Nota de la autora: Hola a todo el mundo que haya entrado aquí. Tu, si tu el que está leyendo esto, ¿puedes leer mi historia? Y si fuera mucho pedir me podrías dejar un review. Y lo siguiente que pido es, no seas de esas personas que leen y no dejan nada. L digo porque yo fui una de ellas, ahora ya no.

Bueno no me enrollo mucho , leerlo y disfrutarlo.

"Me gustaría dejar de amarte,…pero no puedo"

Todas las historias que me han contado, desde pequeño, eran todas con feliz final. El chico consigue a la chica y felices para siempre. Eso pensaba yo que, creía que podía conseguir a cualquier chica que quisiera tener.

Me equivoqué, la historia que he vivido que ahora voy a relatar, desgraciadamente no tiene un final feliz, ojalá lo tuviera.

Todo comenzó una tarde, no se si era soleada, o que tipo de día había, pero aquel día fue el día en que comencé a amarla.

Me tocaba doble hora de pociones con el profesor Snape, que aparte de ser amigo de mi padre, este siempre me había tenido en muy alta estima.

Mi clase favorita y nos tocaba con Gryffindor, ¡perfecto, pensé, una oportunidad de ridiculizar a San Potter, Rey Weasley y…..Granger.

Organicé un pequeño comité de bienvenida para los que llegaban, con toda la gente que me sigue tenía suficiente.

Dejé pasar a la mayoría de los Gryffindor, que me miraban atemorizados, digo la mayoría, porque por ejemplo, Longbottom, no lo deje pasar por las buenas. ¡Desde luego! Eso bajaría mi popularidad, ¿que dirían?

-Malfoy, ya no se atreve ni con un nenaza como Longbottom-dirían entre risas continuas.

Así que al final opté por dejarlo pasar pero con su asqueroso sapo en un bote de cristal , de sustancia desconocida, que había traído Crabbe, que hacía que el sapo se diera golpes contra la tapa, ya que se estaba muriendo.

Disfrutaba haciendo aquellas cosas de ese tipo: Meterse con los de Gryffindor, ser el preferido de los profesores para que castigaran a los demás.

Estaba cruzando la mejor etapa de mi vida, todo Slytherin me adoraba. Todo iba perfecto hasta que…llegó el trío "queremos a Dumbledore" y pensé que ahí comenzaba la acción.

-Vaya, vaya Potter, al parecer hoy no te has visto en el espejo. Tienes una espantosa cicatriz en tu frente, debe ser porque te caíste de tu escoba. Como todavía no sabes manejarla-dije yo, con un comentario bastante hiriente, sonreía ante todo.

Mis compañeros, Zabini, Crabbe y Goyle rieron al igual que Pansy que soltó una gran carcajada, como sus amigas, cuyo nombre desconozco.

Pansy se acercó a mi, me cogió del brazo, autoritaria ante todo. Una sonrisa maliciosa y totalmente despiadada que fue dirigida especialmente hacía….Granger, que la miraba con total odio.

Potter no decía nada, me miraba directamente a mi, con esa mirada de superioridad que tiene, que se cree que sabe todo.

Al contrario, su querido amigo Weasley vertedero, miraba a ambos lados, como controlando a Crabbe, Zabini y Goyle que apretaban los puños en señal de amenaza.

De nuevo me dirigí a Potter, que seguí mirándome fijamente.

-¿Qué pasa Potty? Hoy no nos dices nada, pobre Potty. Si es que estás tan solo en el mundo. Dime Potty, ¿Cuándo vas aquí a casa de Rey Weasley, notas que huele a un vertedero o algo? Es que así la canción de " a Weasley vamos a coronar" encaja. Ya sabes Potty, "Weasley nació en un vertedero"

-¡¡Malfoy!

Weasley intentó abalanzarse contra mí, como hace siempre, aunque sus intentos siempre son fallidos, ya que no se acuerda de que mis guardaespaldas, como los llamo yo a veces, están ahí para pararle los pies.

Pero que ignorante es el pobre. En ese momento que yo me río, Potter saca su varita, como no, siempre recurriendo a la parte que pierde y me apunta directamente con ella. ¿Pero quien se cree? ¿Alguien tan patético como Dumbledore "el amigo de los sangre sucia"?

Por favor, aquella escena era totalmente patética, Pansy se había ido y ahora cogía a Granger por la túnica, amenazándola.

