Hola, hola gente bonita, aquí es donde generalmente preguntaría si se me extraño pero ya que soy nueva aquí me saltare esa parte y directamente hablare un poco de la historia.
Bueno, esta historia nació luego de ver una película de la cual me enamore e inspiro para comenzar a escribir, — por cierto no les voy a decir el titulo hasta el siguiente capítulo ya que los quiero hacer sufrir un poco, buahahaha. Pero pueden encontrar una pista en el titulo de la historia.— la película me gustó tanto que quise hacer algo similar, pero ya que estoy contra el "copia, pega y cambia los nombres" esta historia solo está basada en la de la película, aunque admito que hay algunas escenas que de alguna forma mantendré de la misma y un dialogo que sencillamente tengo que robarlo, ya que es bellísimo.
En fin antes de comenzar y recibir los primeros tomatazos hay dos cosas que deben saber:
Si esto fuera un Mericup, no lo habría puesto en esta sección, ¿ok? En serio lo puse aquí por algo.
Si se preguntan cual es el nombre de la película que vieron los tres amigos, es "Ghost: la sombra del amor" un clásico romántico de inicios de los 90´s.
Ya sin más, ninguno de los personajes me pertenecen, todos y cada uno son propiedad de sus respectivos autores, yo solo los tomo prestados para jugar con ellos un rato.
There's too much love
Prologo.
—Ok, ok, ok, si quieres te hago la tarea de física por dos… no, tres semanas. Pero por lo que más quieras detén esta agonía, por favor. — de manera poco digna e inusual para todo aquel que no la conociera como lo hacían como los dos adolescentes junto a ella, la pelirroja una vez más se hallaba a si misma rogándole a su rubia amiga.
— Mérida, te recuerdo que para física eres tan mala como yo y que si no fuera por Hipo cualquiera de las dos reprobaría la materia sin esfuerzo alguno — puntualizo a su vez la de largos cabellos oro, borrando con aquella oración toda esperanza que aun pudiera mantener su amiga.
— Si, pero… Por favor Rapunzel, ¿Que no te das cuenta de lo desesperada que estoy? Haría cualquier cosa, y literalmente me refiero a cualquier cosa con tal de no ver eso — expreso al final con una mueca de asco pero conciente de que en adelante no importaría el argumento que usara, su amiga no daría su brazo a torcer.
— Exageras como siempre, además estoy segura que esta vez mi elección de esta noche te va a encantar — y dicho esto a su vez que daba el tema por terminado, comenzó con la reproducción de la película que esa noche verían los tres.
Mientras los créditos de apertura iniciaban el tercer adolecente, y único hombre en el trio, no dejaba de cuestionarse la actitud que solía mantener su amiga de cabellera de fuego con respecto no solo al tipo de películas que veían cada tres semanas, sino a todo aquello que tuviera que ver con el romance. De verdad que no la entendía. Pues si bien él por su parte no solía emocionarse tanto como lo solía hacer Rapunzel con respecto al tema, si tenía curiosidad por experimentarlo y quizá sentir por una vez lo que significaba estar enamorado, algo que por supuesto consideraba normal para su edad y que sin embargo Mérida por alguna extraña razón rechazaba a cada oportunidad.
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— No puedo creer que a Rapunzel de verdad le gusten esas cosas. Digo, ¿Es en serio? La película de esta noche sencillamente era ridícula. — no dejaba de quejarse la ojiazul mientras caminaba junto al castaño luego de terminada la noche de cine semanal.
— Vamos tampoco estuvo tan mal, incluso fue algo tierna — trato de calmar el ojiverde ganándose una mirada de reproche de su amiga. — Eh, quiero decir, tal vez los efectos especiales no eran tan buenos debido a la época en la que se filmó pero la historia no era tan mala.
— ¿Qué no era mala? Por favor Hipo, el tipo se da cuenta de que es una clase de espíritu invisible, pero en lugar de aceptarlo e irse a un lugar mejor o algo así, prefiere quedarse y acosar a su antigua novia. Si me lo preguntas eso es algo espeluznante. — ante aquellas palabras el castaño rio, no quiso hacerlo, pero de verdad le causaba gracia la forma en la que su amiga había captado el mensaje de la película. — ¿De qué ríes tonto? Dime que no se te pondrían los pelos de punta de saber que te acosa alguna clase de espíritu o cosa invisible.
—Lo lamento Merida, — dijo luego de calmar un poco su risa — y tienes razón, si alguna clase de espíritu o cosa invisible me acosara como dices, estaría aterrado.
—Lo ves, juro que para la próxima si Rapunzel no desiste de obligarnos a ver una de esas estúpidas películas tomare mis cosas y me iré. — una vez más ahí estaba la amenaza de cada tres semanas, la cual por supuesto al final nunca se cumplía.
