Disclaimer : El precioso de Inuyasha y el resto de la manada no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solo descargo mi fanatismo con historias de ellos, producto de mi cabecita loca XD…
Este producto es responsabilidad de quien lo recomienda y de quien lo lee X3
Esta historia es una petición que me hicieron muy muy MUY insistentemente por una amiga xD ella sabe quién es jajaja, aunque he de admitir que una vez tomado el tema las palabras salieron solitas, aun no se a donde me llevara la historia, los personajes avanzan a su propio ritmo y se crean su propia historia, para mí siempre ha sido así… haber que pasa en esta historia de la que aun no tengo el final =^w^=
Diálogos entre -.-
Pensamientos en cursivas
No soportaba el verlo sufrir por su muerte, sin saberlo la perla completada le cumplirá el deseo de no verlo sufrir por ella, transportándola a aquella época antes de que todo ocurriera, donde el sufría por no poder amar a nadie
Antes De Conocerte…
Capitulo 1.- Tiempo atrás…
-Que cálido…- la miko de cabellos oscuros sentía en su alma como aquella de la que era reencarnación finalmente había encontrado paz en su alma, purificándose y ascendiendo al cielo, cálidas lagrimas rodaron por sus mejillas mojando de entre sus manos la esferita rosada de la perla de shikkon, finalmente la habían completado, Kikyo había gastado sus últimas energías para purificar a Naraku, pero a costa de su propia existencia... con las energías completamente consumidas la miko de barro había logrado al menos despedirse de su amado hanyou quien la llevo en brazos hasta el último suspiro de ella, dedicándole solo a ella lagrimas de infinito amor, antes de que su alma agradecida ascendiera al cielo, donde pertenecía realmente y no al fuego del infierno, como antes incluso ella misma había dicho estar condenada…
Me derrumbe en el verde pasto, me sentía tan débil y tan inútil… Kouga quien estaba al lado de mi me abraso suavemente intentando reconfortarme, en verdad se lo agradecía pero sus afectos no me hacían sentir mejor… Kikyo había muerto pero la perla finalmente había sido completada y purificada, incluso aun en el frenesí de la batalla al extraer el ultimo fragmento de Kohaku ella le había otorgado directamente su fuerza vital que venía con el intenso brillo del fragmento en su cuello que había logrado cultivar poco a poco… en consecuencia Kohaku sigue con vida, Naraku finalmente esta muerto y la misión había terminado, me sentía tan triste y tan miserable… estaba feliz porque el objetivo se había cumplido, pero a que costo… además de que casi no había sido de real ayuda…
Iban de regreso a la aldea de Kaede, ...Miroku y Sango no cabían en el jubilo que sentían, no se habían soltado de las manos en todo el trayecto y aunque intentaban guardar las apariencias en respeto a la tristeza que el semidemonio no se había molestado en disimular por la muerte Kikyo, y Kagome quien relegada a simplemente caminar detrás, viendo la espalda de Inuyasha y tan o incluso mas deprimida que como se encontraba el hanyou, Kikyo había muerto porque ella no había sido lo suficientemente fuerte, ni lo suficientemente rápida para ayudar a Kikyo en el momento clave de la pelea y que esta no se agotara hasta el límite y ahora le dolía en el alma porque podía incluso sentir todo el sufrimiento que Inuyasha irradiaba, le dolía en lo más profundo porque el dolor de él le afectaba mas que cualquier otra cosa… no deseaba verlo así, pero no sabia que podía hacer…
-hemos llegado- Sango y Miroku rompieron el incomodo silencio mientras parados en la suave colina asomaba la aldea de la anciana Kaede
-si finalmente mi querida Sanguito… me pregunto que nos deparara el futuro ahora…- fue una pregunta retorica, pero era casi como si esperaran a que realmente se diera una respuesta…
-iré a hablar con Kaede…- lo escuche hablar con su voz tan apagada, podía incluso sentir la tristeza que se esforzaba por disimular… me dolió demasiado, en cualquier momento el se quebraría de nuevo y yo detrás de él…
- estoy seguro que ella querrá saber lo que ocurrió con su hermana…- salió corriendo sin esperar ninguna respuesta, aunque en ese momento asi quisiera no podía decir nada, apreté mi pecho intentando calmar mi acelerado corazón y aguantándome las infinitas ganas de llorar, no pude moverme, lo vi alejándose de nosotros, alejándose de mí, no sabía cuánto tiempo más podría soportar esto…
-creo que será mejor que regrese a mi tiempo… chicos, ya vendré en unos días para…- mi voz se quebró, sentí las traicioneras lagrimas resbalar por mis mejillas, mi corazón latía tan rápido que parecía que me daría una taquicardia en cualquier momento, mi pecho me dolía literalmente… me esforcé por hablar una última vez, quería dejar en claro lo que aria para no preocupar a nadie y en especial para que me dieran el espacio que tanto necesitaba en estos momentos…
-ya vendré… para… para ver que aremos con la perla, la mantendré pura hasta entonces…- aun no sé cómo es que la última palabra me salió sin una exclamación, había perdido la fuerza de mi garganta y de mi voz, me aleje de ahí con toda la velocidad que mis piernas podían soportar, no intentaron detenerme ni llamarme… se los agradecí infinitamente, lo único que deseaba en estos momentos era esconderme en mi cama y llorar hasta que ya no me quedara nada…
