Disclaimer: Los personajes no son mios, pertenecen a JK Rowling y esto lo escribo solo por diversión. Solamente me pertenece Martin y el Prof. Hook.
He decidido volver a intentarlo con esta historia así que he revisado todos los capítulos y le he agregado detalles a algunos. Si quieren los leen pero no afecta mucho la historia.
Así que acá vamos de nuevo a ver qué tal
Aloz
Capitulo I Una visita
Ya era de noche, una noche clara y despejada, las estrellas brillaban con intensidad. Harry estaba tirado en su cama viendo en dirección de la ventana, mientras observaba la noche. No pensaba en nada, se limitaba a observar. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la ventana para mirar la luna, era luna llena. "Lupin" pensó de inmediato, seguramente la estaba pasando mal, a menos que tuviera poción de matalobos pero lo dudaba, le había dicho que no era muy bueno en pociones y que esa era particularmente difícil de realizar. Le deprimió un momento el pensar en su ex profesor, lamentaba que hubiera gente que sufriera mientras él estaba tranquilo en Privet Drive. Sacudió la cabeza y volvió a acostarse en la cama para no ver la luna, no quería pensar en Lupin.
La vida en Privet Drive había mejorado considerablemente desde que Moody había amenazado a tío Vernon y le hubiera mostrado su ojo mágico. Tío Vernon tenía pavor que apareciera de repente por lo que no obligaba a Harry a hacer nada, ni siquiera debía lavar los platos. Además podía salir de la casa cundo quisiera y entraba a cualquier hora sin que le dijeran nada. Harry sabía que Dumbledore seguí poniéndole vigilantes pero lo que no entendía era por qué no se revelaban, lo que más deseaba era poder hablar con alguno de los suyos, puesto que los Dursley no le dirigían palabra. Parecía que su miedo hacia Harry iba en aumento. Dudley casi no pasaba tiempo en casa, se guía con las excusas de ir a "tomar el té" a la casa de sus amigos, pero en realidad iba a hacer los desastres de siempre y a fumar marihuana, Harry le detectó el olor una noche. No podía creer lo idiota que podía llegar a ser Dudley, si seguía en ese camino iba a terminar aún peor de lo que estaba ahora.
Harry, bostezó, ya era de dormir pero sin embargo un golpe en la ventana lo hizo incorporarse rápidamente con la varita sujetada fuertemente en su mano derecha. Se acercó a la ventana pero no había más que una lechuza con una carta para Harry. Éste le abrió la ventana y la dejó pasar. Era un lechuza color pardo de tamaño mediano. El joven mago le tomó la carta y la lechuza salió batiendo alas hasta perderse en la oscuridad de la noche. La carta estaba escrita con una caligrafía muy ordenada y pequeña, Harry no la reconoció así que abrió la carta y la leyó:
Querido Harry:
Espero que te encuentres bien, supongo que así debe ser después de la amenaza que Ojoloco a tu tío. Ya sabes que si en más de tres días no te reportas se enviará a alguien que vaya a verte pues se interpreta tu silencio como signo de peligro, así que no se te olvide escribir. Te envío esta carta para comunicarte que necesito hablar contigo por lo que me presentaré en tu casa mañana a eso de las tres de la tarde. Avísales a tus tíos para que no se enojen.
Atte
Albus Dumbledore
Harry leyó la carta y la guardó. Quedó bastante intrigado ¿qué sería lo que Dumbledore quisiera hablar con él? ¿Le habría pasado algo a alguien? ¿Se encontrarían todos bien? Estaba bastante preocupado, por lo que no pudo conciliar el sueño rápidamente pero este eventualmente llegó y quedo dormido bajo el alféizar de la ventana.
Harry despertó un tanto confuso al verse sentado bajo la ventana y no acostado en su cama. Entonces recordó la carta del director y su preocupación volvió. Miró el reloj despertador y vio que ya era hora de desayunar por lo que bajó a la cocina.
