Poder del Amor
Por Mayra Exitosa
Introducción
Una canción es compuesta cuando pasan cosas por tu mente, el autor solo sabe lo que vive y tiene presente. En esta ocasión hay una canción de Alejandro Lerner, que inspira a una historia, con un comienzo algo especial, te enamoras pero eras tan joven que el mundo era el límite, reconoces que el amor estaba ahí, pero lo dejaste ir pensando que idealizas a la persona que amas.
Pasa el tiempo, tomaste decisiones, cuando te das cuenta que te has equivocado, deseas volver a quien sabes que jamás se fue, que no necesitaba nada, que te lo dio todo, aun así la vida los trato mal… cada quien hizo su vida tan distinta, y al querer sobre llevar la mala decisión tomada… se aguantaba todo, se soportaba lo que fuera, hasta que ellos se volvieron a encontrar…
No hace falta…
No hace falta que me mires
no hace falta que lo digas
no hace falta que me expliques
cuando lloras o te ríes
no hace falta decir que me quiero morir
a tu lado, te amo
no hace falta que te quedes
no hace falta que te insista
no hace falta que te llore
si nos vemos arriba
no hace falta decir que me quiero morir
a tu lado, te amo
no hace falta que soñemos
que es mentira que no existe la muerte cuando hay amor
esta misma historia continua
solo cambia el escenario
en la escena del amor
no hace falta que me mientas
no hace falta que lo pidas
no hace falta que te extrañe
si te encontrare algún día
no hace falta decir que me quiero morir
a tu lado, te amo
no hace falta que soñemos
que es mentira que no existe
la muerte cuando hay amor
esta misma historia continua
solo cambia el escenario en la escena del amor
no hace falta que me insistas
no hace falta que te llore
si nos vemos arriba
no hace falta decir que me quiero
morir a tu lado, te amo
- Te dije que te amo ¿Qué más quieres?, te lo he dado todo, no te hace falta nada.
- Ya no te amo, no eres quien dijiste ser, cambiaste tanto que casi ni te conozco, eres cruel, despiadado, no te soporto más…
- Oye bien, el hijo que llevas en tu entrañas es mío, no es por falta de amor, es porque te amo todo el tiempo que traes a mi hijo ahora, no digas que he cambiado, tu también has cambiado, mírate, no eres quien fuiste, lloras todo el tiempo, me culpas de todo lo que sale mal
- No te culpo de nada
- Ah no, no fuiste a contarle a mi madre del golpe que te di.
- Ella me vio, no le mentí
- ¡Fue un accidente! No tenías que decirle nada, solo que te habías caído, pero no, tenias que llorar y ella ahora ya no me da el dinero de mi padre, ahora se ha molestado y hemos peleado por ti, te costaba mucho callarte.
Desesperado y un poco tomado, levantaba su mano y le dio un empujón, no fue tan fuerte, ella siempre lo justificaba, pero el cachorro que estaba tras ella, se movía en ese instante con el mismo empuje y tropezaba.
En el hospital, se encontraba desesperado, ella tuvo que pasar por un legrado, el bebe no sobrevivió, deprimida en su habitación, le pedía al doctor que no dejara entrar a nadie, que por lo que más quisiera, no deseaba ver a su esposo.
- No puedo evitar que entre, es el único familiar que se encuentra aquí, está muy mal.
- ¿Puede llamar a la trabajadora social?
El doctor se quedaba asombrado, no podía creer que una mujer en su estado no quisiera que su esposo la acompañara, ambos habían perdido a su hijo, este trato de convencerla, hasta que ella le confesaba,
- Fue por un empujón que caí por las escaleras, fue mi esposo quien sin intención tal vez, me ha hecho que pierda a nuestro bebe
- Era una niña, señora.
- Le suplico llame a la trabajadora social, ya no puedo seguir con él.
Las cosas se complicaron, después de una exhaustiva investigación, resultaron una serie de eventos desagradables, ella había tenido varios golpes antes y todos fueron tratados en la misma clínica, su historial justificaba lo que ella ya no podía postergar, se había equivocado y lo tenía que enfrentar.
En Europa, él le suplicaba que no lo hiciera, ella no deseaba continuar con él, había pedido su fortuna, todo por defender a su familia, se había gastado un patrimonio enorme para salvar a su sobrino y que pudiera caminar. Pero ella estaba molesta, no era una sola ocasión era todo, ahora iban a vivir en la casa de los padres de él, porque sus propiedades las había vendido para la operación y los trámites legales de los otros miembros de la familia que habían sido acusados por el accidente donde el más lastimado había sido Anthony, el hijo de su hermana.
- No comprendes Natalie, son mi familia, ellos son mi responsabilidad, no podía dejarlos en la cárcel y que Tony se quedará inválido.
- pero tenías que vender nuestras propiedades.
- Son mías, Natalie, no tenias ninguna propiedad, son solo bienes y si los vendí, fue para salvarlos.
