Renuncia: Todo a Lin-Manuel Miranda.

Nota1: ¡Regalo para Akari! Porque me ha acompañado en muchísimos años de amistad y hemos pasado juntas por todos los fandoms juntas (y aún recuerdo cuando me hiciste escuchar éste musical y yo me quedé como history is great)

Nota2: Weird!fic sobre George porque es mi bebé destrozado (mentalmente).

Prompt: 03. The King Of England.


Empire Ants


«And if the whole world is crashing down
Fall through space out of mind again
Where the emptiness we leave behind on warm air rising
Blows all the shadows far away»

—Gorillaz


Hay un abismo de insanidad tras cada cicatriz en su cuerpo.

George es un espectro y tiene risillas de amanecer que florecen bajo los cadáveres en sus tobillos. Se sienta entonces bañado en oro y moviendo sus manos de origami destrozado con eterno amor hacia la muerte danzante. Y es tan bello y agraciado (tan putrefacto en el interior, que los gusanos imaginarios se asoman entre su cabello dorado) con palabras de sabiduría indiscutible.

Y entonces—

(hay un hambre que no saciará nunca)

América querida, déjame pisar el campo de flores que compone tu cuerpo lleno de cadáveres de papel y des-tro-zar-te. ¿Siiii?

Pelea un poco más y sin embargo no sangra puesto no tiene nada más que perder en su lucha autoflagelada. Se hunde en la desdicha asimismo viendo como su imperio (de arena, cal, y remordimientos) se desmorona en la orilla del mar revolucionario. La cabeza le da vueltas y se encuentra siendo nada más que un peón al cual todos han de escupirle y lastimarle. Mira a todos lados buscando las diferencias entre el bien y el mal más al final del día

no distingue ninguna.

Y a sus subordinados su manera de herirse les da pena.

George no entiende a aquellos insípidos y despreciables e inmundos (y no quiere hacerlo porque le abriría más la herida llena de pus e insectos que posee entre las costillas). Más sin embargo decide sonreír dentro de su miseria, y no se detiene pues lo alimenta un amor putrefacto que le carcome los bordes dentro de su misma forma de adorar.

«El Rey ha enloquecido», dicen algunos entonces.

«Con sus ojos de océano drenado y la sonrisa

muerta.»