Los Dursley estaban en la cocina cuando Harry entró, ninguno le prestó atención. Tío Vernon estaba leyendo el periódico, tía Petunia se pintaba las uñas y Dudley veía la televisión. Harry tomó asiento y se sirvió un poco de cereal, al acabarlo decidió que era momento de decirle a su tío sobre la visita del director.
-Hum ¿Tío Vernon?- este lo miró por encima del periódico-eh, hoy va a venir el director de hog.. es decir de mi colegio para hablar conmigo a eso de las tres
-¿Estás avisando o estás pidiendo permiso?-preguntó tío Vernon enojado-Deberías pedir permiso antes de traer a tus amigos raros a esta casa, además-una sonrisa burlona apareció en su rostro ¿Qué tendría que hablar el director de la casa de locos contigo?
-Pues, en realidad no lo se. Y con respecto a lo otro, yo no lo invité, él mismo dijo que vendría. Además por si no lo recuerdas-esta vez fue él el que sonrió-Moody dijo que enviaría a alguien si no me trataban bien y no dejar venir a la casa al director no es precisamente tratarme bien
Tío Vernon se había puesto pálido como la leche y sus ojos parecían querer salirse de sus órbitas de lo abiertos que los tenía por el terror
-Bueno en ese caso no habrá problema en que venga, pero que ni se te ocurra decir que te tratamos mal
-Bien-concluyó Harry
Harry subió a su habitación y se puso a estudiar pociones, estaba decidido a subir sus calificaciones, si quería ser un auror debía ser el mejor en todo, así que el esfuerzo empezaba desde el verano. Aún no había recibido el resultado de sus TIMOS pero con un poco de suerte habría pasado en las asignaturas necesarias.
Lo que más le preocupaba era la calificación de pociones, en el examen teórico le había ido muy bien, sabía que premiaban con puntos extra las respuestas que estuvieran muy completas y Harry sabía que obtendría puntos extra por la respuesta de la pregunta de la poción multijugos, al haberla ingerido años antes sabía muy bien los efectos. Pero en el examen práctico no le había ido también, no para la E que Snape pedía de requisito para seguir en sus clases, Harry calculaba una S, estaba desilusionado pero no perdía las pocas esperanzas que le quedaban.
A las tres menos cinco bajó al recibidor y se sentó en un sofá a esperar a Dumbledore. Los Dursley parecían bastante asustados, ya estaban traumados. Sólo estuvieron abajo un momento y luego cada uno se fue a su habitación, no querían estar presentes cuando el mago apareciera. Escuchó a tío Vernon decirle a tía Petunia que seguramente era de esos magos que les gustaba atacar a los demás.
A las tres en punto escucharon unos golpes en la puerta del número 4 de Privet Drive. Harry se levantó y fue a abrir la puerta. Un sonriente Albus Dumbledore esperaba, Harry lo dejó pasar y el anciano se sentó en un sofá
-Buenas tardes, Harry-dijo con una sonrisa
-Buenas tardes, profesor Dumbledore. ¿Quiere tomar algo? –preguntó Harry nervioso, no estaba muy seguro de cómo debía tratarse a una persona como Dumbledore cuando llegaba a casa.
-No, muchas gracias, Harry. Primero quisiera saber cómo te encuentras, espero que tu familia no te haya dado problemas este verano.
-No, este ha sido mucho más sencillo. Tienen terror de que Ojoloco se presente y los convierta en cucarachas-sonrió Harry
-Me alegra saberlo, pero sé que te preguntarás que hago aquí ¿verdad?.Harry asintió con la cabeza-bueno pues antes que nada quiero decirte que todos se encuentran bien y que nada extraño ha sucedido, así que no preocupes por nada. Todos estamos felices porque ya todo el mundo mágico conoce la verdad, y todo gracias a ti
-Hubiera preferido que nadie se enterara a que Sirius muriera-murmuró tristemente
-No debes culparte de nada, Harry. Además nada ganarás con lamentarte. Sirius sabía que moriría en combate y así fue, una muerte con honores, no es algo que todo mago logre.
