NI TOTAL DRAMA NI SUS SECUELAS, NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN,
LO QUE ES SÍ ES 99,9% MÍO ES LA TRAMA DE ESTE FIC Y EL UNIVERSO DONDE SE DESARROLLAN
EL OTRO 0,01% ES PORQUE, COMO SABRÁ, ME INSPIREN EN X-MEN EVOLUTION PARA LA CREACIÓN DE LEGION TDI
POR ÚLTIMO: HAGO ESTO SIN FINES DE LUCRO.
...AUNQUE NO ME MOLESTARÍA UN BONO NAVIDEÑO.
Navidad Legionaria
Porque por hoy dejarían de lado los poderes, las peleas, el entrenamiento y los uniformes, era navidad y lo justo era que lo pasaran en paz, armonía, rodeado de los seres queridos... bueno, dentro de lo que cupiera en el caso de La Hermandad. Drabbles con poca o nula conexión con Legion TDI
Drabble 1: Galletas
Courtney bajó la escaleras con más desanimo de lo habitual, más pendiente de cómo sus pantuflas se llevaban el polvo acumulado de los escalones que el barullo en general que se escuchaba en la sala de estar.
—¡Courtney, me alegro que te animaras a bajar finalmente! ¿quieres galletas? —preguntó Lindsay con una alegre sonrisa en el rostro, extendiendo una caja forrada en rosado que efectivamente contenía las galletas, decoradas en los típicos colores festivos y con forma de pinos, regalos, campanas navideñas y botitas.
Francamente tenían una pinta estupenda y olían exquisito.
—Uh, ¿Las hiciste tú? —preguntó ella con duda, después de todo no era la primera vez que era testigo de las artes culinarias de la rubia.
—¡Claro! es receta familiar ultra secreta, bueno, ni tan secreta… solo le rallamos cascara de limón a la mezcla— se encogió de hombros Lindsay, llevándose una galleta a la boca.
Courtney miró a los demás muchachos, quienes no parecían desear huir de la rubia, de hecho, algunos estaban comiendo las galletas, incluso Trent, quien había terminado intoxicado una vez gracias a un pescado mal preparado por ella.
—Gracias —sonrió tenuemente la morena, tomando una galleta con forma de pino. La rubia le devolvió una radiante sonrisa, antes de dar media vuelta y subir a su habitación a terminar de alistar las cosas.
—Bien, creo que eso es todo —sonrió Dj, quien bajaba con una maleta bajó un brazo y una jala de conejo en el otro, donde claro, estaba Bunny.
—Al fin viejo, ¿por qué tardaste tanto? —se quejó Geoff, quien esperaba desde hacía tiempo junto con Bridgette a que el grandote se terminara de alistar.
—Lo siento, es que Bunny no quería meterse en la jaula, el pobre quedó traumatizado desde que alguien intentó lanzarlo a la piscina —gruñó Dj, viendo directamente a Duncan, quien solo se encogió de hombros.
—Nadie le mandó a ese roedor a comerse mis audífonos —dijo sin el menor remordimiento— Mas bien que te llevas a ese animal de hecho, sino hubiéramos comido conejo como cena navideña.
Horrorizado Dj iba a responder, cuando Bridgette intervino.
—Ya no importa Dj, afortunadamente ahora Bunny tendrá un lugar donde correr libre —le sonrió ella, luego miró a Dj con un puchero que sin duda, afectó a la persona que se hallaba al lado de él, poniendo su cara embobada—. ¿Nos podemos ir ya? Quiero llegar temprano al aeropuerto, ya sabes cómo son las cosas en estas fechas...
—Eh, claro...
La rubia sonrió con amabilidad, tomando su propio morral y colgándoselo del hombro.
—¿Te ayudo Brid…?
—¡Vamos Dj! —ignoró olímpicamente la rubia, como ya era habitual, al joven australiano.
—¡Chicos, espérenme! —se oyó la voz de Lindsay, quien bajaba las escaleras apresuradamente mientras que la maleta de rueditas resonaba tras suyo—. ¡Yo también voy!
—¿Al aeropuerto? —preguntó Dj con una ceja arqueada, que el recordara la Brooks tenía su familia ahí mismo en América.
—Nop, al garaje —sonrió la rubia mientras caminaban hacia la mencionada habitación—. Hoy me llevaré la moto de paseo, no quiero usar transporte público.
La puerta mecánica del garaje se alzó en frente de los chicos, y mientras los primeros chicos se dirigían a unas de la Hummer, Lindsay se dirigió a un bello modelo Apirilia dorada.
—¿Estás seguro que podemos llevarnos uno de esto hasta el aeropuerto? —preguntó Dj, algo nervioso. En su vida había visto semejante auto, las ruedas inclusive le llegaban al abdomen.
—Claro, luego Cam las maneja en automático hasta acá, no hay problema —respondió despreocupado Geoff mientras acomodaba el equipaje en la parte de atrás, para salir poco después al escuchar el rugir de la moto—. ¿Ya te vas, Linds?
—Sí, me están esperando —sonrió la chica, ya montada en la moto y con el casco puesto. La chica lucía como toda una modelo de revista, con los jens sutilmente desgatados, botas de tacón hasta la rodilla y una chamarra de cuerina color crema con el estómago descubierto.
—Eh, bueno… —Geoff carraspeó, algo sonrojado y mirando hacia otro lado— Me saludas a Lucy de mi parte, ¿de acuerdo?