Llegue al pozo y solo podía pensar en esos ojos dorados que tanto amaba inundados de infinita tristeza por el dolor de haber perdido a la mujer que tanto amaban y que obviamente no era yo, pero que importaba ya eso, maldita sea me dolía tanto verlo así¡ ¡gommene Inuyasha¡ gommene, haría lo que fuera por ti, si tan solo tú fueras feliz aunque no sea conmigo, te juro que sería feliz… perdóname por no salvarla, por no salvarla para ti, INUYASHA¡
La pelinegra se arrojo al pozo, aferrándose a la perla, las luces moradas y rosadas la rodearon y se sintió flotar, su dolor floto junto con ella tan solo unos segundos dándole la suficiente claridad en su mente para coordinar un único pensamiento… -si pudiera hacer algo, Inuyasha, algo para que su ausencia no te doliera… cualquier cosa para que dejaras de sufrir…-
Sintió tierra firme de nuevo, miro arriba esperando ver la pagoda de su templo, a cambio los rayos del sol la dejaron un tanto confundida… estaba segura que el pozo había funcionado, sabía que lo había atravesado… tal vez solo debía intentarlo de nuevo… una torrentada eléctrica de pánico se apodero de ella cuando abrió sus manos y las encontró vacías, de la misma manera no sentía la presencia de la perla por ningún lado… -tal vez la esfera si cruzo a mi tiempo, jejeje…- rio nerviosa, no le quedaba otra más que considerar esa pequeña idea aunque sonara absurda, era lo único que tenia… subió con dificultad por el pozo ayudada de las lianas que no recordaba fueran tan abundantes…
Al salir del pozo miro a su alrededor, su estomago dio un vuelco por la sorpresa, ahí estaba ella, como si todo no hubiera sido más allá de un mal sueño, tan pulcra y en especial tan viva… la emoción la embargo por completo, no le importo nada más que comprobar si aquello no era una simple ilusión…
-Kikyo¡ oh por kami, gracias al cielo… estas con vida¡- la azabache sintió como sus lagrimas, antes de dolor, ahora se habían trasformado en la más pura felicidad…
-disculpa?- a la azabache no le importo en nada la mirada confundida que la nívea sacerdotisa le había dado, corrió hacia ella y la atrapo en un abrazo, ni siquiera le importo que su arrebato las había llevado a ambas al suelo mientras la miko del futuro escondía su lloroso rostro en el cálido pecho de la confundida sacerdotisa… sabia que se reprocharía después pero aun así dejo que todos sus sentimientos salieran desbordados…
-Kikyo ¡ Kikyo¡ lo lamento tanto, perdóname, no soporto verlo así, me rompe el alma, se que te ama y yo puedo aceptarlo, pero por kami regresa a él, no lo hagas sufrir onegai…- sus últimas palabras casi en un susurro escondidas en su propio llanto pero aun así eran bastante audibles…
- onegai, solo no hagas nada que lo haga sufrir, onegai, si no puedo ser yo, al menos que seas tu quien lo haga el hombre mas feliz, onegai, dale lo que necesita, el mas que nadie se lo merece, que mas desearía que fuera yo, pero él te a escogido a ti y yo puedo aceptarlo, por el, por su felicidad… porque su sonrisa me basta para ser feliz aunque no me la dedique a mi… saberlo feliz será suficiente para mi…-
La azabache escondida mas por vergüenza de haber dejado sus emociones desbordarse que por cualquier otro sentimiento, permaneció escondida en el pecho de Kikyo esperando alguna respuesta de ella… la respuesta llego en forma de un abraso correspondido por parte de la mas adulta que sentada en el suelo escuchaba un tanto confundida a la pequeña miko entre sus brazos…
-Onee-sama, está todo bien?...-
-si Kaede, no te preocupes, solo está un poco conmocionada…-
Kagome se sintió tan extraña, por su mente en cuestión de segundo las palabras de la niña y de Kikyo se repitieron tantas veces que perdió la cuenta, sus alocado pensamientos dieron un giro de 360 para ver en qué diablos se había equivocado y qué demonios estaba hacendó… se incorporo de pronto, pensando en que tal vez se había abrasado a alguien más confundía por las tantas ganas que tenia de ver de nuevo a Kikyo, …aun dentro del tierno abraso miro a los ojos oscuros y profundos de la sacerdotisa frente a ella, su pálido rostro y finos rasgos, era Kikyo no había duda de ello, entonces que era lo que no cuadraba?…
-que, que… como… yo... yo… tu…- maldición no podía completar ninguna frase, simplemente se había quedado en blanco… una apacible sonrisa en el níveo rostro la dejaron aun mas confundida, no recordaba haber visto jamás un rostro tan apacible y sosegado y menos en ella quien siempre era tan fría, o al menos con ella lo era…
-ya estamos mejor?...- Kikyo tomo del rostro a la extraña chica que había llorado en su pecho, limpiando con la delicadeza de sus pulgares, los restos de humedad en las rosadas mejillas, desde el momento que la vio salir del pozo había visto en ella un alma tan pura y al mismo tiempo tan infinitamente triste, que cuando se libero contra ella, no pudo negarse, las emociones que desbordaba esta chica eran tan intensas y sinceras, que era imposible no notar la pureza de su alma…