Harry permaneció en silencio, eso era lo que todos le decía sin embargo él no les hacía caso, seguí culpándose, sabía que si no hubiera sido tan estúpido nada de aquello habría pasado.
-Sé que ahora lo que quieres es venganza. Matar a Bellatrix Lestrange-Harry lo miró, eso era precisamente lo que quería hacer-Pero no puedes hacerlo, no te lo permitiré puesto que eres demasiado joven y la muerte no resuelve nuestros problemas, Harry. Solo nos convierte en seres que cargarán un peso extra en su pecho durante toda la vida. Además, tu no perteneces a la Orden del Fénix.
-¡Per0 yo quiero pertenecer a la orden-gritó Harry-¡Quiero luchar! ¡No me voy a quedar de brazos cruzados mientras todos los demás luchan y mueren por MI culpa! ¡No es justo que cada vez mueran más y más personas a causa de una guerra sin fin que empezó conmigo!
-No es tu culpa, jamás debes pensar lo contrario, esta guerra comenzó porque Voldemort así lo quiso, porque por su afán de conseguir todo el poder y la inmortalidad decidió atacar a un pequeño niño para conseguirlo-Dijo Dumbledore- Pero en cuento a que no quieres quedarte sin hacer nada, ese es el motivo de mi visita.
Harry lo miraba con los ojos desorbitados. Ese era el momento que había estado esperando durante mucho tiempo, que se le diera la oportunidad de actuar de alguna forma. ¿Finalmente lo dejarían unirse a la guerra y formar parte de la orden?
-Podré… ¿podré ser parte de la orden?-Inquirió el chico nervioso
-Oh, no, claro que no-Dumbledore sonreía-Ya te he dicho que eres demasiado joven y antes de que me reclames nada, he venido para ofrecerte la oportunidad de que realices un trabajo vital para la orden.
-¿Un trabajo? ¿Es decir me va a enviar a cumplir una misión?
-Si, por así decirlo. Pero no va a ser fácil-Dumbledore ya no sonreía, mas bien estaba muy serio-Lo que voy a pedirte es en realidad algo que va a dolerte mucho, Harry. No físicamente, sino que va a herir tus sentimiento y los de los demás involucrados.
-No importa-Harry estaba decidido a hacer algo-Haré lo que sea si eso ayuda a la orden y a atrapar a esa Lestrenge. Es lo mínimo que puedo hacer por todos los que han estado de mi lado durante todo este tiempo.
-Bien, pero quiero que sepas que si no quieres hacerlo, no te culparé y buscaré otro modo de solventar el problema, no te sientas presionado.
-No, profesor Dumbledore, le aseguro que haré lo que sea-repitió Harry, esta vez con voz más fuerte y decidida que antes. Ante los ojos de Dumbledore estaba un chico que para su corta edad ya había visto mucho más de lo que un adulto debería haber vivido en toda su vida.
-Bien, quiero que seas nuestro espía
-¿Espía? ¿De quién?
-De mortifagos-dijo simplemente el anciano con una sonrisa.
-Pero creí que de eso se encargaba el profesor Snape-dijo Harry extrañado.
-Si, bueno pero él es espía de mortífagos adultos y del mismo Voldemort. Él se encarga de saber los planes para que la orden sepa cómo defenderse. Quiero que tú seas el espía de los futuros mortífagos. Es decir a los chicos con padres mortífagos.
-Y ¿cómo lo voy a hacer? No tengo cómo acercarme a ellos si son de slytherin y yo no tengo acceso a ellos, además que nos odiamos, jamás me confiarán sus planes o los de sus padres.
-Tú mismo lo has dicho, Harry. Ellos están en Slytherin y tú no. Y creo que has llegado a la misma conclusión que yo. Tendrás que cambiar de casa y dejar Gryffindor para ir a Slytherin.
