Amar todo de ti

Haikyu/ハイキュー Pertenece a Haruichi Furudate y editorial Shueisha.

:::…

"A modo de prologo"

Obtuve muchas cosas de ti, así que al final no supe como sentirme cuando me dijiste que debíamos de terminar lo nuestro, fue un golpe duro y me sentí traicionado, como si aquello que habíamos mantenido hasta el momento no fuese más que una ilusión creada por mi egoísta deseo de ser amado.

––Volvamos al inicio. ––Lo dices tan fácil, como si estuviésemos hablando de alguna trivialidad, al principio no comprendo, pero rebuscando en los eventos recientes me doy cuenta de aquello que no quería mirar. No sigas, por favor, ya me has destrozado lo suficiente. ––Aceptamos esto porque no teníamos opción ¿O me equivoco? ––Es cierto fue porque no tenía opción, porque estaba desesperado en encontrar un refugio para mi maltrecho corazón, porque estaba viviendo en un mundo donde mi propia existencia me pesaba.

––Esta bien. ––Respondí de la manera más desinteresada posible, me miraste con una mueca que mostraba tu inconformidad, tus cejas se juntaron y tus labios trazaron una sonrisa forzada y dolorosa, pero no tan dolorosa como la imagen que estaba proyectando detrás de mis parpados, aquella donde por primera vez, me dijiste "te quiero tanto".

Tres palabras que me levantaron, una simple frase que se volvió un bálsamo aliviando mis heridas.

––Necesitas saber algo más. ––Ya no quería saber nada más. ––Me enamoré. ––Basta. ––No quería que terminásemos esto así, sin más explicaciones, y tú mereces saber porque he sido tan repentino en terminar nuestra relación. ––Detente… Sonríes con ilusión y miras hacia un punto inexistente, conozco esa mirada, es la misma que me mira todas las mañanas cuando me alisto para la universidad, es la misma que me responde con sinceridad y a la cual nunca podré huir, es la mirada de una persona que ama con el corazón. Es mi mirada reflejada en la tuya. ––Kei, siempre has sido mi mejor amigo. ––Ahí están, las palabras que nunca quise escuchar. ––Por eso te lo digo ahora.

––No necesitas hacerlo. ––No es necesario, porque al prolongar esta escena, solo estas provocando aniquilar los pedazos de mi corazón. ––Esto fue un mero trato entre tú y yo. ––Cuanta mentira, este solo había sido un trato entre él y la nada, porque yo de verdad quería intentarlo, que con el tiempo lo nuestro se volviese real, igual de tangible que sus caricias y besos apasionados. ––Bokuto tardó mucho en darse cuenta. ––Me miras sorprendido, pero también sonríes con resignación, no pude evitarlo, sé que lo has amado incluso antes de que comenzará lo nuestro. ––¿Te sorprende que lo sepa? ––Me sorprende tener la fuerza suficiente como para confirmarlo.

––Un poco, tal vez. ––Te rascas la nuca incomodo por mi reciente confesión, soy un idiota, un idiota enamorado. Diriges tu mirada a cualquier punto de la habitación, estas evitando el contacto visual conmigo y me molesta, pero también me reconforta, que a estas alturas de la situación te sientas culpable. ––Kei. ––Mi nombre pronunciado por tus labios, ahora mismo es un puñal que desgarra mis entrañas. ––Gracias por todo. ––Sujetas mis manos de manera insegura, estoy a punto de deshacer el agarre, pero me veo impedido por mi yo egoísta y emocional, porque es el último contacto íntimo que tendremos, porque este es nuestro acto de despedida, uno donde tus tibias y grandes manos, estrechan con dulzura las mías. Siempre considerado, siempre dando todo de ti. Me sonríes de nuevo, y a mis ojos te has vuelto tímido y pequeño, me rio de mi poca fuerza emocional, ¿Estas pidiéndome que te bendiga? Eres cruel ¿Sabes?

––Debes ser feliz, lo más jodidamente feliz que puedas llegar a ser, incluso más que eso. ––Besas mis nudillos y me abrazas entre lágrimas, tan lindo, tan tú. No te has dado cuenta, pero, finalmente me has convertido en cenizas, ahora mismo deje de arder, me he calcinado y no soy quien para reclamarte. Porque el incendio lo he provocado yo.