- ¿Y nosotros? Ahora viviremos en esa casa vieja, porque no vendiste esa, porque mi casa. Albert bajaba derrotado el rostro, había vendido todo lo que podía, la casona era de su Tía, no de él y no iba a dejar a la pobre mujer sin el único hogar que la amparaba, su mujer molesta tramito el divorcio. Siempre lo había tenido todo, no estaba dispuesta a llevar una vida ajustada, su familia de inmediato la aceptaba y tramitaban un divorcio necesario, no había mucho que dar, así que se firmaba en común acuerdo, Albert ya no poseía ninguna propiedad, el dinero del banco estaba como depósito en un hospital para los tramites de la cirugía de su sobrino.
Habían tenido un accidente, salieron volando del auto, el más afectado fue Tony, Stear solo traía un brazo fracturado, Archie solo algunos golpes, aun así fueron llevados a la comisaría porque el auto había dañado algunos locales comerciales, fueron una fortuna poder pagar todos los daños, el auto había perdido los frenos, les ayudaba que no habían ingerido bebidas y manejaban despacio, la pendiente de bajada había acelerado el auto y al no frenar no pudieron hacer más que saltar uno a uno.
La Tía anciana, se daba cuenta de todo, solo escuchaba la discusión día a día de su esposa para al finalizar divorciarse porque su esposo lo había dado todo por unos vagos, según ella.
- Hijo, ¿Natalie ya no vendrá?
- No, Tía. Firmé el divorcio hace dos meses, cuando Tony todavía estaba en el hospital.
- Dice el doctor que volverá a caminar. Decía ella con tristeza, al ver enfermeras entrar y salir a diario.
- Si, la cirugía fue un éxito, es lo mejor que pudimos hacer, volverá a correr y estará como nuevo en unos meses.
- Puedes ir a New York.
- ¿Para qué ir allá?
- Es que, la fortuna esta allá.
- ¿Fortuna? ¿De qué hablas Tía?
- Hijo, los bienes de tu padre están a mi nombre, solo que… esperaba a que tuvieras un hijo, ya sabes, Natalie no me agradaba, era muy ambiciosa y… temía que no fuera tu mujer para siempre.
- ¿Mi padre dejo sus bienes a tu nombre?
- Hijo, están a tu nombre, solo que, los tenía a resguardo, eras menor… no necesitabas la fortuna de América, aquí estábamos bien… ahora, no estaremos bien, las personas hablan mal de los muchachos, creen que dañaron esos negocios por jugar a alta velocidad y…. será mejor ir a New York
- Dime que tenemos allá, tía.
La mujer se quitaba la llave de su cuello y se la entregaba a Albert, su sobrino. Este abría con cuidado un par de puertas del armario de su Tía, sacaba un baúl y ahí estaban las acciones de los Andrew. Su hermano tenía todo a nombre de su hijo, pero su Tía no vio bien dárselos hasta ver si ese matrimonio tan fugaz, iba a ser para siempre o solo para vivir cómodamente. Al parecer no se había equivocado, la anciana con sus parpados caídos, observaba las reacciones de su sobrino, ella vio que la mujer de él no era de fiar, había abortado supuestamente porque no era tiempo aun, se cuidaba de todo y ahora lo comprendía, esa mujer era un arpía.
- Crees que podamos dejar la casa bien cerrada e ir a la casa de tu madre. Tu papá se la compró para pasar allá algunas temporadas.
- Porque no me lo dijiste a mí.
- Todo hombre comparte sus cosas con su mujer, solo que esa mujer no compartía tu sentir, abortar a un hijo, por esperar algunos años más, no es de Dios.
- ¿Cómo te enteraste?
- Crees que no lo vi, ella solo le gustaba pasear y gastar, no vi un solo día que pasara pensando en formar un hogar.
- Tía, nos salvaste. Si los abogados se enteraban de estos bienes, ella se hubiera quedado con la mitad de todo.
- No hijo, esos solo son herencia consanguínea, no pueden tomarse como bienes patrimoniales, está establecido en el testamento de tu padre.
- Nos iremos, Tía. Nos iremos lo antes posible, los muchachos estarán mejor allá.
- Tu volverás de nuevo a América, allá fuiste muy feliz. Al decir eso, Albert pensaba en ella, ya se había casado, tendría hijos, sería feliz, ella le rogo tantas veces que no se separaran, como fue a dejarla, había sido un tonto, ella jamás se hubiera divorciado de él.
CONTINUARA…
La vida es un instante de magia, donde te caes y te levantas, donde llorar lo haces desde que naces y reír no cuesta nada, animarse a continuar después de una caída, se necesita de valor, de coraje y de vida.
Gracias por los comentarios en todos y cada uno de los fics estrenados, si les daremos seguimiento a todos, gracias por continuar confiando en mi y tener paciencia,
Un abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
