de que no había pasado mucho tiempo, antes de que las salidas al cine y el compartir juntos se volviera una tortura. Su miedo fue creciendo hasta convertirse en alguien indefenso, frágil y débil ante él. Perdida en estos pensamiento y preguntándose que había pasado con la Emma llena de carácter, no noto cuando una mano se levanto e impacto directo en su rostro nuevamente.

-Hey! Despierta! Sabes que me desesperan tus entupidos silencios. Quiero saber que demonios has andado haciendo, que nuestra mama me pregunto porque estas triste. No te niego que es todo un logro que te prestara atención, pero es bastante molesto para mí. Así que habla. ¿Qué hiciste?

-Na... N- nada – logro tartamudear Emma mientras buscaba como salir del cuarto y lograr escapar.

Otra vez la mano alzándose, el nudo en el estomago, el sudor frió preparándose para la inevitable descarga de dolor que sentiría en breves segundos, encogerse anhelado desaparecer… El impacto en su cara y el dolor, pero mas que todo el miedo, ese miedo que se apodera de ti y te congela, dejándote como un ser inservible a merced de tu alrededor. Otro golpe, más gritos e insultos, pero Emma ya no estaba conectada con su cuerpo, si ciertamente el dolor estaba ahí, pero no podía dejar de pensar en lo inservible que era revelarse o si quiera intentar hacer algo para defenderse, solo le quedaba resistir y sobrevivir, cuando me convertí en un simple animal que se limita a solo a eso.

Y ese pensamiento, el de sobrevivir como un animal fue el que despertó esa pequeña chispa que creía muerta hace tanto tiempo, que de niña le hacia creer en un maravilloso futuro, en una vida llena de alegrías y amor. Que contra todo se había impuesto por mucho tiempo, pero que había sido apagado con el primer golpe hace tiempo. La esperanza que se apodera de ti, que logra iluminar la posibilidad de un estrecho camino para salir del infierno y al cual te aferras como si de tu alma se tratara, poseyéndote una energía y una valentía imprudente.

Esa imprudencia es la que tenia a Emma corriendo a mitad de la madrugada por las calles, suplicando a todos los dioses conseguir un lugar donde esconderse y así escapar de el hombre que la perseguía con tal empeño. En cada esquina que cruzaba estaba segura de que la alcanzaría, sentía los músculos de sus piernas quejarse a gritos por el tiempo que tenía corriendo, le costaba respirar y no lograba imaginarse como iba a escapar pero no se iba a dar por vencida.

Logro ver la respuesta a sus suplicas a lo lejos, de manera imponente se alzaba el pequeño edificio, denotaba que tenia ya un tiempo de construido, pero era solemne, estaba rodeado de grandes árboles en un terreno bastante amplio.

Fue como sentir el abrazo de una madre, conocía el lugar como la palma de su mano, se sabía cada cuarto, cada puerta y pasillo por completo. Por eso en vez de ir directo a la puerta principal le dio una vuelta corriendo con todas sus fuerzas para intentar despistar a los pasos que la seguían. Consiguiendo la entrada que da al patio de atrás, sabía que no tendría problemas en entrar ya que ella al ser voluntaria había logrado sacar una copia a escondidas de las llaves que le interesaban.

Dando gracias de que siempre tenia consigo las cosas que le importaban, abrió rápidamente la reja, logrando llegar hasta la sombra de una columna y esconderse.

En segundos justo en la puerta estaba parado un hombre de unos 23 años, rostro algo redondeado, ojos negros, cabello corto, de 1.80 de estatura, complexión robusta y sobretodo con mirada de asesinar a quien se le atravesara. En pocas palabras su hermano.

Inmóvil e intentando serenar su rápida respiración se mantuvo atenta a todo movimiento. No podía estar segura de que no la hubiese visto cuando entro, pero cuando finalmente vio la cara de frustración y ese brillo maniaco en sus ojos que se hacía presente cuando no había logrado su cometido supo que estaba segura por los momentos.