––Gracias Kei, te quiero tanto. ––Me besas la frente y me sonríes de manera sincera y feliz, debí saberlo, desde un principio debí de haber tenido en mente que nunca obtendría un "te amo", que incluso ahora él me quiere, pero no de la forma en la que yo lo quiero a él. Es asfixiante, me siento liviano y con ganas de vomitar.

––Pues yo no. ––Mentira. ––Eres problemático. ––Te amo. ––Ni siquiera sé cómo hemos podido sobrevivir por tanto tiempo juntos. ––Lo hicimos hasta el final, porque yo de verdad estaba poniendo de mi parte, porque quería que esto fuese especial, porque quería que el resto de mi vida fuese solo para ti. ––Y eres demasiado sentimental, estoy preocupado de lo que pueda suceder con Bokuto, son tal para cual.

––Si, si, aun cuando dices eso, sé que de verdad me quieres.

––Eres un idiota.

––El idiota que quieres.

––Estas equivocado.

––No lo estoy.

––Lo estas.

––Yo sé que no. ––De verdad estas equivocado, yo no te quiero, yo te amo, pero decírtelo no cambiara nada de lo que ahora está sucediendo.

––De acuerdo, tú ganas, ¿Contento?

Tu sonrisa de medio lado me atrae, y me siento enfermo, soy un completo estúpido, me estoy hundiendo y no quiero poner resistencia alguna, solo me dejo hacer.

––Estaré ocupado con la mudanza, iremos a buscar un lugar cerca de la universidad, espero que tanto desorden dentro del departamento no te moleste y sobre la renta… ––Le miro, intentando no desmoronarme, guardando mis temores y apresando el torrencial de lágrimas que amenazan en salir, mi mascara es perfecta, siempre lo ha sido, así debe ser, no tengo porque vacilar ahora, mantendré mi perfecta actuación hasta el final.

––No tienes que hacer nada innecesario. ––Espero que todo termine rápido, que su presencia sea desalojada por completo de este lugar, si es posible, que desaparezca de mí.

––Pero compartimos gastos, lo menos que pude hacer fue buscarte un nuevo compañero. ––Una alarma comienza a sonar dentro de mi cabeza, él ha dicho "pude" no "puedo"

––¿Hiciste qué? ––Pregunto, con un hilo de voz, estoy a punto de explotar, todo ha sido tan repentino que mi fachada comienza a caer, necesito mucho tiempo a solas, para regodearme de mi propia desgracia, de mi amor no correspondido, de lo imbécil que fui por esperar algo más que físico, para llorar en silencio, para olvidarlo. Un completo desconocido solo se convertiría en un estorbo. ––¡¿Por qué no me consultaste?! ––Estoy enojado, frustrado, herido. Kuroo siempre hace lo que quiere, a veces nunca mide las consecuencias de sus actos. Tal vez eso fue lo que me enamoro perdidamente de él, que de los dos, en esta "relación por conveniencia" fue quien tomo las decisiones más locas, fue quien me guio con los ojos cerrados, sin importarle caminar por un sendero lleno de clavos y piedras filosas.

Se encoge de hombros, le está restando importancia al asunto, como si la respuesta a mi pregunta fuese más que sencilla.

––Eres muy especial, si te lo decía con tiempo terminarías quedándote solo. ––Ah, así que de eso se trataba, ni siquiera has tenido un poco de compasión por mí, tanto así, que incluso al final te preocupas. Te odio por eso, pero también te amo. ––No quería dejarte solo. ––Murmura al final, y las cenizas que quedaron de mí, comienzan a levantarse con suaves soplos de un viento llamado "compasión". Asqueroso. Dulce.

––Haz lo que quieras. ––Es lo último que le digo, con pasos apresurados llego a mi habitación, cierro la puerta de golpe y este resuena por todo el departamento, le pongo el seguro y escucho como Kuroo me llama repetidas veces, pidiéndome perdón por haber actuado de manera precipitada, pero sinceramente ahora mismo, lo único que quiero hacer es dormir, dormir profundamente, para no despertar, o tal vez, para despertar y darme cuenta de que lo que ahora ha sucedido se ha tratado de un mal sueño.