Weasley, que siempre está rojo, lo estaba más aún. Allí estaba, que daba pena, por supuesto a mí no, pero me daba risa. Esforzándose por salir de los brazos de Crabbe, Zabini y Goyle se reían a carcajadas de él.

Y solo quedábamos Potter y yo, que intentaba rodearme en un falso intento.

-Parkinson-pronunció hacia Pansy aunque seguía con la mirada fija en mí- Suelta a Hermione-Miré a Pansy, que asintió, no se movió ni un centímetro-No me has oído Parkinson, ¿quieres moverte o te muevo yo a patadas?-Potter tenía un brillo en los ojos de furia, rápidamente comprendí porque. Pansy soltó a Granger que rápidamente cayó en el suelo, casi desmayada, Pansy la había cogido por el cuello demasiado tiempo. Por primera vez sentí lástima por aquella chica. Aunque reaccioné a tiempo. ¿Yo? ¿Sintiéndome responsable de lo que le pasé a una sangre sucia? Eso no era propio de mí. Decidí concentrarme en Potter que se había acercado a ella.

-Hermione, ¿estás bien?-al instante se oyó un ruido. Me giré rápidamente era Weasley, que se había librado de los brazos de Crabbe. El muy idiota se confió demasiado y lo dejó escapar, este también se acercó a la chica.

-¡Hermione!-gritó Rey Weasley como asustado, sonreí al ver su rostro.

Granger abrió los ojos, enfurecida, se levantó de un brinco, a lo que San Potty y Weasley vertedero, saltaron por el "susto".

Vio hacia mi, comenzó a caminar, mientras rebuscaba en sus bolsillos, lo que yo creía que era la varita.

Pansy se puso en medio, impidiéndole el paso, Pansy en aquellos momentos, decirlo, un ligue sin más, aunque a ella le gustaba pensar que yo era su novio. Pobre, que ingenua, era.

Granger, sonrió sarcásticamente, la apartó de un golpe, Pansy que no esperaba recibir un impacto, se apartó y la siguió con la mirada.

Se acercó y me apuntó con la varita.

-Ya te di una lección una vez Malfoy, ¿recuerdas?¿No? Te refrescaré la memoria, te suena una bofetada, cuando estábamos en tercero, ¿Quién es el que comenzó a correr despavorido?

-Granger, ¿crees que me asustas, ¿Sabes que estás empezando a coger el complejo de superioridad de San Potty?

Continuaba con la varita en alto, yo saqué la mía. Nos miramos fijamente, la gente que esperaba al profesor Snape dentro de clase, comenzaba a salir a la puerta para observar el duelo.

-Malfoy y Granger-oí que decían-Esto promete.

No presté atención a ningún comentario más, en ese momento solo estábamos ella y yo. Aquella castaña me estaba sorprendiendo. Yo que pensaba que una persona como ella, "fiel a las normas", no se atrevería a ningún duelo conmigo.

-Desmaius-grité apuntando hacia ella.

-Protego-se protegió ella al instante.

El encantamiento rebotó y vino contra mi, como mejor aprendiz de mi padre, en esquivar hechizos, lo esquivé.

-Vaya, ¿eso es lo mejor que sabes hacer Malfoy? Me estás decepcionando-declaró ella sonriendo mientras me miraba.

-Tu no me has visto todavía nada. Pero en cambio tu me sorprendes, pensé que un ratón de biblioteca como tu, no sabría algún hechizo de ataque.

Al parecer, eso la hirió, lo noté en su rostro. Que se puso más rígido y más rojo de ira profunda.

-Expelliarmus-esta vez fue ella la que atacó.

De nuevo lo esquivé, he de confesar que por poco, la rabia que contenía aquella castaña, se estaba concentrando en mí.

-Veo que ya no es tan fácil esquivarme. Pobre Malfoy, ¿estás pasando un apuro? ¿quieres que llamemos a tu padre para que te saque de este apuro? Como no puedes hacerlo tu solo.

A los dos nos hervía la sangre por las venas, aquel comentario me había tocado. ¿Cómo se atrevía aquella sangre sucia a hablarle de aquel modo?

-¡¡¡Rictusempra!-gritó ella furiosa.

-¡¡¡Depulso!-grité yo, ambos pronunciamos los hechizos a la vez.

Los dos fuimos impulsados contra la pared, yo contra una pared y ella contra la puerta del aula.

