¿Alguna vez habéis oído eso de que los que se pelean se desean?
Yoshiyuki Hatori sí.
Pero él no desea para nada a Yuu Yanase. No, claro que no. ¿A quién se le ocurriría tal idea? A Chiaki, por supuesto. Pero … ¡está equivocado! ¡Total y absolutamente equivocado! Él no siente nada por Yuu. Es más, le detesta. Oh, sí, por que él odia perder, y ese desgraciado siempre le gana. Su cabeza le da vueltas a ese tema bajo esa lluvia que cae incesantemente sobre ellos dos.
No le soporta, se dice. No le gusta su estilizada figura, que no puede evitar seguir con los ojos cada vez que le ve. No le gustan sus muecas y palabras descaras, que parecen incitarle a hacer algo de lo que probablemente se arrepentirá al día siguiente. Y sobretodo, por encima de todas las cosas existentes en todo el jodido mundo, Hatori odia sus ojos.
No le gusta su mirada caoba, inusual. No le gustan esos ojos que parecen estar desafiándole en todo momento. Ahora mismo, cuando ambos discuten bajo la lluvia, lo está haciendo. Le desafía descaradamente, pero .. ¿a qué? Miles de pensamientos subidos de tono pasan por la mente de un abrumado Hatori, ¿qué demonios le pasa?
No lo sabe. Así que cuando le agarra la barbilla en un movimiento que a Yanase se le antoja sensual, tampoco sabe que le pasa. O quizá es que lo sabe demasiado bien, pero Tori no puede pensar en ese momento, por que está comiéndole la boca a Yanase como si no hubiera mañana.
Tiene los ojos cerrados y la mente muy lejos de la Tierra, pero Tori está seguro de que si Yanase no tuviera la boca demasiado ocupada, sonreiría socarronamente, de ese modo que él tanto odia, por que después de todo, ha vuelto a ganarle.