Me estoy hundiendo en un profundo mar de desesperación y lamentos.

Pero…

No quiero ser salvado.

…:::…

––Y… esta es la última. ––El golpe seco de la caja hace eco en su habitación, hasta hace poco el lugar gritaba "Kuroo" por todos lados, ahora solo se mantenía en silencio. ––Uff, las mudanzas sí que son una molestia. —Kuroo se deja caer al lado de la última caja, se recarga sobre esta, es tan pequeña que no le sirve de mucho, parece que simplemente se ha recostado en el suelo.

––Lo sientes así porque te has precipitado, nadie en su sano juicio decide mudarse de la noche a la mañana. ––Le reprendo con fastidio, estoy agotado, en un intento de hacerme entender que su partida no era una cruel broma, le preste mi ayuda a empacar sus pertenecías.

Soy un masoquista.

––Fue mejor de lo que esperaba. —Me mira con sus intensos ojos negros, me dedica una sonrisa que desborda sinceridad y agradecimiento, pero más que sentirme alagado y satisfecho, me siento destrozado y vulnerable. —Gracias por tu ayuda, Kei. —Evito su mirada y simplemente me dedico a observar el gran ventanal de la habitación, no tengo la fuerza suficiente como para hacerle frente, mi mascara se está rompiendo con cada día, con cada hora, cada minuto, cada segundo a su lado.

—Es algo que te saldrá caro. —Tristeza disfrazada de cinismo. —No puedo esperar a que me pagues como es debido. —Angustia disfrazada de descaro.

Con un largo suspiro no puedes evitar reírte de mis palabras.

—Anótalo a mi cuenta. —Mi ceño se frunce en dolor disfrazado de molestia, tu cuenta es tan larga que ni en esta vida ni en otra podrías saldarla.

…:::…

—¡Demonios, este lugar sí que era grande! Eso solo afirma que eres un horrible acumulador Kuroo. —Existe mucha sorpresa plasmada en su rostro, Bokuto ha llegado de manera inesperada, su imagen dentro de la que una vez fue la habitación de Kuroo, no hace nada más que causarme cólera y fastidio.

—Eso no es verdad, la cama es una queen por eso el espacio se veía tan pequeño. —Kuroo le reclama y yo solo me puedo mantener ajeno a su conversación. Mentiras, eso es lo que ha salido de su boca, Kuroo no lo admite, pero es verdad, puede llegar a ser un acumulador y solo hasta que se encuentra desesperado por encontrar sus cosas, es cuando decide hacer una "limpieza extrema" en su pieza.

También…

—¿De verdad? —No lo cuestiones, créelo. Porque si lo haces, será muy difícil de explicar, o tal vez solo yo encuentro difícil el poder explicarlo. —¿Acaso no dormías en una individual? —Un escalofrió recorre mi espalda, mis manos comienzan a sudar, pero me mantengo impasible desde mi lugar. Porque es cierto, Kuroo dormía en una individual hasta hace un mes, ese fue el primer movimiento ante su inexplicable cambio repentino.

Después de terminar, caí en cuenta de que no había sido tan inexplicable como creí.

—Pero, ¡¿qué dices hombre?! —Kuroo siempre ha sido tan rápido en buscar respuestas fáciles a predicamentos tan complicados. —Esa cama murió cuando recién ingresamos a la universidad. —Se ríe de manera tonta, como si fuese un hecho obvio, Bokuto no lo piensa más, asiente de manera afirmativa, y me alegro por ello, porque sea igual o incluso más ingenuo que el mismo Kuroo.

—¡Oh! Tsukki. —Odio eso, no me llames de manera tan amigable, no ahora. —Akaashi regresa de Londres. —Mirar tu sonrisa y la manera en la que te expresas, no puedo, no quiero, pero mi interpretación debe de ser perfecta. —Dijo que no ha podido ponerse en contacto contigo. —Error mío, mi teléfono fue robado y mi laptop no ha querido encender desde que Kuroo término "lo nuestro", otro error, nunca existió tal cosa.

—Si no mal recuerdo fue gracias a ustedes dos que mi teléfono termino siendo robado, y mi laptop terminase nadando en jugo.

