Nada me pertenece, excepto ideas. El resto, ya saben. JK Rowling.

MariSeverus.


Suspiró, sentado en el sofá. Hermione tenía mucho catarro y realmente, no quería levantarse de la cama. Desde hacía un par de días, su hija se había quejado de que necesitaba hacer compras urgentes y ella, iba a llevarla. Más sin embargo, ese ligero improvisto le arruinaba aquella salida al centro de comercios. Pero Draco... él intentaba entender qué era lo tan urgente que debían adquirir. Su hija no hablaba de eso frente a él.

— Solo necesito ropa. Papá... nada fuera de lo común.

— Samantha, dile qué es lo que necesitas. Además, no es nada que tu papá no haya visto ya— dijo Hermione con una sonrisa y su hija negó con la cabeza. Ladeó la misma hacia su habitación, hacia las gavetas que había abierto.

Su ropa interior ya no le servía. Necesitaba tallas más grandes.

— Si no le dices tú, le diré yo...— Draco la miró, mientras su hija se sonrojaba y trataba de hablar de eso.

— Papá... yo necesito...

— Necesita ropa interior, Draco. Ya sabes sostenes de copa B.

¿Copa qué? Miró a su hija que apretaba sus manos con mucha vergüenza. Por lo menos agradecía que su padre no entendía ni jota de lo que estaban hablando.

— De los grandes con gancho, Draco. A ella le gustan así. De algodón, son más suaves con sus partes íntimas.

— ¡Mamá!

Le encantaba hacer eso.

— Nada de encajes. No le gustan los encajes...

— ¡Mamá!

Draco se preguntó, por qué las mujeres solían ser tan específicas. ¿Es que no se acoplaban y ya?A él no le importaba de qué tela fuesen sus bóxer, siempre y cuando lo que tuviera que tener dentro... se quedara dentro.

Excepto cuando Hermione se desvestía para ducharse o para acostarse. Era muy complicado mantenerse.

Pero de todas formas. Esperaba poder recordarlo todo. Algodón, sin encajes. ¿Qué rayos era un encaje?

Los quitaba, pero no los ponía ni los reconocía.

— ¿Necesita algo en especial, señor?— dijo una mujer, cuando él miraba los conjuntos. ¡Eran muy, pero muy ajustados! Sobretodo, esas recomendaciones de su hija... ¡ella no iba a vestirse así!

Quizá su madre...

— Necesito...— ¿qué más daba preguntárselo?

— ¡Copa B! ¿Alguien tiene por allí, una copa B para el caballero?

Se llevó una mano al rostro y negó con la cabeza. No volvería a comprar ropa interior.

— Algo menos ajustado. Mi hija apenas tiene quince.

— Pues ahora se usan así, señor.

¡Pero su hija no iba a usar algo así! Negó varias veces, cuando mostraban los más osados conjuntos. Incluso uno negro que debía mostrar las nalgas.

Ese para Hermione.

Al llegar a casa, su hija se imaginaba lo peor. Y eso fue lo que vio, cuando su padre sustrajo la ropa.

¡Parecía un pañal de anciano!

— No usaré eso... ¡no! Voy a cambiar con la ropa sexy de mamá.