Porque son, niño, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hourís del Profeta.

El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta,
las esmeraldas son verdes;
verde el color del que espera,
y las ondas del océano
y el laurel de los poetas.

Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
en que el carmín de los pétalos
se ve al través de las perlas.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.

Que parecen tus pupilas
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro
que al soplo del aire tiemblan.

Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar la sed con ella,

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.

Que parecen, si enojado
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.

Que entre las rubias pestañas,
junto a las sienes semejan
broches de esmeralda y oro
que un blanco armiño sujetan.

Porque son, niño, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
quizás, si negros o azules
se tornasen, lo sintieras.

Harry leía el papel, parecía un poema o una canción, la verdad no sabia que era pero no había duda, era tierno.

-¿Harry?

El moreno respingo. En mitad de clase de encantamientos un pequeños gatito hecho de papel azul se había aparecido a su lado trayendo consigo aquel papel, que al parecer lo mando alguien que comprendía su molestia con sus ojos.

Al terminar de leer lo doblo cuidadosamente y lo guardo en su libreta ya fuera de quien fuera era bastante lindo.

El pequeño gato empezó a maullar molesto, al parecer, quería una contestación.

Rápidamente Harry arrancó un pedazo de papel y puso: "¿Quien eres? Es muy lindo de tu parte"

El gato desapareció con el papelito.

Más tarde apareció de nuevo, esta vez, con la contestación. El minino saltaba alegremente alrededor de Harry mientras se enrollaba en sus tobillos. El papelito decía: "Me alegro de que te guste Harry". Este se sonrojó y le repitió la pregunta "¿Quien eres¿Eres un chico?".

La contestación regreso pronto, junto al mimoso gato; "Si, soy un chico. Por cierto, te ves hermoso cuando te sonrojas" Harry, si es posible se ruborizo más despidiendo calor palpable.

Pero… el chico, (no sabía por que pero estaba decidido a creer que era un chico) debía estar en la misma clase que en ese momento si lo había visto ruborizarse.

Miró a su alrededor. Nadie se le ocurría. Era una clase Slytherin - Gryffindor como siempre.

Miró a su derecha: Ron. No definitivamente no. La letra del papel que sostenía en su mano era hermosa, en cambio aquellos garabatos más parecían salidos de Grawp que de un ser humano. Miró hacia atrás. Seamus, demasiado chica. Dean, demasiado redonda. Neville, demasiado dispareja.

Pero el gato apareció de nuevo. "Aún sigues sin saber quien soy, Harry" Así que había visto como veía en las redacciones de sus compañeros. Miró nuevamente el papel. Tenia añadido un "Te ves tan inocente con esa cara de confusión jejeje" Bien. Definitivamente aquel tipo estaba loco.

El chico Dorado guardó nuevamente el papel, sin saber exactamente por que lo hacía y quien era el autor, sin embargo decidió ignorar al gatito quien llegó a los 5 minutos de haber tomado esa decisión y se puso a lanzar gruñidos molestos al moreno que trato de no inmutarse hasta que…

-¡JODER!

-¡Señor Potter! Haga el favor de no decir esas majaderías, y no interrumpir mi clase

-Si señor, lo siento, no se repetirá- murmuró el moreno frotándose el tobillo el cual ostentaba 3 diminutos (pero algo profundos) arañazos.

Agarró rápidamente el papel y antes de abrirlo decidió mandar una contestación: "¡Haber avisado que el gato tenia garras!" Inmediatamente abrió la contestación pensando que si seguía así jamás se enteraría como encantar una tortuga para enseñarle judo aunque la verdad el mundo no se perdería de mucho.


Aquí de nuevo con una historia salida de mi desbaratada imaginación, esta vez he estado cuidando mucho los errores eh! Jejeje a quien le interese el poema no es de Draco (bueno en mi fic si¿no? xd) es de Gustavo Adolfo Bécquer, uno de mis poetas favoritos y es la Rima XII, claro con algunos pequeños cambios; como cambiar niña por niño y quitar una estrofa, (lo se soy un monstruo) odie cortar un poma de ese genio, pero en esa estrofa hablaban de las hermosas trenzas y pues ejem...Harry con trenzas no me apetece ¿estamos? Y en el fic ,valga la redundancia, Draco ni conoce a Bécquer o hacemos como que no existió nunca, es decir que el poema Draco lo inventa, así como un par de canciones y poemas que veremos en el siguiente capi y bueno...ese es el adelanto muajajaja