Bueno es una locura que me ha dado. Espero que os guste. Es un short. Me apeteció darle un final diferente a este capítulo
Caminaban hombro con hombro, bromeaban sobre la factura que la galeria le había pasado a Castle por la rotura de la escultura. Ella le había ofrecido una hamburguesa y él se aferró a aquella invitación. Siempre deseaba pasar más tiempo con Kate y le encantaba cuando ese tiempo era fuera de las horas de trabajo.
En el interior del ascensor Kate tenía su mirada clavada en las puertas, cómo si esos bloques de acero tuvieran las respuestas, cómo si esas puertas pudieran decirle que debía hacer. Castle miraba de reojo a su compañera. Desde que Castle había vuelto a la comisaria había notado ciertos cambios en la detective. Era más cercana en el trato con él. Y eso le daba esperanzas.
Kate seguí con su mirada clavada en las puertas. Lo primero que se le había ocurrido al ver que no se había ido con Serena fue invitarle a una hamburguesa. Ël no se había ido con la rubia del seguro, se había quedado. Podía haberse marchado con la rubia pero no lo hizo.
Castle posó su mano en la espalda de Beckett cuando las puertas del ascensor se abrieron, con ese gesto invitaba a la detective a salir. Kate no se movió del sitio así que él repitió el gesto, esta vez ejerciendo un poco más de presión.
-¿Dónde vamos? – Preguntó Castle una vez fuera del edificio. Kate paró sus pasos, miró a su acompañante y le tomó de la mano.
Castle miraba sus manos entrelazadas, su cerebro le decía que algo sucedía, Kate estaba rara. Castle la miraba intentando descubrir qué estaba pasando. Mientras Kate continuaba con su lucha. Era cierto que él le había preguntado si debería salir con Selena, pero ahora él estaba a su lado, era su mano la que tomaba la del escritor. Una imagen llegó con nitidez a su cerebro, Selana y Rick se estaban besando, aquel recuerdo hizo que Kate soltase la mano de Rick y su humor empezase a cambiar.
-Vamos a Remy´s – Le djo a Rick al tiempo que abria la puerta de su vehiculo.
Mientras conducía intentaba calmarse, se recordaba que aquel beso podrñia decirse que lo habia propiciado ella, y además él se excusó muchas veces. Castle la miraba, aún no sabía qué estaba sucediendo.
-Si lo prefieres podemos posponer la hamburguesa – Kate le miró con sorpresa y desilusión.
-Esto un poco cansada, estos días han sido un poco raros – Castle asintió y abrió la boca para decir algo – Pero no quiero cancelar nada – Terminó de decir kate sonriendo. Le conocía y si le daba tiempo él diría que mejor se iban acada uno a su casa para que ella descansase.
Kate negó con la cabeza, ahora tenía la respuesta a lo que su terapeuta le había pregutna días atrás. Su miedo era que él se cansase, que encontrase una mujer que le diera todo lo que ella no podía y se fuese. No podía imaginar su vida sin Castle a su lado. Estaba locamente enamorada de él.
Cada noche en su cama, la detective suplicaba que él la esperase un día más, que no se cansase, que continuase luchando por ella.
Castle apoyó su mano sobre la de la detetive, ante aquel gesto Kate giró su cabeza y le miró sonriendo – Me gusta que pasemos tiempo juntos fuera de la comisaria – Dijo con una pequeña sonrisa Castle.
-A mi también. Logras que me olvide de todo lo malo que veo a lo largo del día – Kate volvió su vista a la carretara tras decir aquello.
Aparcaron a unos pocos metros del local, Kate rodeo el coche y le abrió la puerta a su acompañante. Castle la miró sorprendido – Me apeteció – Fue lo único que Kate dijo.
Se sentaron en su mesa, la que estaba al final del local pegada a la gran cristalera. Castle leía la carta, una y otra vez y Kate le miraba sonriente.
-¿Qué? – Preguntó Castle bastante perdido.
-Nada – Castle alzó la ceja ante esa contestación- Es sólo que cada vez que venimos lees la carta varias veces, y siempre terminas pidiendo lo mismo. Siempre es una cheeseburger y patatas fritas.
Castle dejó la carta sobre la mesa, Kate tenía razón, era una tontería hacer cómo que no sabía que iba a pedir.
Mientras comían iban recordando cosas del caso, reían y se iban distendiendo.
