Un Café y un cigarrillo

Y ahí me encontraba yo esperando a que el maldito metro se digne en aparecer.

Estúpida auto quien te manda a dañarte cuando te necesito-pensó el pelinegro mientras prendía un cigarrillo y observaba a ese chiquillo de en frente con su uniforme de colegio sentado en una de las bancas de la estación, con su cabello rubio todo revoltoso, con un café en sus manos temblorosas, y su hermoso y fino rostro calmado y con los ojos cerrados deleitándose de la música que se escuchaba en su reproductor.

Ya lo había visto antes siempre tembloroso y con una taza café en sus manos, y yo cuando lo veía me paralizaba, era simplemente patético el que un niño me produzca esas sensaciones tan extrañas que nunca he sentido antes. Aunque ya su auto estaba arreglado él seguía yendo a su trabajo en metro ¿porque? Ni el mismo lo sabía solo se quedaba ahí a observar al pequeño rubio sentado, como temblaba, cuando subía al metro y se le perdía de vista y luego continuaba con su monótona vida como si nada.

Así paso un gran tiempo siendo un "pedo bear" espiándolo y claro el rubio como si nada estaba perdido en el mundo de la música.

Craig decidió tomarse un descanso en uno de los locales recién inaugurados en pleno centro de la ciudad, era un lugar muy acogedor perfecto para pasar un rato ameno, las paredes de dicho lugar era de un color café claro tirando a beige también tenían unas carteles de neón y uno que otro candelabro en el techo. Los camareros llevan un traje que consistía en chaleco negro, una camiseta blanca y un pantalón pegado al cuerpo de color negro junto.

Craig se fue a la sección de fumadores, esperando a que venga un camarero a tomar su pedido, pero grande fue su sorpresa al ver que quien lo va a atender era nada más y nada menos que el colegial de los cabellos revoltosos, de repente el pelinegro sintió un fuerte dolor de estomago al ver al chico vestido de mesero y ese traje negro se le veía tan sexy.

Gha Disculpe, ¿puedoo… tomar su pedido ya?- Dijo cortésmente y tartamudeando (¿?)El rubio

Está bien dame un café y un bollo - Dijo con su típico tono monótono mientras fumaba un cigarro

Ok….gha- dijo finalmente el rubio y se fue susurrando que su trabajo era demasiada presión dejando sorprendido al pelinegro pero más que todo divertido por la extraña forma de ser de ese rubio.

Minutos después

Su pedi…do gha…..aquí esta- Ese rubio era muy ¿divertido? Para Craig

Gracias- dijo tan insípido como siempre

Y el rubio le quedo mirando de arriba abajo como si ya lo había visto de algún lado, y luego recordó vagamente que era el hombre que había visto en la estación de metro.

¿Y c-como… Te llamas?- dijo el rubio

¿Craig y tú?- dijo el pelinegro

Tw-eek- dijo y esbozo una sonrisa tan cálida que hizo sonreír a Craig también, era el comienzo de un dulce amor con olor a café y cigarrillo.