Kagome se quedo de piedra, la dulzura de su voz y de sus actos era algo que no había visto jamás en la Kikyo que ella conocía, si acaso era una ilusión, seguramente estarían tomando de pauta a la antigua miko… una tristeza infinita inundo su corazón, estaba feliz porque ella había regresado de alguna manera que después averiguaría y que alegría si era aquella Kikyo que fue en un principio, era seguro que Inuyasha desbordaría de alegría al verla, ese pensamiento fue el que le causo mas tristeza que nunca, ella era tan tierna y tan linda, ahora entendía cómo es que Inuyasha estaba tan enamorado de ella, si esta fuera la Kikyo que él había conocido, ahora entendía cómo es que había quedado tan arraigada al corazón del ojidorado que ella tanto amaba…
Pero no importaba ya, si esta fuera la Kikyo de antes y además estaba con vida, estaba más que segura que Inuyasha sería infinitamente feliz a su lado y eso era suficiente para ella, solo deseaba ver su sonrisa una vez mas aunque en no la mirase a ella, después de eso podría irse a su lado del pozo y comenzar una vida propia…
-gommene Kikyo, yo, yo lamento haberme… bueno, jeje- Kagome se levanto avergonzada de haber sido tan emotiva, frente a sus ojos apareció una linda niña de ojos castaños y alegres con cabellos negros y revueltos…
-hola nee-chan, cómo te llamas? Yo me llamo Kaede y ella es mi hermana- la alegría y orgullo con que la pequeña niña se refirió a su hermana mayor, la dejaron aun mas confundida, sería posible que hubiera viajado aun más atrás en el tiempo…
-Kaede?-
-Si soy yo, jeje… de donde conoces a mi hermana, a espera¡ seguro que escuchaste hablar de la poderosa sacerdotisa que custodia la perla verdad, acaso eres aprendiz de miko? Seguramente por eso tienes un aura tan linda como la de mi hermana… si eso debe ser…- la pequeña niña no dejaba de dar vueltas alrededor de la chica de extrañas ropas…
-Kaede, si haces una pregunta debes esperar a que te la respondan y no adivinar las respuestas tú sola…- la mayor la reprendió con tanta dulzura que te hacia preguntarte si realmente le estaba llamando la atención…
-oh¡ gommene onee-sama…- ambas hermanas se sonrieron y Kagome entonces estuvo segura que ya no estaba más en el tiempo que ella conocía…
… … … … … ... ...
Y de nuevo estoy aquí, viendo al techo de la cabaña que es y siempre sera de Kaede, aunque claro, por el momento es de ambas hermanas… me revuelvo incomoda en donde estoy recostada, afuera se ha armado un gran revuelo pues la perla que Kikyo estaba protegiendo a desaparecido de repente, un guardia custodia la entrada de la cabaña y me hace preguntarme si es realmente por mi protección como me han dicho o si es para poder mantenerme aquí vigilada… puf¡ me siento tan extraña en esta situación…
La azabache aun dudaba si es que la perla no habria simplemente cruzado a su propio tiempo, pero no podía dar aun ninguna teoría y menos una que dependiera de dar saltos de tiempo de 500 años de diferencia, bueno ahora que se lo pensaba bien, ahora debían de ser 50 años mas de diferencia, daba lo mismo, igual estaba segura que no le creerían y no fuera ser que el pozo se hubiera cerrado y entonces si quedara como una perfecta loca a los ojos de todos, no, esperaría la oportunidad para regresar sola al pozo y comprobar todas sus teorías…
Kikyo regreso a la cabaña, está preocupada lo sé, puedo verlo en su mirada y en sus gestos que no se molesta en disimular, me dio miedo, miedo de que ella siendo tan poderosa y todo, se diera cuenta de la relación que existía entre de la desaparición de la perla y mi presencia…
-Kagome… se que eres sacerdotisa…- Kagome se asusto un poco, entre las pocas escusas que había dado para explicar su presencia en la aldea nunca había hecho mención de sus poderes, de hecho no estaba muy segura si ahora podría usarlos, y sin la perla, pues desconocía lo que podía o no podía hacer…
-yo bueno… tal vez solo un poco…- la mayor le dio una sonrisa graciosa, como se le sonríe a las incoherencias de un niño…
-no puedes ser solo un poco de sacerdotisa Kagome, lo eres o no lo eres, y yo puedo sentir en ti un gran poder, dime la verdad Kagome, sabré si mientes…-
Sus calculadores ojos y su fría mirada me recordaron tanto a la Kikyo de barro, supe que no estaba jugando…
- si bueno, después de lo que paso no sé si aun tenga habilidades, pero yo bueno, podía disparar flechas sagradas… pero eso es todo… purificar cosas, nada mas…- esperaba que eso le fuera suficiente, necesitaba que me creyera, no podía darme el lujo de que ella empezara a desconfiar de mi, entonces estaría en problemas y probablemente no me dejaría estar sola como para comprobar mis teorías en el pozo, pero tampoco podía darle la verdad no toda al menos…
-entonces… flechas… Soka!- Kikyo le hablo al guardia de la puerta…- consígueme un buen arco y las flechas de mi templo y dile a los monjes que iremos en unos momentos…-
-si su excelencia…-
Kagome escucho los presurosos pasos del guardia, que había recibido la orden, mientras la mirada oscura de Kikyo la escrutaban entre indecisa y no muy confiada…
-de casualidad sabrás hacer barreras?...- la azabache sintió como si un gran peso se le quitara de encima, Kikyo le había creído...