—No, no, no, no, eso fue debido a tus descuidos Kei.

—¿Cómo puedes culparnos de algo así Tsukki?

—Par de idiotas. —Refuto ante sus malas actuaciones, haciéndose querer ver como si no tuvieran la culpa de nada.

—¡Que cruel/Que cruel!

Suspiro, cansado, derrotado, incluso yo sé, que existían muchas otras maneras de ponerme en contacto con mis conocidos, y que los dos se complementan de una manera perturbadoramente asombrosa. Adorable y única.

—Discúlpame con Akaashi, dile que me pondré en contacto lo más pronto posible.

—En fin, ya que es mi último día en este lugar, ¿Qué les parece llamar a los chicos y organizar una pequeña reunión? —Kuroo siempre es el inicio y fin de mis dolores de cabeza.

—¡Fiesta! ¡Fiesta! —Bokuto agregado en un dos por uno, me deja con una terrible migraña y un sabor amargo en mi boca.

Esta tarde-noche será la más larga, pero también la más corta.

Kuroo se irá mañana, y este departamento se sentirá vació y monstruoso.

…:::…

—"Hola Kei" —Akaashi se muestra al otro lado de la pantalla, no pasaron más que un par de días, para solucionar mi "problema" de comunicación. —"Lo escuche de Bokuto, sobre tu teléfono y computador"

—No fue un verdadero problema. —Respondo con simpleza, él espera, está atento a cada uno de mis gestos y movimientos, es típico de Akaashi, nunca invade de manera agresiva, espera en sigilo, siempre esperando a que uno mismo se sienta lo suficientemente cómodo, como para hablar de aquello que te aqueja. —Pero tampoco pude darle el tiempo necesario para arreglarlo, después de todo estuve ayudando en la mudanza de Kuroo y Bokuto. —No puedo mentirle, o al menos eso es lo que creo, porque lo que acabo de decir es más una mentira que la verdad.

—"Bokuto también me dijo eso, menciono que estaba muy feliz de que alguien tan inteligente como tú les ayudara a agilizar sus movimientos y encontrar un buen lugar"

—Esos idiotas, estuvieron a punto de ser estafados, ¡Dos veces! Me parece increíble.

—"Supongo que estas al pendiente de ellos ¿o me equivoco?"

—Bokuto ¿Te lo dijo?

—"¿Sobre qué?"

—La razón por la que decidió salir con Kuroo.

—"En realidad eso no es lo que quieres preguntar ¿O sí? Creo que a estas alturas la pregunta por la que de verdad te interesa saber la respuesta es: Si Bokuto de verdad ama a Kuroo ¿o me equivoco?"

Silencio por parte de los dos. Agacho la mirada y no puedo responder con franqueza. No quería sonar tan directo, pero Akaashi se ha dado cuenta que no podre sincerarme completamente y le agradezco por ello.

—Tal vez. —Respondo en un pequeño susurro, que de no ser por el micrófono de los auriculares seguramente Akaashi nunca habría escuchado.

Un suspiro sale de su boca.

—"Él siempre creyó que había algo entre ustedes, e incluso me lo pregunto en muchas ocasiones"

Un respingo me invade, saber aquello no ayudaba en nada mi estado anímico.

—¿Tú le contaste? —Traición gritaba mi mente, aun cuando sabía que Akaashi no sería capaz de tal cosa. Pero el miedo y la inseguridad siempre logran hacernos actuar y sentir de la manera más vil y cobarde.

—"A estas alturas me sorprende que lo preguntes, pero sé que todo esto se te ha salido de las manos… Kei, nunca dije nada, ni siquiera ahora, esto es algo entre tú y yo, porque estoy seguro que Kuroo no tiene la menor idea de que estoy enterado en un cien por ciento de su situación."

Me siento avergonzado y triste, Akaashi fue, es y será mi más grande confidente, de todos el único con el que me atreví a ser sincero, el único que trato de hacerme entrar en razón y aun cuando no pudo hacerlo se mantuvo a mi lado, para recoger los pedazos de mi alma rota y pegarlos con cuidado y dulzura.

No es amor, lo nuestro no puede llamarse así.

—Lo siento.