—Si, como digas. Aunque, ¿Nunca has pensado en eso? Digo, no me refiero a los espíritus acosadores, si no a sentir algo parecido a de las películas de Rapunzel. — dijo esto en un tono un poco más serio. Quizá intentando que al sacar el tema a colación pudiera entender un poco mejor la aberración de su amiga.
—¿Hablas de enamorarme y cosas así? — cuestiono la pelirroja en un tono que el castaño no pudo descifrar pero que a su vez parecía totalmente ajeno a su personalidad. — la verdad yo… — y aunque parecía que por fin lograría descifrar un poco del misterio, encontró con decepción que para ello tendría que esperar más, cuando antes de decir cualquier cosa ella se arrepintió — por supuesto que no, sabes bien que no soporto si quiera pensar en ello, prefiero mi libertad a atarme a cualquier tarado que piense que simplemente por el hecho de salir juntos ya es mi dueño. Y ¿Qué hay de ti pescado parlanchín? ¿Has pensado alguna vez en ello?
—Supongo, — dijo con una sonrisa en los labios — después de todo a diferencia de ti no me gustaría llegar a ser un viejo amargado que nunca en su vida beso a nadie.
—Oye…
Y aunque sabía que con esas palabras iniciaría una discusión, también era conciente de que eso era exactamente lo que les hacía falta para olvidar el tema y volver a tontear como lo habían hecho momentos atrás.
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Al llegar a casa, luego de ser recibido por el pequeño minino negro como ya era costumbre, percibió el delicioso aroma de estofado viviendo del comedor, agradeció no haber comido tantas golosinas ni haber aceptado la invitación que la rubia les había ofrecido para quedarse a cenar, pues aquel era uno de sus platillos favoritos y que pocas veces su madre cocinaba.
—¡Por fin! Con Hipo aquí ya podemos disfrutar — grito con alegría su padre tan entusiasmado como él de disfrutar de la que sería su cena.
—Con calma cariño, tampoco ha sido tan larga la espera — reprocho su madre con un tono cálido y cariñoso en su voz que calmaba al instante a cualquiera.
—Pero amor, de haber tardado más esta delicia se hubiera enfriado — dijo en un puchero, que resultaba gracioso en un hombre con las proporciones con las que contaba Estoico.
—Si eso hubiera pasado, solo bastaría con volver a calentarlo y ¡listo!
—Pero eso tardaría más, y no estoy seguro de haberlo soportado, seguro habría muerto de hambre.
—Estoico… no creo que cenar un poco más tarde de la hora te matase.
—De eso no estamos seguros…
De pronto la risa de Hipo se escuchó, distrayendo a los dos adultos de sus respectivos comentarios — Si siguen así la cena seguro se enfriara y el único que morirá de hambre aquí soy yo.
Dicho esto y conciente de que había avergonzado una vez más a sus progenitores la cena de la familia Haddock dio inicio, y a pesar de que como siempre el castaño disfrutaba de los alimentos que su madre había cocinado, la imagen de sus padres discutiendo de una forma tonta y cariñosa se mantuvo en su cabeza haciéndole desear algún día encontrar a alguien con quien pudiera tener una interacción similar.
— ¿Volviste con Merida? — pregunto de la nada su padre sacándolo de inmediato de sus pensamientos.
— ¿Merida? — Cuestiono a su vez todavía aturdido — Si, bueno estaba lloviendo un poco y el piso estaba mojado, y como tampoco llevaba paraguas, insistió en acompañarme hasta aquí.
— Mmmm, ¿Solo eso? — esta vez la pregunta pareció extraña en especial por el tono que su padre había usado.
— Bueno, sí, solo eso ¿Por qué?
— No lo sé, es solo que el otro día que vinieron a ver películas aquí note que ustedes dos se llevaban muy bien y pensé que si quieres hablar de algo con respecto a su… Amistad, tal vez podría ayudarte.
—Gracias papa, pero mi amistad con Merida está igual que siempre.
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Con su fiel compañero durmiente a los pies de su cama, la mente del castaño se removía de un pensamiento a otro pero con un solo tema en común. El amor. Aquel sentimiento que a sus quince años no había experimentado de otra forma en todo caso mayor a la fraternal. Y si, aunque al igual que su padre en alguna ocasión considero el llevar su amistad a otro nivel con la pelirroja, la lealtad a sus propios sentimientos le impedían cualquier avance, pues para él Merida Dunbroch no significaba más que una amiga o en todo caso la hermana que nunca tuvo.
—Creo que nunca me voy a enamorar.
Y con aquellas palabras como último susurro del día el más joven de los Haddock fue arrastrado al mundo de los sueños, ageno a los copos de nieve que tras de su ventana comenzaban a caer.
Y… finito, hasta aquí llega el primer capitulo, no olviden dejar un sensual review si tienen alguna duda, sugerencia o cualquier tipo de comentario.
Por cierto… ¿estaría mal si hago una historia en base a los juegos del hambre con los cuatro grandes y otros personajes?