-bueno pues nunca lo he intentado…-
-sí, bueno, ya veremos si puedes o no… ahora vamos… me mostraras en el templo lo que puedes hacer…
Ooo OOO ooo 000
La saeta purificadora surco el patio completo y dio en el centro de la diana… los tres monjes cuchichearon entre ellos mientras Kikyo lucía una gran sonrisa en su rostro, acompañada de un nervioso jugueteo en sus alargados y femeninos dedos, a Kagome le pareció cuando te dan una buena noticia y empiezas a planear a raíz de eso…
-entonces?...- Kagome ahora lucía un traje de sacerdotisa muy parecido al de Kikyo, de hecho era uno de los atuendos de la nívea miko le había prestado… diciéndole simplemente que sus originales ropas no eran apropiadas para andarse por ahí…
- perfecto ahora te diré la teoría para poder armar una barrera y tu podrás…-
-no tan rápido Kikyo-dono… es verdad que su poder es grande, pero no puedes dejarla en tu lugar…- los monjes hablaron con toda la solemnidad de la que eran capaces…
-claro que si, le enseñare a hacer barreras y eso deberá ser suficiente para el tiempo que tardare en regresar, además…-
-no su excelencia… me temo que no podemos confiar en esta extraña, su poder es basto y certero, pero sus sentimientos no están en absoluto equilibrados, podría decepcionarnos a la hora de una batalla real…-
Kikyo frunció el seño, esperaba que los mojes no notaran ese pequeño detalle de Kagome, esta al no haber recibido un entrenamiento apropiado de sacerdotisa sus sentimientos estaban a flor de piel, lo peor que podía haber para una miko y ella lo sabía bien, cuantos años en su infancia no la habían enseñado y obligado a guardar sus sentimientos, a mantenerse siempre con la mente templada, los larguísimos baños en cascadas de agua fría, días enteros de continua meditación… pero ahora no tenía tiempo de dar entrenamiento a una sacerdotisa novata en ciertos sentidos pero sabía que muy experta en otros, esa saeta… no solo estaba cargada de poder de purificación, llevaba mucha fuerza y una increíble destreza, esta extraña chica tenía experiencia de campo de eso no había duda…
-pues tendrá que bastar… me iré al monte Fuhim, desde ahí podre sentir la presencia de la perla no importa donde este, pero ustedes saben que me llevara por lo menos seis días llegar, así vaya cabalgando a toda velocidad, dos días más para concentrarme y purificare lo suficiente para poder sentir la perla y una vez localizada podría tardar meses en recuperarla o incluso tal vez deba pelear por ella… alguien debe reemplazarme y…- Kagome se sorprendió muchísimo de la actitud de la nívea miko, el vigor de su querella la hacían incluso parecer que estaba a punto de tener una rabieta… le pareció divertido y al mismo tiempo tan intrigante, que diferente era esta Kikyo con la de barro…
-tenemos muy buenas estudiantes de sacerdotisa y siempre podríamos llamar a Tsubaki-dono a reemplazarte…-
-jeh¡ bueno, si quieren echarse a los lobos por ustedes mismos está bien, pero no pienso dejar a mi hermanita y a los aldeanos en un lugar que carece de la protección adecuada… sobre todo esta aldea que será objetivo de muchos demonios ahora que hay rumores de que la perla…- a Kagome de nuevo le sorprendió mucho el filo y la seguridad con que Kikyo hablaba…
-Kikyo-dono¡ no use ese tono de voz con nosotros, está siendo muy irrespetuosa¡-
-Kagome…-Kikyo ignoro olímpicamente los molestos reclamos de los tres monjes… poniendo su total atención a la asombrada sacerdotisa más joven frente a ella
-Kagome, te enseñare a hacer barreras, ahora que estas aquí estaré mas tranquila de irme…-
-Kikyo yo… oh… bueno…- wuau¡ que cambio de voz, ahora parece una dulce chica que hablaba con su mejor amiga, hasta me recordó a Ayumi cuando me insistía en pedirme prestado algún atuendo de ropa para poder ir a las discotecas…
-onegai Kagome… sé que estoy tomado decisiones sin consultarte pero, la perla es muy importante y ahora que ha desaparecido no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando a que aparezca en las manos de algún poderoso demonio que destroce todo y a todos, se que comprendes…- a pesar de todo Kagome sabía que Kikyo tenía razón, ella misma no estaba muy segura de donde podría estar la perla y estaba consciente que ella era la sacerdotisa que protegía los alrededores…
-bueno yo…- la ansiosa mirada oscura sobre ella, y las nerviosas manos aprisionando las propias… Kagome de nuevo se sorprendía de la gama de reacciones y sentimientos que podía tener esta Kikyo tan diferente a la que solía mirarla con frialdad y desprecio…
-Esta técnica que usas, es poco profesional y hasta podría verse torpe, pero esta afilada en batalla, puedo notarlo, llenaste los vacios de tu técnica con experiencia, eso es seguro… y no será muy refinado, pero que importa si funciona… no te conozco, pero sé que preferiría confiar esta aldea a ti, que aun puñado de novatas sacerdotisas que en su vida han estado frente a un demonio o a una experta sacerdotisa que en cualquier momento estará del lado oscuro…-