—"No tienes por qué disculparte, y respecto a lo anterior… Bokuto ha estado enamorado de Kuroo desde la preparatoria" —La sorpresa es plasmada en mi cara, la incredulidad se alberga en mi interior junto con egoístas y retorcidos pensamientos revoloteando sobre mí. —"Llámalo amor a primera vista, pero nunca se atrevió a decirle nada, porque a pesar de que se muestra tan valiente y un poco altanero en la cancha o cualquier otro lugar, por dentro es tan frágil que cuesta creerlo. Entonces ocurrió, Kuroo te conoció y algo en Bokuto se rompió, pero nunca se halló en el derecho de hacer o decir algo, porque nunca tuvo el valor de dar un pequeño paso."

—Esto es tan cliché. —Desagrado y asco en cada una de mis palabras, me siento asqueado de mí mismo, porque al igual que Bokuto, nunca tuve la intención de dar un insignificante paso, simplemente me dejé llevar por Kuroo y sus desbordantes e incontrolables emociones, por la manera tan casual e intensa con la que me miraba mientras teníamos sexo, por como mordía mis labios con pasión y delineaba con suavidad cada parte de mi cuerpo, para mí ya era suficiente el poder ser sostenido por él. —Pero estoy sorprendido, ¿Sabías de los sentimientos de Bokuto hacia Kuroo y aun así nunca hiciste nada para que ellos dos terminaran juntos? ¿Qué dices de mí? ¿No era más conveniente deshacerse de mí?

O eso me quise hacer creer.

Una mentira que consumía poco a poco mi corazón.

—"Kei"

—¿Hm?

—"Si yo te hubiese dicho acerca de los sentimientos de Bokuto… ¿Habría cambiado algo?"

Callé, no, no habría cambiado nada, el resultado hubiese sido el mismo, Kuroo terminaría al lado de Bokuto y yo me quedaría solo.

Como ahora.

—"Quería regresar para navidad, pero no podré hacerlo, aun no consigo las prórrogas necesarias en la universidad, así que mi viaje se pospondrá para el año que viene"

—Es cierto, Bokuto menciono que tenías pensado regresar a Japón, ¿Sucedió algo?

—"En realidad… dejé unas cuantas cosas sin resolver y debo terminarlas antes de que pasen a mayores, oh es cierto, Kuroo te consiguió nuevo compañero ¿verdad? ¿Cómo es?"

—No lo conozco, ni siquiera lo he visto.

—"Pero ¿qué dices?"

—Al parecer es el mejor amigo del enano.

—"¿Te refieres a Hinata? Entonces es un chico de nuevo ingreso, ¿Kuroo lo conoce?"

—Al parecer si, después de todo el enano sale con Kenma.

—"Bueno, esto será de utilidad para ti, por fin aprenderás a ser un buen senpai, debes aprender a cómo cuidar de tu kouhai, tómalo como un paso para salir de tú miseria"

—Tch, escucharlo de ti es sorprendentemente doloroso.

—"Tal vez se deba a que hasta ahora simplemente has llorado sobre la leche derramada"

—Akaashi… ¿Te das cuenta que sonaste cono un completo anciano?

El moreno soltó una enorme carcajada, la tensión entre la línea comenzó a liberarse un poco, ahora ya no me siento tan vacío, Akaashi es un gran amigo.

Después de exprimir hasta la última gota de información, nos despedimos con la promesa de ponernos en contacto constante.

Apago y cierro mi laptop, estoy algo cansado, miro el reloj de mesa, son las tres de la mañana, nuestra conversación ha durado no más de una hora, pero debido a las diferencias horarias debemos establecer ciertos tiempos para las video llamadas.

Doy un largo suspiro.

Estoy cansado, pero no creo poder conciliar sueño alguno, así que simplemente cierro mis parpados y trato de acompasar mi respiración.

El tiempo sigue su curso y yo me mantengo despierto hasta que los rayos del sol comienzan a molestarme, lentamente abro mis ojos y dentro de mí se abre una herida profunda, una que creí haber cerrado hace tiempo. Es gracioso y deprimente a la vez, pero no puedo hacer mucho con el estado anímico en el que me encuentro.

—Patético.

Tanto yo como mi situación lo son.

…:::…