Hecho a andar hacia la parte lateral del edificio, procurando hacer el menor ruido posible, hasta alcanzar una de las puertas auxiliares. Abrió la puerta con presteza y se refugio en la oscuridad del edificio, en la tranquilidad que para ella significa el estar rodeado de sus libros preferidos, de esos mundos donde se puede sumergir y olvidarse de todo y todos. Donde podía vivir y sentir sus más profundos anhelos.

Con calma se fue permitiendo el serenarse, que su corazón retomara su ritmo habitual, caminando por los pasillos como la mirada vacía, sin pensar, sin sentir solo caminando en la oscuridad de un lugar que la reconfortaba mas que su propia casa. Y sin darse cuenta las lágrimas se agolpaban en sur ojos reclamando el que las dejara salir, deslizándose por su rostro hasta que como el romper de una ola todos los acontecimientos del día la golpearon. Primero el miedo, el pánico que bullía en la boca de su estomago hizo que su cuerpo temblara y un sudor frió se apoderara de ella, pero fue creciendo la rabia, una furia por lo vivido que corroía cada célula de su ser, el resentimiento hacia ese hombre quien debería de quererla, hacia los padres ausentes y como una erupción aparecía el dolor arrasando con todo lo demás. El dolor de estar sola, de ser odiada por quienes te deberían amar, por quienes tu amas a pesar de todo, el abandono y la necesidad desesperante de vivir y no sobrevivir.

Sentía su cuerpo adolorido suplicarle buscar un lugar mas acogedor que el frio piso de mármol de la biblioteca, tenia rato acostado con su rostro pegado el suelo calmando el llanto desenfrenado que se había apoderado de ella y también buscando aliviar el dolor de su pómulo. Tenia algunos golpes en su cara y varias zonas adoloridas a lo largo de su cuerpo, parecía que nada de extrema gravedad como para preocuparse por ir a un medico. Ciertamente no tendría buena apariencia pero por los momentos su único interese se remitía en descansar y olvidarse de todo.

Impulsada por este ferviente deseo se paro, y rebusco entre los estantes cercanos algún libro que le permitiera entregarse a un mundo fantástico.

Y para su sorpresa ahí estaba en la sección para Jóvenes donde conseguiría sin duda su saga favorita, los 7 libros de Harry Potter…

-Si esto es perfecto- murmuro.

Extendió su mano dispuesta a disfrutar de una lectura reconfortante cuando al rozar el lomo del libro se apodero de ella un cosquilleo eléctrico como si el libro la reconociera, fue recorriendo sus dedos, llegando a su muñeca subiendo hasta el codo y llegando finalmente hasta todo su cuerpo. Todo se paralizo, no respiraba, el silencio era ensordecedor y sus sentidos se encontraban alertas esperando algún hecho increíble que confirmara que no se había vuelto loca y que en verdad ese cosquilleo había recorrido su brazo. Pero nada paso, solo el silencio de la noche y su respiración resonando en el salón.

-¡Listo perdí toda mi sanidad! Creo que algún golpe me dio en la cabeza! Nada de eso! Mantenla compostura, tranquila Emma… Eso es, respira profundo, eso, así otra… Bien…. Bueno seguro tengo un trauma por los golpes, gritos y demás, sí, eso es tengo estrés post traumático y mis sentidos están alterados. Nada solo respira profundo, agarra el libro y listo-

Volvió a extender su mano temblorosa hacia el libro, conteniendo la respiración con temor acerco la yema de su dedo hasta el lomo esperando sentir de nuevo el cosquilleo y así debatir sus pensamientos de que se había vuelto loca. Pero nada paso, así que tomo lo tomo, llevándose de una buena vez toda la saga. Y como si nada hubiese pasado minutos antes, se fue directo hacia la escalera que tenia a mano derecha, para llegar hasta el deposito donde sabia que estaban los muebles que ya no utilizaban y demás objetos viejos.