-Kikyo-dono¡ no puede simplemente pasar de nosotros, no lo toleraremos¡ y no puede hablar así de su excelencia Tsubaki¡- la nívea sacerdotisa soltó las manos de la más joven y simplemente la guio a un lugar más tranquilo…
La atmosfera de paz del bosque la abstraía, se sentía tan tranquila caminando detrás de Kikyo, si le hubieran dicho que se sentiría segura y feliz en algún momento de su vida caminando detrás de Kikyo para que esta la entrenara, hubiera muerto ahogada de un ataque de risa…
Llegaron a la colina que dejaba ver toda la pequeña extensión de la aldea…
-Este es un lugar muy tranquilo, me gusta venir aquí cuando quiero relajarme…-
La azabache volteo a ver a Kikyo, su semblante de paz le decían que efectivamente no mentía, se sintió tan extraña, ahora más que antes la veía como una mujer ordinaria… eso ojos dorados regresaron a su mente, la tristeza la invadió, ahora más que nunca deseaba verlo con ella, la mujer de la que él se había enamorado en un principio… que sentimientos tan contradictorios… una efímera e incontrolable lagrima recorrió una de las mejillas rosadas de la azabache…
Kikyo se había sorprendido a sí misma al declararle cosas tan intimas a una chica extraña, pero la pureza y sinceridad que sentía emanar de la morena le habían sacado su lado más sincero… entonces sintió como su aura cambio a una mas apesumbrada…
-Kagome… ocurre algo, acaso no estás segura de esto, si es así, tal vez…-
-no Kikyo, está bien… solo pensaba en otras cosas… jejeje… y como va lo de la barrera?-
-está segura que no deseas contarme cómo fue que llegaste hasta aquí, Kagome?-
-este yo bueno…- Kagome se puso nerviosa, la primera vez había podido evitar el tema ya que la misma Kikyo había decidido dejarle espacio para que la llorosa chica que encontró a la orilla del pozo devora huesos se calmara, pero ya había pasado un día desde entonces, tal vez era hora de saber que persona era realmente la sacerdotisa Kagome…
-no deseo hablar de eso Kikyo, lo lamento…- Kagome había recordado a Inuyasha una vez más, le dolía en el alma, saberlo que estaba sufriendo por la chica que se encontraba frente a sus ojos en estos momentos…
-está bien Kagome, estaré lista cuando tu lo estés- de nuevo esa sonrisa sincera en los delgados labios de la miko mas adulta, Kagome se pregunto si acaso no fuera una de esas sonrisas de la Inuyasha hubiera quedado prendado… no quiso seguir pensando más en eso, mientas mas conocía a Kikyo mas cualidades le encontraba y mas se daba cuenta de lo muy enamorado que debía haber estado el semidemonio, definitivamente era una masoquista…
-bueno… para hacer una barrera primero debes de concentra tu poder en el centro de tu pecho deseando una protección, primeramente para ti pero siempre pensando en los que te rodean ya que la sientas…
Pasaron el resto de la tarde practicando, Kaede había llegado a medio día y les había llevado el almuerzo, unas cuantas frutas, pan y queso, las tres se sentaron como si en un picnic se encontraban, la azabache extraño a Sango a Miroku a Shippo pero sobre todo a Inuyasha… miro a Kikyo y se lo imagino sentado a su lado con ella sonriéndole tan dulcemente como le sonreía a su pequeña hermanita… definitivamente era una masoquista rallando en lo emo…
Llegando la tarde Kagome finalmente había sido capaz de crear una pequeña barrera solo alrededor de ella y después de un par de intentos había podido meter a la pequeña Kaede en la barrera…
-bien Kagome estas lista… partiré mañana temprano hacia el monte Fuhim, sabes, eres muy hábil, aprendes más rápido de lo que yo imagine… debes tener una historia muy interesante…- Kagome la miro un poco desconfiada, le estaba peguntando de nuevo acerca de su pasado? o solo estaba comentando un posible hecho?… espera se iba mañana? Y ella apenas y había logrado una pequeña barrerita, no sería capaz de proteger el pueblo ella sola, si estuviera Inuyasha sería diferente, …pero ella sola?¡
-espera Kikyo no puedes irte yo aun no estoy…-
-tranquila Kagome por alguna extraña razón confió en ti, tu aura me da seguridad y ya has logrado crear la barrera, sé que si fuera requerida podrás crear una más grande, confió en ti…- la azabache quedo en shock, la mirada franca mirada de la nívea miko, sus ojos claros y sinceros y su tierna y alegre sonrisa… …nop definitivamente si alguien le hubiera contado una situación así, entonces si se hubiera ahogado en un ataque de risa… pero ahora no sabía si reírse, llorar o caer desmalladla deseando despertar de este extraño y bizarro sueño…
-bien… solo espero que tengas razón…-
-que bien Kagome Onee-sama preparare tus cosas para que te quedes conmigo en lugar de mi hermana…- la alegre chiquilla salió corriendo antes de que la morena pudiera objetar lo que sea…