Kate dejó de reír, miró fijamente a Rick - ¿Por qué no te fuiste con Selena? – Ahí estaba la pregunta- Me refiero, días antes me preguntaste si debías salir con ella, una vez que el caso estaba cerrado ¿qué te impedía hacerlo? – Rick se limpió la boca, dio un trago a su cerveza y tras eso suspiró mirando a Kate.
-¿Importa? – Kate entrecerró los ojos. Aquello no era una respuesta y ella necesitaba una.
-Claro que importa – contestó elevando su tono de voz haciendo que Castle se sorprendiese.
-¿Por qué te importa tanto? – Kate le miró y tras unos segundos agachó la cabeza. No podía contestarle, no aún- Ya, silencio – Castle negó – Me gustaba, no voy a negarlo, me parecía súper atractiva, con ese aire de estar por encima de todo. Su elegancia, sus curvas – Kate sentía como su corazón se iba rompiendo con casa palabra- no la invité simplemente porque pese a todo sentía, no mejor dicho sabía que no era ella – Kate levantó la vista- Además, ella dijo que no cogía cosas que tenían dueño – Aquello último no se lo esperaba.
-¿Cosas con dueño? – Preguntó bastante perdida. Castle tan sólo asintió- No lo entiendo.
-Supongo que Selena vio algo o sintió algo. Supongo que intuyó que mi corazón no era libre – Kate sonrió de forma muy tenue.
-¿No lo es? – Dios, sabía que no era el momento, ella seguía siendo un desastre, pero necesitaba escucharle decir que aún la amaba.
-Kate, ¿qué quieres saber? – Ante el silencio de Kate, Castle posó su mano sobre la de ella, dejando suaves caricias. Haciendo que la mirada de ella se clavase en esas manos- Mi corazón hace mucho que tiene una dueña, sólo estoy esperando a que ella sienta lo mismo que yo y decida darme una oportunidad.
-¿Y si ella ya sintiese lo mismo pero no estuviera preparada para afrontarlo? – Preguntó con lágrimas en sus ojos- Y si no supiera cuanto le podría llevar estar lista para una relación ¿la seguirías esperando? – Suplicaba que él contestase afirmativamente.
-La estoy esperando hace mucho sin tan siquiera tener claro que tenga alguna oportunidad, si supiese que tengo la más mínima la esperaría el resto de mi vida – Una lágrima comenzó a recorrer la mejilla de Kate.
-¿Por qué? – Castle la miró sin entender a qué se refería- ¿Por qué ella? ¿Qué tiene de especial? – Castle sonrió con tristeza.
-¿Nunca has sentido que tu vida cobra sentido cuando aparece alguien? Pues eso fue lo que sentí al poco tiempo de conocerla. Sentí que llevaba toda mi vida esperándola. Una sonrisa suya hace mi día cobre sentido – El rostro de Kate era bañado por sus lágrimas- Me conformo con tenerla a mi lado cada día. Estuve a punto de perderla hace unos meses y creí morir. Mi vida sin ella carecería de sentido, estaría perdido. La luz que ella me trajo se desvanecería. Es la mujer más increíble que he conocido jamás.
Kate le miró, Castle juraría que tras aquellas lágrimas lo que veía era amor- Puede que no esté preparada, puede que aún queden demasiados ladrillos de mi muro. Pero quiero que sepas que te quiero, que no puedo imaginarme una vida en la que no estés a mi lado. Que me moría de celos al verte con Selena, que cada vez que una mujer se te acerca sufro por si te pierdo incluso antes de poder tenerte. No puedo darte lo que esperas – Castle se levantó y se cambió de silla sentándose al lado de Kate. Tomó la cara de ésta entre sus manos.
-Te quiero, Kate. Si te he esperado sin saber lo que sentías ahora que lo sé te puedo esperar todo el tiempo que haga falta – Kate clavó sus ojos en los labios del escritor. No estaba preparada pero se moría por volver a sentir los labios de él sobre los suyos. Y finalmente ganó su corazón a su cerebro y acortó la distancia que los separaba.
Se fundieron en un beso anhelado por ambos, un beso dulce, tierno, calmado. Un beso dónde ambos pusieron su corazón, sus sueños, sus deseos.
Kate fue la primera en separarse, sonreía cómo hacía tiempo que él no la veía – Yo también te quiero – dijo casi en un susurro- Y volvieron a unir sus bocas.
Esta vez la dulzura fue dando paso al deseo, la ternura perdió la batalla ante la necesidad de más. Las lenguas luchaban por recorrer el interior de la boca contraria, ninguna quería darse por vencida, querían recorrer cada rincón de esas bocas. Las manos de Castle recorrían el costado de Kate y ésta perdía las suyas entre el cabello de Rick. Ambos emitieron un pequeño gemido, momento en el que decidieron dar por terminado aquel beso.