Cruzo a mano derecha en el piso siguiente y abrió una pequeña puerta de madera que estaba medio escondida entre un cuadro y una columna. Ya una vez cómoda en un pequeño sillón, zapatos fuera y con la luz de una lámpara cercana se dispuso a iniciar la lectura.

Mientras iba leyendo podía sentir como su mente se iba relajando, olvidando todo pero despertando como nunca el deseo de vivir en el mundo mágico - definitivamente me daría un motivo para ser feliz, seguro que seria maravilloso el poder aprender en Hogwarts o el poder ir al callejón Diagon, aprender hechizos, comprarme mi propia mascota- mmm, me pregunto porque no se pueden tener perros entre las mascotas- ser amiga de harry, ron y hermione, conocer a Luna, Neville, Ginny, ver a Snape y Mcgonagall. Si sería algo digno por lo cual vivir y cada día seria una aventura, esperaría cada día llena de emoción y alegría, todo sería perfecto –

Mientras Emma estaba perdida en sus sueños y deseos, alrededor de ella pequeños cambios se iban dando, el ambiente estaba cargado de electricidad y los libros comenzaron a brillar tenuemente como si fueran cobrando vida, al principio era un suave brillo que casi se podía percibir como el resplandor de algún borde dorado pero que a medida que Emma deseaba con mas anhelo y con una mezcla de dolor y desesperación, iba tomando fuerza pasando de ser un simple brillo tenue.

Mientras todo esto ocurría a su alrededor, Emma estaba como en un trance, sus emociones habían tomado toda lógica de ella y solo quedaba este impulso que parecía ir al ritmo de los latidos de su corazón. No sabía cómo ni cuándo pero el dolor había logrado abrirse paso y se encontraba abrazada al libro llorando con total desesperación, aferrándose al libro como si su vida dependiera de ello. Suplicándole a la nada que le permitiera tan solo el ser feliz, el sentirse amada, no pedía mucho tan solo lograr seguir adelante viviendo una vida en donde no existiera su familia.

Perdida en lo mas profundo de su ser, no se había percatado de que todo su alrededor estaba brillando, todos y cada uno de los libros que la rodeaban brillaban con fuerza, desprendiendo hermosos haces de luz dorada. Fue como si de repente fuera de día, una explosión de luz la rodeo sacándola bruscamente de sus pensamientos y anhelos, todos los libros alrededor estaban flotando iluminando cada rincón, al frente de ella estaban 6 libros que desprendían una luz diferente eran como un arco iris su luz variaba de colores al principio era algo lento como si fuera una suave tonada que la hipnotizaba, no lograba pensar en nada, tan solo observar lo que sucedía a su alrededor pero se dio cuenta de que había una luz que provenía de sus brazos.

Soltó con rapidez el libro viendo con ojos asombrados como este se formaba con los otros 6 en una perfecta hilera creando una honda de energía que la rodeo de inmediato.

-Ohhhhh!- fue lo único que logro exclamar.

Con una gran explosión fue impulsada hacia atrás, cayendo de espaldas y sintiendo que era levantada por el aire y arrastrada hacia donde se encontraban los 7 libros, pero ya no estaban igual, 6 estaban en un círculo rodeando a uno que encontraba en el centro que parecía estar absorbiendo la luz de todos los demás.

No entendía que pasaba pero en un acto instintivo se aferró al respaldar de uno de los muebles. Pero con un último jalón de energía fue atraída hasta donde estaban los libros siendo absorbida por la luz.

No podía respirar, todo estaba oscuro y silencioso, la presión aumento y con un fuerte golpe cayó en una superficie fría y dura.


Hola a todos, esta historia tenía tiempo dando vueltas en mi cabeza y bueno finalmente me anime. Tengo una idea general de a donde quiero llevarla y la línea general. Pero del resto estoy bastante abierta.

De verdad me gustaría saber que les parece, sugerencias o en general su opinión. A los que siguen mi traducción de Creciendo como un Black, tranquilos que no voy a dejarla. De hecho tengo más o menos la mitad del próximo capítulo.

Por favor de verdad me gustaría leer sus opiniones y sugerencias. Gracias!