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El primer día, no le gustaba en nada como es que los sacerdotes la veían, había decidido ponerse sus propias ropas pero casi la habían acusado de demonio, y si consideramos que lo que intentaba hacer era proteger el pueblo y no ocasionarle un infarto, accedió a los reclamos de Kaede y se puso las ropas de Kikyo… encontrando uno en especial que le había gustado bastante, en lugar del hakama rojo era uno de color café mostaza oscuro, Kaede le había dicho que era cuando su hermana apenas estaba estudiando en el templo, pero ella considero que tal vez le agradaba debido a que le quedaban un poco más justos que los rojos, lo que la ayudaban a caminar mejor y mas ágil o tal vez el simple hecho de que se veía diferente a Kikyo… aunque nadie lo había señalado abiertamente aun, sabía que los aldeanos quedaban asombrados con el parecido que ambas tenían, en su tiempo eso siempre le había molestado, aun ahora le seguía sin gustar, pero simplemente se sentía tan extraño en especial porque no podía reclamar nada que decidió simplemente ignorarlo…
Gracias a Kami aun no ocurría nada malo pero aun así Kaede no se le despego en ningún momento, al menos no el suficiente tiempo como para intentar regresar al pozo y sin Inuyasha ahí dudaba si sería prudente escaparse durante la noche… prefirió esperar al siguiente día quizá entonces lograría encontrar el momento adecuado…
UUUUUUUUUUUUUUUUuuuu uuuuuuuu uuuuuuu UUUUUUUUUUUu
-Maldita sea¡, demonios¡ no creí que esa maldita caída seria tan difícil-
El hermoso hanyou de cabellos plateados atravesaba el bosque con velocidad, después de apenas lograr saltar uno peñascos seguía huyendo de unos cuantos onis, normalmente no seria nada importante, pero hoy habría luna nueva, sus poderes se habían visto disminuidos, el refugio que había escogido para esa noche había sido detectado por unas cuantas aves reptil, había sido fácil matarlas pero el alboroto había llamado la atención de esos ogros, el atardecer poco apoco iba dando paso a la noche, su velocidad se vio drásticamente disminuida y su garras desaparecieron, unos cuantos árboles caídos y roídos tuvieron que bastarle, introduciéndose en uno de ellos confiando y esperanzado a que la supresión total de su presencia youkai lo haría perdidizo para esos onis… escondido entre los troncos huecos espero a que estos dejaran de buscarlo, finalmente su olfato se había ido completamente junto con sus orejas felpudas, dando paso a su apariencia humana, su cabello largo y negro, sus ojos oscuros, el cansancio de la carrera recaía ahora sobre su condición humana, maldiciendo en silencio mientras su poco desarrollada vista y oído estaban al pendiente todo lo que podían de lo que ocurría en el exterior, ...los ogros pasaron lentamente, habían perdido su rastro, decidió esperarse un momento más antes de intentar ocultarse en otro lugar más seguro…
Un dolor agudo en su brazo lo hicieron reflexionar, cuanta mas mala suerte podía tener, tal vez era que el destino también despreciaba a los hanyous tanto como todos los demás... simplemente se sostuvo el brazo donde sentía como sus dedos se empapaban con tan solo un poco de su sangre, mientras una indignada serpiente cambiaba de lugar para pasar la noche…
maldita sea mi puta suerte, maldita sea mi puta condición humana, maldita serpiente que tenía que morderme precisamente donde no alcanzo a extraer el veneno, bueno, al menos es bueno saber que está en especial no es mortal para los humanos… maldita sea¡ si que duele¡…
El ardor que comenzaba se volvía cada vez más insoportable, una triste sonrisa resignada adornaron sus labios mientras apretaba la herida lo mas fuerte que el dolor le dejaba, tratando de evitar que el torrente de sangre avanzara demasiado fácil y regara el veneno por el resto de cuerpo, comenzó a sentir su respiración caliente y su vista se torno borrosa, si bien la serpiente no era mortal si te tiraba en cama algunos días, fiebre y excesiva sed eran los efectos del veneno y si la fiebre no se trataba adecuadamente incluso podía llegar a ser mortal…
Me sentía muy mareado, mis movimientos eran torpes y lentos... mi brazo comenzaba a entumirse pero como era de esperarse el dolor de la maldita mordida no disminuía en lo absoluto, keh¡ que mas daba ya… tuve que salir de mi improvisado escondite haciendo más ruido de lo que hubiera deseado, por suerte los estúpidos ogros ya se encontraban lo suficientemente alejados como para que pudieran escucharme… camine con lentitud mientras mis respuestas eran cada vez más torpes, sentía mi aliento tan caliente y supe que probablemente tendría fiebre... también tenia sed, lamí mis labios comprobando que mi boca comenzaba a secarse... logre salir a un pequeño camino de carretas que solían usar los humanos, normalmente prefiero evitarlos pero ya no me quedan opciones, siento que en cualquier momento me desvaneceré por culpa de la fiebre keh¡ que patético debo verme en este momento cualquier débil youkai o incluso un simple ladrón humano podrían hacer cualquier cosa conmigo y probablemente no me enteraría hasta muy tarde… argh¡ maldita sea… mis piernas perdieron su fuerza y caí entre sentado y arrodillado intente levantarme pero ni siquiera pude moverme… maldición… siempre supe que mi final llegaría en una noche de luna nueva, aunque nunca creí que sería de una manera tan patética… maldición si no hago algo con la fiebre podría no salir de esta, keh¡
