Sheldon entró a su departamento cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria. Todo estaba oscuro, ella todavía no había llegado de la casa de Wil, se sentó en el sofá y volvió a mirar la fotografía en su teléfono, sus ojos se desviaron hacia su esposa y ese tonto mastodonte de Magic Mike.

Se sentía realmente enojado, encendió la televisión tratando de distraerse con alguna serie de BBC. Después de unas horas se estaba quedando dormido cuando escuchó la llave en la cerradura; rápidamente apagó la televisión y se quedó sentado a oscuras para sorprenderla.

Amy entró distraídamente, dejando caer sus llaves en el cuenco junto a la puerta. Prendió la luz y se sobresaltó al ver a su esposo.

-¡Sheldon, me asustaste! ¿Qué haces sentado a oscuras?- Preguntó quitándose la chaqueta y sentándose a su lado.

-¿Donde estabas?- Dijo con voz áspera ignorando su pregunta.

-Sabes donde estaba Sheldon- Respondió culpable.

-Se ve que tuviste una buena noche, se nota que sí- La miró con el ceño fruncido, sacó su teléfono del bolsillo mostrándole la fotografía.

-Oh, vamos amor. No puedes estar celoso de Joe Manganiello- Dijo acariciando su mano.

-¿Y por qué no?

-Por qué, él es una celebridad y esta casado con Sofía Vergara.

-¿Y eso qué? Eres más sexi que Sofía Vergara...

-Si claro- Dijo sarcásticamente.

-No me gustó la forma en que te posicionaste para la foto, fue incómodo que mis amigos vieran a mi novia así. Además... ¿Fuiste a la casa de Wil a jugar y te tomaste una foto apropósito sabiendo que yo quería ir?- Dijo con rabia.

-Oye no...- Amy se sentó a su lado colgando sus brazos en su cuello abrazándolo.

Sheldon no se movió pero tampoco se quejó, simplemente se cruzó de brazos dejando que lo abrazara. Amy comenzó a besar su mejilla y cuello, él inconscientemente dió un pequeño gemido masculino.

-Estás haciendo muy dificil que me enojé contigo- Susurró.

-Solo eres tú Sheldon...- Ella saboreó la piel del pálido cuello de su esposo. -Él único que deseo- Subió mordisqueando su regordete labio inferior. -Y nadie más, el único que puede hacerme el amor las veces que quiera- Término susurrándole en su oído.

Amy siguió besándolo lentamente hasta que Sheldon se dió vuelta y atrapó sus labios en un gran beso. Tomando el labio inferior de su esposa en su boca, él lo succionó con cuidado y luego acarició delicadamente su lengua con la suya, enredándose; abrazandola con pasión y enredando su cabello entre sus dedos.

-Mmm, vaya- Amy dió un gran suspiro separando sus labios para respirar.

Se recostó en el pecho de Sheldon y le acarició los pectorales con su mano, él le acariciaba la espalda distraídamente.

-Sabes, para ser una científica que no cree en Dios... en los últimos 25 minutos exclamaste su nombre varias veces en vano- Comento Sheldon riéndose.

-Oh, cállate- Ella se contagio de su risa.

-Vamos a ducharnos, estamos pegajosos- Dijo el físico tratando de levantarse, pero Amy lo tomó del brazo.

-Quédate un poco más... no quiero que tú aroma se vaya de mi.

Entonces Sheldon accedió, volviéndose a acostar con Amy recostando la cabeza en su pecho.

-De hecho, si te debo una disculpa...

-¿Qué?- Pregunto Sheldon adormilado.

-Yo no quería decirte que fuimos a la casa de Wil, pero él dijo que nosotras merecíamos algo de diversión sin ustedes. Lo siento...

-Disculpa aceptada. ¿Sabes qué? Nosotros podemos jugar nuestra versión de Dungeons and Dragons...- Murmuró sensualmente volviendo a ponerse encima de Amy.

-¿Así... cual?

-¿Recuerdas esa vez que jugamos en mi habitación? Lo haremos de nuevo, pero esta vez... te demostraré lo que haré con tu personaje.

Se levantó de un salto y buscó algo en su mesita de noche junto a la cama. Amy sonrió al ver que tenía unos dados rojos.

-¿Quieres ir primero?- Preguntó sonriéndole.

-Si. Cuando te veo, eres tan Sheldon... Y así me encanta- Dijo mirándolo a los ojos. -Quiero quitarte las dos camisetas, pero luego recuerdo que te las quité hace tiempo; así que ahora sólo pienso en subirme encima de ti. ¿Tú que haces?

-Yo me recuesto- Revolvió los dados en su mano y los dejo caer en la colchón. -Y dejo todo a tu merced, por qué confío en ti con mi vida...

Ambos se miraron, acercándose y besándose profundamente... Amy se sentó a horcajadas sobre Sheldon, volviendo a unirse con él. Moviéndose frenéticamente mientras envía a su esposo al olvido, lejos de todo.

AgusCooper: ¡Gracias por leer!