Los dos nos levantamos, ayudados por los demás, para seguir peleando. Lo que no sabíamos es que alguien ya nos había visto.

-Granger, Draco-dijo una voz en la escalera.

Era el profesor Snape. Creía que era mi salvación, ya que en las peores situaciones siempre me había defendido. Esta ves no podía hacerlo, había contemplado la escena y no podía negar lo que había visto.

-Vosotros dos-nos señaló-Al despacho del director.

Aquella tarde, no había empezado con buen pie. Granger se levantó, me miró fríamente y siguió a Snape, yo fui tras ella.

Dios, lo había estropeado del todo con Snape, desde luego que ahora no me tendría en alta estima.

Vi que Granger avanzaba deprisa detrás de él, yo estaba detrás de ella. No lo pude evitar pero mi mirada bajo desde su cuello hasta las piernas.

Los años le habían sentado bien, las curvas se le habían marcado, la melena le llegaba hasta casi la cintura, el culo, bueno que decir de aquella maravilla.

Granger había cambiado y mucho, por primera vez en mi vida, me pareció atractiva. En ese momento, diversas fantasías pasaron por mi cabeza, pero tuve que salir, a mi pesar de mis pensamientos cuando el profesor Snape pronunciaba la contraseña para subir al despacho de "idiota buenazo" de Dumbledore .

Hizo un ademán con la cabeza para que Granger y yo subiéramos, él se quedó abajo. Se apoyó contra la pared mientras subíamos.

Yo, disimuladamente, la miraba de reojo. Pero, creo, que en ese soy bastante torpe, he de reconocerlo.

Granger, como no, se dio cuenta, se giró hacía mi.

-A ver Malfoy, ¿Qué diablos miras? No me lo digas…¿Qué quieres? ¿Otro duelo aquí mismo?

-Te estresas demasiado sangre sucia. Relájate.

-Contigo a menos de diez metros mías, ya me estreso-respondió ella mirándome fijamente.

-Entonces ya entiendo porque en clase estás tan alterada-contesté yo con una sonrisa de picardía.

Ella desvió su mirada y fue hasta el primer escalón, para llegar lo antes posible a arriba. Me acerqué y me puse en el mismo escalón.

-Granger, siempre queriendo ser la primera-y señalé con la mirada el escalón-No debes ser como Potty en esto.

-Deja de llamar a Harry así-me respondió Granger furiosa- Y a Ron deja de llamarle Rey o vertedero.

-De acuerdo ¿Y como quiere "su majestad" que los llame?-Ella alzó una ceja, yo me aclaré la garganta para poner una voz infantil y aguda-Prefieres que les llame !Harry! o ¡Ron!

La chica giró la cabeza, no quería reconocer que se iba a reír, se aguantó y me volvió a mirar con cara seria.

-No seas idiota Malfoy. Ya hemos llegado.

Ella se adelanto, golpeó delicadamente la puerta del despacho y como nadie respondía, entro despacio, yo la seguí.

Ella iba despacio, en silencio y viendo hacia todos los lados. Yo entré tranquilamente y me senté directamente en la silla delante del escritorio y observé lo ridícula que parecía Granger así.

¿Qué pasa Granger? ¿Vas a robar? Bueno ya me puedo esperar todo de ti-completé yo cogiendo una recordadora de el escritorio.

-Ja, ja, ja. Perdona que no me tire al suelo de la risa-ella también se sentó-Y deja eso, no sabes de quien es.

-Claro que se de quien es. De Dumbledore-respondí yo con clara evidencia en mi voz-¡Ah! Y otra cosa, que a Potter y a Weasley, no les importe recibir ordenes de ti, vale. Pero a mi nadie me da ordenes. Y menos tu.

-Y yo que pensaba que estabas todo el día a las ordenes de tu padre y tu madre.

Un ruido interrumpió la conversación, ahí estaba Dumbledore, nos miró y sonriendo bajó la escalera.

Este es peor que Potter, primero, parece o más bien, es un chulito. Y después te viene y aunque no te conozca de nada, ya te tutea con toda confianza y te llama por tu nombre, ¿pero quien se cree?

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Jaja, menuda historia, si, si, da pena.

Pero de momento es la más………….real, que he escrito.

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ATTE:

Eli (Cornamenta, "Corny", Lena, James Potter, Lunática, Prongs, la sargento Warren, "Gata con botas" y Albita)