La suave brisa nocturna se llevo las perlas de sudor de su frente… sentía como si el piso se moviera aunque sabía que era su mente la que estaba perdiéndose, el desasosiego con el mundo real lo hicieron reflexionar acerca de su vida, se dio cuenta de lo poco que realmente había logrado…
Si al menos fuera un demonio completo… o al menos un simple humano… feh¡ que podría yo querer de la lastimera y torpe condición humana… jamás me convertiría en humano, si no soporto una simple noche por cada 28 no podría tolerar toda una vida como una criatura débil y patética, preferiría estar muerto… grr¡… argh¡ ciertamente no creo que en estos momentos me falte mucho ya… puedo ver como el oscuro cielo se va tornando violeta con manchones rojos, diablos creo que ya estoy delirando… mis parpados se sienten tan pesados… todo se está volviendo oscuro…
-Houshi sama que es eso?- un pequeño mojesillo calvo y enclenque, señalo a la persona que yacía desmallada a medio camino…
-O vaya es una persona, debe de haber sido asaltado o algo…- un monje mas adulto manejaba una pequeña carreta arreada por un regordete burro…
-Estará muerto, Houshi-sama?-
-no lo se, será mejor detenernos…- el pequeño monjesillo corrió para ver su condición, mas por curiosidad que por verdadera preocupación…-
-está ardiendo, debe estar enfermo oh… oh¡… ya veo, creo fue picado por algún animal-
-si probablemente haya sido una serpiente, por el tamaño y la separación de los colmillos-
-su excelencia está condenado?...-
-eso habrá que verlo, rápido Saito tráeme las plantas medicinales…-
-hai¡ Miatsu-sama-
Oooo OOOOO oooooo 00000
Ah¡ diablos mi cabeza, siento como si hubiera sido apaleado por diez onis a la vez… donde diablos estoy… abro los ojos y aun esta oscuro, por el movimiento que siento en mi cuerpo debo de estar en alguna carreta o algo así, argh¡ el dolor en mi brazo es intenso, giro mis cabeza y puedo ver mi brazo que esta vendado en la zona donde debe de estar la mordida, igual veo que mis cabellos siguen estando oscuros así que no debo haber pasado mucho tiempo desmallado ya que aun soy humano… intente levantarme pero el dolor se extendió por todo mi cuerpo, keh¡ es como si estuviera entumido de cualquier sensación que no fuera el dolor… miro a mi alrededor y puedo comprobar que efectivamente estoy en una carreta bastante sencilla, delante mía va un monje de ropajes oscuros y el chico a su lado debe su aprendiz…
-wua al fin despertaste, creí que dormirías al menos toda la noche, no te muevas, el monje Miatsu a curado tu herida, pero debes descansar…-
Lo sabía, asi que si era un monje, nunca me ha gustado la compañía de los humanos... ahora que lo pienso mejor nunca me ha gustado la compañía de nadie, en especial de los demonios que quieren matarme por el hecho de que soy medio humano o los monjes y sacerdotes que quieren matarme porque soy medio youkai, ...bueno que se le va a hacer, después de todo, eso es lo que soy, un simple hanyou, no pertenezco a ningún bando y no soy aceptado en ningún lado… intente levantarme de nuevo pero no me alcanzaban las fuerzas…
-por favor no te muevas solo te lastimaras mas- el chiquillo mojo un pañuelo con un poco de agua de una cantimplora y reemplazo el que había en mi frente, no había notado que lo tenía hasta que sentí como lo cambiaba por uno nuevo, frio y refrescante…
-ustedes me…- me quede con las palabras en la boca, usualmente no recibía ayuda de nadie, menos aun de monjes, aunque bien, en mi forma humana prefería estar escondido, cuando no lo lograba era cuando algunos humanos mostraban cierta piedad por mí… pero solo era porque lograba pertenecer a ellos por tan solo unos momentos, apenas regresaba mi verdadera naturaleza era rechazado como siempre e incluso llegaban a sentirse indignados acusándome de traidor y mentiroso…
Pude ver sus miradas preocupadas, sinceramente preocupadas, pero no me removió nada, hace mucho tiempo ya que deje de sentir confianza por estos seres tan volubles, sabia como siempre que todo duraría mientras no hubiera luna en el cielo, después tendría que largarme rápidamente antes de ser juzgado o que intententacen matarme… mientras tanto dejare que mi única poca de buena suerte que había tenido en toda la maldita semana me tranquilizara un poco más, además el tipo era bueno con las plantas, no podía moverme pero ya no estaba mareado, era relajante saber que sobreviviría una noche más de luna nueva…
Desperté de nuevo, ni siquiera me di cuenta en qué momento me había quedado dormido, el saberme seguro aunque sea por algunos momentos me había tumbado de nuevo, mire rápidamente a mi alrededor, estaba solo en el interior de una cabaña, mi haori y mi kosode estaban doblado a un lado de mi, el cálido fuego en el centro le daba un toque hogareño, mire mi torso descubierto y luego mi brazo que aun tenia las vendas con olor a hierbas medicinales, mis manos aun no tenían garras ...suspire cansado, esta noche se me estaba haciendo más larga que cualquier otra…