—¡Claro, a ella siempre le gusta oír de las locuras del chico de los rayitos! —se rió Lindsay, bajándose la visera del casco y soltando el croché de la moto para salir disparada en plena carretera.
Geoff se le quedó viendo, despidiéndose todavía con la mano.
—¿Quién es Lucy? —la voz de Bridgette fue quien sacó de su aturdimiento al de sombrero de vaquero, la chica lo mirada tal y como Courtney cuando algo no le gustaba.
Oh, mierda.
Bridgette continuó la carretera en línea recta hasta salir de los límites de la mansión, y una vez fuera tomó la autopista, donde, afortunadamente no había muchos vehículos transitando y pudo aumentar fácilmente a ciento ochenta, llegando en menos de media hora a su destino. Dejó la moto estacionada frente a un hospital y le sonrió al embobado guardia que se le había quedado viendo.
—¡Hola, Joanna! —saludó alegremente al entrar a la clínica.
—Hola, Lindsay —suspiró resignada la recepcionista, cuyo nombre real era Jean. Sin preguntarle nada a la rubia, se puso a rebuscar algo en sus archivo y le entregó un grueso sobre—. estos han sido los últimos análisis, como te lo prometí, dos copias de cada examen realizado.
—¡Gracias! Esto es para ti por cierto —le dio una bolsita transparente llena de galletas navideñas—. Receta familiar ultra secreta, bueno, ni tan secreta, tiene solamente…
—Ralladura de limón, ya sé, Linds —dijo Jean, haciendo un gesto hacia los ascensores— Ve ya que Lucy te espera, acuérdate que es la habitación 307.
—¡Feliz navidad, Juli! —se equivocó nuevamente Linsay haciendo que la recepcionista riera.
La mujer subió por la escalera y cruzó el pasillo, buscando la puerta con el número 307 en metal, cuando la encontró, abrió la puerta.
—¿Cómo está la niña más hermosa del mundo? —preguntó con un tono cantarín, haciendo que la pequeña, de piel pálida y grande ojos azules separa los ojos del dibujo que estaba haciendo.
—¡Lindsaaaaaay! —gritó emocionada, saltando en la cama. La única razón de que no había corrido hacia ella, era la cantidad de cables que estaban saliendo de ella, más eso no importó, ya que en un parpadeo luminoso Lindsay ya estaba cargando a la pequeña—. ¡Pensé que ya no venías!
—¿Cómo no iba a ver a mi adorada hermanita? ¡Ni siquiera los malvados monstruos de Sorraigton podrían impedir mi misión! —dijo con emoción en la voz, haciendo que Lucy se sorprendiera.
—¿Combatiste con monstruos? ¡Pensé que solo peleabas con Los Hermanastros! —susurró ella, llevando las manitas a la boca.
—¡Ellos pelearon con nosotros... pero Shhh! —la chitó de repente Lindsay—. Recuerda, eso no se lo podemos decir a nadie.
Y le guiñó un ojo, haciendo a Lucy reír.
—¿Me contaras la historia luego?
—Claro, pero mientras tanto, ¿Qué tal si repartimos por el hospital galletitas navideñas? —preguntó, dando un golpecito a la maleta que había traído consigo. Con eso, los ojos de Lucy se iluminaron con ilusión.
—¿Con la receta familiar ultra secreta?
—Tú sabes que no es ni tan familiar…
—¡Ralladura de limón! —corearon ambas, y entre risas Lindsay fue posicionando a su hermana en la silla de ruedas, mientras acomodaba los tanques de oxígeno en la parte de atrás.
—Por cierto, mamá envía esto. Dice que estará mañana aquí temprano, yo me quedare esta noche —dijo, poniendo un gorrito tejido de varios colores sobre la calva de Lucy— se guió de los dibujos que hiciste, ¡incluso le puso los pospones!
—¡Me encanta! Cuando venga le daré más dibujos, ¿viste el swetter que estaba haciendo? ¡Seguro que con gamuza se vería lindo!
Sonrió ante el parloteo de su hermana, no había duda que nada detenía a la niña, a pesar de que estaba a dos pasos de estar en la fase terminal, la niña seguía como si nada. Claro, había días en los que Lucy estaba mejor y otros no tanto, pero no importaba como ella siempre mantenía una sonrisa en el rostro.
Lindsay debía ser igual de fuerte y sonreír todos los días.
—¿Podemos ir a la habitación de Billy? No se ha sentido bien últimamente...
—¡Claro! Oye, tengo una idea, si Billy se siente lo suficientemente ¿crees que le gustaría dar una vuelta en mi moto?
—¡¿De verdad?!
—Solo sería cuestión de preguntar —le sonrió Lindsay radiantemente.
¡Hola, Feliz casi navidad!
La verdad he estado ausente, pero no porque quiera... ¡Tengo la computadora mala!
Sin embargo no quería estar tan desaparecida en esta fechas, así que en el trabajo escribí ese pequeño drabble, pienso subir dos o tres más, igualmente en el universo de Legion TDI.
La primera fue Lindsay, el angel del grupo, debo aclarar que esto es totalmente cannonica al fic original y al comic, así que no se sorprendan que vean más referencias de Lucy en futuras ocaciones, pensaba incluirla más adelante, pero aprovechando la oportunidad...
No sé de que sea el próximo drabble, pero quisiera que estuviera conectados, pienso hacer una serie, así cada año subiría más oneshot, como en Noche de Halloween :D
Espero que le guste la idea, ya saben, comenten, pongan favoritos... ¡Eso como regalo navideño no estaría mal!