Juntaron sus frentes – Creo que con este beso puedo continuar esperando- Kate se mordió el labio- Claro que espero que aceleres el proceso porque ahora que he probado tu boca no creo que pueda estar mucho tiempo sin ella – Kate rompió a reír al escuchar aquello.
Pagaron la cuenta y salieron del local. Kate se fijó en como sus manos encajaban a la perfección, como su cabeza reposaba con facilidad en el hombro de él, como sus pasos estaban sincronizados.
-¿Quieres tomar café en mi casa? – Castle miró a Kate y sonrió. Alargó la mano y le colocó un mechón rebelde tras la oreja.
-Me encantaría, pero creo que por hoy ha sido suficiente – Kate le miró con decepción- Cariño – Kate sonrió con cierta timidez al escuchar aquella palabra – no quiero que te sientas presionada, no voy a escaparme no ahora que sé que tú sientes lo mismo. Podemos ir con calma, al ritmo que tú necesites para sentirte agusto con esto que nos está pasando – Kate asintió.
-Iremos con calma – Repitió ella.
-Podemos hacer cosas fuera del trabajo – Ella sonrió con esperanza- Ir al cine, a pasear, al béisbol – Kate le miró alzando una ceja- A ti te encanta – dijo él encogiéndose de hombros y ganándose un nuevo beso.
-Como si fuesen citas – Castle asintió- Bien, me gusta la idea – Y se aferró a él. Hundió su cabeza en el pecho de Rick.
-Te quiero y voy a hacer que esto funcione – Besó la cabeza de Kate.
Castle acompañó a Kate hasta la puerta de su casa, como un caballero. La despedida se alargó, ningún de los dos podía dejar de besar aquellos labios tan deseados. El calor aumentaba al mismo ritmo que la intensidad de los besos.
-Creo que será mejor que me vaya ya, porque si me quedo unos minutos más olvidaré que iremos con calma – Dijo Castle intentando recomponerse después del último beso- Kate agachó la cabeza, le deseaba pero sabía que no estaba preparada para dar ese paso, al menos no esa noche. Ella tampoco quería que aquello saliera mal.
-¿Nos vemos mañana? – Preguntó con cierta timidez.
-Vendré a buscarte para ir a desayunar ¿te apetece? – Y ella asintió feliz.
-Gracias – Dijo justo antes de entrar en su casa.
-Always – Le contestó un Rick sonriente.
Aquel día ambos habían dado un paso de gigante, ahora ambos estaban seguros de hacia dónde iban, puede que les llevase un poco de tiempo tener la relación que ambos deseaban. Pero ahora sabían que el otro caminaba a su lado. Y que ambos lucharían por lograr tener su futuro juntos.
Kate se acostó con una sonrisa dibujada en su rostro, él la quería, y ella por fin había podido abrirse. No había miedo, ya no, ahora el miedo había desaparecido dando paso a la esperanza. Esperanza en un futuro feliz al lado del hombre al que amaba.
El sonido de su móvil hizo que se girase. Un Whats App terminaba de llegar.
"Te echo de menos. Mis labios extrañan los tuyos, mis manos se sienten vacías sin las tuyas. Mi corazón no sabe que ritmo debe llevar ahora que no siente los latidos del tuyo. Daría lo que fuese por poder dormir teniéndote entre mis brazos. Pero sé que algún día lo lograré. Te quiero. Rick"
Kate suspiró cuando terminó de leer el mensaje, era el hombre perfecto. ¿A qué tenían que esperar? Se armó de valor y contestó, mordiéndose el labio mientras escribía.
Castle dejó su móvil sobre la mesa de noche, no esperaba contestación. Por eso cuando sonó se sorprendió.
"La puerta está abierta, estás tardando en venir"
Tuvo que leerlo carias veces, pero finalmente salió de su cama pegando un salto, tomó las llaves de si mercedes y con sólo el pijama salió en dirección de la casa de la detective.
Como bien decía el mensaje la puerta estaba abierta, la luz encendida, subió las escaleras y cuando abrió la puerta Kate le esperaba en su cama.
-Has tardado – Dijo retirando la ropa de cama- Quiero dormir entre tus brazos.
Castle se acostó al lado de Kate y ella apoyó la cabeza sobre el pecho de él. Ambos suspiraron. Rick la abrazó y Kate rodeó la cintura de él con su brazo.
-Ahora sí puedo dormir – fue lo que dijeron ambos al unísono.