La puerta se abrió con su característico sonido, entro una sacerdotisa, traía un traste con agua y algunas hierbas en sus manos, su mirada calculadora me veían con desconfianza, no me importo estaba acostumbrado, intente levantarme y para mi sorpresa mi cuerpo ya había restablecido sus fuerzas, me pregunte si finalmente no estaba por terminar la noche, antes de seguir levantándome la sacerdotisa que ahora que la veía bien parecía ser ya una anciana, coloco su pesada mano en pecho y me tumbo de nuevo…
-se que parece que estas mejor, pero confía en mí, solo son los efectos de las hierbas, si intentaras irte no darías ni diez pasos y volverías a derrumbarte tan pronto como te creíste recuperado…-
No quise objetar, si una simple anciana me había hecho regresar a mi posición original, mi sensación de fortaleza era solo una ilusión… la puerta se abrió de nuevo, entro una pequeña y alegre chiquilla de cabellos negros, comenzó a dar vueltas alrededor de la anciana mientras removía todo lo de los alrededores, la anciana la reprendía y le preguntaba porque es que seguía despierta a tan altas horas de la madrugada, me alegre de tener aunque sea un poco conciencia del tiempo, al parecer aun podia estar tranquilo en par de horas más… finalmente la chiquilla tomo el arco y las flechas que la sacerdotisa traía con ella en todo momento, sentí erizarse los vellos de mi nuca haciéndome dudar acerca si acaso ella no se había dado cuenta de mi verdadera naturaleza… sentí un poco de miedo, si la vieja era tan fuerte como para detectarme aun en este estado, estaba en verdaderos apuros, aun cuando regresara a mi estado de hanyou tardaría unos momentos en que mi sangre restablecida contrarrestara el veneno de mi cuerpo, valiosos momentos en que estaría completamente descubierto y a merced de quien quisiera dañarme, debía salir de ahí cuanto antes… la pequeña escuincla me dio el momento perfecto cuando la anciana salió en su persecución para que le devolviese sus armas sin las cuales, seguramente no era más que un vejestorio, me dio igual, saldría ahora que mi verdadera naturaleza aun no era mas que una leve duda, la puerta volvió a abrirse cuando apenas había logrado colocarme mi kosode, al parecer la anciana era más rápida de lo que yo creí… ...me di cuenta de mi error al verla entrar, sus largos cabellos negros, sus brillantes ojos achocolatados que me veían de una manera alegre que yo no nunca había visto antes y no sabía cómo definir, su leve sonrisa de esos labios rosados como pétalos de sakuras… me sorprendí bastante de la naturaleza de mis pensamientos, pero diablos¡ debía de admitirlo, era hermosa¡ pero esas ropas, era una estudiante de sacerdotisa, probablemente de la anciana que me había estado cuidando, era una lástima, hermosa o no, no podía perder el tiempo aquí, al final solo era una más que intentaría matarme cuando supiera lo que realmente era yo… no podía perder más el tiempo… sin volver a mirarla termine de ponerme mi haori con toda la prisa que pude pero sin parecer nervioso, me dirigí a la puerta pero ella seguía ahí, era como si me bloqueara el paso apropósito para que no me marchara, sentí un poco de rabia, probablemente la anciana le había pedido que cuidara de que no me marchara, por que otra razón estaría ahí viéndome como si no hubiera nada más interesante en la toda la habitación…
-apártate por favor…- pude ver su mirada confundida, no sé que esperaba escuchar de mi pero definitivamente no eso… me dio igual, aunque quisiera jamás podría entender lo que pasaba por la mente de una chica… para colmo, una chica sacerdotisa, cuando era hanyou podía adivinarlo en especial porque todas habían intentado matarme, pero cuando soy humano justo como ahora, no sé ni me interesa lo que los demás piensen de mi, al final todo se perderá con el primer rayo de sol… la vi mover su manos y enredar sus dedos, estaba nerviosa…
-no debes moverte o salir y menos irte, aun… aun estas muy débil, por favor deja que te cure tus heridas y descansa…-
Vi como una de su manos se acerco a mi intentando tocarme, por instinto yo retrocedí sin permitírselo, ella detuvo sus movimientos y me vio angustiada… era obvio que no se apartaría de la puerta y a mí me urgía irme… la mire de la manera más ofensiva y despreciante que me conocía, ella dio un respingo asustada, aproveche esa oportunidad para largarme de ahí, la rodee con velocidad y me cole por un pequeño espacio entre ella y la puerta…
Continuara… jajaja bueno pues aquí les traigo una nueva historia, como dije arriba, el tema me fue solicitado y después de pensármelo mucho me salieron algunas ideas, la historia avanza por si sola en mi mente loca jojo… REVIEWS por favor, se los agradece infinitamente y me ayudaran a continuar pues son el alimento de mi musa… xD ARIGATOU¡
Atte: Kagome-Nekko
