¡Hola, hola, chicas interesadas en las locuras de la imaginación! Hay algún chico?

Primero, para salir de ellos: Ningún personaje me pertenece.¡Listo!

Segundo: Con este fic medio trastornado (que no está completo) construyo un mundo donde los chicos Winchester tendrían a Natasha permanentemente en su equipo. No es exacto; el destino ha sido modificado y ello me permite tomarme ciertas (muchas) libertades. Espero que les guste y si me pueden dar ideas de qué otras cosas absurdas pueden hacer esos cuatros, lo agradeceré mucho.

Otro detallito: Existe un desfasaje temporal entre las dimensiones. La línea cronológica empleda será la de Supernatural.

Resumen: Si la Viuda Negra hubiese acabado por accidente en la dimensión de Supernatural, las cosas, para los Winchester y Castiel, habrían sido un poquito diferentes.

ía letal

La primera vez que la vio pelear, Dean no podía creer que una mujer salida de la nada- más bien, de lo que parecía un portal interdimensional- le estuviese propinando una paliza memorable a un demonio que minutos antes estuvo a punto de matarlo. Tampoco pudo apartar pudorosamente la mirada, ni quiso, cuando la toalla que ella portaba cayó al suelo: Una pelirroja rusa llamada Natasha, sin vestimenta, era solo una fantasía, ¿no?

Si había algo que disfrutaba Nat de estar encerrada durante horas en el Impala, camino a ninguna parte para resolver casos que ni SHIELD, erróneamente, tomaría en cuenta, era las eternas discusiones sobre los gustos musicales de Dean- le recordaba demasiado a Tony Stark- y el plus de acariciar el pelo de Sam cuando este se quedaba dormido.

Lo que la desconcertaba, sin demostrarlo, obviamente, era que el hermano pequeño se parecía demasiado a Steve…

El cabello, para Sam, constituía su mayor vanidad. Gracias a los consejos de Nat y al dinero que esta le dio, sacado de quién sabe donde, compró la marca de champú más cara que había en las tiendas del último pueblo que "visitaron". Si bien Dean se burló intensamente al principio, su parecer cambió cuando el inenarrable placer del rostro de la mujer, transfigurado por el aroma, fue como una llama incandecente que le quemó los ojos. Por eso, si el producto menguaba demasiado aprisa, Sam, y el monstruo de turno, solo tenían que afinar el olfato para encontrar a su hermano.

Lo reconocía. Era la mujer que lo acorralaba contra las paredes, la garganta seca, el corazón desbocado por el esfuerzo, con una facilidad pasmosa. La única que lo aprisionaba al suelo con las piernas tan bien torneadas apretando sus caderas. Nunca podía adivinar de donde provendría el dolor, pero sus gemidos de protesta parecía ser música para los oídos de Natasha… Hasta que escuchaba el aplauso de Sam tras el combate cuerpo a cuerpo y el usual "Nat, 35; Dean, 0."

Natasha era una experta en suprimir los recuerdos molestos. Para una agente de SHIELD, estos resultaban una carga pesada… hasta que los Winchester la vieron llorar por primera vez, cuando un espíritu que habitaba en los espejos le mostró lo que más temía de sí misma. Entonces se dijo que bien valía un poquito de masoquismo si con ello ganaba unos cuantos abrazos muy cálidos e íntimos de esos dos grandulones.

la lluvia

El agua purifica. Lava la sangre y la suciedad del cuerpo. Te renueva y te expone al mundo… y disfraza las lágrimas. Con el tiempo, Sam aprendió a distinguir estas de la llovizna que caía incesantemente, pero nunca pudo ocultar las propias, no si ella, con el cabello pegado al rostro y los ojos verdes resplandecientes aunque cansados, le pedía regresar a la cabaña de Bobby, donde su hermano aguardaba, listo para partir.

7. Indagaciones

Castiel, en toda su gloria divina, se sentía como un niño pequeño cuando Natasha exigía explicaciones sobre las locuras a las que el Cielo sometía a la tierra. Esta mujer, si se lo proponía, podía acabar con la Muerte misma y derrotar a Lucifer con uno solo de sus dedos (en su presencia, las hipérboles se admitían). Después de todo, sacar confesiones era lo suyo. Naaaada desagradable.

8. El mío, el tuyo, el nuestro1

… estúpida metiche mira que aventar mi hermosa nena contra el andén como si fuese una cacharro lo único que ha hecho es darme una patada por el culo y decirme que me desaparezca y el idiota de Sam OJOS DE CACHORRO APALEADO apoyándola como siempre hace quisiera saber si es hermano mío o suy…

"Lo siento, Dean", se leía en la tarjeta adherida a la puerta de la habitación del hotel. El Chevrolet Impala del 67, color negro, nunca había estado tan reluciente y en perfectas condiciones.

La hora: 10:54 p.m.

El sitio: Pub en medio de quién sabe donde, camino a Kansas.

El reto: Karaoke

La razón: Una apuesta estúpidamente perdida.

La canción: It´s a man´s, man´s, man´s world de Seal

La estrategia: Sacar pecho y convocar a la diva que se agazapaba dentro de ella.

El objetivo: Transmitirle a los Winchester el verdadero temor por sus vidas.

10. Slash Fan

Intrigante, pensaba Sam. Las chicas parecen disfrutarlo… bastante. Nat, según veo, también forma parte del grupo de apoyo. Hay que ver como aprieta las piernas cruzadas e inconcientemente se muerde el labio inferior, volviéndolo tan rojo que quisiera morderlo…

No entiendo qué tiene de excitante, siguió reflexionando, que dos hombres tengan sexo aunque me encante verla en ese estado que se esfuerza por esconder. Pero si me acerco, a lo mejor…

Tampoco le importó la velocidad de sus pies cuando leyó WINCEST.

ella

Natasha sabía ser invisible. Gracias a ella, los chicos Winchester también, y Castiel no tenía permantemente el corazón en la mano cuando los humanos ocupaban sus pensamientos. Fue una rara y espectacular jugada del destino traerla aquí, hace tantos años: La vida de los cazadores, mucho antes de hallar el búnker, jamás había sido tan cómoda, excepto cuando Sam o Dean metían la pata catastróficamente y país y medio, cielo e infierno, estaban tras ellos. Hoteles, documentos oficiales "verdaderos" (Natasha entraba en los edificios del gobierno que le pareciera como si de su casa se tratara), entrenamiento continuo, ¡ropa!...un sentido del humor mordaz y refrescante, a la orden… Apoyo.

Los sobrevivientes. Muñecos de papel vitrificado, ligeros y quebradizos, que perdían a los que amaban uno tras otro, excepto a sí mismos.

Al verlos, el ángel sonrió enternecedoramente: Sam intentaba detener otra pelea entre Nat y Dean. Armas traídas al duelo: libros muy valiosos. ¿Era eso La llave de Salomón?

Anier92

Peatsheag4

1 Monólogo interior en el primer párrafo.